domingo, 11 de agosto de 2024

Tres ratones ciegos

 



Hay una famosa canción para niños norteamericana titulada “3 Blind Mice” que durante un tiempo fue la tonada que identificaba el show cómico de T.V. Los Tres Chiflados (por cierto hay una versión en tiempo de Raggae que es una de mis canciones favoritas), pues creo que sería la cortina musical ideal para identificar a los presidente de México, Colombia, y Brasil, hermanos de ideología del candidato por el socialismo revolucionario Nicolás Maduro, cuando se reúnan para tratar de rescatarlo en su indefendible arrebato totalitario y antidemocrático, al no aceptar su derrota electoral, y pretender cometer un fraude, falsificando actas electorales y esparciendo una versión de los hechos tan descabellada y absurda, que se ha convertido en el hazmerreír de la política en Latinoamérica, que no pasaría de ser un acto humorístico más del mandatario sino fuera por sus graves consecuencias, tanto para las democracias, como para la seguridad hemisférica.

Estamos claros que el socialismo en Latinoamérica, sus gobiernos, han estado marcados por una fuerte epidemia de corrupción en estas últimas décadas, sobre todo por haber permitido la asociación del narcotráfico entre las estructuras de poder, lo que ha debilitado grandemente la institucionalidad y el orden social en estos países, pero el caso de Venezuela es patético ya que los encargados del poder , la cúpula política de sus gobiernos, en especial el estamento militar, se han involucrado directamente en estos negocios, quedando en evidencia su participación en delitos de tráfico de drogas y lavado de dinero, al punto que hay internacionalmente órdenes de captura y recompensas, entre ellos, en contra del mismo presidente Maduro.

Nicolás Maduro obnubilado por el poder y la impunidad que acompañó sus primeros escarceos con el delito, no reparó en las consecuencias de sus actos y se fue de bruces atropellando no solo vidas, reputaciones, leyes e intereses, aún en otros países y sin cuidar apariencias creyéndose intocable, hasta que se convirtió en una amenaza para países y poderes que estaban por encima de sus posibilidades de imponer su voluntad.

Lo interesante para mí que soy estudioso de las ideologías y del discurso político, es como Maduro utilizaba las diversas doctrinas revolucionarias de la izquierda, primero del marxismo tradicional, pero luego utilizando el repertorio de las tesis anticolonialistas, de la teología de la liberación, del nacionalsocialismo, de la democracia cristiana, del maoísmo, del castrocomunismo y de otras muchas corrientes de la izquierda contemporánea, incluyendo las tesis feministas, del Woke, de la diferencia de géneros… pero no vayan a creer que era algo profundo, estudiado y repensado, todo lo contrario, igual que su antecesor, el inefable Comandante Chávez, rumiaban memes, consignas, resúmenes, y extractos de estas ideas y construían un discurso para justificar sus acciones.

Este tipo de constructo en mentes poco organizadas, pueden crear una tormenta de ideas que lejos de aclarar una posición existencial y un soporte moral para sus actuaciones, se convierten en un espeso e incomprensible engrudo de teorías mal digeridas, frases vacías pero que suenan bien, y excusas que intentan justificar un comportamiento de un pandillero en una cuestión filosófica y de principios, de allí resulta su empeño de que él es la encarnación de la paz y el amor, que solo a través de su persona, Venezuela y los venezolanos podemos realizarnos como el pueblo escogido y con un brillante futuro, en fin, toda su cháchara incomprensible y alucinada es para venderse como la persona necesaria, el líder bolivariano que está por encima del bien y del mal.

La intervención de Lula, Petro y Obrador en la situación de Maduro va a ser harto difícil, en primer lugar se van a encontrar con un hombre presa del pánico, presionado por todos lados luego de su fatal decisión de desconocer unas elecciones controladas por su partido y sus militares, unos comicios que perdió de manera incontestable, a la vista de todo el mundo, luego de una campaña electoral donde se vio claramente que había perdido su contacto con el pueblo, que hubo una avalancha de votos en su contra y a favor de la oposición, incluso dentro de sus propios adeptos, lo que provocó una iracundia que se ha traducido en violencia institucional, en terrorismo de estado en contra de los venezolanos, con brutales acciones judiciales y policiales.

Y es que la situación del país no daba para menos, la miseria y la falta de oportunidades, la terrible situación económica, de seguridad, con los servicios de salud, educación y transporte en el suelo, con una censura y desinformación como nunca antes se había visto clamaban por un responsable, y claramente esa persona era Maduro quien ha demostrado en repetidas ocasiones que no es un demócrata. La gente estaba cansada y quería una nueva oportunidad de vida y futuro que aquel hombre no ofrecía, tan sencillo como eso.

Pero justo cuando ese momento de cambio se hacía realidad, Maduro se encontraba en su peor momento personal y político, con múltiples acusaciones y procesos en su contra, el cúmulo de sanciones que había provocado estaban afectando al país, su imagen había caído en desgracia y optó por la peor salida, el secuestro de Venezuela: o él volvía al poder que lo protegía, o venía el diluvio.

Sus tres amigos, los principales presidente latinoamericanos que representan a la izquierda, tienen en sus manos una labor de desmanteladores de bombas, no solo serían las consecuencia de un desbordamiento de la violencia en Venezuela que inevitablemente los salpicaría a ellos también, con una nueva oleada de emigrantes buscando refugio a la violencia, abriendo un vórtice de inestabilidad política que afectaría a toda la región, ya con Nicaragua y Cuba entrando en fases de cambios sociales internos que podrían conducir a un aceleramiento de la entropía.

Pero considero que el mayor daño que causaría, dejando a Maduro actuar como pretende, sería el tremendo boquete que se abriría en la estabilidad democrática del continente, e incluyo a Norteamérica. Si se pierde el respeto por los procesos electorales, si se permite una violación tan flagrante y directa al principio de la voluntad de la mayoría como patrón para los cambios pacíficos, consensuados y ordenados en los países, si rompemos con esa línea vital que es el respeto al voto, todo el sistema continental de orden y civilización se vendría a pique.

Sería un ejemplo terrible de barbarie y de regreso a los caudillos, las mismas fuerzas de la derecha se verían plenamente justificadas de emplear la fuerza para conseguir sus fines, pues en los países que no actúen y hagan como los tres ratones ciegos, que no ven lo que se les viene encima, y por lo tanto con su silencio aprueben la muerte de la democracia en un país como Venezuela, que sumados a otros estados fallidos, crearán un efecto dominó de consecuencias inimaginables.

Maduro se ha convertido en una amenaza presente y muy real, hay que buscar la manera de desactivar esa amenaza, o disuadirlo de que continúe por ese peligroso sendero, no tengo una solución que pueda darse sin afectar otros principios e instituciones necesarios para la convivencia entre naciones, lo único que espero es que estos presidentes no actúen como los tres ratones ciegos.

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario