Dado el cúmulo de solicitudes recibidas de mis lectores, pidiendo mi opinión sobre el post chavismo, he elaborado algunas ideas que hoy les entrego para su análisis.
Transición:
Es el pasaje de un lugar o estado a otro;
cambio o proceso de cambio (Diccionario
Enciclopédico Webster de la Lengua Inglesa, 1971).
Venezuela,
vista desde la evolución de los actuales acontecimientos políticos, se dirige,
de una dictadura, hacia un gobierno democrático, de un militarismo violento y
al servicio de los intereses de la Cuba de Raúl Castro, hacia un gobierno civil
y constitucional autónomo, independiente y libre; de un comunismo estatista, a
un capitalismo de libre competencia.
Prácticamente
estamos tratando de pasar, de la condición de un estado fallido, a un estado
con posibilidad de evolucionar dentro del marco de un estado nacional-liberal,
con la intención de integrarnos de nuevo, a la comunidad de naciones
civilizadas del mundo occidental, luego de 18 años de continuos ataques y
desplantes en contra del orden internacional.
Para
ello se delinean dos caminos, el de un gobierno de emergencia, y el llamado que
hacen los principales partidos políticos para unas elecciones generales.
De
entrada mi favor va en dirección a un gobierno de emergencia, que según lo
prefiguro se trataría de conformar de manera responsable, una plantilla de
ciudadanos capacitados y moralmente probos (que los hay), para ocupar los
cargos de gobierno incluyendo el de Presidente de la República, menos los de la
actual Asamblea Nacional, que continuará en funciones hasta el término de su
mandato y serían los encargados de seleccionar y juramentar a este gobierno
interino.
La
otra opción, que es el llamado inmediato a unas elecciones generales, aunque en
apariencia podría ser la solución más favorable para los intereses y agendas
políticas de los partidos políticos de la oposición, es la ruta más peligrosa,
irresponsable y absurda para la transición, al punto, que considero podría ser
el fin de recuperar para el país la democracia.
Hay
algunos partidos y líderes de la oposición que quieren asegurarse un gran
pedazo del pastel del poder político, aprovechando que han escalado en
popularidad, gracias al acompañamiento que le han dado a las últimas manifestaciones
de calle contra el gobierno, para ellos el tiempo corre en su contra, si
liberan a los presos políticos o esperan demasiado, las circunstancias podrían
cambiar de nuevo, y pudieran no obtener los votos que pudieran acumular
aprovechando la Unidad, asegurar al candidato para Presidente de la República
es una tentación irresistible ante el inminente vacío que deja el chavismo.
Nadie
en su sana mente podría pensar que inmediatamente eyectado el régimen de
Nicolás Maduro se podría someter al país a un proceso electoral general, justo
en medio de una de las peores crisis humanitarias que haya vivido nuestro país
en su historia, apenas meses de haber desalojado al chavismo del gobierno y su
injerencia en todas las instituciones de este Leviatán de estado que han
construido, incluyendo al organismo electoral encargado de montar estas
mega-elecciones, que tendrían un costo en recursos, tiempo y esfuerzo que se
podrían dedicar a resolver problemas más urgentes.
Si
fuera esta la opción a seguir, tendríamos a nuestros políticos ocupados de
nuevo del carnaval electoral y no de los problemas urgentes del país, sería el
ejemplo de la irresponsabilidad más supina ante la comunidad internacional, y
le dejaría la puerta abierta a las fuerzas subterráneas del chavismo para que
vuelvan a embochinchar el país y probablemente, su regreso al poder por quien
sabe que medios.
El
gobierno de emergencia se encargaría de designar a los gobernadores, alcaldes y
otros funcionarios que tienen sus períodos vencidos, en concordancia con la AN,
sería funcionarios interinos y sujetos a las condiciones que afectarían a los
integrantes de este gobierno de emergencia.
Hay
un factor que considero importantísimo desde mi punto de vista, y es el asunto
de la seguridad ciudadana, tenemos a un hampa desbordada, haciendo lo que le da
la gana sin ninguna consideración por la convivencia pacífica y por las leyes,
tenemos al país inundado de armas de guerra en manos de colectivos violentos,
grupos subversivos en dominio de territorios completos, tenemos la industria
del narcotráfico operando sin ningún control en el país, el sistema de cárceles
son centros de operación y control del hampa organizada, tenemos la corrupción
enquistada en todas las instancias del estado, principalmente en el estamento
militar, es imposible sostener algún tipo de gobernabilidad si este problema no
es enfrentado de inmediato y con resolución.
Lo
que quiero decir, es que no se puede llamar a elecciones generales en un país
que no está pacificado, por la sencilla razón que no hay garantía del ejercicio
de los derechos fundamentales, no habría manera de garantizar las resultas de
la elección.
El
manejo de la crisis humanitaria va a requerir de una atención absoluta y
eficiente de nuestros representantes en la Asamblea Nacional, no puede haber
distracciones pues el fracaso de esa gestión sería el caos social del país, hay
demasiada gente en condiciones de alta vulnerabilidad que debe ser atendida,
los servicios públicos y las infraestructura del país se encuentra en tal estado
de precariedad que cualquier gestión para aliviar la crisis se hará cuesta
arriba.
Las
elecciones en este caso y momento, serían un elemento político desestabilizador
importante para la recuperación del país, no podemos desviar nuestra atención
de los problemas importantes.
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Yo
tengo mi opinión que no he dejado de expresar sobre nuestro actual plantel
político en la oposición, es bastante mediocre, muy pocos políticos se ocupan
de actualizar sus conocimientos y se preocupan de rodearse de buenos asesores,
la mayor parte de ellos se creen infalibles y confían demasiado en sus
“instintos”, no creo que sea la gente adecuada para sacar al país de la crisis
en que está sumida, no tienen ni la voluntad ni la visión que se requiere para
hacerle frente a los difíciles problemas del país, y tan es así, que su única
respuesta a nuestra realidad son elecciones, como si las elecciones fueran un
conjuro mágico… pero como tenemos que vivir con ellos, debemos hacer lo posible
porque se equivoquen lo menos posible, y no nos hagan daño, habrá que
masticarle la comida y ponérsela en la boca para que la digieran.
Tenemos
que tener muy claro cuáles son los términos y objetivos de ésta transición,
esto lo digo porque hay sectores políticos y sociales dentro de la oposición,
que son minoría, que están alineados con el chavismo y van a defender sus
intereses, hay otro grupo de venezolanos que yo llamo los confundidos, que bajo
una supuesta tolerancia porque son demócratas “auténticos”, con la excusa de
que son cristianos y todos los pecados se perdonan, con el manido discurso de
que todos somos venezolanos y hay para todos en el país, van a torpedear los
esfuerzos por llevar a cabo la transición con algo de racionalidad.
En
esta transición no hay espacio para el chavismo, estamos saliendo de un penoso
conflicto que nos ha costado Sangre, Sudor y Lágrimas como para poner a
participar a sus causantes en las rectificaciones, en esta transición el
chavismo y sus simpatizantes deben considerárseles como enemigos peligrosos, y
hay que contenerlos, pues sabemos que detrás de ellos está Cuba, y en este
sentido una de las primeras medidas de la transición debe ser, la
inhabilitación política de todo el conglomerado de organizaciones del Polo
Patriótico, hasta nuevo aviso.
Una
de las primeras labores de la AN durante el gobierno de emergencia debe ser la
creación de una comisión que se ocupe de una reforma a la actual constitución
para que limpie de su texto toda referencia que lleve a confusión sobre el
socialismo, el bolivarianismo, el colectivismo y el militarismo.
Una
nueva Constituyente es necesaria para cambiar las estructuras profundas del
estado, pero más adelante, lo prioritario es atender nuestra crisis humanitaria
y económica.
La
transición como pasaje de un estado a otro, debe tener un tiempo determinado,
yo creo que el gobierno de emergencia, para permitir que cumpla sus metas,
debería durar unos dos (2) años en funciones, para estabilizar el país,
permitir la recuperación de los presos políticos, encausar a los culpables de
nuestra debacle en sus respectivos procesos judiciales y poder llamar a
elecciones generales.
El
gobierno de Emergencia debería tener en agenda los siguientes puntos (no
necesariamente priorizándolos siguiendo la numeración en que los presento)
1- Atacar el problema de la
seguridad (incluye el problema militar)
2- Generar condiciones mínimas para
la reactivación del aparato productivo (alimentos y petróleo)
3- Hacer control de daños en todo el
aparato del gobierno, en especial en el sector salud.
4- Manejar la crisis humanitaria
5- Clarificar, ordenar y hacer
públicas las cuentas del país, sobre todo en lo referente a la deuda, con miras
a conseguir financiamiento externo.
6- Controlar la inflación
estabilizando la economía.
7- Detener la hemorragia de
recursos, interna y externa, localizar y rescatar para el país, los fondos
congelados y bienes confiscados en el extranjero.
8- Hacer limpieza en servicio
exterior del país, e imponer una nueva agenda de relaciones internacionales
cónsonas con la recuperación del país.
9- Recomponer los poderes públicos,
en especial el Poder Judicial y el Poder Moral
10- Restituir las garantías y
libertades individuales y de las empresas, establecer comités de la verdad, e
iniciar los procesos de reconciliación y reparación de las víctimas del
chavismo.
Creo
que los las personas que vayan a integrar el gobierno de emergencia deben ser
personas independientes, expertos en sus áreas, deben ser probos y sin
antecedentes penales, venezolanos por nacimiento y que llenen plenamente los
requisitos para el ejercicio de sus funciones, los que aceptaren el cargo deben
obligarse a no presentarse como candidatos a ninguna función pública por 10
años luego de finalizadas sus funciones, el estado les reconocerá de todas las
maneras posibles sus labores en función de sus cargos y el éxito de su gestión.
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Para
éste gobierno de Emergencia, no necesitamos ancianos sabios ni jóvenes con
ideas frescas, necesitamos gerentes, agentes interventores que sepan imponer
programas y disciplina en sus sectores, apoyados y vigilados por la clase
política, expuestos a la crítica y a rendir cuentas, personas comprometidas con
la democracia, las libertades y la sobrevivencia de la nación, no queremos ni
jarrones chinos ni “compañeritos” del partido, el trabajo es inmenso y
delicado.
Como
dije al principio, estas son solo unos esbozos de ideas que deben ser
elaboradas al detalle, y cuanto antes, mejor, la transición, a todas luces, se
encuentra a la vuelta de la esquina y un gobierno de emergencia me parece como
la alternativa más viable, menos traumática y más segura. -
saulgodoy@gmail.com
No siempre estoy de acuerdo con usted. Pero esto es absolutamente sensato. Lo difícil será convencer a los actores políticos para conformar ese gobierno de transición. Sus ventajas son evidentes.
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