martes, 13 de agosto de 2024

Cuando se es malo.

 



El mal existe, y no hay otra cosa que hacer para comprobarlo que ver lo que está sucediendo en Venezuela, un lugar poblado por gente buena pero en las garras de unos personajes y una situación que parece sacada de un cuento de horror, en el día de ayer lunes 12 de Agosto del año 2024, el Presidente de la República se reunió presidiendo el Consejo de Defensa ante la Asamblea Legislativa, con el solo propósito de presentar un caso en contra de la nación venezolana, suena extraño, pero es la única manera de interpretar tal puesta en escena, y lo voy a explicar.

El día 28 de julio fueron las elecciones presidenciales en Venezuela, las cuales afortunadamente transcurrieron en paz, y los votantes, según observadores internacionales, medios de comunicación y redes sociales fueron altamente concurridas, luego de una rápida campaña donde se notó de manera pública y comunicacional, la soledad del régimen en cuanto apoyo popular, nunca pudieron llenar una avenida ni un recinto con sus adeptos, mientras que el candidato de la oposición convocaba multitudes.

Una gran parte de las encuestas daban por ganador al candidato de la oposición, el Dr. Edmundo Gonzáles Urrutia, una oposición crecida y muy bien organizada esperaba arrasar en los comicios, y tal como lo demostraron tanto la asistencia a las urnas de votación a nivel nacional, como en las encuestas realizadas a boca de los centro electorales, situación que se vió confirmada por las copias de las actas de votación que todos los jefes de mesa de la oposición exigieron, tal y como dice la ley electoral que debe ser, los estimados de los resultados arrojaban un 70% de los votos a favor de la oposición democrática.

Pero al día siguiente, cuando todo el país esperaba un pronunciamiento oficial del CNE con los resultados de las votaciones, este nunca se produjo en contradicción con el lapso indicado por la Ley Electoral, se presentaron situaciones extrañas, fuera del orden del trabajo del organismo comicial, entre ellas, no se les permitió acceso a los representantes de la oposición al proceso de conteo de los votos, todo empezó a figurarse en un elemento, las actas oficiales de los votos no aparecieron, y siguen sin aparecer hasta el día de hoy.

Pero la oposición estaba preparada, conociendo las malas mañas y la deslealtad en el comportamiento del gobierno chavista y se puso en guardia, sin perder el tiempo publicó las copias de las actas que tenía en su poder, actas emitidas por las máquinas electorales y certificadas por los miembros de mesa, todas con los sellos y precintos de seguridad del CNE, se convocaron acciones de calle para que el CNE se pronunciara, con la estricta orden de evitar la violencia y acciones contra la fuerza pública y las provocaciones de los activistas del gobierno.

La señora María Corina Machada líder del proceso, sabía muy bien lo que estaba en juego y había planificado con antelación los posibles escenarios, incluso los extremos, que era por donde Nicolás Maduro empezaba a encaminar sus acciones, un mega fraude electoral que fue confirmado horas después cuando de manera sorpresiva el presidente del CNE, el Sr. Amoroso, declara ganador a Maduro pero si presentar las actas y con unas cifras sin sentido para los expertos que llevaban las cuentas y pronósticos.

Nada encajaba dentro de las declaraciones del régimen, algo muy grave había pasado y se había roto con el cronograma oficial del CNE, lo que sí empezó de manera puntual fue la represión militar y policial en contra de la población, que ya enardecida por las espera, empezaba a mostrarse inquieta ante las señales de que la trampa pudiera estar robándole al pueblo su derecho a quitar y poner gobiernos, tal y como lo dice la Constitución de la República.

Ya llevaba un tiempo el gobierno amenazando con que ellos no iban a entregar en caso de que perdieran las elecciones, y adelantar la imposibilidad de que el gobierno pudiera perder, esto a pesar de los reiterados momentos de íngrima soledad de un régimen que había agotado su popularidad y su confianza con el pueblo, era necesario un cambio en la conducción del país, pero Maduro y el chavismo no estaban dispuesto a permitirlo, sobre todo porque perder el poder significaba quedar indefensos ante el cúmulo de acusaciones, procesos, señalamientos y pruebas que los señalaban en varios delitos graves nacionales e internacionales.

El pueblo convocado a las calles para hacer oír sus protestas y ejercer presiones ante un CNE que no informaba, que no daba la cara, se inquietaba a medida que no producía las evidencias de su anuncio, el organismo comicial se contradecía y sus actuaciones las hacía de manera clandestina, sin mostrar los soportes necesarios para avalar sus asertos, lo que hacía era crear un clima de inestabilidad y una honda preocupación cívica, pues ya se hablaba de un nuevo golpe de estado, fue cuando algunos de los organismos internacionales invitados como testigos a las elecciones empezaron a declarar su inconformidad con los procesos y resultados del acto.

En algunos lugares del país los enfrentamientos entre la gente en vigilia y las fuerzas de seguridad fueron inevitables, sobre todo porque había órdenes de altos funcionarios del gobierno de no permitir la protesta, en algunos puntos en particular hubo el derribo de las estatuas de Chávez, pero dudo que se hayan ensañado en contra de otras figuras como las del médico y beato José Gregorio Hernández y la de Simón Bolívar, pues no tenían objeto ni significación en el ánimo de la protesta.

Fue inevitable que grupos violentos y pro-gobierno se infiltraran entre los manifestantes y hubiera ciertos actos vandálicos y accidentes con víctimas graves, y sí hubo homicidios, pero no se sabe que tan exactas fueron esas experticias, teniendo en cuenta que era el mismo gobierno quien estaba manejando la escena de los crímenes y que era de su interés crear escenarios que comprometieran de manera negativa a la oposición. Pero repito, esta situación generalizada de desorden y confusión tiene un solo causante, el CNE, y su incapacidad de dar los resultados confiables y a tiempo.

Pero luego del show del presidente Maduro presidiendo los actos de ayer en la Asamblea Legislativa, solo tengo una lectura, Maduro manipuló el concepto de fascismo en su contexto histórico, con la simple y obvia razón de extraerse él y sus seguidores de tal denominación, hacerse las víctimas y acusar a la oposición de fascista, concepto al que le endilgó con furia la caracterización de odio, para luego pedirle a la asamblea proyectos de ley que ilegalicen en el país ese fascismo, absolutamente manipulado y discriminatorio.

Pero la más obvio y lamentable es que luego de la lamentable exposición del Fiscal General de la República, todo un festival del horror y la crueldad sin sentido, con sus videos, y declaraciones ramplonas de personas admitiendo haber sido compradas para actuaciones vandálicas por la oposición, quedó muy claro que la intención de toda aquella presentación era una, la acusación de un gobierno despótico en contra de todo el país de que los venezolanos somos todos unos engendros del mal, y ellos, los maduristas, unos santos varones y hembras, representantes del bien y del amor, haciendo justicia para el rescate de la ponderación y las buenas costumbres.

El país hizo mal en no creerle al Sr. Amoroso su declaración del triunfo del Presidente Maduro a una tercera reelección, sin pruebas, torciendo todas las evidencias, y lo que hizo el gobierno fue recoger las pruebas incontrovertibles de que el pueblo es fascista, y ellos no. Fin de esa parte de la historia, el fraude continúa con su rocambolesca narrativa de ataques cibernéticos y un violento y desquiciado candidato de la oposición.

 

 

 

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