Creo
que tomar vacaciones es una necesidad humana, es buena para la salud física y
mental de los individuos, es buena para la familia, es bueno para la empresa ya
que mantiene a sus empleados en buena forma, y es una costumbre formidable que
vitaliza a una parte de la economía que prestas sus servicios en las áreas
recreativas y turísticas, pero eso es en una sociedad normal, que funcione en
un marco de estabilidad, dentro de un estado de derecho y con una economía
medianamente racional en su funcionamiento.
No es
el caso de Venezuela, en nuestro país unas vacaciones implican sacrificios muy
grandes, problemas en el hogar, gastos elevados, peligros inesperados, pero
sobre todo un ambiente de desasosiego y nerviosismo que impiden el descanso
esperado, la paz mental necesaria para disfrutar de salidas y visitas a otras
regiones del país, un simple día en la playa se hace casi insoportable en medio
de la tensión social, solamente los costos de un fin de semana fuera de
nuestros hogares se hace imposible para los presupuestos familiares, esto sin
contar con las dificultades del transporte, la insalubridad reinante, el desabastecimiento,
la escasez del efectivo, y por supuesto, la inseguridad, esa paranoia que nos
asalta cuando estamos en un lugar desconocido.
Los
que pueden costearse un viaje al extranjero salen huyendo del país, saben que
la parte más difícil del viaje será volver, y el disfrute de otros países,
otras gentes y costumbres siempre se verá empañado por ese latente recuerdo de
la patria sumida en un infierno.
En
una situación “normal”, un receso del cuerpo legislativo del gobierno no
debería ser una noticia importante, ni que la gente arme un escándalo porque
nuestros diputados deciden tomar sus merecidas vacaciones, el problema de tomar
unas vacaciones en medio de los problemas que enfrenta actualmente el país, es
que algo tan rupestre como un receso, que incluso está contemplados en la
normativa del funcionamiento del Congreso, se convierte en algo muy distinto y
ofensivo en medio de las actuales circunstancias.
La
situación de Venezuela se asemeja en mucho a una guerra, tenemos violencia a
granel en todo el país, con cuerpos armados del gobierno impidiendo
manifestaciones de la sociedad civil en protesta, justamente porque el gobierno
lo que hace es agredir a los ciudadanos, los servicios públicos vitales, como
la luz, el agua, el transporte, el suministro de alimentos, la atención médica
y la seguridad ciudadano hace ya mucho tiempo brillan por su ausencia, hay
epidemias de enfermedades contagiosas en todos lados, es peligroso para una
familia pasar vacaciones en cualquier sitio porque acechan enfermedades
mortales, y si alguien se enferma en estos tiempos de escases de medicinas y de
falta de servicios médicos, simplemente el padecimiento será de terror y el descanso
buscado en esas vacaciones podría ser eterno.
Nadie
en Venezuela puede vacacionar sin encontrarse de frente con la realidad de un
país en pleno proceso de destrucción, aún teniendo un refugio al que escaparse
y en el cual sentirse seguro, llegar allí será una ordalía, contar con la
electricidad un golpe de suerte, encontrar suministros un milagro, y que no lo
roben a uno en la playa un golpe de suerte.
De
modo, que las vacaciones de nuestros diputados se convierten en una pregunta ociosa,
¿Vacaciones donde? ¿Vacaciones cómo? La decisión
de tomarse el asueto fue un error de apreciación política imperdonable, dentro
de la enorme hecatombe que vive el país, esas vacaciones tienen otro
significado, otro lenguaje, y expresan otra cosa muy distinta.
Estamos
en medio de una encrucijada, hay una serie de decisiones políticas delicadas
que la Asamblea Nacional debe tomar en la brevedad posible, pues van a definir
ciertos movimientos y situaciones para la tiranía de Maduro, y para los
venezolanos todos que tienen una gran significación, las decisiones de la
Fiscal General de la República y del Tribunal Supremo de Justicia, ambos en el
exilio, no cuentan con el aval de la Asamblea Nacional porque han decidido irse
de vacaciones.
Esta
actitud tan irreverente, tan descarnada, al punto que lo considero una afrenta
en contra de nuestra dignidad y sentido de justicia lo que ha hecho es
confirmar ese temor que ya hace algún tiempo vengo expresando en mis artículos:
esta Asamblea Nacional, que se ha constituido en uno de los pocos órganos
verdaderamente legítimos de la democracia, pareciera estar dirigida por
colaboracionistas del régimen de Maduro, por personas que tienen una agenda
oculta, que quieren sabotearnos el esfuerzo inmenso que ha hecho el pueblo por
salir del hueco donde estamos metidos.
Ha
sido una bofetada a la memoria de tanta gente que ha dejado sus vidas y su
sangre en las calles y cárceles del país, es una burla en contra de los tantos
presos políticos, muchos de ellos compañeros parlamentarios de estos asambleístas
que hoy deben estar con sus bermudas y sus lentes de sol debajo de una
sombrilla bebiendo una fría cerveza en una playa en… ¿Dónde? Por Dios, si ni
siquiera cobran sueldo, ¿Cómo pagan por unas vacaciones?
El
Sr, Barbosa, a quien cada día que pasa
lo veo como un enemigo más que como un aliado, no deja de proferir
insensateces, debería renunciar a su cargo, los venezolanos deberíamos revocar
su mandato por incapaz, aquí nadie le está pidiendo que haga efectiva una
sentencia, que ponga preso al reo Nicolás Maduro, lo que le estamos pidiendo es
que haga su trabajo, que convoque inmediatamente al parlamento y discutan en
una sesión extraordinaria las decisiones que los otros poderes han tomado en
contra del presidente, que se destape de una vez por todas de esa cloaca de la
investigación de la Oderbrech en nuestro país, así salpique a sus amigos y
asociados.
Coma
ya dije, este receso de la Asamblea Nacional en las actuales circunstancias
tiene otros lenguaje y otro significado, lo que nos están diciendo a que
ustedes no les importa nuestro mandato, que ustedes representan a otros
intereses y si esto es así, deben devolvernos sus curules, deben renunciar si
tienen una pizca de dignidad, porque esas vacaciones ni se las merecen, ni les
va a servir para escurrir el bulto, tienen que responder al clamor del pueblo,
deben dejar de burlarse del pueblo anteponiendo razones legales traídas por los
pelos y excusas para tapar desaguisados.
Lo
que deben hacer es trabajar, reunirse, discutir y tomar decisiones como
parlamentarios y dejar de comportarse como si fueran un despacho de abogados
leguleyos del régimen, vuelvan a la asamblea y defiendan al país. -
saulgodoy@gmail.com
Yo entiendo tu punto de vista. La verdad es que la oposición en varias ocasiones no ha cubierto nuestras espectativas.
ResponderEliminarSin embargo, debemos tener cuidado al hacer las críticas a nuestros representantes, y debemos estar seguros de que nuestras afirmaciones en ese sentido se encuentren respaldadas por la evidencia, so pena de incurrir en la anti política que solo favorece al gobierno.
Estoy totalmente persuadido de que si alguien entiende de esto, eres precisamente tú, ya que he leido tus escritos.
En ese sentido, en:
http://www.asambleanacional.gob.ve/noticias/_barboza-la-asamblea
se menciona en el encabezado:
Barboza: La Asamblea continuará trabajando durante el receso legislativo a pesar de los ataques del gobierno.