El discurso
exterioriza los conflictos políticos e ideológicos del momento. El dialogismo
de sus palabras es filosofía práctica dándole batalla contra el idealismo y la
metafísica religiosa, en contra de la épica. Constituye el pensamiento político
y social de una era peleando en contra de la teología, en contra de la ley.
Julia Kristeva, comentarios al discurso minnepeo
En la opinión de algunos científicos y filósofos la mente
humana se la pasa trabajando sin descanso para intentar comprender eso que
llamamos la realidad, pero al final de la jornada con lo único que nos
encontramos es con conceptos y teorías limitadas que nunca rinden una explicación
satisfactoria sobre nuestro mundo y quienes somos… pero es lo único que
tenemos, conceptos y teorías, por lo que es importante que estemos claros de
sus contenidos y alcances.
A estas alturas de nuestro siglo, estamos contestes de
que nunca vamos a poder hacernos una idea de nuestra realidad, debido entre
otras cosas, porque nunca vamos a disponer de todos los elementos que la
conforman, hay partes importantes de nuestra realidad que nos está negada,
porque simplemente no podemos percibirla, eso nos lo dicen los instrumentos y
sensores con los que exploramos el mundo, nos lo dice también las matemáticas y
la física que nos hablan de dimensiones y espacios que deberían estar allí, lo
presiente nuestra intuición, hay fuerzas, estados, entes y estructuras que no
las vemos, pero que nos influyen.
De modo que, por los momentos, siempre vamos a estar un
poco desconectados de nuestra realidad, y como nuestra naturaleza no acepta
vacíos, y menos de esta clase, esos faltantes los vamos a llenar con ilusiones
que creamos nosotros mismos, o que las pedimos prestadas de los demás, el
problema es, que una vez que nuestra consciencia está trabajando con una
ilusión, con un constructo ideal, dogmático o normativo, no vamos a poder ver
las cosas como son en realidad.
Tremenda paradoja, y como ella hay muchas otras, las
paradojas son aparentes contradicciones que surgen principalmente del uso de
nuestra lógica y el lenguaje, ambas herramientas son limitadas en sí mismas,
pero son nuestras únicas guías hacia la verdad.
El Dr. Ben G. Yacobi, físico del Imperial College de
Londres y de la Universidad de Harvard, nos dice en su artículo The Human Dilema, 2013 lo siguiente:
Uno
puede distinguir entre una realidad aparente y la realidad última, también
entre la realidad física o independiente de nosotros los humanos y la realidad
mental o elaborada por los humanos. La realidad física se define extendida en
el espacio, con propiedades físicas como masa, y existiendo independientemente
del observador. La realidad mental no tiene extensión en el espacio y existe
solamente en la mente del individuo, su existencia depende del observador. Pero
cuando uno piensa en términos de árboles y rocas o de partículas atómicas y
cuantas de luz, esta realidad aparece a los observadores humanos como
representaciones parciales de la realidad última. Es vital distinguir entre
estos tipos de realidad, y entre la representación de la realidad en la mente y
la realidad en sí misma.
Pero igualmente importante es
distinguir entre un dogma, opinión, ideología o creencia de algún tercero
interesado en que creamos o veamos la realidad tal y como él la ve, en el caso
de los políticos esta es su función natural; su profesión y actividad es la de
hacer que usted y yo concurramos en su idea de la realidad para poder actuar
sobre ella, de acuerdo a un plan y bajo su dirección, con el fin de modificarla
de acuerdo al interés del político, que quiere que sea su mismo interés, para
hacerlo juntos, para apoyarse mutuamente, para que vote por él y su partido,
que ya tienen una visión de la realidad elaborada y completa para el país.
Las realidades políticas
tienden a ser las más complejas de todas, pues abarcan no sólo un gran número
de personas, necesidades, recursos, medios e ideas, sino que pretenden hacerse
dueños de la situación y obligar a los factores y componentes de esa realidad a
que se amolden a un plan con el cual creen hacer a la sociedad más justa,
próspera y feliz.
Tamaña responsabilidad la de
un político que se atreva a esto, y enorme el riesgo que toman las personas en
creerle al político que pueden hacer lo que propone, justo cuando cada uno de
nosotros está tratando de descifrar nuestra realidad individual.
Pero nuestro caso (el
venezolano) va mucho más allá, es todavía más difícil y arriesgado, pues
estamos viviendo bajo el poder político de una tiranía totalitaria,
violenta e irracional, que ha roto con
el pacto democrático que nuestra sociedad se dio, este quiebre lo hicieron por
medio de las armas y el terror, y quieren imponerse, de manera que la vida
política del país dependa de ellos.
En el bando contrario, en la
supuesta oposición democrática, se encuentran una serie de organizaciones
políticas que están constituidas bajo una ideología socialista internacional
(socialdemocracia, democracia cristiana, socialismo, progresismo, comunismo, etc.)
y esto es así porque han recogido las ideologías de otros partidos y países y
los han hecho suyo, no conozco a ninguno que sea autónomo y original en el
desarrollo de su propia idea de socialismo, y haya creado su propio sistema
político, o sea, independiente de los sistemas y el dogmas socialistas del
siglo XIX.
Las ideología recogen una
serie de valores, creencias y opiniones de un grupo, con las cuales interpretan
el mundo, y asumen puntos de vista sobre la naturaleza humana, eventos
históricos, realidades presentes y posibilidades a futuro; el problema con el
político venezolanos y con quienes comparten estas ideologías, es que la
mayoría de la gente, ignora precisamente la ideología.
Quienes se dicen socialistas
difícilmente pueden sostener una argumentación profunda sobre esas ideas, no
las manejan adecuadamente, muchos las ignoran, aunque de manera muy general
asumen posiciones y dicen de sí mismos tratarse de personas, justas,
solidarias, igualitarias, con una especial disposición de ayudar a los menos
favorecidos de la sociedad, y como se trata de acciones colectivas, creen en un
estado interventor y benefactor.
Más allá de esta
generalidades, los miembros del partido y sus simpatizantes, lo que hacen es
seguir los lineamientos del partido exigidos por sus líderes, y estos tampoco
se ajustan al ideal socialista sino más bien tiende a ser pragmáticos, a
resolver los problemas de acuerdo a como vayan presentándose, no hay rigor
ideológico en este sentido, o uno muy tenue.
Eso es así en la mayor parte
del mundo, si quiere encontrase con expertos en ideologías tiene que irse a
universidades, o contactar con especialistas o leer a los periodistas que
cubren el tema, de resto, sean de derecha o de izquierda, los políticos rara
vez tiene opiniones informadas sobre la ideología que dicen seguir.
¿Entonces como resuelven los
problemas políticos de sus localidades y países? El asunto se vuelve una
pregunta retórica y circular, pues la respuesta que probablemente obtenga, es
porque son políticos, lo político entendido como un don, un instinto, algo que
se aprende en el oficio, dentro de los partidos, pateando calle, ocupando
cargos y escuchando a la gente… las respuestas son de orden esotérico, sólo
para iniciados.
Lo que sí vamos a dejar claro
es que los políticos, igual que todos nosotros, recurren al lenguaje, a ciertas
narrativas, no solo para describir el mundo y comunicar sus ideas sobre el
mismo, sino que esos discursos están cargados con un gran poder y conocimiento
sobre lo que motiva a las personas, convirtiendo esos discursos en eficaces
herramientas para modificar comportamientos en nuestra cultura.
En los discursos de nuestros
políticos hay intenciones ocultas cuando describen una supuesta realidad, y
como ellos tienen acceso a los medios de comunicación masiva, estos mensajes se
repiten y llegan a un gran conglomerado de personas, quienes al no estar
conscientes de la naturaleza de los mismos, y gracias a la elocuencia e imagen
de los interlocutores, de las organizaciones que los apoyan, y la muy bien
urdida campaña mediática que hay tras ellos, el mensaje penetra con facilidad
en las mentes más vulnerables, y se hace parte de esa realidad, o por lo menos
del sentido que los políticos buscan darle a esa realidad.
Estos discursos lo que hacen,
es confirmar nuestra angustia existencial ante las consecuencias de las
acciones de quienes manejan el estado, una pésimas políticas públicas, una
economía en desbarajuste y un orden perdido, en el caso venezolano, sometido
por la arbitrariedad de unos agentes cubanos; los políticos se meten dentro de
nuestra ropa interior para hacernos sentir culpables y movernos a pensar que
son sólo ellos los que pueden cambiar nuestra situación, que si ellos dicen
¡Brinca! Debemos brincar todos unidos… al final se justifican diciéndonos, que
ellos son todo lo que tenemos, que no hay salida que no pase por sus manos.
Si a estas alturas de nuestra
historia nos vamos a tragar el cuento de que los políticos todos, son personas
bien intencionados cuyo único fin e interés es el bienestar de la colectividad
empezamos con una gran desventaja; los políticos responden a intereses, de sus
ideologías, de sus organizaciones, de quienes los financian, de quienes lo apoyan,
de sus propios círculos de asociados y amigos, de poderes foráneos, de
infinidad de fuerzas que los usan como fichas en el juego por el poder.
Lo que una persona
medianamente informada e inteligente debería hacer, es buscarse al político
cuyas ideas estén más o menos en consonancia con las suyas propias, que le
merezca un mínimo de credibilidad y apostar a su desempeño en la carrera por
ganarse la voluntad popular.
Lo que la mayoría de los
venezolanos hace es otra cosa, no buscan un político sino un salvador, un
mesías, un jefe, un padre o un héroe, y bajo estas premisas nuestros políticos
olfatean el ambiente, su electorado y preparan sus narrativas de acuerdo a las
circunstancias, somos un pueblo con un pasado lleno de figuras políticas muy
destacadas, verdaderos caudillos y hombres fuertes que supieron conducir a las
masas de este país a realizar gestas increíbles.
Nuestro imaginario y
expectativas están influenciadas por estas historias que nos han infantilizado,
que no nos han permitido madurar políticamente, y nuestras organizaciones
políticas prefieren que nos quedemos así, entendiendo la política como una acto
eminentemente electoral, entendiendo nuestros derechos políticos como votar y
punto, lo demás queda a cargo del partido y sus líderes.
Esa falta de madurez política
nos han traído a estas playas, le abrimos las puertas a la tiranía y ahora no
nos la podemos quitar de encima, y todo nuestra estructura política es incapaz
de solucionar la crisis, de hecho, ese continuo intento de negociar con criminales
y usurpadores por una salida “pacífica y constitucional” es simplemente el
reflejo de un fracaso histórico, y el discurso de nuestros políticos es un
reflejo de ello, como también lo es el autismo que sufre nuestro pueblo
creyéndose los discursos de unos políticos inoperantes y caducos.
Escuchemos por un instante
los discursos de nuestros políticos, tanto de los del gobierno tiránico como
los de la oposición ¿De qué hablan? De socialismo, en todas sus fragancias y
colores, se refieren a un pueblo, soberano, colectivizado, solidario, pacífico,
dependiente de un estado fuerte, centralizado, benefactor, que reparte
equitativamente la riqueza nacional, estos discursos son un prisma que reflejan
como percibimos, interpretamos y evaluamos el universo a nuestro alrededor.
Hay en esos discursos
implícito un concepto horrible sobre la naturaleza del venezolano, somos
ganado, somos masa, la gran mayoría quisiera calzar los zapatos de eso que
llaman proletariado, un ente colectivo y amorfo al que hay que atender porque
somos incapaces de proveernos por nuestros propios medios, no podemos
movilizarnos ni tomar decisiones por nuestra cuenta, necesitamos un guía, un
pastor que nos señale el camino, y allí se montan una serie de individuos con
características de “machos alfa”, gente confiada, segura de sí misma, que nunca
se equivoca y su tarea principal consiste en alabarnos, en decirnos que tan
grande e inteligente somos, que vivimos en el mejor país del mundo, y que
ellos, los políticos sólo sirven a nuestros intereses.
Volvamos al principio, si
como nos dice el Dr. Yacobi tratamos de no caer en ilusiones sobre la realidad
porque sería muy fácil perdernos, debemos conservar una claridad acerca de
nuestra situación, de la fragilidad de nuestra realidad, para dejarnos
convencer o aceptar sin análisis unos discursos prestados, que no son nuestros,
en boca de personas que necesitan de todo un aparato mediático, de manejadores
de imagen, de periodistas, de fotógrafos, de politólogos que bendicen con sus
obviedades científicas el discurso, y apologistas pagados para crear una
persona que termina siendo una marioneta, si no de fuerzas extranjeras e
intereses internacionales, entonces de mafias locales y grupos de empresarios
corruptos, pero siempre hay alguien más tirando de los hilos del poder.
Los venezolanos estamos entre
dos fuegos, por un lado el de los revolucionarios en su constante negativa de
lo que han hecho con el país, y en hacer parecer nuestras desgracias como un
triunfo del nuevo humanismo, y por el otro lado, el de la coalición de partidos
socialistas, diciéndonos que debemos desalojar del poder a los corruptos e
ineptos para poder tener un verdadero país pleno de oportunidades; pero siempre
los descubrimos haciendo lo contrario de lo que nos dicen, sentados en mesas de
negociación secretas, aceptando condiciones deshonrosas para la democracia,
dándoles largas a las verdaderas soluciones y distrayendo el malestar social
con actividades pueriles que corren a favor de la tiranía.
Hasta que la mayoría de
nosotros no caigamos en cuenta, que nuestras insuficiencias en manejar nuestra
realidad, no depende de unos hombres viciosos y mentirosos, estaremos dando
vuelta en el mismo lugar como si fuéramos unos lunáticos. -
saulgodoy@gmail,com
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