Para
los que no se hayan dado cuenta todavía, mientras tengamos el actual CNE
manejando elecciones esa vía está cancelada, jugar el juego electoral que el
gobierno quiere y como quiere, es una perderá de tiempo y contribuye a nuestro
desgaste, al voto hay que conservarlo como si fuera oro, no debemos malgastarlo
en batallas perdidas de antemano, debemos sólo utilizarlo cuando tengamos las
condiciones mínimas que nos garantice un voto para cada ciudadano, y que ese
voto decida, que se conforme a nuestra voluntad.
Creo
que el principal problema que tenemos los venezolanos es que le estamos
haciendo el juego al gobierno, actuando según sus reglas, empezando porque lo
estamos reconociendo como gobierno, desde que el chavismo tomó el poder hubo un
grupo de políticos y profesionales del derecho que aún sabiendo que el gobierno
hacía trampas, que era ilegítimo, que violaba la constitución, que no respetaba
la democracia y violaba todos nuestros derechos, aún así, lo trataban y se
dirigía a él como gobierno, como instituciones capaces de responder con
coherencia, de acuerdo a normas y con un fin que respondía al interés nacional.
Esa
ficción que construyeron por estos 18 años de que éramos una nación libre,
democrática y funcional se hizo posible porque a los partidos políticos y a
estos dirigentes de pacotilla les convenía, nos arrastraron a la creencia que
era posible convivir con este supuesto gobierno, los medios de comunicación
cayeron en la trampa y se referían a esta pandilla de facinerosos como si fuera
en realidad el gobierno de Venezuela, todo el mundo obedecía las normas menos
el propio régimen, que se aprovecha de esta debilidad de las personas en
reconocerlo como lo que es, una mafia de explotadores y locos que lo que hacen
es enriquecerse a costa de nuestros padecimientos, que nos matan y nos enferman
para ellos continuar en el poder.
De
una vez por todas olvídense de estar defendiendo “espacios”, de que si no vamos
a unas elecciones trampeadas e inútiles le estamos entregando alcaldías o la
presidencia, en este momento en Venezuela nadie tiene nada, ni los chavistas
tienen el poder, ni la oposición oportunidad de ganar elecciones libres, en
nuestro país ni siquiera Maduro es dueño de su vida, ningún venezolano está
seguro si verá el amanecer mañana.
Y
aquí la clave reside en la palabra “poder”, nadie tiene poder al menos que se
le dé poder, esto es importante entenderlo, el chavismo tiene poder mientras
nosotros se lo otorguemos, y se lo otorgamos mientras cumplimos sus normas,
hagamos lo que nos dicen, soportemos calladamente sus imposiciones, aceptemos sus “cadenas” y discursos
esquizofrénicos, reconozcamos a cada oligofrénico y criminal que nos nombran
como funcionario público, nos creamos como verdad cada ley y normativa que se
les ocurra imponernos.
El
único poder que tiene el gobierno es el del cañón de un arma, y eso ni siquiera
es poder, eso es violencia, y sólo en ese caso es conveniente obedecer por
cuestión sólo de sobrevivencia y seguridad personal, todo el aparato represivo
y de supuesta “justicia” se basa en la amenaza de quitarnos la libertad, de
ponernos presos, de llevarnos a un tribunal, y todo termina en el cañón de un
arma, hasta que esa arma no aparezca, nosotros obedecemos condicionados, como
ratones de laboratorio, a su voluntad, muchos de nosotros ni siquiera hemos
visto esa pistola o escopeta apuntándonos pero igual obedecemos, porque hemos
visto como otros son agredidos por los funcionarios que tienen las armas, los
supuestos policías y militares traidores que debería utilizarlas para
defendernos de nuestros enemigos, las usan para inculcarnos miedo y darle poder
a sus jefes.
Pero
háganse la pregunta ¿De cuántas armas dispone el régimen? ¿Cuántos de estos
cañones nos están apuntando? ¿Cuántos los están apuntando a ellos?, por lo que
sabemos, sólo disponen del poder de fuego de la Guardia Nacional del Pueblo, de
los colectivos armados y de los mercenarios que han cerrado sus carretas en
círculo alrededor de los jefes… pero ¿Y todas las demás armas de la República?
¿Al servicio de quien están?
De
modo que olvidémonos de que estamos viviendo en un país idílico, que tenemos
nación respetuosa del estado de derecho, o que el chavismo es gobierno
preocupado por el bienestar del pueblo de Venezuela, estamos en lo que Rousseau
llamaba el estado natural, en la jungla, donde impera la ley del más fuerte,
que para sorpresa de muchos, el más fuerte no es quien tiene las armas, ni el
que crea las leyes, ni el que más grita o asesina, el más fuerte es el que
logre unir en resistencia a ese enorme grupo de venezolanos que estamos hartos
de esta situación de violencia e injusticia y responda con mayor violencia a
los violentos y esto es así porque los violentos no entienden de razones ni de
principios.
Una
verdadera oposición en modo de resistencia, debería desconocer al gobierno en
cualquiera de sus modalidades, ojo, no estoy diciendo violar la ley y las
normas fundamentales de convivencia sino no hacerle caso a ninguna autoridad
del gobierno sea esta central, estatal o municipal, menos aún a la electoral,
basta de hacer llamados a votar y a concurrir a actos electorales viciados, con
eso lo que hacemos es darle más poder al gobierno, y si pretenden hacerse pasar
como ganadores de gobernaciones y alcaldías igualito, desconocer su autoridad,
que nos manden a sus guardias armados, entonces obedeceremos porque no somos
tontos, pero a lo que se vayan, porque tienen que irse a atender a sus familias
y a comer y a bañarse, entonces continuaremos desobedeciendo.
Paralelamente,
la oposición debería estar conformando su propio gobierno en la clandestinidad,
ya basta de exponernos como si fuéramos patos en una laguna ante los cazadores
chavistas apuntándonos con sus armas, tenemos que madurar y aprehender las
situaciones de peligro, no debemos exponer a nuestros líderes, estos deben
actuar por debajo del radar chavista, en nuestro caso necesitaríamos de unos
voceros autorizados, visibles, serios pero sin poder de decisión, los
verdaderos líderes deben moverse en las sombras, conjuntamente con las
instituciones legítimas conformadas en el extranjero, la Asamblea Nacional
debería estar desde hace tiempo operando subterráneamente, gobernando de
verdad, dirigiendo el país en contra de la voluntad chavista.
En la
Venezuela de hoy en día, con gente muriéndose de hambre, de mengua, sin poder
siquiera conseguir lo esencial para sobrevivir, es una inmensa tontería, una
completa idiotez, creernos el cuento de que el régimen de Maduro va hacer algo
por nosotros que no sea empeorar nuestra condición, y si esto es así ¿Por qué
tenemos que calarnos a este gobierno? ¿Qué sentido tiene seguir concurriendo a
elecciones o vivir como si estuviéramos en democracia. cuando la verdad es todo
lo contrario?
Lo
que si tenemos es mucho cobarde y vendido con acceso a los medios de
comunicación, mucho supuesto dirigente que por su propio interés quiere
preservar las cosas como están, de hecho viven, les pagan, y se benefician de
que la gente continúe comportándose como un rebaño, que no proteste, que no se
arreche, ni haga nada que perturbe a los violentos que nos oprimen, que repito
son poquitos, están gordos y son unos cobardes, nosotros, el pueblo de
Venezuela, los que tenemos hambre, estamos hartos de ser explotados, humillados
y amenazados somos más, pero muchísimos más que todos esos funcionarios con
armas que obedecen a los chavistas por unas sobras de comida y unos bolívares
que cada día valen menos.
Creo
que hemos llegado “al llegadero”, se acabó el camino del chavismo, ya no hay
dinero, pero si deudas astronómicas, ya no hay comida ni medicinas, el hampa
está desbordada, ninguna institución del gobierno funciona sino para hacerle la
vida más difícil a los venezolanos, no tiene ni moral, autoridad, ni
legitimidad para seguir llevando nuestra representación un día más, el mundo
entero los desconoce como autoridad.
El
chavismo trancó todas las vías de cambio democrático, lo que hace es acumular
poder para ellos por medio de decretos, de leyes, de amenazas, de programas de
televisión que lo que hacen es tratar de aterrorizarte, de engañarte con un
mundo que no existe sino para unos poquitos, de planes como el de las bolsas
CLAP o el infame Carnet de La Patria, tenemos a un presidente sin vergüenza
alguna hablándonos de amor y diciéndonos de lo que nos vamos a morir si no
hacemos lo que a él le da la gana, que no es otra cosa que montar un sistema
cubano en nuestra patria, por Dios, un colombiano indocumentado, un
narcotraficante y corrupto, un mal viviente…
Todo
esta estructura retórica, de imagen, de declaraciones a cada instante, de
hegemonía comunicacional, de censura, de funcionarios de mentira haciéndose
pasar por funcionarios de verdad, sólo está sostenido por unas armas en manos
de unos venezolanos, que se están dando cuenta que con solo cambiar de dirección
el cañón hacia los verdaderos culpables de esta debacle, las cosas podrían
empezar a cambiar de inmediato a favor de todos.
Los
que están robando y rematando al país ya no tienen a dónde ir, ya no pueden
ocultar sus fortunas mal habidas, el país donde pretenden vivir como reyes lo
han convertido en un polvorín que estallará en cualquier momento y allá afuera,
cada hora que pasa se suma más y más gente a la enorme mayoría que ya estamos
cansados de padecer a cuenta de unos monstruos (no se comportan como humanos).
Es
por ello que esta reflexión es para los políticos decentes que quedan, para
quienes creen poder cumplir alguna función positiva en los días que vienen, no
creo que lleguemos a diciembre con esta situación de descalabro en la calidad de
vida de todo el país, su misión debería ser la de darle algún sentido y
dirección a este enorme descontento, que el país no quede en el vacío cuando
este gobierno cese el secuestro de la nación, y que el desenlace para el
chavismo sea lo más rápido e indoloro posible, no por ellos, sino por nosotros,
por los registros y documentos que pudieran quedar de este episodio de venganza
colectiva y de los que pudiéramos sentirnos avergonzados algún día. -
saulgodoy@gmail.com
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