lunes, 1 de mayo de 2017

La gran falla que divide la filosofía


Tal cual la falla de San Andrés en el estado de California u otras fallas geológicas que marcan definitivamente los grandes bloques de la costra terrestre, igual en la filosofía, usted va a cualquier universidad y revisa el programa de filosofía y muy pronto encontrará que la dividen en dos grandes parcelas, los estudios analíticos y los continentales, divididos por una gran falla que muchas veces pasa por ser mera metodología, pero pronto se entera que abarca temas y hasta puntos de vista, maneras diferentes de ver el mundo.
Hay universidades que pretenden dividir la filosofía en otro tolete, separando los estudios del marxismo de la filosofía continental, de modo que presentan un menú de tres opciones, la analítica, la continental y la marxista, pero muy pronto se dará cuenta que es una división meramente artificial, no se puede entender la filosofía llamada continental sin el marxismo.
No nos caigamos a embustes, esta división de la filosofía tiene un fuerte rasgo eurocentrista, propios de los pueblos blancos del centro-norte europeo, razón por la cual la filosofía desarrollada en otras partes del mundo caen bajo denominaciones exóticas como filosofía oriental, post-colonialistas, feministas, etc. Que si a ver vamos, todas, de alguna manera, tienen su correspondencia con la filosofía occidental que sin duda, ha sido la dominante en el conjunto de sistemas filosóficos.
Veamos entonces en qué consisten las diferencias entre la filosofía analítica y la continental, aunque hay verdaderos tratados que abordan el asunto voy a mantener mi explicación a niveles muy básicos con fines meramente ilustrativos.
Primeramente, se trata de una característica que corresponde a la filosofía “moderna”, que para unos empieza con Descartes y para otros con Hegel, con toda una gama de filósofos intermedios propuestos como padres de la modernidad, el asunto todavía no se ha resuelto.
Para el caso de todos los filósofos anteriores a la modernidad se les aplica la clasificación de “Clásicos” y se les subdivide por épocas, períodos históricos, países o simplemente por sus nombres, y en esto, hay una disciplina que se llama la Historia de la Filosofía que se encuentra en plena confrontación sobre la naturaleza de su propio conocimiento, sobre cómo sus diferentes autores llegaron a esas clasificaciones, e incluso, sobre la legitimidad del metarelato que tratan de vender, una discusión interesantísima.
Según el Diccionario Oxford de Filosofía el término de Filosofía Continental nace luego de la Segunda Guerra Mundial para reconocer la profunda diferencia del pensamiento continental europeo, del mundo filosófico de habla anglófona que incluía a Inglaterra y los EEUU.
La filosofía continental se caracteriza por una preferencia por la metafísica idealista, por las manifestaciones espiritualistas y el historicismo, este sistema filosófico está muy marcado por el existencialismo y la fenomenología, y tiene ramificaciones importantes con el marxismo y el psicoanálisis freudiano, su metodología y dirección le dio por el desarrollo del estructuralismo y del radical deconstruccionismo, elaborado por Derrida, igualmente se vio fuertemente marcado por el movimiento ontológico explorado por Heidegger, lo “social” tiene una importancia inusitada en sus propuestas, sobre todo en el campo del lenguaje.
Por su parte los anglosajones se atrincheraron en la llamada filosofía analítica que le debe un montón a la lógica matemática y simbólica, casi todos sus cultores tenían que ver con algún desarrollo de carácter científico, hay una identificación con la racionalidad positivista que se deriva del método científico, Wittgestein, Moore y Russell fueron figuras impulsadoras, heredaron las posiciones más radicales del positivismo lógico del Círculo de Viena, los ingleses desde el principio combatieron la idea de que la realidad era unitaria, indivisible y con contenido espiritual, desarrollaron un verdadero cuerpo lingüístico donde más importante era el uso que se le daba al lenguaje, su evolución, que lo que las palabras significaban.
Como bien lo resume el profesor Nelson Maldonado-Torres en su ensayo Post-continental Philosophy: Its Definition, Contours, and Fundamental Sources (2006):
Por varias décadas los contornos de la filosofía reconocida los han dibujado los que defienden las llamadas filosofía analítica y la filosofía continental. La filosofía analítica está referida como un estilo de pensamiento centrado en la cuestión de la verdad de algo, en vez de la filosofía continental, que se ocupa de los múltiples factores que constituyen el significado.  La filosofía analítica, se dice, está más cerca de las ciencias, mientras que la filosofía continental tiene más afinidad con las humanidades.  Una de las razones de ésta diferencia es que la filosofía analítica tiende a ignorar a la historia de sus reflexiones, en cambio la filosofía continental enfatiza la relevancia del tiempo, tradición, experiencias vividas y/o el contexto social.

  En los EEUU la filosofía analítica se enraíza con el pragmatismo de Pierce de James y Dewey, y se desarrolla contemporáneamente con Putnam, Rorty y Nozick. El profesor Larry Hickman de la Universidad de Texas, señala en una entrevista para la publicación EUROPEAN JOURNAL OF PRAGMATISM AND AMERICAN PHILOSOPHY (2009), la importancia que tiene John Dewey para el tema de la tecnología, como ejemplo de cómo se inserta el llamado Pragmatismo norteamericano en los temas de discusión entre las filosofías analíticas y continental en Europa, dice Hickman:
En ese momento yo estaba activo en la Sociedad para la Filosofía y la Tecnología.  Me di cuenta que era importante introducir a Dewey en aquellas discusiones porque para ese tiempo eran principalmente Heidegger y Jaques Ellul con sus ideas de la tecnología autónoma; también la Escuela de Frankfurt con su crítica a la racionalidad instrumental, todas unas posiciones muy negativas, aproximaciones que eran anti-tecnología.  Pero Dewey venía escribiendo acerca de la tecnología desde mucho antes que ellos, y era muy positivo acerca de la promesa de la tecnología.  Para los europeos, la tecnología era un problema.  Para Dewey la tecnología nunca fue un problema por la manera como él pensaba que nosotros los humanos habitábamos el mundo resolviendo problemas usando herramientas, para poder adaptarnos a las circunstancias cambiantes.

Pero entonces, investigando sobre el asunto que llamó mi atención, me encuentro con una serie de pensadores donde se ubica el mismo Larry Hickman entre muchos otros, que critican estas categorías de dividir la filosofía en campos como el analítico, el continental e incluso el pragmatismo, que lo que hacen es complicar innecesariamente las supuestas diferencias sobre las aproximaciones a los principales problemas de la filosofía, levantando cercas motivados principalmente por sentimientos chauvinistas, como aquella diferencia entre las escuelas de Inglaterra y las de Francia y Alemania y posteriormente la de USA, cuando en la práctica, los estudios y las investigaciones era un continuo fluir entre los diferentes temas, métodos y direcciones sin importar si uno era más próximo a un tipo de lenguaje que el otro, en este sentido nos continua diciendo Hickman:
Cuando estaba estudiando la historia de la lógica, leí bastante sobre filosofía analítica, y me ayudó mucho. Leí y aprecié con agradecimiento la obra de Wittgenstein, Ryle, Austin, Russell, Frege. Pero como había leído igualmente mucho a Dewey me di cuenta que éste había resuelto muchos de los problemas que los filósofos analíticos todavía estaban tratando de entender… La continua búsqueda por la certidumbre, por ejemplo.  Phillip Kitcher sugirió que deberíamos dar marcha atrás con el viejo paradigma, de que sea la lógica y la epistemología los que provean con principales problemas filosóficos, y que campos como la ética y la estética permanezcan en la periferia, creo que está en lo correcto. La lógica y la epistemología son herramientas con las que debemos trabajar en los asuntos claves que son los asuntos éticos, estéticos y de política en la filosofía… Como experto en la obra de Dewey he tenido la oportunidad de viajar a China para trabajar con grupos neo-confucianos… en Japón trabajé con la escuela budista Nicheren, hemos colaborado en el tema educativo con autores como Daisaku Ikeda líder espiritual de 13 millones de budistas… con Tsunesaburo Makiguchi sobre la educación para Japón en el siglo XXI.

El profesor Simon Glendinning de la Universidad de Edimburgo y editor de varias compilaciones, entre ellas una sobre Filosofía Continental, nos aclara en su trabajo La Idea de la Filosofía Continental (2003) que uno de sus expertos en fenomenología y desconstrucción Simon Critchley concluyó para la enciclopedia que:
Lo que se incluye dentro de la filosofía continental comprende… una serie muy ecléctica y disparatada de corrientes intelectuales que muy difícilmente pueden llegar a una tradición unificada, y todavía más importante, concluía, no hay simplemente una categoría que pueda pretender cubrir la diversidad de trabajos que metodológicamente y temáticamente tan opuestos como Hegel y Kierkegaard, Freud y Buber, Heidegger y Adorno, o Lacan y Deleuze.

Pero lo que es peor, dentro de la filosofía analítica y la continental hay vasos comunicantes que se solapan en intereses comunes, investigaciones que abarcan ambos mundos, investigadores continentales que tienen a la ciencia como sujeto de sus elucubraciones, y lógicas simbólicas y parcelas de la filosofía matemática que abarcan especulaciones metafísicas.
Estas demarcaciones totalmente artificiales en la filosofía, que se han tratado de mantener siguiendo unos usos desactualizados, hacen más mal que bien, aún dentro de los aspectos estrictamente educativos y apegados a meros pensum de estudios, estas diferencias son tan absurdas que provocan risas, concluye Critchley: “La Filosofía Continental es una invención, o más exactamente, una proyección de la academia Anglo-Americana hacia la de la Europa Continental que no reconoce la legitimidad de tal apelativo- sería algo así como pedir un desayuno continental en París.”  -   saulgodoy@gmail.com










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