martes, 12 de noviembre de 2019

¿Qué nos ha sucedido?



Seguimos sin hacernos responsables de nuestra situación, una cosa es comprenderla, analizarla, comentarla, criticarla, y otra es hacer lo necesario para cambiar esa realidad fallida que nos acogota, todos estamos claros en los errores políticos cometidos, todos sabemos quiénes son los criminales y donde están enterrados los cuerpos, pero continuamos teniéndolos merodeando por nuestras calles, manejando al país, acechándonos, amenazando nuestra existencia y medios de vida.
Hemos descubierto de la peor manera lo delicado que puede ser una mala decisión, que eso de votar y elegir candidatos para puestos en el gobierno no es coser y cantar, que el significado de la palabra “gobernar” es algo sumamente delicado, se nos puede ir la vida en ello…
Pero seguimos estacionados en el mismo hueco, de allí no salimos, a la espera de que algo suceda, algo parecido a un milagro, que la mano de Dios se mueva a nuestro favor, mientras tanto el país se vacía de sus nacionales, los venezolanos abandonan el barco que se hunde, lo cual dice mucho de la manera como nuestros gobiernos y políticos han gobernado el país.
No hay manera de justificar a unos gobiernos en democracia que han debido hacer un trabajo de formación y educación profundos, inculcando el sentimiento de pertenencia, de nacionalidad, construyendo una identidad que justamente aguante estos reveces de la historia, estas crisis que por más profundas que sean, no justifican el desalojo masivo que estamos viendo.
Los venezolanos prefieren vivir como refugiados en países extranjeros que luchar y defender su país de quienes pretenden conquistarla… lo que significa que nunca tuvimos patria, que nuestra identidad estaba pegada con saliva de loro, que era algo tan tenue y frágil que unos gorilas fueron capaces de ahuyentarlos, unos gorilas y unos políticos de pacotilla, de esos que abundan en la oposición, tratando de negociar sus pellejos y futuro con los criminales del chavismo.
El tema que estoy tocando es delicado principalmente porque atañe al individuo y su fuero personal, él como dueño y señor de sus actos es quien ultimadamente decide sobre su vida y si ve que ésta, está en peligro, que se cierne una amenaza sobre la cual no tiene ni parte ni control, por instinto de sobrevivencia toma la acción más adecuada en el momento, que en éste caso en particular, es abandonar el país.
La situación puede complicarse cuando hay una familia de por medio, sobre todo niños y dependientes, jóvenes que necesitan aprovechar sus vidas para construir algo que los haga ser mejores personas y así evitarles el sufrimiento que generan la pobreza, la carestía, la imposibilidad de proveerse una manera digna la vida con trabajo honesto y productivo, visto desde ese punto de vista, de la necesidad, hay plena justificación para tal decisión, que se hace en condiciones de urgencia, in extremis, como dirían ciertos abogados, pues la misma tiene mucho de incertidumbre y riesgos.
Hasta quien decide irse para aprovechar su propia vida tiene razón suficiente, bajo la premisa que una sola oportunidad de desarrollarnos como personas nos da el universo ¿Y cómo la vamos a aprovechar? Cada uno de nosotros tiene su propio proyecto de vida que surge de los principios y valores en los que fuimos educados, hacer patria, indudablemente no fue uno de ellos, y si lo fuera, está  muy por debajo de una carrera, de una empresa, de un futuro, de una vocación…
Y aún si hacer patria fuera uno de los valores dominantes ¿Cómo se puede hacer patria con hambre, sin trabajo, dependiendo de la limosna del estado, acosado por un sistema que lo que quiere es esclavizarte?
Sin duda se trata de una decisión dura y difícil tanto para los que se van como para los que se quedan, el trabajo del socialismo ya está hecho, estamos atrapados en la jaula de acero del comunismo, fuimos conducidos como país a esta trampa sólo caza bobos, y caímos como unos pendejos, creyendo que éramos los demócratas más insignes del universo y confiando que nuestros políticos sabían lo que estaban haciendo, es decir, cuidando ellos, nuestro interés colectivo.
La democracia es un ideal, una fórmula para organizar a las sociedades para administrar ciertos aspectos de la vida en común de la manera más eficiente, para encargarse de ciertos aspectos que las personas solas no pueden manejar pues requieren de instituciones, recursos, funcionarios y leyes especiales para lograrlo, para ello se crea el estado, para facilitarle la vida al ciudadano, para articular ciertas funciones que solamente se logran a gran escala, con planes y objetivos a alcanzar.
Tres de sus aspectos fundamentales son: 1-Brindarle seguridad al público, para que la gente pueda desarrollar sus actividades que libremente elijan y en paz, y producir riqueza, bien sea en productos o servicios, que impliquen ir adquiriendo una mejor calidad de vida para ellos y las generaciones por venir, esto implica, encargarse de la seguridad interna y externa del país.
2-Solventar los conflictos entre los ciudadanos, es decir brindarles la posibilidad de acudir a órganos de justicia para que resuelva las diferencias, querellas o reclamos, lo que implica que existen ciertas reglas mínimas de convivencia y respeto que deben ser asumidas para que no se rompa la concordia entre los ciudadanos, entre ellas, que se respete y se asuman como sentencias ejecutables los mandatos de los jueces y las cortes que tendrán como norte la equidad y la justicia.
3-Encargarse de construir, mantener y administrar aquellas obras públicas que por su envergadura no pueden ser asumidas por los ciudadanos y afecten de manera positiva el interés de las comunidades, esta actividad incluiría ciertos servicios como la atención de los efectos de ciertos eventos naturales, epidemias, servicios de aduanas, identificación, administración de hospicios, cárceles y ciertas rutas de transporte y el manejo de algunos planteles educativos especiales.
Estas actividades del estado estaría financiadas por la población in toto, es decir, por medio de impuestos universales recaudados por el mismo estado, los funcionarios que integrarían el estado sería designados por los ciudadanos por medio de una elecciones públicas y secretas, para que ejerzan los cargos por un tiempo prudencial, para evitar los vicios de la inamovilidad de funcionarios en sus puestos.
La institución del estado debe tener una administración abierta al escrutinio público, ser sujeta de auditorías y revisiones de sus cuentas, debe presentar cada cierto tiempo su estado financiero y responder por sus gastos, inversiones y obras, los funcionarios deben ser responsables de sus decisiones y actos en el manejo de la cosa pública, y estar a la orden de los jueces y cortes que soliciten alguna averiguación sobre sus actividades.
La democracia que es el gobierno del pueblo y para el pueblo está basada en el principio de la soberanía, es la gente quien pone y quita los gobiernos de acuerdo a las normas constitucionales, la soberanía reside en el pueblo y el gobierno representa al pueblo sólo en ciertos actos y de acuerdo a un mandato expreso, como sería su actuación en asuntos de orden internacionales o en el caso de ciertas crisis y situaciones extraordinarias como guerras o cataclismos naturales.
El interés primordial de todo gobierno debe ser estar al servicio del pueblo que lo elije, brindándole todo su mejor esfuerzo por que tenga las condiciones ideales para su desarrollo y para alcanzar su mayor felicidad, lo que implica, que se den las mejores condiciones posibles para que la gente realice las actividades económicas y sociales que a bien tengan hacer para mejorar la calidad de vida individual y colectiva de la sociedad.
La democracia parte de la idea que la mayoría de los ciudadanos que participan en la vida del país lo hacen de manera responsable e informada. En democracia, los asuntos que conciernen a la nación, se discuten públicamente de modo de que todos puedan dar su opinión y participar en alguna medida en la toma de las decisiones que atañen al bien público, esto lo pueden hacer promoviendo iniciativas, influyendo en sus gobiernos locales por medio de sus representantes políticos, opinando en los medios, haciendo manifestaciones y actos públicos permitidos, promoviendo grupos de interés y haciendo lobby y presión sobre funcionarios, acudiendo a votar en las elecciones.
Todo este sistema de gobierno está signado por un elemento indispensable y poderoso que puede modificar la manera como la democracia funciona, y ese factor es la ideología, es prácticamente imposible que alguna persona que viva en sociedad no esté influenciado, por una de las tantas ideologías que existen, que son todas maneras de ver el mundo; yo, desde mi escritorio, escribiendo estas líneas estoy influenciado por una de esas ideologías, probablemente no una sola, sino por varias, al igual que usted, apreciado lector, usted piensa y actúa influenciado por estas ideologías con las cuales se siente identificado y de esto parte que esté de acuerdo o no con mis ideas que vienen su mayoría de estas corrientes ideológicas que se han desarrollado en el mundo desde que el hombre es hombre.
El tema de la ideología es un tema complejo y largo que amerita mucho estudio para llegar a comprenderlo en toda su magnitud, de modo que voy a permitirme darles un concepto desarrollado por el profesor Colin J. Beck para la Enciclopedia Willey-Blackwell de Movimientos Sociales y Políticos (2013) a la que considero equilibrada y completa: “Es un sistema de múltiples creencias, ideas, valores, principios, ética, moral, fines y demás, que se sobreponen, se moldean y refuerzan entre ellas… es una muy articulada, creencia personal y sistema ritual, que aspira ofrecer una respuesta unificada a los problemas de acción social”.
De modo que todo lo que les he dicho hasta el momento es producto de la ideología que me ha proporcionado los conceptos y la visión que les presento, y que para categorizarla, diría que es parte de la ideología liberal republicana que propugna por una mayor libertad y acción de los ciudadanos de una sociedad, y la mínima participación del estado, en el entendido que los ciudadanos están en pleno derecho y capacidad de enfrentar la mayor parte de los retos que la vida en sociedad presenta, sin la participación del estado.
Los individuos y sus comunidades locales son los más aptos y conocedores de su realidad para asumir su manejo, pueden crear las organizaciones privadas no estadales, capaces de enfrentar cualquier problema que surja que no sean en las áreas señaladas anteriormente como objetivos del estado, sobre todo en el área económica, son los individuos por medio de su trabajo, inventiva y organización como los problemas de un país se solucionan y se consigue la prosperidad.
Pero así como la ideología que sigo hay otras muchas y hasta contrarias a mis principios, por ejemplo el socialismo, que se desprende de la ideología comunista (aprovecho para informarles a quienes no lo sepan, que el capitalismo no es una ideología, es un sistema económico, del cual se pueden desprender varias ideologías, entre ellas el comunismo, como es el caso de nuestro país o de China, que han desarrollado un capitalismo de estado, uno más efectivo que el otro, el comunismo no es un sistema económico, como no lo es el socialismo, son ideologías que funcionan por lo general con sistemas económicos planificados desde el estado y altamente centralizados).
Hay ideologías fuertemente influenciadas por elementos éticos-morales y hasta religiosos, ideologías militaristas y autoritarias como el fascismo, ultra individualistas como el anarquismo, colectivistas como el populismo, teocracias como las que se dan en los estados islámicos, incluso inacabadas y ciegas como las revolucionarias, todas apuntan a una concepción  y acción que apuntan a una estrategia para cambiar el orden y la estructura social de las naciones, y aun, del orden mundial.
El socialismo ha sido muy popular en nuestro país, principalmente por su característica benefactora y redistributiva de la riqueza, supuestamente hacia los que menos tienen, su promesa fundamental es ocuparse de las necesidades de las mayorías, de los más desposeídos, de los trabajadores y de los grupos menos favorecidos, trabajan en función de las diferencias de clases sociales y su supuesto interés es hacer un país más igualitario, sacrificando a los emprendedores individuales y el interés propio de los ciudadanos para favorecer los colectivos, minimizando la propiedad privada de los medios de producción para privilegiar los estadales, intervenir y controlar los mercados para lograr “precios justos”.
El socialismo trata de alejarse y de que no lo relacionen con el comunismo, se dicen a sí mismos demócratas, que respetan la propiedad privada, que permiten los emprendimientos privados, que privilegian la llamada “justicia social” pero en realidad lo que hacen es tenderle la cama al comunismo, porque el socialismo no tiene otro rumbo a elegir, toda su concepción ideológica hacen del estado una institución gigante, ineficiente y muy costosa.
Es imposible, y esto ha sido probado una y otra vez, que los estados benefactores y abocados a la seguridad social de todos sus ciudadanos, a solucionarles sus necesidades, puedan ser viables, terminan diseñando una utopía y obligando al pueblo a seguirla, devorando sus propias economías, quebrando a su aparato productivo y endeudándose más allá de sus posibilidades, saben cómo empiezan, que por lo general es con la atención a los pobres, pero gracias a la corrupción y a la cultura burocrática hacen metástasis, y terminan como estados y gobiernos fallidos.
Nuestra cultura política, la de los venezolanos, en los últimos sesenta años ha sido socialista, arrancó muy bien, permitiendo la participación y ciertas libertades, pero ese estado nació como un ogro, que crece de manera monstruosa y pretende abarcarlo todo, y a pesar de los mecanismos de seguridad que proporcionaba la democracia, nos falló el sistema de partidos políticos, repito, mayoritariamente socialistas, quienes fueron amoldándose, negociando, apoderándose de las facultades y posibilidades de los ciudadanos a participar de manera independiente.
Para poder lograr esta tarea de incapacitar a los venezolanos en su pensamiento y acción política recurrieron descaradamente a los discursos engañosos, robándoles cada oportunidad de que el pueblo se expresara de manera libre, manejándonos con información tergiversada, con secretos, con falsas promesas, con un tinglado de supuesta representaciones que garantizaban nuestros derechos, todo se negociaba a puerta cerrada y los últimos en enterarnos éramos nosotros, supuestamente, el soberano.
La gran lección que hemos aprendido es que ningún país es viable sin ciudadanos comprometidos, y los partidos políticos socialistas en su sed de poder, lo que hicieron fue obstaculizar ese compromiso para ellos poder actuar sin nosotros.
Cuando el comunismo toma las riendas de Venezuela, con la complicidad del gobierno castrista de Cuba, todas nuestras instituciones estaban comprometidas con una ideología falsa y traidora que hablaba de democracia e igualdad pero nos despojaba de nuestras libertades fundamentales, y aun así, con toda la evidencia a la vista, nuestros partidos políticos lo que querían era negociar, que sus espacios de poder permanecieran a costa de nuestras vidas.
La situación de hizo insostenible y los venezolanos que pudieron marcar la milla ante la devastación y la imposibilidad de una intervención favorable a nuestra democracia, abandonaron el país; sin que hubiera nada a que regresar, prefirieron sacrificar su comodidad y lo conocido, por la aventura y la incertidumbre en otros lares, por una oportunidad de poder hacer un futuro.
Ya Venezuela, esa nación que una vez existió, expiró, volver a la senda del socialismo no sólo sería una irresponsabilidad sino la declaratoria definitiva de que no queremos vivir en libertad, ni como hombres y mujeres dignos, lo que nos queda es inventar porque ya hemos errado con prodigalidad.
Por ello mi llamado en este escrito a no tomar a la ligera el asunto de las ideologías, y ya que es imposible escapar de ellas, lo inteligente es escoger la que nos proporcione mayores posibilidades de éxito como sociedad, y definitivamente, la lección es que con los socialistas no debemos ir ni a la esquina, y en este sentido les alerto sobre aquellos políticos que ahora predican que eso de la izquierda y la derecha es cosa del pasado, que el mundo actual exige un pragmatismo a lo Barack Obama, para quien es bueno todo lo que nos sirva para lograr nuestras metas, sin importar de donde venga... la fórmula perfecta para el caos continuo, porque obvia una ley universal, toda acción tiene consecuencias y estas, pueden ser previsibles.    -    saulgodoy@gmail.com





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