martes, 11 de abril de 2017

La Teoría de la Relevancia



Desde que me gradué de Comunicaciones en 1976, he tratado de estar siempre al día en la materia, pero sucede en todo disciplina humana, los adelantos y los nuevos territorios para la investigación son tan abundantes que “estar al día” es más un ideal que una realidad.
Cuando abandoné Michigan con mi título bajo el brazo, muchos de mis profesores creían posible que en cualquier momento podría darse una Teoría General de las Comunicaciones, un grupo de postulados o  factores formulados de tal manera, que pudieran explicar cada una de las formas de comunicación existentes.
Lo más cercano para el momento fue el esquema para la telefonía que propusieron Shanon y Weaver (1948), que se le conoció como la Teoría matemática de la información,  que consistía en el intercambio de información entre emisor y receptor por medio de un canal, que transmitía información que era codificada y luego decodificada para la recepción del mensaje, el modelo era simple y servía para explicar de manera gráfica un proceso simple de comunicaciones, algunos ingenieros empezaron a calcular cantidades de información, apareció el libro Cybernetics (1948) del inglés Nobert Wiener, el problema fundamental de esta teoría de la información es que no nos dice nada acerca de la información, excepto su aspecto cuantitativo (estadístico).
Hubo que esperar justamente hacia el año que me graduaba, para que se dieran los primeros pasos en el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), para que los ingenieros no solo se contentaran con señales que llevaban información, sino con el contenido semántico de esa información.
Para quienes desarrollaban la IA surgía un aspecto vital en el proceso de la comunicación, y ese era, el significado de la información que se intercambiaba, al introducir la semántica en el proceso de comunicación, es decir, convertir la información en conocimiento, los elementos que entraron en juego elevaron la complejidad de los procesos matemáticos.
Y aquí es que nos damos cuenta de lo amplio que puede ser el concepto de comunicaciones, porque para los biólogos, por ejemplo, la comunicación entre células es un universo aparte al de las máquinas comunicándose, o el de los gritos de los monos anunciando en la selva la presencia de un jaguar, releyendo el libro Communication in Organizations, editado por Porter y Roberts (1977) me encontré con un listado de 15 conceptos de comunicación aplicados a las organizaciones empresariales, cada uno relacionado con un tipo diferente de objetivos y resultados, ni hablar de los contenidos propios de la lingüística o la retórica o de la teoría crítica de la literatura, ni que decir del concepto de comunicaciones específicos del mundo del cine o de la industria de los videojuegos.
La linguista británica Deirde Wilson
Los códigos y lenguajes desarrollados por el programa SETI para la comunicación con civilizaciones extraterrestres nos hablan de los niveles impresionantes de complejidad a que pueden llegar estos intentos de intercambio de información, pero no perdamos de vista la simple comunicación interpersonal, entre dos personas, y lo fácil que es perder el control de una conversación, ser mal entendido y caer en errores y malinterpretaciones.
Mientras más comprendemos los diferentes procesos, sistemas y conceptos de comunicación se nos hace más y más patente, que esa idea de mis profesores de una Teoría General de las Comunicaciones, no era sino un sueño.
Y es cuando aparece el antropólogo francés Dan Sperber quien desarrolló el extraño concepto de la epidemiología de las representaciones, y que con la lingüística británica Deirdre Wilson elaboró la Teoría de la Relevancia, que no es otra cosa que una explicación en como la cultura se transmite.
Dice Sperber, y lo tomo de la entrevista que le hizo la revista Edge (2005):
Igual que la mente humana no es una pizarra en blanco en la que la cultura puede escribir su contenido, el proceso de comunicación no es como una máquina copiadora Xerox que reproduce el contenido de una mente a otra. Aquí es donde me diferencio con la visión estándar del semiólogo o del sociólogo que toma el acto de las comunicaciones como un sistema de codificación y decodificación, influenciado solamente por intereses sociales, por poder, por distorsiones intencionales o inconscientes pero que igual, resulta en un flujo regular de información no distorsionada. También me diferencio de Richard Dawkins quien ve la transmisión cultural como un proceso de replicación, y quien asume que la imitación y la comunicación proveen un robusto sistema de replicación… las palabras no codifican el significado de los que nuestro interlocutor quiere decir, ellas apenas nos dan la evidencia de lo que el hablante quiere decir.  Cuando le hablamos a nuestra audiencia queremos que comprenda algo que está en nuestra mente. Pero no tenemos la capacidad de codificarlo todo, y tratar de codificar lo más posible sería terriblemente complicado.  Las expresiones lingüísticas, por más ricas y complejas que sean, no pueden codificar enteramente nuestro pensamiento.  Pero sí puede dar una muy rica evidencia de cuáles son nuestros pensamientos… No estamos interesados, cuando tratamos de comprender lo que el otro tiene que decir, en tener una copia en nuestras mentes de lo que dice, estamos interesados en obtener sólo lo que es relevante para nosotros, vemos en lo que otros trata de decirnos una fuente de conocimiento e información de la que tenemos que construir pensamientos propios, lo mismo sucede con la imitación… obtener ventajas de la información que el otro provee es construir pensamientos propios, objetos propios, comportamientos propios, de los que nos hacemos responsables, el proceso se hace constructivo.

Sperber, cuando se fija del proceso de culturización de los pueblos, se interesa más por los microprocesos, al igual que el biólogo Richard Dawkins, pero con la diferencia que mientras Dawlins ve procesos de replicación de los memes, que serían las unidades básicas de la cultura, tal como lo sería los genes en los seres vivos. Sperber piensa que en el proceso de preservación cultural hay implícito una acto de construcción por parte de las personas, ese acto de culturización consiste en aportes que hacen los individuos al guardar o retirar cultura del gran archivo social, lo que sucede es que la gran cultura permanece estable, a niveles macros no hay grandes cambios, o son muy lentos, pero en los microprocesos hay una dinámica de aceptación de nuevos cambios, e incluso de correcciones o de mutaciones en los usos culturales, aceptación de modas, de nuevas palabras, de artefactos y estilos de vidas.
Pero para este antropólogo, existen lo que él llama los atractores culturales, que al igual que en la Teoría del Caos, estos atractores estabilizan la cultura en términos macros.
Las ideas de Sperber están produciendo interesantes perspectivas en el mundo de la cultura, de las comunicaciones, e incluso en la religión, sus ideas sobre Dios son muy interesantes, su obra es variada y muy polémica, uno de los frentes más notables de discusión es el que se ha abierto en las escuelas de lingüística en Israel sobre algunas nociones de coherencia, que la doctora Rachel Gioria de la Universidad de Tel Aviv, se ha tomado muy en serio.
Algunas obra de Sperber están traducida al castellano, pero a los estudiosos de las comunicaciones es casi que una obligación sumergirse en su Teoría de la Relevancia.  -   saulgodoy@gmail.com










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