lunes, 6 de marzo de 2017

Trump vs. Clintonianos, obamanianos y chavistas


Debo explicar algo de entrada, el chavismo es una manifestación del castrocomunismo bananero que es intragable para el resto del género socialista, debido principalmente a su falta de principios morales y a su manifiesta ignorancia tanto en el accionar como en el pensamiento, razón por la cual, ni los Clinton ni los Obama pueden soportarlo, aún perteneciendo todos a la misma familia socialista.
Dicho esto, procedo a recordarles a mis lectores, que Trump es el presidente de los EEUU elegido por lo menos por la mitad de la población votante de ese país, él los representa y como lo ha reiterado, defenderá sus intereses y formas de vida.
Ese grupo humano que votó por Trump, en una gran mayoría lo constituyen los llamados “red neck”, los “hill billies”, los ultraconservadores del sur profundo, casi todos pertenecientes a los estados del llamado cinturón de la Biblia, protestantes, anglicanos, evangélicos de línea dura, también se incluyen los estados industriales con grandes poblaciones obreras, muchos de ellos en el norte donde todavía existen las prácticas milicianas de los posse comitatus,  grupos armados que no se las llevan bien con el gobierno federal.
Todos estos grupos son creyentes en los principios de los padres fundadores, basadas en los principios autoritarios del patriarcado, entre estos principios destacan el derecho a portar armas, a creer en la tesis creacionista y en la supremacía blanca, un mito de vieja data que le confiere primacía racial a la gente blanca sobre cualquier otro grupo étnico, no es algo del otro mundo, aunque resulte antipático para los latinoamericanos, los alemanes, los ingleses, los japoneses, entre otros muchos pueblos, creían en estas tesis racistas que hacían de sus pueblos y culturas algo único, nosotros también tenemos nuestros mitos heráldicos, como el de la Raza Cósmica, que nos distinguen de todos los demás humanos, se trata de pequeñas perversiones etnocéntricas, comunes en todas las culturas.
Éste sector de la sociedad norteamericana que llevó a Trump al poder es una mayoría silenciosa, que prefiere estar recogida en sus territorios y ciudades, trabajando y construyendo la economía más prospera del mundo, pagando sus impuestos, consumiendo, preservando sus tradiciones y disfrutando de un alto estándar de vida (en comparación con otros pueblos).
Por otro lado y en la acera del frente se encuentran las tribus que lideran los Clinton y los Obama y que son las minorías intelectuales, feministas, gays, artistas, negros y latinos, toda la gente que disfruta de la cresta tecnológica, son los grupos más visibles en los medios de comunicación de masa por lo tanto los más participativos en la política y en la vida pública del país, son los nuevos socialistas, muchos de ellos millonarios o de una buena posición económica, con mucho poder ya que se han posicionado en los puestos burocráticos claves del estado, desde donde han hecho según su voluntad.
Son socialistas pues creen el colectivismo, en el estado bienestar, en la “justicia social”, son progresistas, creen en las revoluciones sociales, en el revisionismo, les gusta la globalización y el ecumenismo, pero descuidaron las fuentes de trabajo en su propio país para aprovechar las ventajas competitiva de la mano de obra barata en otros países, impulsan reformas en la sociedad y la economía para lograr la igualdad, muchas veces a costa de sus libertades individuales, son estatistas, creen en el aparato policial para imponer sus puntos de vista, aparentan ser inclusivos, pero trabajan como una secta.
Una muestra de esta poderosa red operando desde el gobierno, lo constituyen las grandes firmas que hacen lobby en ese país, escritorio de abogados y relacionistas públicos que conectan a sus clientes con quienes manejan el poder político, los Clintos y los Obama han sido grandes lobistas y han hecho fortunas conectando a los grupos de interés y gobiernos
Son ecologistas militantes rayando en el fascismo, sus campañas en contra de las energías “sucias” los ha llevado al extremo de querer cambiar el patrón económico mundial, que implica un crecimiento de la pobreza en el llamado Tercer Mundo, quienes dependemos de los combustibles fósiles (que son baratos) para nuestro desarrollo, a cambio nos quieren imponer tecnologías alternativas de energía “limpias”, todavía en su infancia, muy costosas y menos efectivas que los combustibles fósiles, para crear un nuevo patrón de dependencia y coloniaje.
Los Clinton y los Obama nunca vieron venir la ola de la mayoría norteamericana que fue relegada por el glamour de las estrellas, las altas finanzas, el europeísmo y el debilitamiento de las fuerzas militares norteamericanas ante el cortejo que le hicieron al islamismo radical y al comunismo más retrógrado, creyeron que porque eran socialistas hablaban el mismo idioma.
Llega Trump y no lo pueden creer, estaban tan seguros de su victoria, de poder continuar el legado de aquel “Camelot” que inauguraron los Kennedys, habían avanzado tanto en obtener el control de los principales hilos del poder en Washington para enterarse, de la manera más ruda, que les había ganado un arribista de la política, un amateur sin ninguna experiencia.
A partir de ese momento los Clinton y los Obama y todos sus seguidores, incapaces de reconocer en Trump al representante de la mitad de los norteamericanos que prefieren ignorar, se dedicaron a conspirar en su contra y utilizando todos los medios a su disposición se han dado a la tarea de destruirlo, demonizándolo, ridiculizándolo, burlándose del hombre de la manera más innoble, en el fondo, el poder los ha envilecido y ahora tienen un déficit de democracia en su pensamiento.
Lo más lamentable de esa situación es que están usando a la comunidad latina como ariete, son los que más se involucran en esta guerra de feudos y los que más tienen que perder, los latinos están siendo llevados a manifestar y a exigir derechos que por ley no les corresponden en ese país lo cual los deja en una situación de alta vulnerabilidad.
Veo con preocupación cómo personalidades de la televisión latina se expresan de manera agresiva de la sociedad norteamericana, lo hacen con desdén y prepotencia, algunos se creen con el derecho, de por ser latinos, de llevar algunas costumbres detestables, como el del comercio informal, la tendencia de estar siempre en una fiesta, rodeados de animales domésticos sin control ni protección, haciendo vida en la calle y descuidando el mantenimiento de sus viviendas y aspectos personales, como si fuera una obligación del grueso de la sociedad gringa el soportarlos y tener que aceptar lo que es una violación flagrante de ordenanzas municipales y de orden público.
Si bien hay una importante inclusión de latinos en la sociedad norteamericana, hay una mayoría que se ha adaptado a la forma de vida de ese país y respeta los usos y costumbres de las diferentes comunidades de las que forman parte, pero hay una minoría que quiere imponer su estilo de vida quebrantando el orden social, se comportan como los islámicos en Europa, exigiéndole a los países anfitriones a aceptar ciertas costumbres que son una amenaza a la forma de vida doméstica de esas naciones.
Sobre todo ese alto porcentaje de inmigrantes ilegales que han sido engañados por los socialistas, en que tienen derechos a exigir e imponer sus estilos de vida sin importar el orden social norteamericano, eso es lo que reclama Trump y es lo que quiere corregir.
La comunidad gay es otra de las fuerzas de choque que están siendo utilizada en contra de esa otra mitad de norteamericanos, y están actuando como un cuerpo organizado, como grupo de interés que ha logrado posicionarse en importantes lugares del gobierno y de las altas finanzas, Hollywood, por ejemplo, es un hervidero de fichas anti Trump, y están llevando esa militancia hacia lugares y situaciones muy peligrosas, en los órganos de seguridad del estado, en puestos claves en el FBI y la CIA, por mencionar algunas de estas instituciones, estos militantes políticos están claramente interrumpiendo el buen desenvolvimiento de las funciones del estado.
Los demócratas están tratando desesperadamente de construir un caso de traición a la patria en contra de Trump, por su posición ante una nueva política de entendimiento con Rusia, el solo haber tenido contacto diplomático con ellos lo quieren criminalizar, hay algunos gobiernos europeos, que en su afán por que siga la costosa política de seguridad de la OTAN, donde los EEUU prácticamente les financia su protección, un esquema basado en el terror hacia los rusos quienes ya están cansados de ser los malos de la película y que necesitan mercados e inversiones, no enemigos.
Parece ser, según las acusaciones del mismo presidente Trump, que durante el gobierno de Obama hubo intervenciones telefónicas no autorizadas en contra del empresario y propone abrir investigaciones sobre este grave delito en contra de la privacidad de las personas y peor aún, como un acto de abuso de poder.
Ni me quiero imaginar un choque en las calles de estos bandos en pugna, sería terrible ver a los norteamericanos enfrentados por contradicciones intestinas y de egos dolidos, en democracia lo sensato es dejar que el nuevo presidente gobierne, lo que vemos está sucediendo en el estado de la Florida, es alarmante por la intemperancia y la falta de sindéresis de un sector de la población, el propio senador republicano Marcos Rubio ha sido blanco de estos ataques propiciados por grupos fanáticos, los medios de comunicación que no están de acuerdo con Trump, que son una gran mayoría, deberían bajarle dos al volumen de sus ataques, el bando de los Demócratas están claramente pasándole factura a Trump por su victoria presidencial.
Si, efectivamente, Norteamérica se encuentra dividida, el factor político está enervando esas diferencias, los medios de comunicación están pescando en río revuelto tratando de vender escándalos y conspiraciones, los Clinton y los Obama están en un peligroso proceso de desestabilizar el gobierno de Trump utilizando todas sus fuerzas acumuladas, nunca se imaginaron que podían perder las elecciones, son incapaces de entender que en democracia a veces se gana y a veces se pierde, pero le sucede a los socialistas, que una vez que llegan al poder, creen que la cosa es para siempre y que lo que han hecho desde el gobierno, es intocable.
A las minoría atrapadas en el medio de estas fuerzas les digo, si sienten que sus derechos son menoscabados acudan a las instituciones, a la administración de justicia, que funciona y les puede restituir sus derechos violados, pero no se presten como comodines de quienes no les importan si viven o mueren por defender privilegios y feudos de poder.
En cuanto al chavismo ya no sabe en qué palo ahorcarse, rechazan a Obama porque los atrapó violando sus leyes internas, “embasurando” el sistema financiero de los EEUU con fondos provenientes de actividades criminales, introduciendo drogas peligrosas para hacerle daño a la gente, llevando la corrupción al seno de esa sociedad que lo que han hecho es defenderse de sus ataques, pero ya saben cómo son los chavistas,   es lo que ellos dicen y punto, para ellos no hay leyes, ni obligaciones y menos respeto para quienes consideran su enemigo ideológico.
Con Trump se encontraron con la horma de su zapato, el nuevo presidente no va a aceptar ese comportamiento salvaje y camorrero propio de estos socialistas revolucionarios, y aunque tienen la esperanza de tomarse la foto en la Casa Blanca, creo que saben que hasta aquí los trajo el río, el expediente en su contra se va armando lenta pero de manera segura, las acciones internacionales ya están tomando cuerpo y muy pronto vendrá una reacción mundial en contra del chavismo, que ya es reconocido como una peligrosa influencia para la paz mundial.   -   saulgodoy@gmail.com




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