viernes, 12 de julio de 2024

Caníbales rojos

 

 



A los cientos de billones de personas que estuvieron antes de nosotros, y quienes configuraron nuestra civilización. A los siete billones que ahora viven, cuyas acciones determinarán su destino. A los trillones que están por venir, y cuya existencia se encuentra en vilo.

Toby Ord

Hace unos treinta años salió publicado un libro titulado Colón y otros Caníbales del profesor Jack D. Forbes, un nativo norteamericano que dirigía los estudios sobre las culturas indígenas del norte, en la Universidad de California Davis, estudiaba para ese entonces el mito del Windigo (palabra de la lengua algonquina, también se escribe Witico), una leyenda de los indios del noroeste del Canadá y EEUU, que daba cuenta de un monstruo que aparecía en los bosques y se alimentaba de carne humana, sembrando el terror en aquellas comunidades.

De aquel mito nacieron varias descripciones, entre ellas, para una dolencia mental que suponía la posesión espiritual del demonio, pero también para una enfermedad que fue conocida como la “enfermedad de la explotación”, Forbes y otros investigadores de la historia de los indios norteamericanos la usaron para explicar las continuas formas de control, exterminio y opresión de los gobiernos blancos en contra de los nativos, un genocidio sistemático y programado como política de estado. Forbes explicaba el canibalismo como “el consumir la vida de los otros para su propio beneficio y ganancia”, una forma de actuar que ha distinguido al imperialismo colonial en todas su expresión, pero sobretodo, para caracterizar a ciertos grupos europeos que se dieron a la tarea de los descubrimientos y las conquistas de lejanos territorios, sometiendo a otras culturas con sangre y fuego.

Pero Forbes se quedó corto, no se imaginó que los propios habitantes de un país pudieran convertirse y actuar como imperialistas coloniales en su propia nación, y explotar de manera violenta, disfrazando estos actos bochornosos como un gesto de amor y reconocimiento a las etnias originales.

Se trata de una particular extensión de la epidemia del Wendigo, para explicar cómo estos gobiernos que se dicen revolucionarios y socialistas, embaucaron de la manera más cruel, a propios y extraños, a los ciudadanos y a los organismos internacionales con estas prácticas de explotación de riquezas minerales que se encontraban en territorios protegidos, en reservas forestales, parques nacionales y territorios tribales llevándose por delante a quienes se le oponían.

Cuando veo la destrucción de nuestro hábitat en manos de los revolucionarios socialistas bolivarianos conocidos como chavistas, como pudieron en 25 años en el poder acabar con una buena parte de nuestra casa, de Venezuela, sin importarles que aún faltan la mayor parte de generaciones por venir, y que ellas van a necesitar de un país que ya no existe, toda esta destrucción ecológica emprendida para ellos hacerse ricos, groseramente multimillonarios, sin importarles cuántas vidas han segado, y las que faltan… porque cuando finalmente tengamos un nuevo gobierno democrático y responsable, vamos a descubrir el inmenso odio y el egoísmo que movía a estos sujetos.

Hay algo muy  oscuro y depravado en estos individuos que se han aprovechado del poder político para expoliar la tierra que es de todos, destruir la patria, la verdadera, la que vemos y sentimos en cada paisaje, en cada terruño y salto de agua, en nuestras playas y selvas… lo peor es que una parte de estos delincuentes vistieron el uniforme de nuestras fuerzas armadas, juraron proteger, incluso con sus vidas la integridad del país, se comprometieron en respetar la constitución y la defensa de nuestro territorio, pero hicieron todo lo contrario, atentaron en contra de la sustentabilidad del país.

Y aquí quiero detenerme, porque es muy importante que entendamos la que significa sustentabilidad, una palabra que se ha convertido en un mantra sagrado para la gran mayoría de entes multilaterales y gobiernos del mundo ante los problemas que asechan y tienen en jaque a nuestro planeta Tierra, de todas las definiciones que he encontrado, unas muy complejas y otras demasiado simplistas, me decidí por la del profesor Peter Jaques, que tomo de su importante libro Sustentabilidad, las bases, que fue publicado en el 2021, dice más o menos así así:

Sustentabilidad es el proceso imperfecto de construcción y mantenimiento de sistemas sociales globales que son efectivos, que rinden cuentas, son adaptativos, justos, y en los cuales la gente en libertad puede hacer decisiones importantes, negocios con visión y prudencia, que preserva y estimula ecosistemas robustos, organizados, dinámicos…en función del mundo de hoy y de las futuras generaciones. Es un proyecto viviente que existe en unidad, y bien llevado, funcionará generando bienestar y oportunidades, sin perjudicar las condiciones necesarias de existencia tanto del presente, como el de las futuras generaciones.

Uno de los aspectos claves del concepto es la unidad, imaginemos que se trata de un enorme rompecabezas con múltiples partes que encajan unas con otras, el resultado es la imagen total que aparece cuando todo está en su lugar, si empezamos a tratar a cada parte como algo independiente que no tiene nada que ver con los otras partes, no vamos a poder tener la visión de conjunto, se perderá el sentido de la unidad y no va a ser posible armar el juego, lo mismo sucede en la realidad, la minería no es algo independiente de los otros factores que la acompañan, explotar el oro sin tener en cuenta el ambiente, las necesidades de los mineros, el impacto en las comunidades, el peso que tiene el producto final en el mercado, los beneficios de su venta, lo más seguro es que nos encontremos al final con un desorden y mucha injusticia.  

El chavismo devastó nuestro sistema de cuencas hidrográficas, envenenaron nuestros cursos de agua y nuestras selvas con mercurio, han estado exterminando sistemáticamente a nuestros aborígenes, escudados en una campaña de reivindicación de nuestros pobladores originales, pero les negaron los servicios más básicos para la vida, los aislaron en campos de concentración y dejaron que el  hambre y las enfermedades se encargaran de ellos, mientras el ejército administraba las operaciones de las minas de oro, diamante y coltán, bajo un régimen de trabajo muy parecido a la esclavitud, donde está involucrada la guerrilla colombiana y los garimpeiros brasileños, para sacar estas riquezas de todos los venezolanos de contrabando, hacia países colaboradores con estas prácticas como Turquía, Catar, Rusia y algunos países europeos, permitieron la tala de maderas preciosas y el comercio de  animales exóticos, algunos, especies en extinción.

Una epidemia de Windigo penetró profundamente en nuestra casa y los caníbales rojos rojitos, esos que en este momento hacen campaña electoral, una campaña ruda, inmoral, llena de trampas, de ventajismo y mucha violencia, para tratar de usurpar el poder político y seguir su obra de destrucción.

Los derrames petroleros en nuestras playas, mares y lagos, los incendios forestales incontrolados muchos de ellos por actividades ilegales dentro de nuestras reservas naturales, las pérdidas de nuestros manglares. corales y humedales debido a las construcciones ilícitas, regiones completas desprovistas de protección y planes de emergencia en caso de desastres  naturales, debilitamiento y cierre de importantes instituciones y ONG´s dedicadas a la protección ambiental, pésimo manejo de nuestras tierras aptas para la agricultura, encarcelamiento de activistas ambientales… en fin, podría continuar por varias páginas más con estos agravios, pero ya tienen la idea, estos delitos afectan profundamente nuestra capacidad de vida, nos quitan el piso y el techo de nuestro hogar y hace imposible la vida.

Sin sustentabilidad es imposible la economía, la educación, la seguridad, las relaciones humanas, sin sustentabilidad regresamos a la época del hombre primitivo luchando a muerte por lo poco que queda para sobrevivir, y Chávez y Maduro han destruido al país de manera tal que por ello somos un estado fallido, quebrado, injusto, inseguro y enfermo. La pavorosa emigración de nuestros conciudadanos a otros países, la enorme mortandad entre nuestro neonatos y ancianos, las epidemias, la hambruna, todo es parte de un sistema de sustentabilidad mortalmente herido.

Ya ustedes lo ven, Maduro no tiene ni una sola mención en sus promesas electorales a la restitución de la sustentabilidad, fueron ellos los que cerraron el Ministerio del Ambiente y en su lugar pusieron ese mamotreto llamado Ecosocialismo, que solo sirve para hacer negocios con nuestras áreas naturales y sus pobladores, ellos no tienen la menor idea de lo que significa la sustentabilidad, en cambio el candidato por la oposición democrática Edmundo Gonzáles y la lideresa María Corina Machado, prometen poner de nuevo en agenda el gravísimo problema de la sustentabilidad, se nos va la vida en ello.

Si hay una razón, una sola y única para que el candidato Maduro y sus secuaces no deban tener un tercer mandato, es que el país, entendido como un hábitat donde no solo vivimos los humanos sino animales, plantas, micro biotas, interrelacionados con el clima, la geología, los intercambios termales con el océano... y aquellos elementos hechos por el hombre para potenciarlos y protegerlos como represas, sistemas de riego, estaciones meteorológicas, sensores remotos, plantas potabilizadoras de agua, etc… se verían seriamente comprometidos en su existencia si permitimos que los chavistas continúen en el poder.

La sustentabilidad es una necesidad de gobierno, todo lo demás reposa sobre ella, es el piso que sostiene nuestra cultura, es el país, e ignorarla significaría tomar la senda del no retorno.

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