Llevamos
casi 20 años en ese crítico ejercicio de poder, que no es gobernar, donde un
grupo, supuestamente revolucionario, nos ha impuesto una agenda de país
ruinosa, violenta y hegemónica en contra de los intereses de la nación, y a
pesar de toda la oposición que la sociedad venezolana fue capaz de ofrecer ,
muchas veces a costa de la vida misma,
el proceso de opresión chavista que se justificaba en el uso de la
fuerza, propiciada por la propia Fuerza Armada que había jurado defender al
pueblo, a sostenido en el poder al tirano.
Gobernar
desde la mentira no es gobernar, porque niega de hecho el elemento fundamental
de contar con la voluntad del pueblo, para gobernar hace falta gobernados y esa
es una interrelación que nunca se ha dado con Nicolás Maduro, porque el centro
de gravedad de la democracia moderna es la representatividad, de los
ciudadanos, de los grupos de interés, de las organizaciones políticas, de las
instituciones de gobierno, y esa reprentatividad fue secuestrada por el yo
único, totalitario, centralista y tiránico de Maduro, el estado es él,
únicamente que él y sus pranes, pero
necesita de las elecciones para hacerse pasar por demócrata, y con la mentira
construye la representatividad que él dice es del pueblo, una Asamblea
Constituyente al estilo cubano.
El
dice gobernar pero no tiene a quien, tiene a quien caerle a palos, a quienes
poner preso y torturar, a quienes asesinar a sangre fría, a quienes insultar,
robar y violar pero no tiene gobernados, por la sencilla razón que no lo
reconocen como gobernante, pero sí los humilla, los compra con comida y
baratijas, les promete cosas que no puede cumplir, por ello sus seguidores no
son sus adeptos y cuando empiezan a pasarla mal, le retiran su apoyo.
Y a
falta de esa voluntad real, el partido único socialista se han construido una voluntad
mediática, programada en listados de votantes que no existen, de gente
registrada con el Carnet de la Patria para recibir regalos, de censos de
personas beneficiadas por algunas de las decenas de programas sociales del
gobierno que jamás han consentido en apoyarlo, que no son otra cosa que
mecanismos de chantaje y manipulación de voluntades.
El
“know how” cubano en el control social por medio de las necesidades biológicas
y políticas de la población, fue exitosamente transferida al aparato político
chavista-madurista, estos controles lo que hacen es obligar a la gente, por
medio del hambre, la necesidad de la atención médica y de obtener algún tipo de
entrada monetaria para costear el costo de la vida, a que se comporten y
aparezcan como personas felices, leales a la revolución y apoyando a su
gobernante Nicolás Maduro, esto es recogido por los medios de comunicación
masiva en poder de los usurpadores del estado y lo trasmiten como prueba de que
ellos están gobernando.
El
gobierno chavista-madurista ya no gobierna desde hace mucho tiempo, ahora
simplemente impone su yugo sobre un país plenamente controlado en sus
necesidades básicas, y hay un gran número de muertes entre la población,
principalmente entre los más vulnerables, sencillamente porque el gobierno es
incapaz de atender a todos los venezolanos, se trata de un daño colateral
producto de las insuficiencias del sistema, provocado por ellos mismos al
destruir el aparato productivo del país, dicen estar gobernando para todos,
pero en realidad están administrando un ganado que se mueve hacia donde ellos
quieren.
El
estado colectivista y militarizado que han construido tiene una serie de deficiencias
estructurales que no pueden ser reparadas sin remover el núcleo central de sus
políticas de control poblacional, su eje central es el terror y la
desinformación, su verdadero motor, único y trabajando las 24 horas los 365
días del años es la propaganda y la hegemonía comunicacional, mientras en el trasfondo
actúan las mafias de la drogas, la corrupción, y el saqueo.
Han
aprendido a aprovechar cada una de las necesidades del pueblo para realizar
enormes negociados, hay empresas multimillonarias que han acumulado cuantiosas
fortunas medrando del hambre del pueblo, de sus necesidades por agua potable,
electricidad, comunicaciones, transporte, vivienda, educación, seguridad,
salud… no hay un solo rasgo humano que no sea convertido en negocio por estos
monstruos de la perversión, no ha habido recurso natural, desde las tierras
productivas, pasando por el petróleo, el oro, los diamantes, minerales
estratégicos, carbón, bosques, fauna, parajes turísticos, desarrollos hoteleros
que no hayan sido apropiados y manejados desde el estado chavista para el
beneficio de la élite del partido.
Pero
la mentira tiene patas cortas, y queriendo lucir el músculo que le quedaba,
quiso volver a engañar al mundo y engatusar a los venezolanos con unas
elecciones fraudulentas, quiso demostrar Maduro que gobernaba y que la voluntad
del pueblo estaba con él, pero le resultó una mueca, un error, descubrió una
vez más que está usurpando el cargo de Presidente de la República, que no
gobierna pues no tiene gobernados, que el pueblo de Venezuela no lo quiere, que
es un mentiroso compulsivo.
Tras
una campaña de compra de votos, amenazas, terror y felicidad fingida, el pueblo
no se prestó al juego, nadie salió a las calles a votar y los usurpadores del
poder quedaron en evidencia, tuvo el CNE que sacar sus votos virtuales de la
chistera, tuvieron los medios de comunicación que presentar la mentira
electoral de imágenes montadas de gente en las colas, los pocos y parciales
observadores electorales tuvieron que inventar argumentos ante la ausencia de
votantes para justificar un apoyo popular, que estaba claro, no existía.
Lo que ganamos con la jornada del
20-5
Ahora
vamos a lo fundamental ¿Qué ganamos con esta jornada de abstinencia? Lo primero
y creo que es fundamental, nos pusimos al día con nuestra conciencia, sentimos
que fue una decisión personal que nos puso en sintonía con el verdadero país,
que fueron esos millones de venezolanos que se negaron a ser parte del fraude,
estamos en lo correcto, fue un aserto de orden moral que nos dio ánimo y nos
hizo sentir parte de un país que quiere cambio, eso, en este momento y
circunstancia vale mucho, derrotamos a la mentira, así el CNE haya proclamado
presidente de nuevo al usurpador, se saben débiles, perdedores, sin posibilidad
de ocultar su desnudez patética, son unos opresores y nada más.
Segundo,
nos alineamos con una comunidad internacional, que cada día se hace mas asertiva
y clara, que mientras ese cartel del crimen esté haciéndose pasar como gobierno
de Venezuela, nadie puede estar tranquilo en el mundo, pues funcionan como base
de operaciones de grupos criminales, terroristas y narcotraficantes cuyo único
propósito es destruir la convivencia y el modo de vida de occidente.
Esto
es importante pues le enviamos un mensaje sin equívocos al mundo entero, el
pueblo de Venezuela no apoya, de ninguna manera, los actos y el modus vivendi
de estas mafias, y que seguimos en la lucha de resistencia en su contra, y que
sí tenemos el ánimo, la voluntad y la inteligencia para ponernos de nuevo de
pie y reconstruir nuestro país.
Tercero,
ya sabemos quiénes son parte del chiripero que está haciendo de quinta columna
en nuestras filas, los oportunistas y colaboracionistas que le vendieron su
alma al enemigo y se hicieron parte del fraude en contra de la Venezuela
decente y democrática, y para con ellos no debemos tener ningún tipo de
compasión, hay que apartarlos, que se vayan para Cuba y adoren al ídolo en su
retiro en Camagüey.
A
partir de este momento tenemos que revisar lo que significa la palabra unidad,
a partir de este instante deberíamos hacer una crítica profunda a lo que
queremos decir cuando decimos que somos de la oposición, porque hay una
confusión tremenda en nuestro bando dándole cobijo y soporte a un poco de gente
y de organizaciones políticas que nada tienen que ver con nuestras metas, que
es otro de los puntos que deben ser redefinidos y dejarlos en claro.
Lo que tenemos que hacer a partir
de hoy.
¿Qué
vamos hacer a partir de este momento? Propongo que tenemos que hacer una
segmentación precisa de lo que nos impulsa a unirnos, y a ser efectivos en esa
unión, hay ciertos objetivos que podemos alcanzar en unidad y hay otros que no,
de hecho, hay algunos en donde iremos enfrentados porque es la naturaleza de la
política, y es muy sencillo, hay una meta que todos debemos alcanzar en unidad y
es sacar a Maduro y al PSUV de la conducción del estado, debemos hacer lo
posible por detener el daño que siguen propiciándonos, para todos los
demócratas, equivocados o no, ese es un objetivo común, sin necesidad de
programas de gobierno, de promesas electorales, de enfrentamientos, eso sí,
para que quede bien claro, sacarlo no es negociar.
Está
más que claro que lo urgente es atender la crisis humanitaria que embarga al
país, hay que hacer que eso suceda, y hacerlo de la manera más eficiente
posible, en ese sentido la unidad nacional es necesaria, movernos como un solo
hombre para aplacar el padecimiento de la población, pero hay otras áreas, como
las ideológicas donde no hay manera de ponernos de acuerdo, cada quien tiene su
marco conceptual, de objetivos e intereses a alcanzar, y cada uno por vías
diferentes, no hay que mezclar el aceite con el agua, en ese sector no puede
haber unidad y quien la pida ya sabemos que es para parasitar de nuestro
esfuerzo.
Para
sacar a estas mafias hay múltiples vías, y recomendaría no dejar por fuera
ninguna, ya que la situación se nos ha puesto tan precaria, que ya es de vida o
muerte hacerlo, los que sólo quieran avanzar constitucional, electoral y
pacíficamente, bienvenidos, los que estén dispuestos a generar otro tipo de
salida también debemos incluirlos, si el objetivo es eyectar a unos criminales
armados y violentos, todas las opciones pueden ayudarnos.
Al
contrario de algunas opiniones creo que el apoyo internacional es vital para lo
que viene, sobre todo para aliviar el sufrimiento de la población desde el
ángulo de la ayuda humanitaria que debe ser primordial, hay mecanismos de
intervenciones militares humanitarias que ya han sido probadas en algunos
países que revisten similitud de circunstancias al nuestro, debemos atender a
esos mecanismos y auspiciarlos, somos los más interesados en que la ayuda
internacional llegue donde se necesite y no caiga en manos de los mecanismos de
control chavista, para ser usados a su favor.
Debemos
precisar a la Asamblea Nacional legítima que supuestamente debería
representarnos, en lo personal tengo serias dudas de que muchos elementos en su
directiva tengan a los intereses de la oposición como urgentes en su agenda,
pareciera que se mueven bajo intereses bastardos ya que no terminan en
concretar decisiones relevantes, como la designación de un presidente interino
ya que Maduro fue inhabilitado, o pedimentos específicos a la comunidad
internacional como la captura de Maduro como implicado en investigaciones de
carácter penal, o el requerimiento a la Fuerza Armada para que se ponga a la
orden del país, y no del PSUV y sus socios cubanos.
Si estos
señores de la Asamblea Nacional no pueden o no quieren hacerlo, que renuncien a
sus cargos o procedemos de inmediato a su destitución y nombramiento de nueva
directiva, pero no podemos perder más tiempo.
Se
deben citar a funcionarios en ejercicio como a los administradores de PDVSA y
del Banco Central para que le expliquen a la nación el estado real de nuestras
finanzas, pedirle a la comunidad internacional nos facilite una fuerza armada
que los obligue a tal comparecencia, pero esas cosas hay que pedirlas, tienen
un trámite, necesitan de una voluntad política que parece no existir a pesar de
que el pueblo le dio a la Asamblea Nacional la autoridad y el poder.
Uno
de los problemas en nuestro país es que las decisiones políticas no se pueden
concretar porque no tenemos la fuerza para hacerlas efectivas, y tenemos allá
afuera a unos aliados que estaría dispuestos en ayudarnos si se lo pidiéramos,
pero no hay gónadas, y eso hay que cambiarlo ya, sin otras distracciones.
¿Cómo
es eso que tenemos un Tribunal Supremo en el exilio? Debería estar aquí,
despachando desde su sede natural, pero todo el aparato de seguridad del estado
está comprometido con los carteles del crimen, y lo peor, no hay quien se
apersone en Washington con autoridad y con los requisitos en orden para pedirle a la ONU una fuerza de paz, para
poder traer a esos jueces al país y garantizarles su vida, debemos pedir de
inmediato unas unidades de tarea que los apoye y proteja, pero hay que hacer el
trámite, hay que pedirlo.
Si
nosotros no tenemos esa fuerza debemos buscarla, eso es lo que ha hecho el
hombre desde el principio de los tiempos, pactos, convenios, contar con
aliados, Maduro lo hace con Cuba y con los rusos ¿Por qué no podemos hacerlo
con los EEUU y con Europa, o con nuestros mismos vecinos que ya están hartos de
las injerencias y actos de guerra de Maduro en contra de la seguridad hemisférica?
¿Por qué desestimar a la OEA, si lo que quiere es imponer el orden en la
región?
No le
hagan caso a quienes ignoran la fuerza de la comunidad internacional, a quienes
la consideran una entelequia que no sirve para nada, son esos países amigos de
la Venezuela democrática los que han puesto las piedras calientes debajo del
caldero donde se rostiza Maduro a fuego lento, vamos a pedirles que lo
chamusquen de una vez por todas, estoy seguro de que tienen como, y que tienen
ganas de hacerlo.
Para
todo esto debemos quitarnos las caretas de vírgenes vestales destinadas al
sacrificio del monte Etna, debemos afrontar nuestra limitaciones y sopesar muy
bien nuestras capacidades- dadme un punto de apoyo y moveré el mundo, dijo
Arquímedes en su tiempo, eso es lo que nos hace falta, un punto para
apalancarnos, y el trabajo se hará.
- saulgodoy@gmail.com
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