La Mente es un patrón percibido
por una mente. Esto es quizás circular, pero de ninguna manera es vicioso o
paradójico.
Douglas Hofstadter (1981)
De
las disciplinas emergentes como, la filosofía de la mente y la Inteligencia
Artificial (IA), están surgiendo una nueva manera de vernos y entender el
mundo, se trata del sistema de patrones desarrollados por los programadores
para que sus máquinas puedan reconocer los ambientes a que se ven expuestas y
maniobrar exitosamente en ellos, también la manera como “piensan” un gran
número de los nuevos robots y computadoras; las máquinas ven y solucionan
problemas basados en patrones de la realidad y el conocimiento por áreas, que
no es otra cosa que capas y capas de patrones sobre las que tienen que elaborar
sus decisiones.
Esta
aplicación y concepto de inteligencia cibernética, ha impactado la manera en
que los filósofos de la mente han direccionado sus búsquedas sobre cómo trabaja
el cerebro humano, para llevarnos a través de la realidad y sobrevivir con
éxito, y efectivamente, el mundo funciona a la perfección cuando lo tratamos como
si fuera un sistema complejo de patrones.
Nos
dice el profesor Efrain Turban, de la Universidad de California en Long Beach,
en su libro Expert Sistems and applied
Artificial Inteligence (1992) lo siguiente:
Las computadoras pueden ser usadas para
reunir información sobre objetos, eventos o procesos; y, por supuesto, las
computadoras pueden procesar grandes cantidades de información que las personas
no pueden. Pero la gente, sin embargo, de manera instintiva hacen cosas que son
muy difíciles de programar en una computadora: pueden reconocer relaciones
entre las cosas; sienten cualidades; y pueden descubrir patrones que explican
como diferentes objetos se relacionan entre ellos. Una foto en un periódico no
son más que una colección de pequeños puntos negros, y sin embargo, sin ningún
esfuerzo, la gente descubre patrones que revelan rostros y otros objetos en
esas fotos. De igual manera una de las formas en que los humanos le encuentran
sentido al mundo es reconociendo los patrones las relaciones y patrones que los
asiste a obtener significados de los objetos y eventos con los que se
encuentran. Si las computadoras van a ser más inteligentes, tienen que poder
hacer esas mismas asociaciones entre las cualidades de los objetos, eventos y
procesos como le es natural a la gente.
En el mundo de la IA las máquinas aparentan razonar
utilizando reglas de aplicación o heurística, en sus búsquedas de respuestas, y
hacen inferencias empleando el método de comparar patrones. La IA, utiliza la
comparación de patrones en términos de sus relaciones lógicas y computacionales
hasta lograr características que integran la respuesta que buscan.
Pero, ¿Qué es un patrón? Podríamos definirlo como la
más simple representación de algo; en el mundo de la computación cuando uno
reduce una imagen, no solo la reduce en bits que deben ser guardados,
comprimidos, sino también en tiempo de ejecución de la tarea, en el caso de la
mente humana, basta que veamos brevemente el perfil de alguien en condiciones
precarias de luz y ruido, apenas sus líneas más básicas, para que nuestra mente
reconstruya la identidad de la persona, y le atribuyamos a ese perfil, un nombre-
Esa que pasó por allí era Susana.
El patrón debe poder definir, representar o producir
ese objeto, evento o proceso sin dificultad, basta con la información básica,
nuestra mente (un sistema de patrones) reconstruirá en base a pasadas
experiencias, relaciones, atributos, recuerdos, la información completa.
Marcus Hutter, un experto en inteligencia dijo en un
trabajo reciente, que la inteligencia era la habilidad de obtener metas
complejas en ambientes complejos, y definía la complejidad como algo muy rico
en variedad de patrones, muchos científicos y filósofos están viéndola mente
como eso, una colección de patrones asociado a un proceso dinámico y
persistente que obtiene patrones de alta densidad en ambientes de múltiples
patrones.
Por supuesto, hay otras maneras de ver la mente
humana, pero esta que les comento es lo último que ha surgido en las
universidades y laboratorios de primera línea en investigaciones sobre la
naturaleza de la consciencia, pero esto va mucho más allá, y si me han seguido
hasta aquí, vamos a especular con ciertas hipótesis que para algunos pueden
resultar descabelladas.
El investigador, filósofo y empresario
brasilero-norteamericano Ben Goertzel, del cual ya hemos escrito anteriormente,
en su trabajo publicado en la revista International
Journal of Machine Consciousness, cuyo título es bastante esotérico, Modelos Hiperset del yo, de la voluntad y
de la consciencia reflectiva (2011), los hipersets son modelos de
matemáticas avanzadas que explican, por medio de la Teoría de los Conjuntos, la
pertenencia circular de sus estructuras en el conjunto, cosa que está
plenamente negada en la teoría formal, Goertzel elabora estas ecuaciones que
utiliza en varias de sus investigaciones en IA, más o menos se explica de esta
manera: Si un conjunto A se construye de un conjunto B (o de algún otro
conjunto perteneciente a B), entonces el conjunto B no puede ser construido del
conjunto A (o de ningún otro conjunto que pertenezca al conjunto A).
La fórmula, que ni la voy a explicar ni la voy a
mostrar (consigan el artículo que se encuentra en internet), permite
precisamente esta posibilidad de B=A tratadas como conjunto.
Goertzel en su hipótesis asegura, y la idea tiene
mucho tiempo rodando y varios científicos y filósofos que la apoyan (Douglas
Hofstadter, G. Spencer-Brown, Louis Kaufmann, y Francisco Varela), y nuestro
autor tiene un libro dedicado exclusivamente al desarrollo de esta idea, que se
titula El Patrón Oculto (2006) y que
lo recomiendo altamente, donde asevera y explica que hay un tipo de conciencia
que está presente en todo lo que existe, que hay una conciencia universal que
impregna todo lo creado, rocas, animales, plantas, fuego, energía, galaxias…
que no es el mismo tipo de conciencia que implica un yo fenomenológico, o una
voluntad, o una conciencia reflectiva como en el caso de nosotros los humanos,
pero es el sustrato sobre el que la teoría de los patrones funcionaría a la
perfección.
En la esquina opuesta se encuentra la teoría
materialista que niega la conciencia como fenómeno asociado a otro tipo de
patrón sino a las estructuras físicas que componen el mundo, apenas y sería un
epifenómeno producto de la dinámica de esas estructuras, en el caso de estas
“experiencias subjetivas” reportadas por los sujetos como vivencias, trucos que
nos juega nuestra biología, entre sus proponentes se encuentra Daniel Dennett.
En su libro El
Manifiesto Cosmista (2016) Ben Goerrtzel nos dice:
El patrón específico que somos, mentes
humanas, está íntimamente ligado a nuestros cuerpos humanos, y a la manera en
que recordamos e interactuamos en el mundo en el que nuestros cuerpos viven.
Somos unas mentes corporizadas, como mentes asociadas con un particular sistema
físico, estamos atados a los sensores y reguladores de ese sistema. Jack
Kerouac se describía a sí mismo como “otra
alma atrapada en un cuerpo”- y a sí me siento a menudo- pero esa no es toda
la historia. Nosotros pensamos con nuestros corazones, pulmones, sistemas
digestivos y genitales y para usted de contar- no sólo con nuestros cerebros.
Si usted tomara un cerebro humano y lo conectara a un tipo diferente de cuerpo-
o lo dejara entendiendo en el vacío, sin cuerpo,rápidamente se auto-organizaría
en algo radicalmente diferente que sólo marginalmente podría llamarse “humano”
o sería “la misma mente” que antes.
Todo el asunto va en una dirección, y es que
desarrolladores de IA como Goertzel, están seguros de poder alcanzar por medio
de sus trabajos en robótica, un nuevo compañero para nosotros los humanos, no
solo inteligente, mucho más inteligentes que nosotros, inmortales y perfectos, sino
con conciencia, que podría ayudarnos a ingresar a una nueva etapa ya no del
desarrollo humano, sino del posthumano, y para allá es donde apunta el
futuro. - saulgodoy@gmail.com
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