sábado, 8 de abril de 2017

Un minuto de fama


Tengo amigos en España que desde hace un tiempo me han conminado a que escriba sobre como un artículo mío se hizo parte de uno de los más sonados procesos judiciales de ese país, y ya que la cuestión, que tiene más de un año, es pública y notoria, les cuento la historia.
El caso Noos es la causa que se lleva en los tribunales en contra de Iñaki Urdangarin, el yerno del Rey de España Don Juan Carlos de Borbón, esposo de su hija, la Infanta Cristina, quien lamentablemente, se vio involucrado en unas acusaciones sobre hechos de corrupción, se le siguió un juicio y se le condenó a prisión.
En una de las incidencias del caso, uno de los abogados, el letrado González Peeters, defensor del socio de Urdangarin, el Sr. Diego Torres, cuando el ex ministro de Justicia Alberto Ruíz Gallardón iba a prestar declaración, el abogado Peeters, aparentemente, le hizo un comentario a su cliente refiriéndose al ex ministro como “este es idiota”.
El asunto es, que el comentario se hizo público y el tribunal le abrió una Diligencia disciplinaria al abogado por falta de consideración y respeto que, según la norma que regulan estos procesos, deben tener las partes hacia cualquier persona que intervenga en el proceso.
El Rey Juan Carlos al lado de su hija La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin
Según lo reportado por varios medios locales, pero sobre todo por un artículo aparecido el diario El Mundo, el 17-05-2016, firmado por el periodista Germán Gonzáles, un periódico que es de circulación nacional en ese país.
En su defensa, el abogado Peeters utilizó las acepciones de varios diccionarios de la palabra Idiota, entre ellos de la Real Academia Española y al María Moliner, pero además se refirió a mi artículo El Idiota Moral que ya había sido publicado en mi Blog El Tambor del Hortador, utilizando en su defensa mis argumentos y dándome los créditos correspondientes.
Los conceptos que aparecen en mi artículo son ahora parte de un expediente judicial importante para la historia de España, de alguna manera me colé en la jurisprudencia en Europa, aunque sólo haya sido en una incidencia dentro del proceso.
A continuación les reproduzco el artículo en cuestión.

 El idiota moral,
Cuando a alguien se le señala como un idiota moral, no es un insulto, es un término usado en la psiquiatría, la criminología y la ética para señalar una carencia funcional del individuo, al contrario de los idiotas intelectuales, las personas inteligentes pueden sufrir de idiotez moral; de la manera más resumida, se trata de la imposibilidad de diferenciar entre el bien y el mal.
Por lo general, un idiota moral tienen dificultad de internalizar las normas y comportamientos que conllevan a la interacción social, a la armonía en las relaciones y a la consecución del orden, el débil moral actúa por conveniencia dentro de un grupo para lograr sus propósitos, que por lo general es obtener atención y reconocimiento, pero para lograrlo, utilizan el engaño y la trampa, y en casos extremos, el crimen.
 Cuando a un idiota moral se le atrapa y se le confronta con la evidencia de sus intrigas y falsedades, es incapaz de reconocer que hiso mal, al contrario, sigue mintiendo y señalando a otros como culpables.  Este cretinismo tiene dos variantes, o viene dado por deficiencias fisiológicas o es un comportamiento inducido.
El Rey de España Don Felipe de Borbón
Carentes de conciencia, es imposible que el idiota moral sienta remordimiento por sus acciones, lo que los hace un peligro para la sociedad, sobre todo luego de que unos principios ideológicos sustituyen las normas morales. 
Cuando el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Garfield, fue asesinado por Guiteau en 1881, el médico asignado para hacerle un reconocimiento psiquiátrico al magnicida, fue el el Dr. Bucke, Superintendente del Asilo para Dementes de London, Ontario, y en las actas del juicio declaró: “Cuando un hombre nace con deficiencias en sus facultades mentales decimos que es un tonto. Si carece totalmente de estas facultades lo llamamos un idiota. Cuando un hombre es deficiente en sus cualidades morales, es un criminal- en su naturaleza cuando no en hechos; si tiene carencia total de cualidades morales es un idiota moral.” 
Guiteau fue ejecutado, haciéndose constar que no era un castigo por su crimen ya que se castiga a quien puede arrepentirse, sino un acto de la sociedad por eliminar un peligro irremediable.
Eichmann, el criminal de guerra nazi, también fue declarado un idiota moral durante su juicio, insistiendo que sus acciones eran motivadas por su patriotismo, su obediencia incondicional a Hitler, su Comandante en Jefe y para la grandeza de Alemania, fue imposible que comprendiera que sus crímenes eran una ofensa en contra de la humanidad.
Lenin fue el primer idiota moral que reconoció que para el triunfo de la revolución socialista en el mundo, todo vale, el marxismo-leninismo preconiza que la corrupción de la sociedad burguesa es el camino más rápido para hacer una revolución, uno de sus asociados en la empresa revolucionaria Davidovich Bronstein (Trotski) dejó escrito: “Es moral todo lo que sirve para destruir a la vieja sociedad explotadora, para unir a todos los trabajadores en torno a un proletariado que está creando una nueva sociedad comunista… lo mejor es corromper, lo mejor es corromper.”
El otro gran ejemplo de un idiota moral y que pertenece a la literatura universal, fue el Dr. Víctor Frankestein, y que para Harold Bloom resume esta particular patología, este gran científico tenía entre sus manos un dilema que resolvió de la peor manera, aún siendo un genio carecía de visión moral y cuando bajó la palanca en su laboratorio, y la electricidad le dio vida al monstruo que había creado, marcó la ruina y el desastre para él y los suyos. 
Diego Torres y el abogado Gonzáles Peeters
El ex Fiscal General de la República, Julián Isaías Rodríguez es otro gran idiota moral, sobre cuya figura se tienden tenebrosas sombras que lo implican en manejos criminales en el ejercicio de su cargo, su comportamiento, declaraciones, actuaciones registradas durante el proceso de investigación y juicio en el caso del asesinado fiscal Anderson, no dejan lugar a dudas sobre los vicios procesales, la manipulación de los expedientes y su injerencia directa en las resultas del proceso.
Su inmoral injerencia en las investigaciones y juicios donde participó, ha dejado una secuela terrible de muertos, de gente presa, de personas injuriadas y honorabilidades destruidas, de afectaciones a muchas familias venezolanas, pero lo peor de todo, fue el primer chavista en haber dejado al sistema judicial venezolano en entredicho con el uso de sus “testigos estrellas”, personas de dudosas reputaciones dispuestas a declarar en contra de políticos de la oposición para involucrarlos en crímenes y golpes de estado.
Parece ser que esta afición por montar “ollas podridas” como se dice en la jerga periodística y la actividad de personeros que desde el poder tratan de empantanarle la vida a quienes los adversan políticamente, ha florecido en el gobierno del dictador Maduro, una nueva cosecha de idiotas morales han aparecido en escena con toda la intención de hacerle daño a la sociedad venezolana.
El gobierno chavista aprovechando su control absoluto sobre el aparato policial y judicial de Venezuela, tomando ventaja de la hegemonía comunicacional que ejerce de forma inconstitucional y antidemocrática, se ha encargado de negociar con criminales y psicópatas que son apresados luego de sus horrendos crímenes, para usarlos como testigos falsos y ponerlos ante las cámaras, declarando que son ejecutores de planes elaborados por la oposición política.
En el lamentable suceso del asesinato y posterior descuartizamiento de la ciudadana Liana Hergueta personeros del alto gobierno de Maduro, incluyéndolo, se han dado en promocionar las declaraciones del asesino que alega, estar al servicio de importantes líderes de la oposición, entre ellos, varios políticos extranjeros y un editor de un periódico crítico a la gestión de gobierno.
Tanto la fiscalía como la defensoría, están avocadas a las investigaciones donde ésta descabellada especie trata de influir en la opinión pública, para mal poner a las fuerzas políticas opositoras y tratar desesperadamente de revertir las encuestas que dan al gobierno como perdedor en las próximas elecciones de diciembre, donde se elegirán las nuevas representaciones para la Asamblea Nacional.
La estrategia de montar esta olla podrida es un claro indicio de que el gobierno de Maduro no abandona su plan de desacreditar a sus oponentes, introduciendo elementos artificiales preparados en laboratorios de guerra sucia, que son desestabilizadores del orden y la tranquilidad pública, con la clara intención de crear un estado de excepción para suspender las elecciones que tanto daño le hará a su intento de continuidad en el poder.
Jorge Rodríguez, Alcalde del Municipio Libertador de Caracas y jefe de campaña del partido de gobierno, Tarek William Saab, Defensor del Pueblo, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y el mismo Nicolás Maduro revivieron estos planes cubanos de guerra psicológica, en un intento alocado de revertir la impopularidad del gobierno, utilizando a criminales comunes y desadaptados, que forman parte de sus cuerpos de informantes, que infiltrados en las manifestaciones públicas de la oposición, por medio de sus absurdas acusaciones, documentación falsa, montajes fotográficos y grabaciones fraudulentas, que no tienen la menor coherencia ni credibilidad, enredar a los partidos democráticos en posiciones defensivas.
Los idiotas morales están de nuevo actuando y tratando de sembrar el caos en nuestro país, pero sus acciones se han hecho tan absurdas y obvias, que ni sus mismos partidarios se las creen, pero como no hay autoridades ni instituciones que le ponga un parado a estas locuras, lo que esperamos en el futuro próximo, es la quiebra definitiva de la credibilidad en el gobierno ante el país y el mundo, y como bestias atrapadas, su derrota será en medio de un show del horror. -  saulgodoy@gmail.com









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