lunes, 21 de mayo de 2018

El poder desde la mentira



Llevamos casi 20 años en ese crítico ejercicio de poder, que no es gobernar, donde un grupo, supuestamente revolucionario, nos ha impuesto una agenda de país ruinosa, violenta y hegemónica en contra de los intereses de la nación, y a pesar de toda la oposición que la sociedad venezolana fue capaz de ofrecer , muchas veces a costa de la vida misma,  el proceso de opresión chavista que se justificaba en el uso de la fuerza, propiciada por la propia Fuerza Armada que había jurado defender al pueblo, a sostenido en el poder al tirano.
Gobernar desde la mentira no es gobernar, porque niega de hecho el elemento fundamental de contar con la voluntad del pueblo, para gobernar hace falta gobernados y esa es una interrelación que nunca se ha dado con Nicolás Maduro, porque el centro de gravedad de la democracia moderna es la representatividad, de los ciudadanos, de los grupos de interés, de las organizaciones políticas, de las instituciones de gobierno, y esa reprentatividad fue secuestrada por el yo único, totalitario, centralista y tiránico de Maduro, el estado es él, únicamente que él y sus pranes, pero necesita de las elecciones para hacerse pasar por demócrata, y con la mentira construye la representatividad que él dice es del pueblo, una Asamblea Constituyente al estilo cubano.
El dice gobernar pero no tiene a quien, tiene a quien caerle a palos, a quienes poner preso y torturar, a quienes asesinar a sangre fría, a quienes insultar, robar y violar pero no tiene gobernados, por la sencilla razón que no lo reconocen como gobernante, pero sí los humilla, los compra con comida y baratijas, les promete cosas que no puede cumplir, por ello sus seguidores no son sus adeptos y cuando empiezan a pasarla mal, le retiran su apoyo.
Y a falta de esa voluntad real, el partido único socialista se han construido una voluntad mediática, programada en listados de votantes que no existen, de gente registrada con el Carnet de la Patria para recibir regalos, de censos de personas beneficiadas por algunas de las decenas de programas sociales del gobierno que jamás han consentido en apoyarlo, que no son otra cosa que mecanismos de chantaje y manipulación de voluntades.
El “know how” cubano en el control social por medio de las necesidades biológicas y políticas de la población, fue exitosamente transferida al aparato político chavista-madurista, estos controles lo que hacen es obligar a la gente, por medio del hambre, la necesidad de la atención médica y de obtener algún tipo de entrada monetaria para costear el costo de la vida, a que se comporten y aparezcan como personas felices, leales a la revolución y apoyando a su gobernante Nicolás Maduro, esto es recogido por los medios de comunicación masiva en poder de los usurpadores del estado y lo trasmiten como prueba de que ellos están gobernando.
El gobierno chavista-madurista ya no gobierna desde hace mucho tiempo, ahora simplemente impone su yugo sobre un país plenamente controlado en sus necesidades básicas, y hay un gran número de muertes entre la población, principalmente entre los más vulnerables, sencillamente porque el gobierno es incapaz de atender a todos los venezolanos, se trata de un daño colateral producto de las insuficiencias del sistema, provocado por ellos mismos al destruir el aparato productivo del país, dicen estar gobernando para todos, pero en realidad están administrando un ganado que se mueve hacia donde ellos quieren.
El estado colectivista y militarizado que han construido tiene una serie de deficiencias estructurales que no pueden ser reparadas sin remover el núcleo central de sus políticas de control poblacional, su eje central es el terror y la desinformación, su verdadero motor, único y trabajando las 24 horas los 365 días del años es la propaganda y la hegemonía comunicacional, mientras en el trasfondo actúan las mafias de la drogas, la corrupción, y el saqueo.
Han aprendido a aprovechar cada una de las necesidades del pueblo para realizar enormes negociados, hay empresas multimillonarias que han acumulado cuantiosas fortunas medrando del hambre del pueblo, de sus necesidades por agua potable, electricidad, comunicaciones, transporte, vivienda, educación, seguridad, salud… no hay un solo rasgo humano que no sea convertido en negocio por estos monstruos de la perversión, no ha habido recurso natural, desde las tierras productivas, pasando por el petróleo, el oro, los diamantes, minerales estratégicos, carbón, bosques, fauna, parajes turísticos, desarrollos hoteleros que no hayan sido apropiados y manejados desde el estado chavista para el beneficio de la élite del partido.
Pero la mentira tiene patas cortas, y queriendo lucir el músculo que le quedaba, quiso volver a engañar al mundo y engatusar a los venezolanos con unas elecciones fraudulentas, quiso demostrar Maduro que gobernaba y que la voluntad del pueblo estaba con él, pero le resultó una mueca, un error, descubrió una vez más que está usurpando el cargo de Presidente de la República, que no gobierna pues no tiene gobernados, que el pueblo de Venezuela no lo quiere, que es un mentiroso compulsivo.
Tras una campaña de compra de votos, amenazas, terror y felicidad fingida, el pueblo no se prestó al juego, nadie salió a las calles a votar y los usurpadores del poder quedaron en evidencia, tuvo el CNE que sacar sus votos virtuales de la chistera, tuvieron los medios de comunicación que presentar la mentira electoral de imágenes montadas de gente en las colas, los pocos y parciales observadores electorales tuvieron que inventar argumentos ante la ausencia de votantes para justificar un apoyo popular, que estaba claro, no existía.

Lo que ganamos con la jornada del 20-5
Ahora vamos a lo fundamental ¿Qué ganamos con esta jornada de abstinencia? Lo primero y creo que es fundamental, nos pusimos al día con nuestra conciencia, sentimos que fue una decisión personal que nos puso en sintonía con el verdadero país, que fueron esos millones de venezolanos que se negaron a ser parte del fraude, estamos en lo correcto, fue un aserto de orden moral que nos dio ánimo y nos hizo sentir parte de un país que quiere cambio, eso, en este momento y circunstancia vale mucho, derrotamos a la mentira, así el CNE haya proclamado presidente de nuevo al usurpador, se saben débiles, perdedores, sin posibilidad de ocultar su desnudez patética, son unos opresores y nada más.
Segundo, nos alineamos con una comunidad internacional, que cada día se hace mas asertiva y clara, que mientras ese cartel del crimen esté haciéndose pasar como gobierno de Venezuela, nadie puede estar tranquilo en el mundo, pues funcionan como base de operaciones de grupos criminales, terroristas y narcotraficantes cuyo único propósito es destruir la convivencia y el modo de vida de occidente.
Esto es importante pues le enviamos un mensaje sin equívocos al mundo entero, el pueblo de Venezuela no apoya, de ninguna manera, los actos y el modus vivendi de estas mafias, y que seguimos en la lucha de resistencia en su contra, y que sí tenemos el ánimo, la voluntad y la inteligencia para ponernos de nuevo de pie y reconstruir nuestro país.
Tercero, ya sabemos quiénes son parte del chiripero que está haciendo de quinta columna en nuestras filas, los oportunistas y colaboracionistas que le vendieron su alma al enemigo y se hicieron parte del fraude en contra de la Venezuela decente y democrática, y para con ellos no debemos tener ningún tipo de compasión, hay que apartarlos, que se vayan para Cuba y adoren al ídolo en su retiro en Camagüey.
A partir de este momento tenemos que revisar lo que significa la palabra unidad, a partir de este instante deberíamos hacer una crítica profunda a lo que queremos decir cuando decimos que somos de la oposición, porque hay una confusión tremenda en nuestro bando dándole cobijo y soporte a un poco de gente y de organizaciones políticas que nada tienen que ver con nuestras metas, que es otro de los puntos que deben ser redefinidos y dejarlos en claro.

Lo que tenemos que hacer a partir de hoy.
¿Qué vamos hacer a partir de este momento? Propongo que tenemos que hacer una segmentación precisa de lo que nos impulsa a unirnos, y a ser efectivos en esa unión, hay ciertos objetivos que podemos alcanzar en unidad y hay otros que no, de hecho, hay algunos en donde iremos enfrentados porque es la naturaleza de la política, y es muy sencillo, hay una meta que todos debemos alcanzar en unidad y es sacar a Maduro y al PSUV de la conducción del estado, debemos hacer lo posible por detener el daño que siguen propiciándonos, para todos los demócratas, equivocados o no, ese es un objetivo común, sin necesidad de programas de gobierno, de promesas electorales, de enfrentamientos, eso sí, para que quede bien claro, sacarlo no es negociar.
Está más que claro que lo urgente es atender la crisis humanitaria que embarga al país, hay que hacer que eso suceda, y hacerlo de la manera más eficiente posible, en ese sentido la unidad nacional es necesaria, movernos como un solo hombre para aplacar el padecimiento de la población, pero hay otras áreas, como las ideológicas donde no hay manera de ponernos de acuerdo, cada quien tiene su marco conceptual, de objetivos e intereses a alcanzar, y cada uno por vías diferentes, no hay que mezclar el aceite con el agua, en ese sector no puede haber unidad y quien la pida ya sabemos que es para parasitar de nuestro esfuerzo.
Para sacar a estas mafias hay múltiples vías, y recomendaría no dejar por fuera ninguna, ya que la situación se nos ha puesto tan precaria, que ya es de vida o muerte hacerlo, los que sólo quieran avanzar constitucional, electoral y pacíficamente, bienvenidos, los que estén dispuestos a generar otro tipo de salida también debemos incluirlos, si el objetivo es eyectar a unos criminales armados y violentos, todas las opciones pueden ayudarnos.
Al contrario de algunas opiniones creo que el apoyo internacional es vital para lo que viene, sobre todo para aliviar el sufrimiento de la población desde el ángulo de la ayuda humanitaria que debe ser primordial, hay mecanismos de intervenciones militares humanitarias que ya han sido probadas en algunos países que revisten similitud de circunstancias al nuestro, debemos atender a esos mecanismos y auspiciarlos, somos los más interesados en que la ayuda internacional llegue donde se necesite y no caiga en manos de los mecanismos de control chavista, para ser usados a su favor.
Debemos precisar a la Asamblea Nacional legítima que supuestamente debería representarnos, en lo personal tengo serias dudas de que muchos elementos en su directiva tengan a los intereses de la oposición como urgentes en su agenda, pareciera que se mueven bajo intereses bastardos ya que no terminan en concretar decisiones relevantes, como la designación de un presidente interino ya que Maduro fue inhabilitado, o pedimentos específicos a la comunidad internacional como la captura de Maduro como implicado en investigaciones de carácter penal, o el requerimiento a la Fuerza Armada para que se ponga a la orden del país, y no del PSUV y sus socios cubanos.
Si estos señores de la Asamblea Nacional no pueden o no quieren hacerlo, que renuncien a sus cargos o procedemos de inmediato a su destitución y nombramiento de nueva directiva, pero no podemos perder más tiempo.
Se deben citar a funcionarios en ejercicio como a los administradores de PDVSA y del Banco Central para que le expliquen a la nación el estado real de nuestras finanzas, pedirle a la comunidad internacional nos facilite una fuerza armada que los obligue a tal comparecencia, pero esas cosas hay que pedirlas, tienen un trámite, necesitan de una voluntad política que parece no existir a pesar de que el pueblo le dio a la Asamblea Nacional la autoridad y el poder.
Uno de los problemas en nuestro país es que las decisiones políticas no se pueden concretar porque no tenemos la fuerza para hacerlas efectivas, y tenemos allá afuera a unos aliados que estaría dispuestos en ayudarnos si se lo pidiéramos, pero no hay gónadas, y eso hay que cambiarlo ya, sin otras distracciones.
¿Cómo es eso que tenemos un Tribunal Supremo en el exilio? Debería estar aquí, despachando desde su sede natural, pero todo el aparato de seguridad del estado está comprometido con los carteles del crimen, y lo peor, no hay quien se apersone en Washington con autoridad y con los requisitos en orden  para pedirle a la ONU una fuerza de paz, para poder traer a esos jueces al país y garantizarles su vida, debemos pedir de inmediato unas unidades de tarea que los apoye y proteja, pero hay que hacer el trámite, hay que pedirlo.
Si nosotros no tenemos esa fuerza debemos buscarla, eso es lo que ha hecho el hombre desde el principio de los tiempos, pactos, convenios, contar con aliados, Maduro lo hace con Cuba y con los rusos ¿Por qué no podemos hacerlo con los EEUU y con Europa, o con nuestros mismos vecinos que ya están hartos de las injerencias y actos de guerra de Maduro en contra de la seguridad hemisférica? ¿Por qué desestimar a la OEA, si lo que quiere es imponer el orden en la región?
No le hagan caso a quienes ignoran la fuerza de la comunidad internacional, a quienes la consideran una entelequia que no sirve para nada, son esos países amigos de la Venezuela democrática los que han puesto las piedras calientes debajo del caldero donde se rostiza Maduro a fuego lento, vamos a pedirles que lo chamusquen de una vez por todas, estoy seguro de que tienen como, y que tienen ganas de hacerlo.
Para todo esto debemos quitarnos las caretas de vírgenes vestales destinadas al sacrificio del monte Etna, debemos afrontar nuestra limitaciones y sopesar muy bien nuestras capacidades- dadme un punto de apoyo y moveré el mundo, dijo Arquímedes en su tiempo, eso es lo que nos hace falta, un punto para apalancarnos, y el trabajo se hará.   -   saulgodoy@gmail.com





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