Hay
una expresión en Venezuela, que para atribuirle a una persona esa sabiduría
mundana, que sólo se adquiere en las calles y que supuestamente afina los
sentidos en el trato con los demás, en especial con los adversarios, y que si
se carece de ella es una desventaja, sobre todo en política, donde hay que
estar continuamente negociando, cuando no se tiene esta condición se dice que a
la persona “le falta burdel”, es decir haber estado repetidamente con
prostitutas en casas de citas, donde acuden los machos que deciden y se
aprenden los trucos del oficio.
A
Ramos Allup, el presidente del Partido Acción Democrática (AD), una persona de
edad avanzada, pero aún vital, poseedor de una retórica agresiva y florida, y
con pretensiones presidencialistas, se le endilga con esa supuesta ventaja de
tener la dosis correcta de burdel, suficiente para hacerle frente a enemigos
tan desalmados como los chavistas.
Es de
los pocos políticos de la vieja escuela, ante la camada de tanto joven político
inexperto que pueblan las actuales organizaciones partidistas de la oposición
democrática, la expresión la han hecho rodar algunos periodistas para darle la
imagen de un gallo de pelea que ha sobrevivido incontables batallas y que
pudiera ser un contendor de valía para las próximas elecciones presidenciales.
Es la
figura perfecta que representa al “vivo venezolano”, esa derivación del pícaro
español que es capaz de enredarse en complicados entuertos y siempre salir
parado y exitoso de situaciones adversas, ha sido indiscutiblemente el líder de
ese partido político y ha prolongado su jefatura en el mismo más allá de lo
razonable (y de lo democráticamente conveniente), casado varias veces, su
última esposa es una bella mujer perteneciente a una de las familias de
ascendencia italiana más exitosas en ese oscuro mundo de las empresas
contratistas del estado, sobre todo en el ramo de la construcción.
Si
consiguiera la banda presidencial para coronar sus logros, pasaría en la
historia del país, como uno de los operadores políticos más hábiles de la
Venezuela contemporánea aunque su camino a la gloria estuviera llena de tumbas,
cadáveres y mucha gente lastimada, pero eso es lo de menos, la política en
nuestro país se “bate duro”, no es actividad para personas muy escrupulosas y
“sensibles”.
Era
absolutamente claro y palpable que Allup era el poder detrás del trono en la
Mesa de la Unidad Democrática (la MUD), la estructura, composición y método de
trabajo de esa unidad era fundamentalmente adeca, es decir, el modelo
organizativo era una copia exacta de la cúpula de poder que Acción Democrática
desarrolló a partir del modelo soviético del partido comunista, una estructura
piramidal, única, vertical y hegemónica, eran unas pocas cabezas las que
decidían todo y las órdenes bajaban a unos cuadros que simplemente aprobaban y
ejecutaban.
El
gran éxito político de A.D., consistía básicamente en hacer realidad la
voluntad del jefe y cuando mucho, de los jefes del CEN del partido, la democracia
se la dejaban a otros, para esa particular cultura política, la democracia se
definía por las victorias electorales, nada más.
Junto
a su socio o cómplice, Julio Borges, manejaron la MUD como les dio la gana, su
objetivo era sacar el mayor provecho de la situación, su cercanía a las figuras
de poder del chavismo estaban a la vista, era en las sombras y a escondidas que
se manejaban las políticas entre el gobierno y “esa” oposición, ambos
personajes lograron ocupar los más altos puestos en la Asamblea Nacional y ser
las figuras de mayor perfil ante la comunidad internacional, posiciones que
usaron para apalancar sus propios intereses, que si vemos los discursos que
emplearon durante sus cargos hasta hace poco, fue la defensa del régimen.
Actuaron
como frenos para la imposición de medidas
por parte de los EEUU, hicieron imposible la viabilidad de una
intervención coaligada de países aliados, pedían como punto de honor las
elecciones obviando la mano peluda del chavismo en todas las palancas que
movían el poder electoral, ninguno de ellos hizo nada para limpiar al CNE,
acabaron con la resistencia en la calle, se encargaron de satanizar a las voces
radicales de la oposición, contradijeron la ola de desconocimiento que el mundo
arrojó sobre las nuevas instituciones revolucionarias de gobierno, trataron de
revertir el disgusto de la población hacia nuevas negociaciones con más
negociaciones con el gobierno, contradiciendo sus declaraciones públicas,
privilegiaron unas elecciones sin garantías ni respeto a la ley, exigiéndole a
los ciudadanos la defensa de sus votos cuando ellos ni siquiera se habían
ocupado de vigilar el proceso en el que competían, resultando en uno de los
mayores fraudes electorales de la historia de nuestro país, en fin, parecían más
relacionistas públicos del gobierno, que líderes de la oposición.
Pero
la muestra por excelencia de la manera retorcida de cómo entienden y política,
fue que el pasado 15 de Octubre, A.D., se hizo con la mayor parte de las
gobernaciones en manos de la oposición, una buena parte de esas victorias,
fueron descalificadas por el fraude del CNE a favor del gobierno, pero de las
cinco que quedaron y fueron reconocidas por el régimen, cuatro eran de A.D.
El
dictador Nicolás Maduro ya había amenazado que si había gobernaciones en manos
de la oposición, iba a exigirles a los candidatos ganadores, que se declararan
en sumisión a la asamblea constituyente cubana que habían creado para suplantar
a la legítima Asamblea Nacional, Ramos Allup declaró días antes, que esa
asamblea era espuria, y se refirió a ella como “asamblea prostituyente”, y que nunca consentiría en subrogarse a ella.
Parece
ser que intereses superiores a la patria se entremetieron y sin mucho ruido,
los cuatro candidatos a las gobernaciones se juramentaron ante la asamblea
constituyente cubana, en contra no solo de lo expresado sino contraviniendo la
voluntad popular, en un mandato expreso los votantes de no reconocer a dicha
asamblea, resultando en un escándalo mayúsculo que puso a A.D., fuera del radar
de la oposición y como aliado de la dictadura, todavía se están evaluando los
daños que pudieran haberle causado al país una decisión de este tenor.
No se
sabe con certeza que fue lo que sucedió, aparentemente fue el mismo Ramos Allup
el que le pegó el tiro mortal a su propio partido, todo se ve como una decisión
de cogollo, secreta, muy a lo Acción Democrática, donde se decidió el destino
de estos candidatos marionetas, que aparentemente no tienen criterio ni
voluntad propia, probablemente la dictadura se encargó de presionar a Allup
donde verdaderamente le duele (o donde le da placer) para que le hiciera el
harakiri al decano de los partidos políticos de Venezuela, lo cierto es que ya
A.D., pasa a engrosar la colección de partidos que el régimen atesora junto con
Copey, el MAS, Opina y otros tantos, en su cofre de juguetes.
A las
pocas horas del suceso los medios de comunicación y las redes sociales se
llenaron de comentarios de todo tipo dos llamaron mi atención, el primero vino
de un locutor muy escuchado que se hace llamar luchador social y comunicador
popular, muy involucrado en el destino de la MUD, quien trataba de restarle
significación a los hechos, trataba de darle vuelta a la página y no remediar
el mal que carcome a la MUD que es justamente el número de personas y
organizaciones involucradas con el régimen de Maduro en torpedear los esfuerzos
de la oposición y atender como prioritarios sus agendas electorales- Todos
somos necesarios- plañía el perifoneador como si para nada importara la calidad
de los integrantes de la unión en la resistencia contra la dictadura.
El
otro era un presentador de un programa de opinión, muy versado en historia de
Venezuela con un muy buen gusto por la música popular caribeña, cuyo argumento
principal era lo difícil que era conseguir líderes políticos que dieran la cara
en situaciones tan arriesgadas y peligrosas como las actuales, como si el
pueblo tuviera que estar agradecido por las traiciones y errores de sus conductores,
tal actitud, sumamente cómoda de quienes les gusta que otros hagan el trabajo
que ellos deberían hacer, y contentarse con mirarlos desde la barrera, no
entienden que mientras haya individuos de baja catadura moral en los puestos de
comando, no solo están ocupando un puesto que no les corresponde, sino que son
un pésimo ejemplo para el compromiso de la causa.
La
nueva MUD que surgirá de esta debacle debe entender la verdadera naturaleza del
enemigo, los riesgos que significa hacer “política” bajo estas circunstancias,
y que debe organizarse y actuar más en la clandestinidad, con propósitos muchos
más claros y contundentes que unas simples elecciones y que si ya estamos
muriendo y sufriendo las condiciones de una guerra, deberíamos comportarnos
como si estuviéramos en una guerra, negar esa realidad no nos ayuda en nada.
Lo
único positivo de este lamentable episodio es que poco a poco y a un precio muy
alto, la oposición se va deslastrando de sus más peligrosos enemigos, esos que
se hacen pasar como demócratas e institucionales, que tenemos a nuestro lado y
actúan en nuestro nombre como defensores de nuestras libertades, y terminan
siendo nuestros guardianes en la esclavitud.
Lo
cierto es que en este caso, el exceso de burdel mató a los adecos, demasiada
liviandad, vulgaridad, permisividad, y falta absoluta de moral, terminaron por
envilecer al pobre Juan Bimba, no me alegra, todo lo contrario, no era la
manera de terminar con ese partido, que en sus mejores épocas le dio tanto a
Venezuela. - saulgodoy@gmail.com
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