lunes, 17 de abril de 2017

Heidegger y la poesía


Para éste filósofo, la poesía, de todas las artes, era la más cercana a la verdad, entendida esta como una apertura del ser original, puro, sin otra mediación que el pensamiento hecho lenguaje, un lenguaje que era al mismo tiempo figurativo y esclarecedor, que era rima y filosofía, de hecho, consideraba que los primeros y más originales pensamientos filosóficos de la cultura occidental, se hicieron desde la poiesis.
Heidegger va directo al estudio que hizo Aristóteles sobre la poética, que a su vez se basó en los clásicos de la épica y la tragedia griega, a partir de la teoría aristotélica elabora un cúmulo de estudios sobre el lenguaje, en especial sobre la semántica de ciertas palabras claves que traduce para soportar su tesis sobre la ontología y la experiencia del mundo, que a su vez utiliza para explorar el propio romanticismo alemán, y en su obra tardía, elaborar una interesante posición estética que es uno de los pilares del llamado postmodernismo.
El filósofo Martin Heidegger
Decía Sófocles en su obra Antígona, que de todas las cosas extrañas en el mundo, nada superaba al hombre, un ser que entra al mundo con sus objetos creados para la caza, la pesca, la agricultura, la construcción, la guerra y con ellos impone su voluntad sobre los otros seres vivos, entra al mundo tal cual es y lo transforma, con su arte edifica palacios, ordena las ciudades-estados y las gobierna, el hombre trabaja no para lo que es, sino para lo que puede ser.
Cree Heidegger que cuando el hombre hace una obra de arte no está construyendo el mundo, sino que está revelando su ser, allí, en la forma de un templo o el canto de un coro.
El problema del ser, es que consume su tiempo viviendo, haciendo, experimentando un mundo que está allí sucediendo delante de sus ojos, y no tiene manera de verse a sí mismo, de entender quien es, hay que tener un grado de evolución elevado para pensar en términos metafísicos, como decía Heidegger “El tipo de pensamiento que piensa lo que es, como un todo, con relación al ser”, sólo los artistas podían hacerlo al elaborar sus obras, y por ello, la importancia cuando pudieron escribirlo, que en el caso de Homero, mencionó la habilidad que tenía el vidente Kalchas que podía ver lo que es, lo que vendría y lo que una vez fue, no sólo las cosas de la naturaleza pero también el campamento de los Aqueos frente a Troya, la ira de los dioses, la furia de las plagas, las piras fúnebres, el asombro de los líderes y muchas otras cosas.
La Enciclopedia Británica (1984, edición 15ta) nos dice del género literario de la tragedia lo siguiente:
A medida que los griegos la fueron desarrollando, la forma trágica, más que ninguna otra traía a colación preguntas sobre la existencia del hombre. ¿Porque debía el hombre sufrir? ¿Porque el hombre debía estar siempre entre los extremos irreconciliables del bien y del mal, libertad, y necesidad, verdad y engaños? ¿Están las causas de su sufrimiento fuera de él, o es producto del destino, o de los planes malignos de otros, de la crueldad de los dioses? ¿Están las causas dentro de él, de modo que trae el sufrimiento hacia su persona por arrogancia, ignorancia o una tendencia a siempre tentar la suerte? ¿Por qué es la justicia tan elusiva?
La tesis heideggeriana es aún más complicada que la aristotélica, ya que consideraba que esta capacidad poética de decir la verdad que tiene el artista, se encuentra sepultada en el pasado presocrático griego, ni siquiera con Platón y Aristóteles, a quienes consideraba actores principales de una segunda etapa, nunca superada por esta verdadera capacidad de cantar el mundo, Heidegger hablaba de la Grecia de Anaximandro, Parménides y Heráclito, los grandes filósofos y científicos que vieron por primera vez orden en el mundo, justo cuando cuando se escribieron las grandes tragedias griegas en el siglo V a.C.
Esa poesía griega la consideraba Heidegger como la Ontología Fundamental, es decir, cuando el hombre tenía contacto directo con su ser y expresaba su naturaleza y condición con libertad absoluta, y fueron los grandes poetas de la época y las obras que nos dejaron, el reflejo más auténtico de ese momento luminoso e irrepetible del artista elaborando, por medio de su arte, profundos pensamientos que concernían a su naturaleza humana, al ser-en-el-mundo (el famoso y complejo Dasein, cuya explicación dejaré para otro momento).
Mientras que para Platón y Aristóteles la poesía era mimesis, una reproducción del mundo, para los poetas presocráticos, en la interpretación que hace Heidegger y que acompaña la opinión de Nietzsche y Hölderlin, la poesía de aquellos autores hace transparente al ser, que justamente una de sus características, es la de ocultarse tras las apariencias.
Parménides había dicho que ser y pensar era lo mismo y las tragedias griegas ilustran de manera ejemplar tal aserto, el estudioso Alexander Ferrari Di Pippo, en su interesante trabajo The Concept of Poiesis in Heidegger's.  An Introduction to Metaphysics (2.000) nos dice:
Se asume que Ser (einai) y pensar (noein) entran en una relación externa que podemos inferir de lo que dibuja este pensamiento. Que Ser es algo subjetivo, determinado por la estructura del pensamiento. De acuerdo a Heidegger, Parménides lo que está diciendo es que Ser y pensar es básicamente lo mismo. Pero aún así, este pertenecer unidos no es, la identidad en la diferencia, propuesta por Hegel. Si esta relación constituye una –unidad de antagonismos- entonces no hay reconciliación debido a que Ser, hace las dos coas, enseña y oculta.

Para Heidegger, Sófocles fue uno de los primeros y más completos filósofos-poetas que existieron heredero de los metafísicos que pudieron diferencia al ser de lo que es, dos cosas diferentes, separadas por una designación lingüística que llamaba a la confusión, pero una vez que se hizo la diferencia.
Cuando Tales dijo que todo estaba compuesto por agua, acompasó una serie de elementos con un integrante común, el agua, de una gota de lluvia, del caudal de un río, de las olas en la playa tenían ese elemento en común con los animales, las plantas y el hombre, ser, es ser agua.
Anaximandro corona el pensamiento ontológico antiguo cuando dice: “Las cosas vienen y pasan de acuerdo a la necesidad”, el hombre arcaico estaba ordenando el mundo de acuerdo a como las cosas le eran útiles y se estaba dando un lugar, un tiempo y hasta una razón de ser.
En el Diccionario Nietzsche editado por Christian Niemeyer (2012) explica como el filósofo de Basilea elabora sobre:
…el surgimiento de la tragedia ática. Pero su interpretación abarca un ámbito más amplio que el de la obra de arte propiamente dicha. Es lo que pasa esencialmente al utilizar las categorías de lo apolíneo y de lo dionisíaco. Atribuye a la música y a la danza un carácter dionisíaco; a la escena, por el contrario, un carácter apolíneo. La asociación de Dionisos y Apolo en la tragedia ática sirve para potenciar ambas partes. Pero no se trata tan solo de un suceso artístico. En la hermenéutica nietzscheana del arte trágico, se manifiestan las características básicas del mundo y de la vida. Los fenómenos fisiológicos del sueño y de la ebriedad aluden a Apolo y Dionisos. Nietzsche atribuye a ambas divinidades no solo un significado estético, sino también ontológico. Para él son poderes estéticos del ser. Todo lo que existe debe su existencia a esta oposición fundamental, posición que recuerda a Heráclito… Dionisos y Apolo van, pues, necesariamente juntos, tal como sucede en Heráclito para el que cualquier cosa lleva su opuesto dentro de sí misma. Es así como se genera en el corazón del mundo la «contradicción originaria» que genera igualmente el «dolor originario». El «Uno originario» dionisíaco, el «artista originario del mundo», se ve obligado a crear la realidad empírica como una bella apariencia apolínea que a su vez se le contrapone con el fin de seguir subsistiendo. De ese modo, encuentran su justificación ontológica los sufrimientos de la existencia individual.

Bajo estas premisas Heidegger elabora en el transcurso de  su extensa obra, toda una visión sobre el arte y la estética que se ha convertido en un polémico complemento a su filosofía sobre el Ser y el Tiempo, que vale la pena ir leyendo poco a poco, con ayuda de expertos y profesores, esto, si les interesa encontrar respuestas a algunas preguntas importantes sobre la vida, porque de eso se trata, de vivir la vida e ir revisándola, como le decía Sócrates a sus alumnos.   -   saulgodoy@gmail.com





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