Ser
pragmático no es lo mismo que ser oportunista, en política es fácil
confundirlos principalmente, porque todos los oportunista se quieren hacer
pasar por pragmáticos, aún careciendo de de las más elementales condiciones que
identifican a un pragmático como sería: el pragmático puede discernir entre
varios cursos de acción cuando tiene que tomar una decisión, el oportunista
solo sigue por instinto su necesidad, el pragmático se cuida de tomarla mejor
decisión posible que coadyuven al bien general, que tenga la mayor probabilidad
de éxito en base a su experiencia, y que genere el mayor bienestar posible, el
oportunista solo sigue su olfato de donde y con quien conseguir su próximo
almuerzo gratis, su único interés es él mismo, si coincide con el interés
general bien por ellos, y si no, le da igual.
Estas
simples señales nos indican que el oportunista carece de ética, el pragmático
decide en base a sus principios y es un demócrata a carta cabal, el oportunista
juega del lado que le brinde mayores beneficios.
Sin
que me quede ninguna duda al respecto debo decir que la fauna política
venezolana se compone de una gran cantidad de oportunistas, viejos y jóvenes,
mujeres y hombres, cultos e ignorantes, feos y bien parecidos, indocumentados y
supuestamente venezolanos, y todos quieren hacerse pasar por pragmáticos porque
les procura un cierto prestigio, una imagen de que son gente preocupada por el
bienestar social, poseedores de una lógica y un razonamiento impecable, un
querer hacerlo bien cuando se lanzan a la acción.
Pero
su misma “hambre” de gloria, reconocimiento y poder los traiciona, y es muy
fácil identificarlos, se cambian a menudo de sombrero, saltando de una
organización política a otra buscando su fortuna, les tiene sin cuidado el
asunto ideológico, según ellos, pueden ser comunistas, anarquistas,
capitalistas o conservadores si la situación lo requiere, les gusta figurar en
posiciones negociadoras e instancias decisorias vendiéndose como personas tolerantes
e inclusivas, que solo buscan soluciones ecuánimes para todas las partes, han
dejado en su pasado un reguero de víctimas, y debido justamente a su
impredecible cambio de banderas.
En su
acepción más general el pragmatismo se refiere a la utilidad, funcionamiento y
practicidad de ideas y posiciones ante problemas de índole social, puede
referirse a políticas y propuestas que han sido escogidas luego de una seria
reflexión sobre sus méritos, por lo que mucha gente lo asocia a “obtener
resultados”, “hacer las cosas”, se entiende como el ejercicio del poder en la
concreción de objetivos prácticos.
La
palabra pragmatismo tiene raíces griegas que significan acción o situación,
Polibius (quien muere en el año 118 AC) llamaba a sus escritos pragmáticos, porque
de ellos se derivaban cosas útiles e instructivas para sus lectores.
A
principio del siglo XX la palabra se popularizó para describir la manera en que
el hombre de negocios norteamericano conducía sus emprendimientos, justificando
sus medios por el logro de sus fines. Pero el pragmatismo tuvo una historia
mucho más rica y diversa, el filósofo Emanuel Kant utilizaba la palabra Pragmatisch refiriéndose a lo
experimental, a lo empírico, al pensamiento direccionado y basado en la
experiencia.
En
semiótica, en la Teoría del Lenguaje, significaba el estudio de la relación
entre el usuario y los signos que utilizaba complementando a la semántica y a
la sintaxis, pero principalmente el pragmatismo es utilizado para designar al
movimiento filosófico que nació en Norteamérica en el siglo XIX, y que fue una
rebelión en contra del idealismo y su sistema especulativo.
Entre
sus más importantes representantes encontramos al psicólogo Williams James, al
poli-científico Charles Pierce, al jurista Oliver Wendell Holmes y al educador
y filósofo John Dewey, entre otros muchos destacados seguidores de esta
filosofía.
Dewey
se encargó de darles coherencia a todas estas diversas contribuciones en un
método y unas conclusiones de carácter científico, señalando entre otras cosas,
que toda acción inteligente implica una evaluación reflexiva de la situación
con respecto a las consecuencias futuras que esa acción implica, para Dewey
embarcarse en un curso de acción implicaba necesariamente obtener mejores
resultados que los actuales, necesitaba tomar en cuenta un compromiso en la
búsqueda de la perfección, en soluciones que pudieran corregirse a sí mismas si
fuere necesario, que conlleven a una maduración y refinamiento de unas mejores
condiciones de vida y este proceso sólo podía ser obtenido trabajando bajo una
ética democrática.
De
modo que el pragmatismo no es, ni se trata de lo que el común de los
venezolanos entiende que es pragmatismo, o sea, una versión del oportunismo,
aprovechar el momento, experimentar a lo loco a ver que sale, no dejar pasar el
chance de figurar y que hablen de uno, bien o mal, no importa, pero que hablen.
Según el Diccionario Enciclopédico, The New
Webster (1971), el oportunismo es: “La
práctica de tomar o convertir oportunidades en ventajas; una actitud política
carente de un programa moral definido, sólo a la espera de que algo aparezca
para ser utilizado inmediatamente a su servicio”.
Oportuno,
viene la palabra del latín, Opportunis,
ofrecer buen puerto a tiempo y convenientemente.
Esta
discusión de la oportunidad y el pragmatismo tiene mucho que ver con la
naturaleza de la acción, que en muchas doctrinas se emparente con la palabra
“cambio”, pues el sentido de toda acción es provocar un cambio o conservar el
estado actual del mundo, y para la acción política este es un asunto de primera
necesidad.
James
creía que en la acción se materializaba las creencias y el pensamiento del
individuo, pero esta idea puede ser mal interpretada, como de hecho ocurrió con
Mussolini, quien tenía a Williams James como uno de sus inspiradores, llegó a
decir: “Esa fe en la acción, ese ardiente
deseo de vivir y luchar, que ha caracterizado el éxito del fascismo se lo
debemos al pragmatismo.”- sólo que eliminando del concepto todo el
contenido democrático y ético que conlleva el pragmatismo.
Las
personas que son esencialmente oportunistas están continuamente en la búsqueda
de la ocasión para hacerse más fuertes y prosperar, al igual que en biología y
la medicina se identifican las infecciones oportunistas, que aprovechan las debilidades
de la víctima para anidar y acabar con sus anfitriones, igual que las personas
enfermas de SIDA, si no son propiamente tratadas, pueden morir de una simple
bronquitis ya que tienen su sistema inmunológico comprometido, de la misma
manera el oportunista anda en la búsqueda de los incautos y los ignorantes,
cuando los encuentra se hace uno de ellos, se mimetiza hasta que aparece su
tren de una mejor vida, o más poder, o del encumbramiento, entonces hace lo que
tiene que hacer, no aguanta dos pedidas y traiciona a su gente porque siente
que su oportunidad ha llegado ¿Conoce usted algún oportunista? ¿podría
diferenciarlo de un pragmático?.
Yo
tengo mi propia lista y voy a compartir algunos nombres con ustedes,
oportunistas: Henri Falcón, Claudio Fermín, Julio Borges, pragmáticos: María
Corina Machado, Leopoldo López, Lorenzo Mendoza, sin duda ustedes podrán
confeccionar las suyas una vez clarificado el panorama, me gustaría verlas y si
me las envían se los agradecería. - saulgodoy@gmail.com
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