miércoles, 31 de julio de 2024

La nave de los locos.

 



¿Cómo se protegen las sociedades de que personas desequilibradas mentalmente se conviertan en sus líderes y gobiernen? Es una situación extrema y rara, pero que ha sucedido y sigue pasando a pesar de que ya existen una serie de normas, exámenes y condiciones que tratan de impedirlo, pero el ser humano es frágil y muy influenciable, su comportamiento y equilibrio emocional y cognitivo depende de una serie de factores muy difíciles de controlar y preservar, y está el asunto del poder, una vez que la persona se convierte en el capitán del barco, todos sus pasajeros se encuentra a su merced, gracias a las prerrogativas y leyes que lo arropan, dándole privilegios y garantías que no tienen otras personas en su entorno, haciendo sumamente difícil removerlos de su cargo una vez en ejercicio de sus funciones.

La historia de la humanidad nos ilustra con casos verdaderamente extremos de Generales, Emperadores, Monarcas, Papas, Presidentes… que perdieron la razón en pleno ejercicio de sus cargos y del terrible daño que infringieron en su entorno. Casos como el de Hitler en la Alemania nazi, o Pol Pot en Camboya, o Idi Amín en Uganda son ejemplos de mentes enfermas que han escalado a la cúspide del poder político en sus naciones y causado graves daños a sus pueblos en labores de exterminio masivo de vidas humanas.

Incluso hoy en pleno siglo XXI estamos todavía luchando en contra de la demencia senil en mandatarios de cierta edad, entre quienes se hace notorio la imposibilidad de seguir en funciones de gobierno, pero igual, son figuras de gran poder político, protegidas por leyes que hacen sumamente difícil removerlas de sus cargos de manera justificada y medicamente ajustada a diagnosis que no arrojen dudas sobre su condición.

La locura en estos casos es sumamente difícil de detectar debido a que se disfraza fácilmente como comportamientos justificados en un entorno de mucha presión y exigencias que pudieran pasar como normales, pero que entrañan un peligro colectivo y de estado que no son fáciles de eludir, y por lo general sus consecuencias son inevitables… y muy peligrosas.

En los países altamente desarrollados se han creado una serie de balances y contrapesos que pudieran evitar estos comportamientos anormales de sus mandatarios, desde exámenes y pruebas obligatorias para medir estas anomalías del comportamiento, verificaciones en el sitio de órdenes en varios niveles, compartimentación por etapas y en diferentes instancias de procedimientos de seguridad, hasta juntas médicas ordenadas por otros poderes públicos ante desvaríos en el carácter de los líderes, pero siempre ha sido la más constante y poderosa herramienta de control, el escrutinio de la opinión pública en el comportamiento de sus líderes.

¿Pero que sucedería en una sociedad no tan desarrollada, con un sistema político autoritario y oscuro, que impide la exposición de sus líderes ante la opinión pública, que tolera el encubrimiento y la mentira, cuyo sistema legal puede ser fácilmente torcido para el ocultamiento y la distorsión de ciertos hechos que atañen a la seguridad del estado y de la misma vida de sus ciudadanos, con un régimen de censura y castigo a quienes investiguen la verdad, un gobierno donde la tortura, el secuestro, las ejecuciones sumariales, asesinatos, robos y negociados son la norma, que pasaría en una sociedad donde la principal función del estado sea la de falsear la realidad, desmontar los valores democráticos y de convivencia pacífica, donde sus órganos de justicia operan desde la conveniencia del líder y operadores del estado?

Pues sería muy fácil ocultar los orígenes reales de sus hombres y mujeres, borrar sus pasados, crear nuevas narrativas e identidades para sus fichas políticas, engañar, mentir, deconstruir y hacerse las víctimas, cuando en realidad ellos son los promotores de los más abyectos crímenes, y lo hacen con la pose de inocencia y de estar defendiendo los más altos intereses y valores de la libertad y los derechos humanos.

En la medicina, especialmente en la psiquiatría se habla de una enfermedad mental llamada psicosis, que ocurre cuando el enfermo se desconecta de la realidad y empieza a tener ideas y pensamientos falsos, creando un mundo bizarro lleno de construcciones mentales absurdas y peligrosas, para él y las personas en su entorno, esas personas deben ser internadas y tratadas para evitar que se hagan daño ya que se convierten en una amenaza para su seguridad y la de los demás. Pues bien, la psicosis es una enfermedad mental que puede tener expresiones colectivas, puede contagiar con paranoias y miedos aberrantes a las personas en su entorno.

Estos episodios colectivos de psicosis están suficientemente documentados y pueden crear situaciones extremas de violencia y desorden que pueden afectar la vida de quienes entren en contacto con estas comunidades, pueblos enteros se han vistos contagiados por esta enfermedad con finales en extremos trágicos y dolorosos, y por lo general surgen en grupos de poder sometidos a extraordinarias circunstancias, hechos inexplicables, miedos y temores irracionales que los lleva al punto de sostener alucinaciones colectivas, el grupo afectado se encuentra en gran peligro pues pueden, y repito, la historia es reiterativa en estos casos, pueden cometer hechos destructivos que al final los lleva a quitarse su propia vida, en ordalías infernales de violencia.

 Estas afectaciones de la mente que incapacita a las personas y a veces a comunidades completas se han estudiado en la historia de la cacería de brujas en el medioevo, en las cruzadas, durante la Reforma, han provocado guerras entre grupos de fanáticos, pogromos, suicidios colectivos en sectas, holocaustos…

Si usted conoce de algún caso donde se den estas circunstancias extremas, de gente con poder enloquecida y con el ánimo de destruir su entorno, pida ayuda, hay que someterlos a la fuerza a la brevedad posible antes de que hagan un mal mayor e irreversible, recuerde, no está tratando con personas razonables aun cuando haya entre ellos personas acreditadas como expertos en enfermedades mentales, estos profesionales sufren de estos episodios con igual o mayor frecuencia ya que están expuestos constantemente a estos mundos de horror y miseria.

  

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