jueves, 22 de marzo de 2018

¿Pragmático u oportunista?



Ser pragmático no es lo mismo que ser oportunista, en política es fácil confundirlos principalmente, porque todos los oportunista se quieren hacer pasar por pragmáticos, aún careciendo de de las más elementales condiciones que identifican a un pragmático como sería: el pragmático puede discernir entre varios cursos de acción cuando tiene que tomar una decisión, el oportunista solo sigue por instinto su necesidad, el pragmático se cuida de tomarla mejor decisión posible que coadyuven al bien general, que tenga la mayor probabilidad de éxito en base a su experiencia, y que genere el mayor bienestar posible, el oportunista solo sigue su olfato de donde y con quien conseguir su próximo almuerzo gratis, su único interés es él mismo, si coincide con el interés general bien por ellos, y si no, le da igual.
Estas simples señales nos indican que el oportunista carece de ética, el pragmático decide en base a sus principios y es un demócrata a carta cabal, el oportunista juega del lado que le brinde mayores beneficios.
Sin que me quede ninguna duda al respecto debo decir que la fauna política venezolana se compone de una gran cantidad de oportunistas, viejos y jóvenes, mujeres y hombres, cultos e ignorantes, feos y bien parecidos, indocumentados y supuestamente venezolanos, y todos quieren hacerse pasar por pragmáticos porque les procura un cierto prestigio, una imagen de que son gente preocupada por el bienestar social, poseedores de una lógica y un razonamiento impecable, un querer hacerlo bien cuando se lanzan a la acción.
Pero su misma “hambre” de gloria, reconocimiento y poder los traiciona, y es muy fácil identificarlos, se cambian a menudo de sombrero, saltando de una organización política a otra buscando su fortuna, les tiene sin cuidado el asunto ideológico, según ellos, pueden ser comunistas, anarquistas, capitalistas o conservadores si la situación lo requiere, les gusta figurar en posiciones negociadoras e instancias decisorias vendiéndose como personas tolerantes e inclusivas, que solo buscan soluciones ecuánimes para todas las partes, han dejado en su pasado un reguero de víctimas, y debido justamente a su impredecible cambio de banderas.
En su acepción más general el pragmatismo se refiere a la utilidad, funcionamiento y practicidad de ideas y posiciones ante problemas de índole social, puede referirse a políticas y propuestas que han sido escogidas luego de una seria reflexión sobre sus méritos, por lo que mucha gente lo asocia a “obtener resultados”, “hacer las cosas”, se entiende como el ejercicio del poder en la concreción de objetivos prácticos.
La palabra pragmatismo tiene raíces griegas que significan acción o situación, Polibius (quien muere en el año 118 AC) llamaba a sus escritos pragmáticos, porque de ellos se derivaban cosas útiles e instructivas para sus lectores.
A principio del siglo XX la palabra se popularizó para describir la manera en que el hombre de negocios norteamericano conducía sus emprendimientos, justificando sus medios por el logro de sus fines. Pero el pragmatismo tuvo una historia mucho más rica y diversa, el filósofo Emanuel Kant utilizaba la palabra Pragmatisch refiriéndose a lo experimental, a lo empírico, al pensamiento direccionado y basado en la experiencia.
En semiótica, en la Teoría del Lenguaje, significaba el estudio de la relación entre el usuario y los signos que utilizaba complementando a la semántica y a la sintaxis, pero principalmente el pragmatismo es utilizado para designar al movimiento filosófico que nació en Norteamérica en el siglo XIX, y que fue una rebelión en contra del idealismo y su sistema especulativo.
Entre sus más importantes representantes encontramos al psicólogo Williams James, al poli-científico Charles Pierce, al jurista Oliver Wendell Holmes y al educador y filósofo John Dewey, entre otros muchos destacados seguidores de esta filosofía.
Dewey se encargó de darles coherencia a todas estas diversas contribuciones en un método y unas conclusiones de carácter científico, señalando entre otras cosas, que toda acción inteligente implica una evaluación reflexiva de la situación con respecto a las consecuencias futuras que esa acción implica, para Dewey embarcarse en un curso de acción implicaba necesariamente obtener mejores resultados que los actuales, necesitaba tomar en cuenta un compromiso en la búsqueda de la perfección, en soluciones que pudieran corregirse a sí mismas si fuere necesario, que conlleven a una maduración y refinamiento de unas mejores condiciones de vida y este proceso sólo podía ser obtenido trabajando bajo una ética democrática.
De modo que el pragmatismo no es, ni se trata de lo que el común de los venezolanos entiende que es pragmatismo, o sea, una versión del oportunismo, aprovechar el momento, experimentar a lo loco a ver que sale, no dejar pasar el chance de figurar y que hablen de uno, bien o mal, no importa, pero que hablen.
 Según el Diccionario Enciclopédico, The New Webster (1971), el oportunismo es: “La práctica de tomar o convertir oportunidades en ventajas; una actitud política carente de un programa moral definido, sólo a la espera de que algo aparezca para ser utilizado inmediatamente a su servicio”.
Oportuno, viene la palabra del latín, Opportunis, ofrecer buen puerto a tiempo y convenientemente.
Esta discusión de la oportunidad y el pragmatismo tiene mucho que ver con la naturaleza de la acción, que en muchas doctrinas se emparente con la palabra “cambio”, pues el sentido de toda acción es provocar un cambio o conservar el estado actual del mundo, y para la acción política este es un asunto de primera necesidad.
James creía que en la acción se materializaba las creencias y el pensamiento del individuo, pero esta idea puede ser mal interpretada, como de hecho ocurrió con Mussolini, quien tenía a Williams James como uno de sus inspiradores, llegó a decir: “Esa fe en la acción, ese ardiente deseo de vivir y luchar, que ha caracterizado el éxito del fascismo se lo debemos al pragmatismo.”- sólo que eliminando del concepto todo el contenido democrático y ético que conlleva el pragmatismo.
Las personas que son esencialmente oportunistas están continuamente en la búsqueda de la ocasión para hacerse más fuertes y prosperar, al igual que en biología y la medicina se identifican las infecciones oportunistas, que aprovechan las debilidades de la víctima para anidar y acabar con sus anfitriones, igual que las personas enfermas de SIDA, si no son propiamente tratadas, pueden morir de una simple bronquitis ya que tienen su sistema inmunológico comprometido, de la misma manera el oportunista anda en la búsqueda de los incautos y los ignorantes, cuando los encuentra se hace uno de ellos, se mimetiza hasta que aparece su tren de una mejor vida, o más poder, o del encumbramiento, entonces hace lo que tiene que hacer, no aguanta dos pedidas y traiciona a su gente porque siente que su oportunidad ha llegado ¿Conoce usted algún oportunista? ¿podría diferenciarlo de un pragmático?.
Yo tengo mi propia lista y voy a compartir algunos nombres con ustedes, oportunistas: Henri Falcón, Claudio Fermín, Julio Borges, pragmáticos: María Corina Machado, Leopoldo López, Lorenzo Mendoza, sin duda ustedes podrán confeccionar las suyas una vez clarificado el panorama, me gustaría verlas y si me las envían se los agradecería.  -  saulgodoy@gmail.com





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