Cuando debo explicarle a alguien lo que es moral y ética
no hay mejor referencia que el autor español Fernando Sabater, quien ha
dedicado mucho de su tiempo y buena parte de su obra para desgranar este
complicado asunto de la manera más fácil y comprensible, sobre todo para
jóvenes y estudiantes, que parece fácil, pero no lo es, de modo, que de
entrada, he allí mi recomendación para quienes quieran iniciarse en el difícil
asunto de ser mejores seres humanos.
En su libro Invitación a la ética (1981), Sabater, escogió
una cita del gran poeta y filósofo Alemán Juan Wolfgang Goethe que dice de
manera brillante: “Pensar es fácil. Actuar es difícil.
Actuar siguiendo el pensamiento propio es lo más difícil del mundo."
En la traducción castellana de esta
frase originalmente expresada en alemán, “el pensamiento propio” tiene dos
maneras de entenderse, propio de cada uno, de la persona, que le pertenece, y
segundo, propio del pensamiento correcto, el que es adecuado, que da sentido a
la acción.
Porque de eso es que trata la moral y
la ética, de actuar correctamente… y aquí nos encontramos con uno de los
grandes escollos del problema moral, ¿Qué es actuar correctamente? ¿Lo que me
conviene a mí, lo que le conviene a los demás? Y si alego al bien común, una de
las excusas para las malas actuaciones más populares de la historia ¿Qué
entiendo por bien común? Y si las circunstancias son tales que debería actuar
tratando de evitar un daño o un mal ¿Cómo determino el menor daño posible?
¿Deben prevalecer mis convicciones religiosas, los intereses de mi partido o
las presiones de la opinión pública?
Vivir moral y éticamente no es un
juego, es la vida actuante y real, somos cada uno de nosotros frente a los
demás, responsables de nuestros actos y de sus consecuencias en el mundo, con
nuestros socios, amigos, vecinos, familia… y principalmente con nosotros
mismos, pues hay acciones que nos pueden hacer muy desgraciados, al punto de
robarnos el sueño y nuestra salud, e incluso de llevar a ciertas personas al
suicidio.
Pero por otro lado, actuar bien, de
acuerdo a ciertos criterios, principalmente siendo razonables, es decir siendo
inteligentes, midiendo nuestros actos, incluso nuestras palabras, imponiéndonos
unos límites, siendo generosos, abiertos, tolerantes, serenos y autónomos,
podríamos funcionar sin problemas en sociedad, ser exitosos en nuestras
profesiones, estar tranquilos y ser felices.
Cuando ayer vi al presidente encargado
Juan Guaidó, frente a funcionarios militares que controlaban la entrada a este
recinto del poder legislativo, que ya de por sí hablaba a gritos de la falta de
independencia y soberanía de esta institución, y de los uniformados
permitiéndole a él la entrada, pero negándosela a uno de sus acompañantes, y
como momentos después, prefirió escalar la cerca de las instalaciones para
intentar su ingreso entre el tumulto de prensa y funcionarios, cosa que no pudo
lograr, para terminar horas después presidiendo la sesión de la AN en otro
lugar, me preguntaba, ¿Cuáles eran los
pensamientos de ese hombre para justificar tales acciones?
Se trataba del mismo personaje que le
hizo la invitación a los diputados chavistas a incorporarse al parlamento, cosa
insólita ya que estos son los que han estado negándole la institucionalidad a
la AN creando y funcionando con una Asamblea Nacional Constituyente (paralela)
en un acto de rebelión y desacato, ¿Qué estabas pensando Guaidó cuando estabas
invitando a los enemigos de la democracia a nuestro parlamento?
¿En qué pensaban los principales jefes
de los partidos supuestamente democráticos cuando postularon para cargos de
representación popular, a los mismos “traidores” que ayer aceptaban jugosas
recompensas por defender a quienes se hicieron multimillonarios con el hambre
del pueblo y estaban manejando la Comisión de Contraloría de la AN,
aparentemente sin ningún tipo de control ni veeduría, y que aceptaron esos
maletines verdes para comprar sus votos y que se eligieron como directiva de la
AN?
¿Es que acaso no sabían que eran unos
desalmados, o no había otros candidatos dentro de sus partidos con mejores
condiciones humanas?
De allí la importancia de hacer las
cosas bien, cualquier tarea que nos toque desempeñar, por más sencilla o
complicada que sea, debemos abocarnos a realizarla de la mejor manera para el
máximo bien para nosotros y los demás, desde entrevistar a un postulante hasta
los que le siguen la pista a las tareas que le asignan, los jefes de esos
partidos que permitieron el ascenso de esas crápulas dentro de la organización,
tienen responsabilidad en las resultas y del daño que le han generado a la
democracia.
¿En que estaban pensando los
venezolanos que apoyaban a Guaidó y su grupo cuando indignados veían a su líder
vapuleado por las fuerzas de seguridad del estado, sabiendo el muchacho que eso
iba a ocurrir y lo hacía para beneficio de las cámaras? ¿En qué pensaban los
periodistas y comentaristas cuando se ponían de lado de uno de los principales
responsables de esta ópera bufa, justificando sus acciones, ensalzando su
valentía, aun cuando era claro que se trataba de una imprudencia y falta de
planificación; todo aquello que presenciamos frente al Palacio Legislativo este
pasado domingo 05 de diciembre del 2020, fue una comedia de errores que pasará
a la historia como día de la vergüenza nacional, porque… era lo único que
teníamos?
Algunos amigos analistas me han
adelantado sus opiniones sobre lo sucedido y muchos de ellos creen que lo que
ocurrió fue una acción militar, un golpe de estado en contra del parlamento que
en realidad era un golpe de estado en contra de Maduro, y les explico cómo es
esto posible, se puede decir que por parte del gobierno habían dos planes
operando simultáneamente, uno con las fuerzas de seguridad sembrando el temor y
la violencia en contra de la oposición, que se encargó de atemorizar a los
diputados en el hotel donde se hospedaban, que tomó las instalaciones del
Palacio Legislativo y que al final fue el que le dio la excusa a Guaidó y su
grupo de mudar la reunión parlamentaria para el edificio sede del diario El
Nacional, donde fue finalmente reelecto.
El segundo plan era el que venía
rodando con los sobornos, las amenazas, los apoyos y las promesas de la gente
de Maduro para convencer a diputados de la oposición a traicionar a sus
partidos, ese era el plan de Maduro, el otro era el plan de los militares.
Una de dos, o los militares actuaron
con una torpeza inaudita en lo que todo el mundo vio como una toma militar del
parlamento, dándole la excusa perfecta a la oposición no sólo para
victimizarse, sino para unirse en el momento crítico, o lo hicieron al
propósito, con toda la intensión de dejar a Maduro como el responsable de
consumar un golpe de estado en contra del parlamento, de cualquiera de las dos
maneras, Maduro terminará pagando la factura.
Lo mejor del caso para Guaidó es que lo
volvieron a reelegir, y con el apoyo a último momento de la Fracción 16 de
Julio, enmendando las diferencias que los había separado, volvían al redil del
socialismo democrático.
Pero ésta vez Guaidó prometía
rectificar ciertas conductas que le habían sido reclamadas, iba a renunciar a
la militancia a su partido mientras fuera presidente encargado, prometía
concentrase en su función como presidente encargado y no como un candidato a la
presidencia, en esta nueva oportunidad, prometiendo mayor amplitud y
participación de otras fuerzas sociales y políticas.
Me da la impresión de que Juan Guaidó
es un hombre duro de aprender de sus errores (le tomó todo un año comprender
que no lo estaba haciendo bien), lento en asumir la experiencia resultante de
sus actos (cero capacidad de adaptación, he debido renunciar a su declarado
socialismo), con poca capacidad moral (no parece conocer el arrepentimiento, ni
parece tener propósito de enmienda real, aparte de sus promesas de político), y
parece que le sigue importando más su imagen de muchacho guapetón y atrevido,
que el de asumir nuestra inmensa crisis material y moral como algo serio.
De las cosas que espero esta situación
le haya enseñado, es que seguir insistiendo en la senda de la negociación con
el régimen narco-militar es simplemente cuchillo para su propia garganta, no
puede sentarse a negociar con quienes tienen el dinero para comprar a sus
negociadores.
A la comunidad internacional lo que le
interesa es que alguien, que no sea Maduro, le conteste el teléfono cuando
llamen, y a la gente que está detrás de Guaidó, empresarios, gerentes sociales,
comunicadores sociales, políticos…eso los tiene felices ya que podrán continuar
medrando del país a sus anchas; lamento mucho lo sucedido con la Fracción 16 de
Julio que demostraron una inmensa debilidad moral y se plegaron a los
acontecimientos sin una posición realmente estudiada, la situación los definió
como unos más del montón, la pertenencia a la manada fue más importante que una
posición política clara, democrática y con los intereses del país por delante.
El chavismo ha reiterado lo que son,
unos apátridas y violentos, en esto es en lo único que han sido constantes e
íntegros; para la verdadera oposición, la republicana, la decente, la que cree
que la virtud es preferible al vicio, lo que sucedió en la AN fue reiterar en
manos de quienes estamos, y que el cambio que necesita el país no está a la
vuelta de la esquina, y mientras los medios de comunicación sea visto solamente
como un negocio, y no como una necesidad existencial de información para la
vida, vamos a necesitar una palanca muy larga y gruesa para poder mover, la
inmensa piedra que aplasta nuestra dignidad
Fernando Sabater en su ensayo Ética, política, ciudadanía, nos
recuerda:
Lo que se debe hacer cuando se está en
contra de las corrupciones políticas no es rechazar la política y alejarse de
ella, sino intervenir para limpiarla de esas corrupciones. Apartarse con una
mueca desdeñosa, favorece únicamente a los corruptos de la política, a los que
se aprovechan de ese alejamiento de los ciudadanos para controlarla a su
antojo.
Para terminar, tratemos de resolver la pregunta de las 70.000
lochas, ¿Cómo queda el país ahora?, pues por lo visto con dos presidentes, dos
congresos y uno de ellos con dos directivas, con dos poderes judiciales (por lo
menos con dos TSJ), la opinión general de los analistas de los think tanks a los que pertenezco me
dicen, que dentro de las circunstancias país, que son bastantes precarias,
salimos bien. - saulgodoy@gmail.com
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