martes, 13 de marzo de 2018

La izquierda angustiada y con sentimientos de culpa



El acto del Aula Magna de la UCV del pasado 6 de marzo estuvo muy bien como una catarsis general de la izquierda arrepentida y compungida por los estragos revolucionarios, allí habían víctimas del régimen chavista, gente realmente preocupada por la situación-país llevada al límite de la resistencia humana, organizaciones de los trabajadores que ya no pueden vivir de su labor, muchos sindicalistas perseguidos, entre ellos los petroleros, cantidad de ONG’s que no se dan abasto con las injusticias y la violencia generada desde el madurismo, asistió una importante delegación del chavismo “light” buscando su inserción en la marea opositora, diversos representantes de la profesión médica y periodistas apaleados, organizaciones comunitarias tratando de conseguir propuestas de acción, representantes de la iglesia sin respuestas precisas sobre qué hacer, empresarios tratando de convencerse de que hay razones para seguir trabajando, estudiantes buscando excusas para volver a las calles a protestar, y por supuesto, políticos del establishment socialista moderado, pescando en río revuelto.
Lamento parecer tan cínico o desesperanzador, pero allí se habló mucho pero se dijo muy poco, demasiada gente confundida viéndose los rostros de angustia, dándose ánimo, pero sin efectos ni resultados prácticos; un gran ausente, la derecha venezolana.
Seguimos con los actos tribales, simbólicos y multitudinarios, el listado de las penas y reclamos que se hicieron eran las usuales, incluso la de algunos representantes del socialismo del siglo XXI, que se tienen como “los buenos de la izquierda”, los demócratas, los humanistas e ilustrados, que sentían como la utopía revolucionaria devoraba a sus hijos más excelsos.
Debajo de ese mar de leva seguía el mismo discurso, las mismas consideraciones de siempre, sólo con unas elecciones libres y limpias podía cambiar el destino de la nación, el fantasma de la MUD es persistente.
Me da mucha pena que la UCV continúe utilizando slogans tan insípidos como el de autodenominarse  La Casa que vence las Sombras, cuando todos sabemos que es la cuna de la izquierda más retrógrada y salvaje, semillero de los peores criminales de funcionarios del actual gobierno, y dirigido por una rectora que es incapaz de aceptar su rol histórico, fueron ellos los que se encargaron de preparar a la élite chavista para el gran desfalco, y pretenden continuar sin mácula alguna, ofreciéndole a Venezuela el veneno de la ideología comunista bajo la excusa de la libertad de pensamiento.
Lo que los chavistas están haciendo con la UCV es simplemente un matricidio, quieren devorar a la madre que los parió pues no quieren competencia, hay un núcleo de izquierdistas que están trabajando en una izquierda revisada, en hacer un inventario de los errores que cometieron en el ejercicio del poder para no volverlos a repetir.
La estructura del pensamiento de esta izquierda “recargada” permanece incólume, desprecian la propiedad privada, no creen en la supremacía del individuo sobre el colectivo, adoran a un estado fuerte, paternalista, benefactor, centralizado, creen que el ser humano funciona en base a la solidaridad y los buenos deseos, su búsqueda es la utopía del igualitarismo, están convencidos de las máximas marxistas de la lucha de clases, el materialismo histórico, la redistribución de la riqueza en base a las necesidades, y hechas por un estado convertido en árbitro absoluto, para favorecer a los que menos tienen.
Si hay una tarea para la Venezuela del futuro es rehacer desde sus bases a la UCV, para sanearla de su raíz izquierdista filo-cubana, lo que implica sanear sus cuadros administrativos y de profesores, actuar policialmente en contra de las bandas chavistas que hacen vida delinquiendo dentro del campus de la universidad, cambiar algunos objetivos y metas, ser mucho más conscientes y afinados al momento de promocionar ideologías, tomándose en serio la responsabilidad de defender a la sociedad abierta en contra de sus enemigos.
Sucede con la UCV, que es considerada como una institución “sagrada”, no solo por la tradición, los aportes y una larga lista de hombres y mujeres notables que hicieron carrera en su seno, sino porque la juventud venezolana tiene puesta en esta casa de estudio su más nobles sueños de asenso y lustre social, sus pecados y crímenes como todos los sucedidos bajo la hegemonía ideológica del socialismo, que ya lleva décadas entronizado en sus aulas, rectoría y decanatos, son simplemente escondidos bajo la alfombra, pero lo del chavismo es tan grueso, la permisividad con toda esa generación de maleantes que hicieron carrera terrorista en la universidad es simplemente inocultable y vergonzosa, al punto que no exagero si digo que es la casa que produce sombras.
Pero también a la iglesia socialista hay que llamarla al botón, cada vez más la vemos actuando como un partido político asociado al populismo kisrchnerista, recibiendo órdenes desde el Vaticano para conformar una salida “honorable” para todos los asesinos, narcotraficantes y violadores del chavismo, muchas veces me he preguntado porque el Papa Francisco les demuestra tanta solidaridad al gobierno chavista, y aparte de una identificación ideológica, el Papa cree que está tratando con una nueva secta de cristianos primitivos, que tratan de rescatar el comunismo originario de las catacumbas romanas, una apreciación errada que la desdice las millonarias cuentas secretas en Andorra, Suiza y otros paraísos fiscales.
Y allí, en ese Frente Amplio cuyo lema debería ser La Unidad Como Sea, estaban también los chavistas “light”, gente que todavía cree que Hugo Chávez tiene un legado rescatable y que vale la pena divulgar para construir el país potencia que tanto soñó el embaucador del siglo.
Lo que quiero señalar es que este llamado de la UCV convocó a lo más granado de la izquierda venezolana, que todavía no ha aprendido la lección que le ha costado sangre al país, y quiere perpetuar esa ideología chimba y oscura del socialismo luego de la salida del chavismo-madurismo del poder.
A escazas horas se dio otro encuentro en el Centro Cultural Chacao con los representantes de los partidos políticos de la MUD para ensayar con algo muy parecido a lo de la UCV, tratar de integrar al mayor número de sectores políticos, sin importar las ideas, con el propósito de crear una nueva agenda unitaria.
La política en nuestro país se ha convertido en eventos multitudinarios, en una mezcolanza de idearios que no tienen ni pies ni cabeza con el propósito no tan oculto de conformar un frente electoral amplio, capaz de derrotar al gobierno en unos comicios más o menos limpios, más o menos confiables con el único fin de derrotar al chavismo, o sea, la lucha continuada entre un socialismo moderado y un socialismo radical.
Con razón la derecha venezolana no asistió a estos actos, los gatos estaban invitando al ratón a una fiesta para comérselo, para darse el lustre de movimientos de movimientos, de frente único de los demócratas y patriotas venezolanos, el sólo hecho de poner como punto de honor el de unas elecciones limpias, ya decía mucho de quienes estaban detrás de este y los otros esfuerzos por congregar de nuevo al rebaño disperso, luego de los garrafales errores de la MUD por colaborar con el régimen de Maduro.
El país está desgarrado por las contradicciones ideológicas, la gente está trabajando bajo un falso concepto de unidad, esa manera de ser del venezolano de sentirse a gusto en actos de masa donde la gente aplaude, llora, canta, se escuchan sus agravios y describen sus sueños en manadas, creyendo que la simple suma de cuerpos hace la diferencia, es lo que nos lleva a derrota tras derrota frente a la maldad cubana.
Lo que vimos en el aula magna fue al descontento generalizado por la situación nacional pero allí no había consenso ni unión, y no lo había porque la pretensión de unidad  era infantil, estaban mezclando agua con aceite, lo que unía era el desespero, no las ideas.
Si no se acepta que en el país ya no existe la democracia, si no se cae en cuenta que estamos bajo una tiranía y que ésta solamente sale por la fuerza, si no dejamos de jugar a los demócratas electorales y partidistas, de que vivimos en un estado de derecho, de que tenemos una constitución que debemos obedecer a pesar de todo, entonces estamos fritos, salimos a pelear en un rin con las manos atadas a la espalda, frente a un contendor armado de cuchillos, un mazo  y una pistola al cinto y que no obedece reglas.
Repito, hay demasiadas contradicciones ideológicas en los diferentes grupos que se dieron cita en la UCV, para coincidir en una sola agenda política, el Frente Amplio debería buscar la unión en otras formas de lucha, en un esfuerzo de otra naturaleza, que implique derrotar al enemigo armado, someterlo, desarmarlo y llevarlo a la justicia para que pague por sus crímenes, solo entonces podríamos empezar hablar de elecciones, de votos que decidan, de visiones y programas de reconstrucción del país.
Me temo que en las actuales circunstancias el Frente Amplio sea otro ejercicio de futilidad, controlado por los mismos agentes que nos han hecho fracasar una y otra vez, por la misma falsa versión de la realidad, construida por intereses partidistas electoralistas en cuanto a la MUD, y su intento de reorganizarse bajo el tema de unidad, con una agenda común.
En cuanto a la responsabilidad no asumida por la UCV por sus políticas de favorecer a la izquierda que nos ha propinado la ruina y la miseria en que vivimos, me imagino que para su alma mater no será fácil aceptar su participación en este proceso de atraso general de la nación, pero creo que una vez sincerada su posición, el restablecimiento de la salud de esa corporación será cuestión de tiempo.    -   saulgodoy@gmail.com



No hay comentarios:

Publicar un comentario