sábado, 3 de abril de 2021

¿Quién puso el virus COVID en mi sopa?

 



La actual pandemia que el mundo sufre por el Coranavirus COVID19, ha desbordado todas las expectativas para que la Teoría de la Conspiración tuviera un escenario tan grande y complejo en el que pudiera crecer y convertirse en una disciplina con pantalones largos, como decimos en Venezuela, es decir, para que madurara y llegara a ser una “ciencia” estudiada por diversas especialidades, con métodos de estudio propio, con posibilidad de verificar hechos y experimentar sobre sus réplicas, con sus propias estadísticas y modelajes, con la posibilidad de medir sus consecuencias hasta llegar a una conclusión más o menos verificable en la realidad, esto en cuanto a la conspiración, porque en la parte de “la teoría”, debemos todavía tomar cada una de estas hipótesis y “testearlas” tratando de descubrir su parte objetiva y diferenciarla de la ficción.

Diríamos como el personaje de la serie televisiva, Dr. House, “todo el mundo miente”, en nuestro caso podríamos decir “todo el mundo conspira”, y es que pareciera ser una tendencia muy humana el tratar en algún momento, de cambiar el orden establecido para favorecer nuestros intereses y de una manera non sancta, es decir utilizando atajos, mentiras, fake news, distorsionando la realidad, haciendo asunciones no probadas y muchas veces especulando con argumentaciones extrañas o fuera de lo común.

Y es que la Teoría de la Conspiración es usada no solo por periodista amarillistas, personas paranoicas, grupos políticos acusando a otros de algún comportamiento anormal, saboteadores profesionales, instituciones de buscan eliminar a otras de la competencia, sino que los mismos gobiernos, democráticos o no, las usan para distraer a la opinión pública de la verdad y para crear falsas inquietudes, que si son creídas se convierten en reales y de esta manera manipulan la opinión pública y los comportamientos de las grandes masas.

La crisis sanitaria mundial desatada por el COVID19 es uno de los casos de estudios de mayor aliento que hayan existido, sobre todo los que se refieren a su origen y que a estas alturas permanece como un enigma; en nuestro artículo de hoy trataremos de aproximarnos y desentrañar algunos de sus mecanismos, esto nos interesa entre otras cosas, porque el régimen de Maduro y del Socialismo del Siglo XXI son adictos a las teorías conspirativas, y forman parte esencial de sus políticas públicas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en un reporte emitido en febrero del 2020 hablaba de una “infodemia” para referirse a la abundancia de información, alguna de ella correcta, otra inexacta, lo que hacía difícil para las personas encontrar fuentes fidedignas y una guía confiable al momento de necesitarla, es decir, paralelo al peligro biológico de la pandemia había un manifiesto peligro de información falsa que se propagaba de manera muy rápida.

Conocer el origen de este virus es de suma importancia para combatirlo eficazmente y preparar una campaña mundial de seguridad y control para contener sus efectos, a estas alturas de la pandemia no se sabe con certeza si el virus tiene un origen natural, o fue diseñado por humanos en laboratorios como arma biológica, tampoco conocemos su procedencia ni el momento exacto de su aparición, al no poder rastrear la verdadera ruta del virus los científicos tampoco podrán estudiar adecuadamente las mejores formas de prevenir futuros brotes, calcular su trayectoria y mutaciones, son datos fundamentales en la preparación de las posibles vacunas.

Y es precisamente este vacío de información confiable y fidedigna, el caldo de cultivo perfecto para que las teorías de la conspiración llenen ese espacio, no una, sino múltiples de ellas luchando por la supremacía en la opinión pública, y una vez enquistada en el sistema de creencias de una comunidad asume el valor de una interpretación de la realidad y muchas veces, en la realidad misma, con todas sus consecuencias.  

Si el virus del COVID fue diseñado genéticamente, lo más seguro es que se le haya sometido a unas variaciones o inserciones en sus estructuras de proteínas claves, en su capacidad de adaptación y por ende, de mutación, pero aún si el virus tuviera un origen natural, el hecho de que se “escapara” de los laboratorios deja muchas interrogantes, para algunos militares no deja de ser una posibilidad de ataque biológico, disfrazado de accidente, si la ruta del virus fue por contaminación inter especies hay que buscar romper con esa cadena pero para ello necesitamos conocer el punto “cero” del contagio.

Aunque ya en la historia antigua se conocían casos donde la biología se ha utilizado como un arma, como ha sido la quema de las cosechas, el envenenamiento de pozos de agua, el uso de cadáveres para esparcir enfermedades o de objetos contaminados para promover el contagio, no fue sino hasta la Primera Guerra Mundial que los contrincantes utilizaron de manera sistemática armas biológicas, fabricadas en laboratorios y utilizadas en el campo de batalla con resultados tan terribles, que obligaron a los estados a prohibir sus usos.

Fue de esta manera que se dieron el Protocolo de Ginebra de 1925, lo que no fue impedimento para que Japón emprendiera en China, antes y durante la Segunda Guerra Mundial centros secretos de experimentaciones de armas biológicas en contra de los chinos, y algunas acusaciones no probadas en contra de los EEUU durante la Guerra de Corea, por usar supuestamente armas biológicas, pero más importante aún fue la Convención sobre Armas Biológicas firmada por casi todos los países del mundo en 1972 y que entró en vigor en 1975 es la que regula de manera estricta tales usos.

Pero por el lado de la experimentación y de la investigación médica sobre las enfermedades contagiosas hubo un gigantesco hueco que no fue previsto, aunque los laboratorios de patógenos altamente peligrosos operaran de manera supervisada en algunos países del mundo, se trata de instalaciones bajo observación internacional que podrían, si así lo determinaran sus gobiernos, desviar sus trabajos de uso humanitario para fines bélicos, de hecho, y aquí ya entramos en especulaciones, se cree que algunos estados los utilizan para llevar a cabo proyectos militares secretos.

Estos laboratorios vienen clasificados por su peligrosidad siendo los niveles de contención biológica o bioseguridad BLS-3 y BLS-4 los más delicados, pues requieren de unos técnicos altamente entrenados en protocolos de manejo de estas cepas, y de unas medidas de seguridad muy estrictas, incluyendo la última generación de espacios de desinfección con detectores y alarmas para evitar justamente “accidentes”, como podría ser que algún empleado se lleva a su casa ropa contaminada, o se enferme sin saberlo y contagie a su familia.

El problema con Wuhan, una ciudad industrial y de desarrollo tecnológico muy importante es que allí opera el Instituto de Virología de Wuhan, que se construyó con la ayuda de los franceses, unas instalaciones de tipo BLS-4 en 2017, y que entró en plena operación en el 2018, albergando los más completos y avanzados estudios sobre los coronavirus en los murciélagos que tenía China, que ya había sufrido de algunos brotes de epidemia que afortunadamente fueron controlados, pero llama la atención que estos brotes se produjeron al sur de China, en el hábitat natural de estos murciélagos y no en el centro del país como sucedió en aquel fatídico otoño del 2019, precisamente en Wuhan.

Por su parte China, casi desde el mismo inicio del brote de esta “neumonía de Wuhan” y tal como lo refiere el excelente estudio del bioeticista neozelandez Jing-Bao Nie, de la Universidad de Otago en Auckland, en su artículo In the Shadow of BiologicalWarfare: Conspiracy Theories

on the Origins of COVID-19 (2020) nos copia textualmente una información que salió publicada en el sitio WeChat, uno de los más populares en las redes sociales chinas, y decía lo siguiente:

 

Compatriotas: En estos tiempos de la epidemia de neumonía de Wuhan, por favor no se olviden de los Séptimos Juegos Militares que se celebraron en Wuhan tres meses atrás. Por supuesto, algunos atletas internacionales vinieron de África, donde enfermedades infecciosas son frecuentes. Algunos atletas vivieron de los Estados Unidos que ha tratado de atentar desde hace tiempo con una guerra biológica en contra de China. Cuando las autoridades investigaron la fuente responsable de la epidemia de SARS en 2003, muchos indicios apuntaban hacia los EEUU y su conspiración de guerra biológica en contra de China. De modo, no tendrá este brote de neumonía por coronavirus algo que ver con los EEUU?  Este brote coincide con el calendario, con respecto al lugar y coincide con la reunión de una multitud de personas. Y también coincide de manera importante con la guerra comercial entre China y USA, en la que todavía se lucha encarnizadamente. No deberíamos poner todas estas coincidencias juntas y analizarlas, sintetizarlas, teorizarlas, y verificarlas para llegar a una clara conclusión?  Mientras llevaban a cabo la guerra comercial contra China, el gobierno de USA tomó ventaja de los Séptimos Juegos Militares, donde muchos americanos sostuvieron numerosas interrelaciones con los chinos, ocultando el nuevo coronavirus en sus equipos con el propósito de infectar a la gente de Wuhan. Debido a que el virus tiene un tiempo de incubación de dos a tres meses, el brote en una escala masiva ocurriría cerca de las vacaciones por el Festival de Primavera cuando un gran número de personas regresan a sus casas para el Nuevo Año Chino. De esta manera, el gobierno de USA planificó utilizar este nuevo coronavirus para llevar a cabo un devastador ataque en la política, economía, medios de vida y la gente de la nueva China para así hacer posible las metas diabólicas de frenar la economía China y para el surgimiento de la Nueva China. No olviden: los Estados Unidos es el país mejor equipado en armas biológicas, el país que más desea detener el desarrollo de China y el país que más presiona para que sus intereses prevalezcan. Gente generosa de China, que es lo que evita que veamos que es el gobierno de USA el que ha planificado detrás del escenario este brote de coronavirus en Wuhan? Porqué debemos acusar falsamente a un mercado que vende animales salvajes?  Por favor envía esta información inmediatamente para que más chinos puedan conocer la verdad (WeChat Post)

 

Este mensaje se esparció de manera masiva entre el público chino y creó una matriz de opinión en contra de USA, los expertos que lo han examinado opinan que su origen pudiera estar en algún organismo de inteligencia china, llena todos los requisitos como un producto conspirativo para suplantar el verdadero origen del brote epidémico.

También los rusos hicieron su parte, no de manera muy coordinada, recurriendo a teorías conspirativas que ya estaban rodando en el ambiente antinorteamericano, permitiendo a los seguidores de sus redes de comunicación interna, prensa, redes sociales, televisión, desarrollar argumentos propios para ver si alguno pegaba, sobre todo estuvieron afincados en los canales de Rossiya Segodnya que es la que maneja el conglomerado de desinformación de Sputnik, la red de noticias RT y la vocería del Ejército Ruso, el Zvezda por donde aparecía con inusitada frecuencia un personaje multi-uso llamado Igor Nikulin, un “experto” en casi todo, con credenciales muy oscuras que salía declarando sobre distintos temas que tenía que ver con la seguridad rusa.

De acuerdo al interesante estudio producido entre The Digital Forensic Research Lab (DFRLab) una organización especializada en el análisis de las teorías conspirativas del Atlantic Council, cuyo título es Convertir en Arma; Como los rumores acerca de los orígenes del COVID19 nos llevaron a una carrera armamentista (2021) nos señala que:

 

En los tempranos momentos de la pandemia, Nikulin apareció en televisión no menos de 18 veces, empezando el 27 de Enero, 2020, cuando aseguraba que el virus fue creado para atacar a los chinos… En la entrevista, Nikulin no especificaba el país desarrollador del virus, pero de forma implícita dejaba ver que se trataba de los EEUU y que tenía fuertes razones para usarlo. El 21 de Abril, 2020, le dijo al canal de televisión de la Zvezda, en una entrevista, que los EEUU era con mucha probabilidad el creador del virus y que lo había probado en el laboratorio de Wuhan.

 

Igual sucedió en Irán al momento de conocerse sobre la epidemia, el país ya estaba conmocionado por las protestas sobre los precios del combustible, el asesinato del General Qasem Soleimani, y el derribo accidental del jet comercial, el gobierno aprovechó para montarse en una campaña en contra de USA como amenaza a la seguridad de la nación y el mundo al ser acusado sin prueba alguna de ser el origen del COVID19 presentado como arma biológica, esto para distraerá la población de los graves problemas internos y de esta manera asegurarla lealtad nacionalista, Venezuela y Cuba siguieron el mismo patrón informativo, sus regímenes se sumaron a la acusación de países con gobiernos totalitarios, de que fueron los EEUU los culpables directos de propagar el virus con intensiones bélicas.

 

Algunas conclusiones.

Las teorías conspirativas no son nuevas, la historia está plagada de ellas, en el Imperio Romano eran comunes, los judíos tienen una larga tradición de estas teorías en su contra y en contra de sus supuestos enemigos, el filósofo Karl Popper fue uno de los primeros en darle la importancia que merecían al estudiar algunas de las teorías conspirativas de las que se valía el régimen Nazi para imponer su ideología.

Donald Holbrook es un experto en seguridad que ha trabajado contraterrorismo y violencia política en el Reino Unido y Europa, nos dice: “Las teorías de la conspiración reposan en el corazón mismo de algunas de las más persistentes y potencialmente peligrosos esfuerzos comunicativos dirigidos en contra de la seguridad y bienestar de la gente, incluyendo aquellos que promueven organizaciones terroristas, extremistas políticos y campañas de desinformación de los gobiernos… Las teorías conspirativas se sustentan en unas supuestas conexiones entre reclamos colectivos, en el sentimiento de un grupo victimizado, con unos supuestos perpetradores acusados de causar daño deliberadamente. Las teorías conspirativas hacen un diagnóstico muy particular de males percibidos, y asignan culpas y promueven soluciones, incluyendo un apoyo potencial para el extremismo y la violencia”.

Se trata de unas respuestas asimétricas a una situación dada, que por lo general contravienen las versiones oficiales de los eventos, algunas veces dando razones o planteando razonamientos al borde de lo real o transgrediendo lo usual, como por ejemplo atribuyéndole situaciones a la acción de seres extraterrestres, poderes sobrenaturales o recurriendo a “milagros” para dar explicaciones que justifiquen un estado de cosas.

Cuando les mencioné que el Socialismo del Siglo XXI son dados a elaborar teorías conspirativas cada vez que hacen algo mal, se equivocan, se descuidan o simplemente las circunstancias los toman por sorpresa, para eludir sus responsabilidades administrativas y políticas, para no pasar como ineptos, se inventan conspiraciones de la más variada naturaleza, algunas son tan absurdas que dan risa, de allí la enorme colección de atentados, invasiones, guerras, sabotajes, iguanas, y los usuales sospechosos: la oposición malvada y el Imperio cruel.

Pero también usan las teorías conspirativas como instrumentos para controlar a la población, a la derecha internacional se le tiene como culpables del desabastecimiento, la crisis económica y el aislamiento del país, a los ricos y oligarcas para destacar el origen de la pobreza y de las penurias de los desempleados, a los empresarios por el recurrente alza en los precios de los bienes básicos, sobre todo de los alimentos, lo más peligroso de esta actitud es la constante predica de un populismo punitivo, el odio de clases, las amenazas de restricciones de libertad, de la integridad de las personas y de la muerte de una cantidad de venezolanos.

Gracias a esta continua amenaza de enemigos internos y externos el chavismo aprovecha para implementar el estado policial que hemos vivido por más de veinte años, en un estado permanente de sospecha, y bajo controles biopolíticos que acechan nuestro derecho más fundamentales como son el derecho a la libre expresión, a la propiedad privada, a la salud y a ultimadamente a la vida.

Para el régimen de Nicolás Maduro, sin teorías de la conspiración no hay paraíso socialista.

Algunos expertos aducen que la política toda está entrelazada de manera muy íntima con estas teorías de la conspiración que dan para todo, en el caso de los EEUU se dice que el asesinato del presidente Kennedy por parte de Oswald, como el único perpetrador, oculta un golpe de estado de gran magnitud, que los atentados del 9-11 fue una tragedia preparada por el gobierno de Bush para justificar su guerra contra el terrorismo, que el cambio climático es una treta para cambiar el modelo económico mundial, que una guerra en Ucrania favorecería al gobierno de Putin para consolidar su poder en Rusia, cada hecho en el ajedrez político mundial tiene explicaciones y narrativas distintas, algunas tan descabelladas y aparentemente absurdas que contradicen el sentido común… pero hay gente que las cree.

La infodemia desatada por el caso del virus COVID19 se está desarrollando frente a nuestros ojos, el cúmulo de explicaciones y versiones de los hechos es simplemente abrumador, pero como en todo, hay una verdad que permanece oculta, rodeada de mitos y leyendas interesadas en que usted jamás se entere de que fue lo que ocurrió en realidad, esa es la fuerza y el peligro de las teorías conspirativas.   -    saulgodoy@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

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