Algo muy siniestro y peligroso está cocinando el gobierno revolucionario de Nicolás Maduro (llamado ahora Superbigote en un intento de restarle la amenaza que representa para nuestro país) y es tener a uno de los constitucionalistas más reputado de nuestro pasado reciente, el Dr., en Derecho, Hermann Escarrá, dirigiendo en la trastienda de la Asamblea Nacional, a un grupo de letrados y escribientes, preparando cual brujas en aquelarre, el asqueroso brebaje del Estado Comunal, uno de los venenos más mortales para cualquier democracia en el mundo.
Todos los intentos que se dieron en la historia de los
países por implantar a las comunas como organización social en las sociedades,
terminaron en enormes matanzas y una debacle social de incalculable costo tanto
en vida, bienes y tiempo útil de los ciudadanos que tuvieron que sufrirlas,
empezando por aquella amarga experiencia de la Comuna de París (1871), que el
revolucionario comunista, Prosper-Olivier Lissagaray, trató de inmortalizar en
su obra como un canto al progreso y a la justicia social, un triste episodio de
manipulación colectiva por parte de unos irresponsables que terminó bajo la
metralla de cañones y fusiles.
Y es que todos estos experimentos sociales nacidos de la
utopía socialista, desde los falansterios de Fourier, pasando por los soviets
de la época de Stalin en Rusia, las comunas hippies en la California de los
sesenta, las unidades agrarias en la Camboya de Polt-Pot, todas terminaron en
espeluznantes relatos de horror.
Si bien es cierto que algunos experimentos colectivos como
ciertas cooperativas agrícolas europeas o los kibutz en Israel, resultaron como
formas de organización social, todas sin excepción contaban con la
supervigilancia del estado, y en el caso de los kibutz por su importante componente
religioso y su utilidad paramilitar en el establecimiento de colonos en
territorios conquistados, muy pocos de estas comunas sobrevivieron a sus
fundadores, que de manera carismática las sostenían como proyectos personales.
El Estado Comunal ha sido una ocurrencia personalísima del
Teniente Hugo Rafael Chávez de seguro, inducida y estimulada por el aparato
ideológico cubano, que de implantarse en Venezuela le daría el control
biopolítico sobre toda la población del país.
La Revolución Socialista Bolivariana, ha tenido el tema de
las comunas y del Estado Comunal, como estandarte de lucha desde que inició su
lento pero indetenible proceso de demolición de la nacionalidad venezolana, ha
venido tejiendo su trampa “solo caza bobos” sin importarle las derrotas y el
rechazo de los venezolanos ante la repugnante idea de tener a los peores
individuos de una comunidad, rigiendo la vida y el destino de nuestra sociedad.
El Estado Comunal es el Estado Policial disfrazado de buenas
intenciones, es el predominio de bandas armadas y colectivos afectos al
gobierno entrando a nuestras casas y decidiendo quien en nuestra familia debe
hacer alguna tarea en un momento, ellos son los que decidirán sobre nuestros
oficios, entretenimientos, escuela para nuestros hijos, medios de transporte,
precios en los mercados, cuando tendremos un servicio público o no, si debemos
compartir nuestra vivienda y con quien… las comunas son el medio perfecto para
que los más incapaces de nuestro barrio, urbanización o calle se entronice como
“jefe o jefa” y decida lo que es bueno para nosotros.
De hecho, ya lo están decidiendo, la situación de miseria
colectiva que predomina en el país, los ha llevado a que desde el gobierno
central, autoritario y fascista, a construir un enorme aparato estatal de
premios, dádivas, bonos, becas, que por medio de unos Carnets de la Patria,
bolsas CLAP, asignación de vehículos y viviendas para los más privilegiados,
puedan decidir quiénes comen, se visten o van para las fiestas revolucionarias[P1] ,
lo único que les falta es ese instrumento legal, que les permita borrar del
país la propiedad privada y pisotear cualquier vestigio de libertad personal, y
eso, estimado lector(a), lo van a lograr con el paquete de leyes comunales que
complementarán la trampa del Estado Comunal.
Todas las organizaciones comunales están obligadas a
conformarse en un registro nacional de comunas, que tendrán un organismo rector
que tendrá el control absoluto sobre sus miembros y objetivos, ninguna persona
ajena a la jerarquía revolucionaria socialista podrá participar en la toma de
decisiones, serán solo soldados del PSUV los que dirijan estas organizaciones
supuestamente democráticas y populares, y que solo tendrán como horizonte el
bienestar común, pura Boloña, mentiras envueltas en un atractivo lenguaje
dialéctico y perversamente científico.
Para eso tienen al maestro Escarrá trabajando a la sombra y
confeccionando un traje jurídico a la medida del dictador Maduro y que tratarán
de obligarnos a considerarlo a pesar de nuestro rechazo, porque ese horrible
disfraz comunal es lo más contradictorio a la naturaleza individualista y
personalista de los venezolanos.
El gobierno revolucionario bolivariano ha estado desde hace
mucho tiempo preparando al sistema judicial venezolano para convertirlo en un
arma con el cual obligar a los venezolanos a realizar su voluntad, todos los
tribunales del país, empezando por el Tribunal Supremo ha sido convertido en
potenciales arsenales para imponer su ideología fracasada.
Esto, lo han advertido nuestros más brillantes juristas
entre los que se cuentan Allan R. Brewer-Carías quien demostró plenamente la
inconstitucionalidad de este empeño y su fraude a la llamada voluntad popular,
la abogada, doctora, Claudia Nikken, quien develó las mentiras sobre las que
están construyendo el argumento jurídico a este esperpento, las razones
históricas y sociológicas de esta estrategia marxista para el dominio de los
pueblos, brillantemente expuesto por el investigador Jesús Sánchez Rodríguez,
el trabajo del académico, el Dr. Rafael Badell Madrid quien desnuda la perfidia
constitucionalista de los leguleyos al servicio del régimen, las voces de
advertencia hechas por la magistrada Blanca Rosa Mármol de León, por la candidata del partido Vente Venezuela María
Corina Machado, por el gobernador del Estado Carabobo el Dr. Henrique Salas Römer,
entre otros muchas personalidades y expertos quienes han señalado la amenaza
latente por tantos años… la amenaza persiste y ahora es clara, presente y muy
real.
Solo piensen, si el resultado de tener un Presidente obrero,
chofer de autobús, ha sido este desastre de país, imaginen que cada calle,
vereda, barrio, urbanización, tenga en su dirección a los más incapaces,
ladrones e inmorales de todos sus habitantes, ese sería el resultado de tener a
estos supuestos líderes comunitarios decidiendo sobre la calidad de nuestras
vidas, el resultado invariablemente sería el caos y finalmente la confrontación
social.
No es broma ni ganas de aguarle la fiesta a los
revolucionarios, las leyes comunales que están cocinando cambiarían de manera
radical nuestro piso político y económico, afectaría nuestro ordenamiento
territorial y por ende los derechos políticos de cada uno de nosotros
incluyendo, y sobre todo, el electoral, consolidando en unas leyes lo que es
hoy una práctica común de una minoría imponiéndose a fuerza de violencia y
trampa sobre la gran mayoría, con lo que claramente dejaríamos de ser un país
democrático y bajo un estado de derecho.
Y para aquellos que tengan alguna duda del peligro que
enfrentamos, permítame transcribirles textualmente la definición que aparece en
la Ley Orgánica del Poder Popular, de lo que es, el Estado Comunal que quieren
imponernos: “Forma de organización
político social, fundada en el
Estado democrático
y social de derecho y de justicia establecido en la Constitución de la
República, en la cual el poder es ejercido directamente por el pueblo, con un
modelo económico de propiedad social y de desarrollo endógeno sustentable, que
permita alcanzar a suprema felicidad social de los venezolanos y venezolanas en
la sociedad socialista. La célula fundamental de conformación del estado
comunal es la comuna”.
Allí está el caramelo envenenado, envuelto en palabras
sublimes como estado democrático y social de derecho, ricamente aderezado con
sublimes palabras como el poder ejercido directamente por el pueblo, con
promesas vanas de una ilusoria propiedad social y una descarada mentira de un
desarrollo endógeno sustentable (díganselo a los pobladores de las playas
contaminadas por derrames petroleros o por envenenamiento por mercurio), y para
no dejar, ricamente edulcorado con eso de la suprema felicidad social… el que
se crea estas promesas se merece la esclavitud anunciada.
Las comunas han sido y son un fracaso social y político,
son estructuras partidistas del PSUV que dependen directamente del presupuesto
nacional para financiar el comunismo habanero, lugares donde proliferan las
bandas armadas y carteles de la droga, son organizaciones que para lo único que
son buenas son para repartir bolsas incompletas de los Claps y bombonas de gas
con retardos regulares, y por supuesto, para armar esos fiestones y conciertos
de regatón, que no dejan dormir a nadie a la redonda, y donde, siempre hay
víctimas de violaciones y atracos.
¿Y que hace nuestra oposición en su lucha por el rescate
de nuestra democracia y la defensa de nuestros derechos? Pues allí se
encuentran en plena pelea a cuchillo por el presupuesto que alimenta a la
presidencia interina, y de todos los negocios que los gringos han logrado
arrebatarle de las garras a los chavistas, dando un espectáculo deplorable de
ansias de riqueza y poder… y creo, que algunos de ellos ya negoció con el
gobierno de Maduro los apoyos necesarios para atragantarnos con este nuevo
paquetes de leyes comunales.
Necesitamos organizarnos,
oponernos en bloque a este intento por destruir lo que queda del país, hay que
empezar a hablar sobre el tema, ilustrar a la gente en el verdadero alcance y
significado del Estado Comunal, no es momento de debilidades.- saulgodoy@gmail.com
PD- decidí de manera
unilateral tomarme un año sabático para escribir dos novelas que tenía
pendientes, ambas las terminé y se encuentran en revisión, ambas son de ciencia
ficción, una de 150 y otra de 400 páginas. Estoy publicando mis artículos
viejos, que para mi sorpresa resultan ser de una actualidad insólita, los años
no parecen haber pasado, estamos como congelados en el tiempo; escribí este
artículo por lo urgente del tema; que tengan un año 2023 lleno de libertad y
prosperidad, y la única manera de tenerlo es conquistándolo, no hay otra.
Te agradezco en nombre propio y de aquellos otros que leen y nunca dicen nada, pues creen que leer es tan solo eso, "leer", porque al menos yo, en mis escritos comunico la forma de evolucionar aplicando acción y sentimiento al conocimiento.
ResponderEliminarUn saludo compañero.
Ramon Bello Cuadros (Ra.)