Vamos a tratar de explicarle a los que todavía se aferran
a la idea de una revolución posible, con la actual estructura política legada
por Hugo Chávez y transformada por Nicolás Maduro, que tal objetivo es inalcanzable
y que de continuar en este rumbo, sólo significaría la erradicación no sólo del
movimiento revolucionario continental, sino la destrucción inútil y sin sentido
del país que una vez fue Venezuela.
La situación actual es obvia y no requiere de mayor
elaboración, el gobierno revolucionario se ha convertido en una quimera
inoperante, es un estado fallido, es decir, no gobierna, impone su mandato por
el uso de la violencia y el abuso, lo que hace es operar una serie de bandas
violentas y armadas de carácter paramilitar, utiliza el terror para garantizar
su predominio en las pocas parcelas de poder que le quedan, apenas puede
suministrar servicios y productos básicos a una parte muy reducida de la
población para mantener un núcleo de seguidores.
La cúpula del gobierno revolucionario en Venezuela lo que
está haciendo es sobrevivir en medio de altísima presiones internacionales y
nacionales, la economía del país está destruida, y sus verdaderos operadores,
los Comandantes del Partido Único Comunista de Cuba, representados en la figura
del anciano Raúl Castro, cometieron el error en hacer obvia su participación e
intervención en la injerencia sobre los asuntos soberanos de Venezuela.
La participación cubana en el desastre venezolano es tan
obvia que son señalados como los culpables de esta situación calamitosa, y los
está perjudicando, Cuba se ha convertido en el centro de la atención
internacional de una serie de acusaciones y medidas punitivas en su contra, la
cual están tratando de contrarrestar, moviendo sus influencias políticas entre
los aliados que le quedan, poniendo en evidencia aún más su papel protagónico,
ya es un secreto a voces que mantiene hoy en día más de 20.000 cubanos en
territorio venezolano como operadores políticos entre la población civil y
militar.
Lo que ha debido ser una operación discreta que
beneficiaría a la isla caribeña en recursos y negocios en un nuevo orden
colonial para Latinoamérica, se ha convertido en una seria intervención
político-militar en donde varios estados de la región, incluyendo a los EEUU,
se están sintiendo agredidos y violados en sus intereses y seguridad, lo cual
se ha convertido en una empresa de gran escala difícil de ocultar, al punto que
la situación se le ha tornado inmanejable para el gobierno cubano, lo que ha
ameritado la intervención directa de los gobiernos de Rusia y China, y de poner
en juego (descubrir ante los organismos de inteligencia mundial) la red de
apoyo con que cuentan.
A medida que la situación en Venezuela se fue complicando
y que ameritaba una mayor y más visible participación de Cuba, sobre todo en el
intenso intercambio diplomático y militar a que dio lugar, Cuba fue cayendo en
su propia trampa y para no quedar como unos irresponsables ante un juego tan mal
planteado, trataron de convertirlo ahora, en un plan de mayor aliento ya no
solo para Venezuela sino para todo el continente y para España.
Este esfuerzo ha distraído importantes recursos y fuerzas
a lo interno en la isla, lo que los ha dejado muy vulnerables, y explica la
dureza con la que actúa el régimen en contra de la propia oposición cubana, son
intransigentes, candelita que se prende, candelita que apagan a palos, y el
descontento del pueblo cubano, tan oprimido por tantas décadas, crece.
La apertura del México de López Obrador a la influencia
cubana, les ha obligado a enviar contingentes de médicos, entrenadores,
maestros, expertos en inteligencia y personal militar a ese país, quedándose en
este momento al máximo de su potencial intervencionista en otros países, de
modo que la orden para el Foro de Sao Paulo es que utilicen al máximos los
recursos nacionales de los países para provocar la violencia que hoy estamos
viendo en el continente.
Los rusos y los chinos que venían trabajando calladamente
en su plan de dominio mundial por medio de la globalización, tejiendo con
habilidad una serie de situaciones, intervenciones, tratados, áreas de
influencia, contactos multilaterales, se ven obligados a descubrir su juego
gracias a la desmedida ambición de Raúl Castro.
El líder cubano, en vez de reconocer sus errores y los
problemas creados, prefirió, en vez de concentrarse en bocados que podía
digerir, por cuestiones de falso orgullo, está en el proceso de engullirse al
continente completo, sin reconocer que no tiene como hacerlo, y afectado por
las sanciones de los EEUU que tan desesperadamente denuncia y trata de
desactivar.
Al destaparse la trama política en Venezuela y Colombia,
para luego hacerlo en Ecuador, Chile, Argentina, Bolivia y probablemente lo
haga en Brasil, con Lula Da Silva, su importante ficha, ahora en libertad; ha
preferido descubrir el juego de sus asociados y jefes en el tablero mundial, en
vez de contener con discreción la crisis en Venezuela.
La red tejida por Cuba que llega hasta el alto gobierno
en España y penetra los círculos de decisión de la Unión Europea, han expuesto
a toda la estructura operativa del comunismo internacional con la que
intentaban hacer realidad ese viejo sueño de instaurar un Nuevo Orden Mundial,
socialista, militarista, totalitario, con un gobierno planetario en manos de la
ONU.
Esta última organización ha sido rudamente expuesta y
todas las ganancia socialistas y comunistas en posicionar factores y aliados en
puestos claves, ha sido expuestas; todo el esfuerzo que hicieron los gobiernos norteamericanos
demócratas con los presidentes Carter, Clinton y Obama en darle a la ONU el
importante peso mundial que había logrado, como la más importante instancia en
la resolución de conflictos entre países, convirtiéndose en la referencia y el
instrumento supranacional para ir fundando un gobierno global, se encuentra ahora
en entredicho debido a estas torpes jugadas de Raúl Castro.
En una típica estrategia comunista, de convertir una
derrota en victoria, han generado una narrativa absurda de que en Venezuela
triunfó la justicia, la moral y la razón revolucionaria, Maduro trata de vender
su gesta como una de liberación en un país desgarrado por la corrupción y el
oprobio, por facciones y militares peleándose por minas de oro y centros de
distribución de drogas, con una población entrando en peligrosa fases de
desnutrición, etnocidios, con varias amenazas de epidemias y con una migración
de desplazados y refugiados hacia países vecinos como nunca se habían visto en
la región, es simplemente un exabrupto que lo que hace es resaltar la tragedia
de la situación.
Cuba y Raúl Castro han puesto el plan de dominación
socialista en entredicho, probablemente el daño sea irreversible a este
esfuerzo histórico, y ya descubiertas las cartas es mucho más fácil controlar
el daño por parte de las democracias occidentales y desmantelar la red de
dominación; la conspiración descubrió su rostro y no es agraciado.
De esta manera la situación en el medio oriente, en
África, en el Caribe, internamente en los EEUU y Canadá, pero sobre todo en
Europa, cobra una nueva perspectiva a la que hay que atender con premura, pero
es en Latinoamérica en donde el fuego está encendido, y donde pudiera desatarse
una situación de anomia que afectaría la paz mundial y la seguridad hemisférica
en el espacio vital de los EEUU.
Justamente es en este momento que Cuba es susceptible de
la siembra de la contrarevolución, de una oposición mucho más agresiva y
visible, es la ventana que por tanto tiempo se había esperado para sembrar las
semillas de la libertad y la democracia, pero es también un momento peligroso
para la región completa, Raul Castro está desesperado y capaz de cometer
cualquier locura.
La geopolítica mundial adquiere una nueva comprensión cuando
entendemos estas torpes jugadas que sin duda, tienen al mundo al borde de un
ataque de nervios, se han generado desequilibrios y conflictos, pero todo
adquiere un sentido cuando estamos viendo a una Eurasia, que estuvo muy cerca
de obtener el control de buena parte del mundo, luchando por recuperar
mercados, ventajas y presencia luego de que el Sr. Trump desatara en contra de
China y Rusia una serie de medidas que los tienen a la defensiva.
En cuanto a Venezuela, fue un error del comunismo
internacional tener como socios en un proyecto de dominación neocolonial, a
personajes tan rapaces y poco cultivados como los chavistas, desordenados e
incapaces de seguir un plan, sus apetencias personales privaron sobre cualquier
alianza o compromiso ideológico, los revolucionarios se presentaron ante los
venezolanos como salvadores, y se convirtieron en sus esclavistas, en algún
momento quisieron liderar el movimiento mundial de dominación socialista, pero
Fidel Castro intervino anulando de manera definitiva a su líder, Hugo Chávez.
Maduro nunca estuvo a la altura de su antecesor, y aunque
resultaba un obediente agente o proconsul cubano, su manera de ser es mucho más
primitiva que la del Comandante Eterno, lo que ya es mucho que decir de sus
pulsiones bestiales, pero no ha sido posible derrotarlo o doblegarlo, debido principalmente, a una
oposición democrática cobarde, acomodaticia y con su agenda propia de intereses,
que no son los del país nacional, desmontando su propio juego, haciendo letra
muerta sus promesas.
El plan que se elaboró, la hoja de ruta que se sometió al
pueblo opositor venezolano, que es mayoría, era muy claro y estaba sobre los
rieles correctos, primero, salir de la usurpación chavista, segundo atender la
crisis humanitaria con urgencia, ir hacia la transición realizando nuevas
elecciones generales se dieron importantes pasos en consolidar a una figura de
liderazgo en la persona de Juan Guaidó y complementado por una Asamblea
Nacional combativa y comprometida con la liberación de su pueblo, pero todo era
una cortina de humo para ocultar posiciones personalistas y despreciables.
Empezaron a introducir elementos extraños en el plan,
principalmente los intentos de negociación y pactos secretos, algunos sectores
de esta dirección política cría, y aun cree, que pueden cohabitar con un régimen de ésta
naturaleza sin contaminarse ni perder la brújula, el presidente encargado de la
Asamblea Nacional, el Sr. Juan Guaidó se ha destacado por su poca habilidad de
lograr cohesión entre los factores “realistas” de nuestra sociedad, su última y
lamentable decisión de salir del doctor Calderón Berti como embajador de
Colombia es una muestra de ello, no ha sido responsable al momento de tomar las
medidas necesarias para que cesara la usurpación, el paso fundamental del plan
de rescate del país.
No me queda la menor duda que la primera tarea que los
venezolanos demócratas tenemos por delante, consiste en rescatar nuestra
Asamblea Nacional de las manos de los colaboracionistas, se trata de nuestra
punta de lanza en nuestra lucha por la libertad y fuente de legitimación de
nuestras acciones, debemos ignorar a esta representación política vendida, debemos
sanear la oposición y plantarnos ante el régimen con el sólo fin de derrotarlo
con nuestros aliados, en el terreno que sea necesario. -
saulgodoy@gmail.com
Vamos a tratar de explicarle a los que todavía se aferran
a la idea de una revolución posible, con la actual estructura política legada
por Hugo Chávez y transformada por Nicolás Maduro, que tal objetivo es inalcanzable
y que de continuar en este rumbo, sólo significaría la erradicación no sólo del
movimiento revolucionario continental, sino la destrucción inútil y sin sentido
del país que una vez fue Venezuela.
La situación actual es obvia y no requiere de mayor
elaboración, el gobierno revolucionario se ha convertido en una quimera
inoperante, es un estado fallido, es decir, no gobierna, impone su mandato por
el uso de la violencia y el abuso, lo que hace es operar una serie de bandas
violentas y armadas de carácter paramilitar, utiliza el terror para garantizar
su predominio en las pocas parcelas de poder que le quedan, apenas puede
suministrar servicios y productos básicos a una parte muy reducida de la
población para mantener un núcleo de seguidores.
La cúpula del gobierno revolucionario en Venezuela lo que
está haciendo es sobrevivir en medio de altísima presiones internacionales y
nacionales, la economía del país está destruida, y sus verdaderos operadores,
los Comandantes del Partido Único Comunista de Cuba, representados en la figura
del anciano Raúl Castro, cometieron el error en hacer obvia su participación e
intervención en la injerencia sobre los asuntos soberanos de Venezuela.
La participación cubana en el desastre venezolano es tan
obvia que son señalados como los culpables de esta situación calamitosa, y los
está perjudicando, Cuba se ha convertido en el centro de la atención
internacional de una serie de acusaciones y medidas punitivas en su contra, la
cual están tratando de contrarrestar, moviendo sus influencias políticas entre
los aliados que le quedan, poniendo en evidencia aún más su papel protagónico,
ya es un secreto a voces que mantiene hoy en día más de 20.000 cubanos en
territorio venezolano como operadores políticos entre la población civil y
militar.
Lo que ha debido ser una operación discreta que
beneficiaría a la isla caribeña en recursos y negocios en un nuevo orden
colonial para Latinoamérica, se ha convertido en una seria intervención
político-militar en donde varios estados de la región, incluyendo a los EEUU,
se están sintiendo agredidos y violados en sus intereses y seguridad, lo cual
se ha convertido en una empresa de gran escala difícil de ocultar, al punto que
la situación se le ha tornado inmanejable para el gobierno cubano, lo que ha
ameritado la intervención directa de los gobiernos de Rusia y China, y de poner
en juego (descubrir ante los organismos de inteligencia mundial) la red de
apoyo con que cuentan.
A medida que la situación en Venezuela se fue complicando
y que ameritaba una mayor y más visible participación de Cuba, sobre todo en el
intenso intercambio diplomático y militar a que dio lugar, Cuba fue cayendo en
su propia trampa y para no quedar como unos irresponsables ante un juego tan mal
planteado, trataron de convertirlo ahora, en un plan de mayor aliento ya no
solo para Venezuela sino para todo el continente y para España.
Este esfuerzo ha distraído importantes recursos y fuerzas
a lo interno en la isla, lo que los ha dejado muy vulnerables, y explica la
dureza con la que actúa el régimen en contra de la propia oposición cubana, son
intransigentes, candelita que se prende, candelita que apagan a palos, y el
descontento del pueblo cubano, tan oprimido por tantas décadas, crece.
La apertura del México de López Obrador a la influencia
cubana, les ha obligado a enviar contingentes de médicos, entrenadores,
maestros, expertos en inteligencia y personal militar a ese país, quedándose en
este momento al máximo de su potencial intervencionista en otros países, de
modo que la orden para el Foro de Sao Paulo es que utilicen al máximos los
recursos nacionales de los países para provocar la violencia que hoy estamos
viendo en el continente.
Los rusos y los chinos que venían trabajando calladamente
en su plan de dominio mundial por medio de la globalización, tejiendo con
habilidad una serie de situaciones, intervenciones, tratados, áreas de
influencia, contactos multilaterales, se ven obligados a descubrir su juego
gracias a la desmedida ambición de Raúl Castro.
El líder cubano, en vez de reconocer sus errores y los
problemas creados, prefirió, en vez de concentrarse en bocados que podía
digerir, por cuestiones de falso orgullo, está en el proceso de engullirse al
continente completo, sin reconocer que no tiene como hacerlo, y afectado por
las sanciones de los EEUU que tan desesperadamente denuncia y trata de
desactivar.
Al destaparse la trama política en Venezuela y Colombia,
para luego hacerlo en Ecuador, Chile, Argentina, Bolivia y probablemente lo
haga en Brasil, con Lula Da Silva, su importante ficha, ahora en libertad; ha
preferido descubrir el juego de sus asociados y jefes en el tablero mundial, en
vez de contener con discreción la crisis en Venezuela.
La red tejida por Cuba que llega hasta el alto gobierno
en España y penetra los círculos de decisión de la Unión Europea, han expuesto
a toda la estructura operativa del comunismo internacional con la que
intentaban hacer realidad ese viejo sueño de instaurar un Nuevo Orden Mundial,
socialista, militarista, totalitario, con un gobierno planetario en manos de la
ONU.
Esta última organización ha sido rudamente expuesta y
todas las ganancia socialistas y comunistas en posicionar factores y aliados en
puestos claves, ha sido expuestas; todo el esfuerzo que hicieron los gobiernos norteamericanos
demócratas con los presidentes Carter, Clinton y Obama en darle a la ONU el
importante peso mundial que había logrado, como la más importante instancia en
la resolución de conflictos entre países, convirtiéndose en la referencia y el
instrumento supranacional para ir fundando un gobierno global, se encuentra ahora
en entredicho debido a estas torpes jugadas de Raúl Castro.
En una típica estrategia comunista, de convertir una
derrota en victoria, han generado una narrativa absurda de que en Venezuela
triunfó la justicia, la moral y la razón revolucionaria, Maduro trata de vender
su gesta como una de liberación en un país desgarrado por la corrupción y el
oprobio, por facciones y militares peleándose por minas de oro y centros de
distribución de drogas, con una población entrando en peligrosa fases de
desnutrición, etnocidios, con varias amenazas de epidemias y con una migración
de desplazados y refugiados hacia países vecinos como nunca se habían visto en
la región, es simplemente un exabrupto que lo que hace es resaltar la tragedia
de la situación.
Cuba y Raúl Castro han puesto el plan de dominación
socialista en entredicho, probablemente el daño sea irreversible a este
esfuerzo histórico, y ya descubiertas las cartas es mucho más fácil controlar
el daño por parte de las democracias occidentales y desmantelar la red de
dominación; la conspiración descubrió su rostro y no es agraciado.
De esta manera la situación en el medio oriente, en
África, en el Caribe, internamente en los EEUU y Canadá, pero sobre todo en
Europa, cobra una nueva perspectiva a la que hay que atender con premura, pero
es en Latinoamérica en donde el fuego está encendido, y donde pudiera desatarse
una situación de anomia que afectaría la paz mundial y la seguridad hemisférica
en el espacio vital de los EEUU.
Justamente es en este momento que Cuba es susceptible de
la siembra de la contrarevolución, de una oposición mucho más agresiva y
visible, es la ventana que por tanto tiempo se había esperado para sembrar las
semillas de la libertad y la democracia, pero es también un momento peligroso
para la región completa, Raul Castro está desesperado y capaz de cometer
cualquier locura.
La geopolítica mundial adquiere una nueva comprensión cuando
entendemos estas torpes jugadas que sin duda, tienen al mundo al borde de un
ataque de nervios, se han generado desequilibrios y conflictos, pero todo
adquiere un sentido cuando estamos viendo a una Eurasia, que estuvo muy cerca
de obtener el control de buena parte del mundo, luchando por recuperar
mercados, ventajas y presencia luego de que el Sr. Trump desatara en contra de
China y Rusia una serie de medidas que los tienen a la defensiva.
En cuanto a Venezuela, fue un error del comunismo
internacional tener como socios en un proyecto de dominación neocolonial, a
personajes tan rapaces y poco cultivados como los chavistas, desordenados e
incapaces de seguir un plan, sus apetencias personales privaron sobre cualquier
alianza o compromiso ideológico, los revolucionarios se presentaron ante los
venezolanos como salvadores, y se convirtieron en sus esclavistas, en algún
momento quisieron liderar el movimiento mundial de dominación socialista, pero
Fidel Castro intervino anulando de manera definitiva a su líder, Hugo Chávez.
Maduro nunca estuvo a la altura de su antecesor, y aunque
resultaba un obediente agente o proconsul cubano, su manera de ser es mucho más
primitiva que la del Comandante Eterno, lo que ya es mucho que decir de sus
pulsiones bestiales, pero no ha sido posible derrotarlo o doblegarlo, debido principalmente, a una
oposición democrática cobarde, acomodaticia y con su agenda propia de intereses,
que no son los del país nacional, desmontando su propio juego, haciendo letra
muerta sus promesas.
El plan que se elaboró, la hoja de ruta que se sometió al
pueblo opositor venezolano, que es mayoría, era muy claro y estaba sobre los
rieles correctos, primero, salir de la usurpación chavista, segundo atender la
crisis humanitaria con urgencia, ir hacia la transición realizando nuevas
elecciones generales se dieron importantes pasos en consolidar a una figura de
liderazgo en la persona de Juan Guaidó y complementado por una Asamblea
Nacional combativa y comprometida con la liberación de su pueblo, pero todo era
una cortina de humo para ocultar posiciones personalistas y despreciables.
Empezaron a introducir elementos extraños en el plan,
principalmente los intentos de negociación y pactos secretos, algunos sectores
de esta dirección política cría, y aun cree, que pueden cohabitar con un régimen de ésta
naturaleza sin contaminarse ni perder la brújula, el presidente encargado de la
Asamblea Nacional, el Sr. Juan Guaidó se ha destacado por su poca habilidad de
lograr cohesión entre los factores “realistas” de nuestra sociedad, su última y
lamentable decisión de salir del doctor Calderón Berti como embajador de
Colombia es una muestra de ello, no ha sido responsable al momento de tomar las
medidas necesarias para que cesara la usurpación, el paso fundamental del plan
de rescate del país.
No me queda la menor duda que la primera tarea que los
venezolanos demócratas tenemos por delante, consiste en rescatar nuestra
Asamblea Nacional de las manos de los colaboracionistas, se trata de nuestra
punta de lanza en nuestra lucha por la libertad y fuente de legitimación de
nuestras acciones, debemos ignorar a esta representación política vendida, debemos
sanear la oposición y plantarnos ante el régimen con el sólo fin de derrotarlo
con nuestros aliados, en el terreno que sea necesario. -
saulgodoy@gmail.com
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