Tres cosas vinieron a mi vida tardíamente, la cerveza, el caviar y el aceite de oliva, pero una vez que los probé me di cuenta que estaban hechas para mi y me hice un “conesseur”.
Nos pasa a todos cuando
encontramos algo nuevo que nos gusta, lo buscamos, tratamos de conocerlo a
fondo, le preguntamos a quienes lo consumen y lo elaboran. Pero si algo ayuda a
los que tardamos en llegar, es la plena conciencia y el intenso placer que
logramos al momento del primer encuentro.
Con el aceite de oliva
recuerdo, fue con una simple hogaza de pan gallego mojado en un posillo con
aceite tibio con ajo y romero, era un aceite venido directamente de España, lo
trajo una amiga de Jaén, Andalucía, de la Sierra de Cazorla, donde su abuelo
cultivaba olivos, se trajo el espeso y verdoso aceite en una botella sin
etiqueta.
Cuando probé aquella emulsión
no lo podía creer, salivé abundantemente, el gusto fue tal que solo pude gruñir
de placer al experimentar los efluvios de cáscaras de nuez y manzana en mi
boca, con un piquete tan delicioso de picante que se me aguaron los ojos, les
juro que vi al Guadalquivir, a los retorcidos árboles de Piccal, leñosos,
abundantes de follaje y perfumados de célery y pimienta.
Desde ese instante me hice un
consumidor de aceite de oliva que, gracias al cielo, resultó ser rico en
colesterol “bueno”, afortunadamente para mi corazón (es también extraordinario
para el pelo y el cuero cabelludo, les recomiendo masajes vigorosos
directamente en la cabeza, igualmente es buen lubricante interno para los que
sufren de estreñimiento, una cucharada de aceite puro en ayuno hace maravillas).
En el mundo antiguo ya los
fenicios consumían éste aceite que, junto con el pan y el vino, constituyeron
la base de la dieta mediterránea. Las referencias históricas del olivo nos
remontan a la escena más conocida por todos, la captura de Cristo en el huerto
de los olivos, que algunos expertos identifican como de la variedad de Farga,
favoritos de la Roma Imperial.
Hay 408 variedades de árboles
de oliva de los cuales 262 son naturales de España, convirtiéndose en el
principal productor de aceite de oliva del mundo, muy por encima de Italia y
Grecia que, con sus variedades de aceitunas Frantorio y Korociki, respectivamente,
le dieron fama al aceite de oliva de esas regiones hasta hace poco, desafortunadamente
estos aceites ya no son tan comunes, incluso Portugal los supera en producción.
La aceituna es para el aceite
del oliva lo que la uva para el vino, es el origen de su carácter y calidad, de
mis aceitunas favoritas se encuentran la Verdial de Vélez, de un color azulado
y que produce un aceite de un bello color dorado, original de Málaga, fue la
preferida de los árabes durante el dominio de la península Ibérica, pero para
comerlas, prefiero las aceitunas Empeltre, son saladas y secas, una delicia
para el paladar acompañadas por un vaso de “sangre de toro”, que es como le
dicen a los vinos tintos con carácter y rudos.
De hecho, la palabra Aceite
proviene del árabe al-zayt, y
significa zumo del olivo que se obtiene de la prensada que se le da a las
aceitunas, aunque hoy se aplica a otros aceites como serían los derivados del
maní, la palma, la soya, el sésamo y otros.
El lexicólogo de la cocina
española Ignasi Riera es de la opinión que cada cocina pudiera definirse por el
tipo de aceite que utiliza, como es el caso de la cocina del sureste asiático
que prefieren el aceite de maní o la oriental con si aceite de sésamo, o la
americana con el aceite de soya.
La novedad en el mercado son
los nuevos aceites de oliva que vienen de California, del mismísimo Valle de
Napa, los tradicionales aceites libaneses y sirios pocos conocidos pero de
estupendo sabor, y los muy buenos aceites que nos llegan de Chile y Argentina,
toda una sorpresa para el paladar de los venezolanos.
En nuestro país, aunque
venimos de una tradición española y el aceite de oliva fue parte importante de
la cocina tradicional, no era fácil conseguirlo, por lo que predominó en el uso
del aceite de origen vegetal, el de ajonjolí al que daban color con el onoto y
luego el popular aceite de maíz.
El aceite de oliva tienen la
particularidad de que se oxida muy rápido, de allí que no soporta altas
temperaturas y si se deja mucho tiempo a la intemperie, se pone rancio.
El aceite extra virgen (libre
de acidez en términos del ácido oleico, 0.8 por 100 gr.) que se obtiene de la
primera prensada en frío, debe consumirse preferiblemente crudo o ligeramente
tibio, no lo use para freír, para ello utilice el aceite de oliva normal u otro
tipo de aceite, los aceites de oliva hay que conservarlos en envases de vidrio
opacos preferiblemente, y en un lugar
fresco, y muy importante, lejos de la luz.
Mi amigo, el abogado y
gourmet David Mantellini, elaboró por un tiempo, y de manera artesanal, un
preparado con aceite de oliva extra virgen importado con finas hierbas y vegetales
de su granja en Río Chico, lo probé con una pizza y resultó estupendo, y es que,
a quienes nos gusta la cocina, nos gusta sazonar el aceite de manera muy personal,
usando romero, ajo, trufas y otras aromáticas especias.
Los he probado con café,
limón y albaricoque, todos exquisitos, lo que me trae a colación que, cuando la
gente prepara encurtidos o quiere conservar alimentos, usa el aceite de oliva
como preservativo, la frescura de diversos quesos e incluso carnes crudas,
pescados y por supuesto, vegetales quedan bien sellados si son sumergidos en
este aceite, el queso feta es un claro ejemplo de lo que me refiero.
De acuerdo a la Chef Jill
Norman y su obra La Cocina Clásica con hierbas aromáticas, para preparar los
aceites de hierbas ella prefiere aceites más livianos que el de oliva como
sería el de girasol o el de semillas de uva, esto principalmente por el sabor
fuerte del aceite de oliva que tiende a dominar sobre las hierbas culinarias.
Como todo lo que nos ha
sucedido en “revolución”, la inflación desbocada y la escasez, pusieron el
aceite de oliva fuera del alcance de los venezolanos, cuando se encuentra, una
botella de este ingrediente culinario cuesta un ojo de la cara, todavía está
fresca la noticia del negociado que hizo un corrupto funcionario del gobierno
con productores precisamente de Andalucía que compró varias toneladas de aceite
de oliva con sobre precio, y esa ganancia, supuestamente fue a parar a las
arcas del partido Podemos de España, el incubo, que el chavismo está
alimentando y criando en Europa, las investigaciones sobre este asunto todavía
están en proceso (en España, ya que en Venezuela todo se encubre, donde el
gobierno tenga sus manos metidas, no se investiga).
Leí en una revista
especializada, que los fabricantes europeos de aceite de oliva acuden a
subastas de aceitunas cosechadas en temporada para la elaboración de sus
aceites, y que fabricantes italianos compran buena parte de la producción
española para la fabricación de sus Olio
di Oliva.
Si desea un buen aceite de
oliva búsquelos los que tengan las siglas D.O. (Denominación de Origen) que les
asegura una calidad superior y que corresponden a una región en particular;
poco a poco vaya saboreándolos hasta que encuentre el que le guste, en aceites
de oliva hay todo un mundo allá afuera.
Un aceite exquisito es el que se produce a partir de la variedad arbequina, en particular en dos pequeñas cooperativas, una en el pueblo de Escaladei y la otra en Castellvell del camp. Los dis mejores aceites de oliva probados hasta ahora
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