viernes, 16 de junio de 2017

La política del depredador


Don Juan, el chamán yaqui mexicano, cuenta a Carlos Castañeda lo siguiente:
-Hay un predador que vino de las profundidades del cosmos y se hizo con el gobierno de nuestras vidas.  Los seres humanos son sus prisioneros.  El predador es nuestro dueño y señor.  Nos ha hecho dóciles, nada podemos hacer.  Si queremos protestar, él suprime nuestra protesta.  Si queremos actuar por nuestra cuenta, nos dice que no lo hagamos… En efecto, estamos presos… Ellos se hicieron cargo de nosotros porque somos comida para ellos, y nos exprimen sin piedad porque somos su alimento. Tal y como nosotros criamos gallinas en los gallineros, los predadores nos crían en corrales humanos, humaneros. Así siempre tienen comida disponible… los predadores nos han transmitido sus credos, nuestras ideas sobre el bien y el mal, nuestras costumbres sociales.  Ellos son los que organizan nuestras esperanzas y expectativas y sueños de éxito o fracaso.  Ellos son los que nos han dado codicia, avaricia y cobardía.  Son los predadores los que nos hacen ser complacientes, rutinarios y ególatras… Con el fin de mantenernos obedientes y sumisos y débiles, los predadores emprendieron una formidable maniobra… ¡Ellos nos dieron su mente!  No le quedan más sueños al hombre que los sueños de un animal que está siendo criado para convertirse en un pedazo de carne: trillado, convencional e imbécil.
Carlos Casteñeda, 1998
Referido en el libro Children of the Matrix (2002) de David Icke

En el caso venezolano debemos hacer una aclaratoria, no son Nicolás Maduro ni Diosdado Cabello los creadores de la estrategia del predador que nos tienen aplicada a los venezolanos, esto va mucho más allá, es una estrategia que tiene en desarrollo muchos años, que se ha ejercido en incontable países a través de la historia, que se ha depurado, objetivado, teorizado, que está escrita en incontables manuales de guerra y dominación del enemigo, que se ha venido practicando por regímenes totalitarios y que algunos gobiernos latinoamericanos, aplican a sus pueblos para que los depredadores dominen a la sociedad.
Nicolás y Diosdado, aún siendo ellos depredadores, son la comida y los prisioneros de otros depredadores mucho más antiguos, agresivos y sofisticados, nuestro problema, y esto es algo que la comunidad internacional no acaba de asimilar, es un problema global, altamente contagioso, muy peligroso y que hay que atender y neutralizar de inmediato, darle tiempo y respiro como pretenden algunos mandatarios, ponernos a negociar con estos depredadores, son simplemente técnicas de supervivencia que esta raza de depredadores utiliza, conjuntamente con sus aliados, en su intento de dominar el mundo y acabar con las libertades y la democracia.
Los venezolanos debemos ser los primeros en tener esto muy claro, nos estamos jugando la vida y el futuro del país en esta resistencia que no termina en convertirse en una verdadera confrontación en contra de estos agentes de la opresión, y no nos hemos podido poner de acuerdo en una conflagración final, que a todas luces está a nuestro favor, porque todavía en nuestras filas hay infiltrados, colaboracionistas y “convertidos” que claman por la posibilidad incierta, irreal y fantasiosa, de que podemos convivir con los depredadores, que es democrático permitir que estos bichos nos coman.
Los llamados al pacifismo y a la no violencia por parte de importantes sectores de la oposición bajo el ridículo argumento de que ellos no tienen ejército ni las armas, que protestemos “civilizadamente”, dentro de la constitución, mientras los depredadores nos matan, nos violan y nos asaltan, es una clara señal de que tenemos dentro de la oposición libre y democrática a unos cobardes y confundidos que le hacen el juego a esta banda de matones.
Los argumentos pacifistas no tienen la estatura moral para convertirse en una guía de acción para una resistencia, sencillamente porque renuncian de entrada a defender la vida y la propiedad, es simplemente una postura, una pose que retrata un ideal que no existe y que le asegura a los violentos el éxito en sus tácticas y finalmente en su estrategia de dominación.
Ningún demócrata en ninguna parte del mundo se deja asesinar como un perro ni permite que le violen su hogar, los demócratas ni somos mártires ni le tenemos miedo a la confrontación violenta, porque dejarnos destruir es darle al enemigo lo que quiere, y si nos asesinan ya no hay democracia, ni mundo, ni vida, para quien fallece en manos de estos animales es el fin y un pésimo ejemplo para los sobrevivientes.
Los pacifistas en vez de estar manipulando la historia de la India y de la lucha por los derechos civiles en los EEUU para favorecer su tesis de come flores, deben verse retratados en la lamentable circunstancia en que incurrieron los judíos en la Alemania Nazi, todo fue un acomodo, una negociación con quienes no deseaban negociar, una ajustarse a la “norma”, un tratar de pasar inadvertidos sin hacer mucho ruido y hasta un colaboracionismo absurdo con las fuerzas opresoras.
Simón Weisenthal, en 1967 dejó escrito lo siguiente: “Nunca he confiado en quien me asevere haber salvado judíos de la SS. El hecho es que los judíos nunca fueron salvados… no se hizo lo necesario para salvarlos, ni siquiera ellos mismos lo intentaron.”
Los pacifistas venezolanos nos quieren hacer creer que con la no violencia podremos influenciar en algo a las fuerzas opresoras y a su sistema criminal, todavía no están convencidos que esos funcionarios que nos disparan gases venenosos en las autopistas y en contra de nuestras residencias, que destripan jóvenes, mutilan muchachas, asesinan personas de la tercera edad en medio de risas e insultos, no son iguales o peores que los nazis… pues están bien equivocados.
El proyecto de la constituyente de Maduro no es sino un programa para instaurar depredadores en el gobierno por tiempo indefinido, el consolidar su granja de humanos para esclavizarlos y alimentarse de ellos, para seguir imponiendo su mente y su pensamiento entre sus víctimas, pero quizás lo más importante, es que van a quebrar el orden internacional con un modelo antidemocrático, militarista, narcotraficante y terrorista frente a las costas de los EEUU, monitoreado, como si se tratara de un drone, desde Cuba y con toda la intención de debilitar y destruir la seguridad del país que lidera el mundo en la defensa y promoción de las libertades y el respeto a la ley.
¿Qué vamos a tener que pagar un costo?, sí, es lo usual en una guerra por la sobrevivencia, que van haber víctimas, probablemente muchas más de las que hasta ahora hemos tenido… pero lo importante, lo que no podemos perder de vista es que el gobierno de Maduro no puede permanecer ni un minuto más en el poder, haciéndonos daño y destruyendo lo poco que nos queda.
Tengo la impresión que ya hicimos el trabajo de alertar al mundo sobre nuestra situación, que ya hemos hecho el trabajo de denuncias y armar los expedientes, que ya los tenemos ubicados y sabemos del estado terminal en que se encuentra nuestro enemigo, porque ya debemos hablar de un enemigo, quien nos mata y tortura no es sino un enemigo del que hay que defenderse y estamos obligados a derrotar para que no haga más daño, suficiente ha sido el sacrificio para demostrar que somos un pueblo con vocación libertaria, ya no nos queda mejilla que darle a la violencia fascista del gobierno, que le hemos brindado al chavismo todas las oportunidades de rectificación posibles, creo que llegó la hora de la verdad.
Y para este momento de la confrontación final, tengo la certeza de que muchos de los apoyos con los que cuentan los depredadores, les fallarán, todos esos colectivos, guardaespaldas y guardias de honor no están dispuestos a sacrificarse por ellos hasta la muerte, saben que al final ellos mismos son comida de estos infames seres, y muy probablemente, cuando se percaten de la magnitud de la rebelión, se pasarán a nuestro bando, aunque sólo sea para salvar el pellejo.
Todo ese trabajo de organización que tiene la MUD, todo ese esfuerzo de crear y mantener redes de apoyo, comunicaciones y logística a escala nacional debe ser puesto a la orden de un plan final de asedio al gobierno, del asalto contundente a su centro nervioso, sin aviso, implacable y definitivo, somos por lo menos 15 millones de hormiguitas obreras convertidas en letales marabuntas por el hambre, la injusticia y deshonor, 15 millones que estamos dispuestos a actuar como si fuéramos un ejército que lucha por su vida, y no por el oro.
No me cabe la menor duda que la suerte está echada, y que está de parte de nosotros, decidir el cuándo, cómo y dónde de este duelo anunciado, y mil veces postergado.  -  saulgodoy@gmail.com


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