Lo que voy a decir en estas breves palabras ya lo he dicho en otros escritos o se desprenden de ellos, veo un futuro optimista, si es que logramos sacarnos a esa garrapata del cerebro que se llama socialismo, que lamentablemente, la tenemos haciendo estragos en nuestras filas políticas de la llamada oposición; si logramos que Maduro y el chavismo se convierta en pasado, todavía vamos a tener que lidiar con el socialismo “democrático’’ que son mayoría y que son los responsables de diseñar nuestro futuro (planificar, es la palabra que les gusta).
Pero
bueno, supongamos que podemos recuperarnos de esa enfermedad mental
colectivista, estatista y benefactora, creo que en muy poco tiempo, pocos años,
Venezuela podría convertirse en un país prospero y de avanzada.
En
primer lugar debemos seguir contando con el petróleo, por el momento ganan los
verdes comunistas que han logrado iniciar el giro hacia la sustitución del
petróleo por energías alternas, con la excusa de que el uso de los combustibles
fósiles es la causa fundamental del cambio climático.
Eso
es mentira, y cada día que pasa se hará más obvio, es imposible que esa
tendencia, de cambiar el patrón petróleo por energías emergentes que no rinden
lo mismo, se mantenga sino es a costa de la ruina de muchos países del Tercer
Mundo y un retroceso importante en las economías del Primer Mundo, no hay
sustituto al petróleo, por lo que nuestras reservas seguirán siendo importantes
y el negocio petrolero fundamental para el desarrollo de la humanidad.
Lo
que Venezuela debe hacer es aprovechar este bajón de precios petroleros para
sanear su industria, tratar de ponerla al día, buscar nuevas asociaciones
estratégicas, inversiones frescas, socios que nos proporcionen los medios para
ser productivos; la oportunidad la pintan calva para hacer una reingeniería de
PDVSA, abrir el abanico para estimular las inversiones nacionales privadas y
reestructurar el negocio energético con miras al próximo Boom petrolero, que
créanme, viene.
¿Qué
hacemos mientras tanto? Hay tres áreas de actividad productiva que Venezuela
históricamente ha disfrutado y son la agricultura, el turismo y las
comunicaciones, las tres se relacionan a un mismo tronco común que es el
ambiente, veamos un poco en detalle mi visión.
Vamos
con el tronco común, el ambiente, una de las ventajas competitivas que tienen
Venezuela en el mundo es la variedad de su hábitat, los diversos ecosistemas de los que dispone,
playas, selvas, montañas, llanos, islas, ríos, pantanos, desiertos, cuevas, una
plataforma oceánica prácticamente desconocida y que representa más de la mitad
de nuestro territorio.
Contamos
con más microclimas que ningún país en nuestro continente, con lo que quiero
señalar que podemos producir prácticamente cualquier tipo de alimento si nos
proponemos a ello, tenemos el recurso agua, una buena irradiación solar debido
a nuestra ubicación sobre la línea del Ecuador, buenas tierras, anchurosos
mares, un clima general envidiado por el resto del mundo, un continuo verano
con abundantes lluvias estacionales.
Por
supuesto, todo esto está muy golpeado y hasta degradado, ya sabemos del
problema con nuestras aguas, la infraestructura de servicios para aguas
servidas, potable y para el manejo de los desechos sólidos, nuestra
infraestructura de riego, las carreteras, las redes eléctricas… no vamos a
decir que vamos a tener que partir desde cero, pero el trabajo de rescate y
puesta al día de todos estos servicios hay que hacerlo, y debemos empezar poco
a poco sin volvernos locos.
Considero
que la inversión ambiental tiene que ser importante, el chavismo nos dejó la
casa sucia y en ruinas, debemos recuperarla, reforestar nuestras cuencas y
bosques, rescatar nuestros Parques Nacionales y monumentos naturales, sanear
nuestras costas, limpiar nuestros ríos, iniciar un ambicioso proyecto de
exploración oceánica de nuestro frente marino, es la única frontera que no
conocemos y que hemos vivido de espaldas a ella.
Hay
algo que los venezolanos no terminamos por asimilar y es que un ambiente limpio
y cuidado redunda en la calidad de vida del país, de los principales
indicadores de calidad de vida que se utilizan en el mundo desarrollado, el de
un ambiente sano es de los más importantes, los mejores sitios para vivir en el
mundo están ubicados todos, en medio ambientes estables, controlados y
mantenidos con esmero.
Este
gasto ambiental que propongo como fundamental para nuestro futuro generará
inversiones de todo tipo, en agua potable, en manejo de desechos, en limpieza
de áreas contaminadas bien sea por la actividad petrolera, por el mal manejo
agrícola o industrial, este gasto implica la adquisición de tecnología, la
reeducación y capacitación de técnicos y profesionales en el área, nuevos
programas de educación ambiental para las escuelas y universidades, un programa
ambiental para el país generará oportunidades de negocios importantes para
empresas nacionales e internacionales, lo que quiere decir que se abrirán
nuevas plazas de trabajo, nuevos mercados y habrá una actividad económica
ambiental importante que generará riqueza, impuestos y lo mejor, nuevas
oportunidades de negocios.
Con
un ambiente sano las perspectivas de la agricultura y el turismo adquieren otro
matiz diferente, se podrán desarrollar diversas formas y técnicas de agricultura,
desde las de explotaciones extensivas de productos como caña, sorgo o maíz,
como las de una ganadería a gran escala, pasando por la silvicultura
sustentable de grandes bosques maderables, podríamos pensar en volver a ser una
potencia mundial en la producción del mejor café y cacao del mundo y la
producción de medianos y pequeños emporios para la producción tecnificada de
delicatesses como espárragos, palmitos, sarrapia, hongos comestibles, especias
y otros vegetales exóticos.
Venezuela
en su pasado reciente era exportador de arroz y plátanos, una vez desterrado el
socialismo de nuestro país ¿Qué nos impide volver a ser el granero del Caribe?
Sueño
con tener extensas siembras de algas en nuestro suelo marino para ser usadas en
la industria alimenticia y farmacéutica del mundo, en enormes corrales
submarinos para la cría de langostas, pargos, carites y meros, tener minas
sustentables debajo del mar de oro, manganeso y otros minerales estratégicos,
disponer de enormes turbinas que trabajen con las mareas para proporcionarle
electricidad a las ciudades costeras, de la explotación controlada de petróleo
y gas costa afuera, ¿Y por qué no? De laboratorios de investigación y hasta
ciudades enteras debajo del mar.
Le he
escuchado a viejos marinos que las costas de Venezuela son especiales para
sostener las más variadas e interesantes competencias de deportes marinos del
mundo, desde regatas hasta pesca de altura, de surf, velerismo, submarinismo,
motonáutica, tenemos un sistema insular que bien equipado y administrado es una
mina de oro para el turismo de playa, para los grandes cruceros y temporadas de
yates.
No
digamos nada del turismo de aventura y de alto riesgo, tenemos maravillas
naturales para los adictos a la adrenalina y para deportistas de resistencia,
para el turismo fotográfico, para el de parejas románticas, para clubes
privados para solteros, para senderistas, escaladores, espeleólogos y hasta
para cazadores (con licencias especiales para el control poblacional de algunas
especies), la pesca de río, campamentos vacacionales para niños, ancianos…
perdonen si me dejo llevar por la fantasía, pero creo que con un ambiente sano,
en democracia, en una economía de libre mercado y con un gobierno eficaz podríamos tener todo
esto y más, seríamos un emporio en el negocio turístico del mundo.
A la
gente le gusta estar donde hay agua y aire limpio, donde pueda ver naturaleza,
donde exista seguridad y sea bien tratado, donde exista el orden y el respeto a
la ley, donde pueda movilizarse sin problemas, estar comunicado y disponer de
buenos servicios, en lugares así, con economías estables, con libertades, con
una cultura amplia y ecuménica, con atractivos del buen comer y vivir, la gente
gasta dinero, invierte, se queda y se hacen parte del país.
Para último quise dejar el aspecto que llamo de
las comunicaciones y abarca varios aspectos, empecemos por el
histórico-geográfico, nuestra ubicación geográfica nos da unas ventajas
competitivas que muy pocos países tienen, estamos en una encrucijada de caminos
aéreos, terrestres, marino y espaciales y que nos ha convertido en parada
obligada de varios itinerarios, nuestra cercanía a los EEUU cuenta como ventaja
en este aspecto, estamos prácticamente en el medio entre las dos Américas, de
frente a África y Europa, y con buenas comunicaciones con el pacífico, nuevos
canales y rutas, estamos a un salto de Asia.
Recordemos
que nuestro país ha sido ampliamente estudiado como uno de los mejores lugares
del mundo para la construcción y operación de un espaciopuerto, sí, nuestra ubicación
nos hace muy especial para el despegue y la reentrada de vehículos espaciales,
sale más barato y es más seguro hacerlo desde nuestra ubicación, no vamos a
competir con las estaciones espaciales pero si somos una alternativa válida
para poner materiales y personal en órbita.
Esto
tiene relevancia si se piensa en términos de nódulos comunicacionales (hub, en inglés), específicamente en el
transporte de mercaderías y turismo, todas las rutas comerciales pasan frente o
sobre nosotros de modo que si nos esforzamos y brindamos facilidades de
transbordo, alivio, reposta de combustible y suministros, descanso, destino,
escala, maquila, almacenamiento y otros servicios a los transportistas
internacionales, estoy seguro que podríamos convertir a Venezuela en la
Singapur del Caribe, el lugar a donde todo llega y desde donde todo sale al
resto del mundo.
Para
convertirnos en nodo de transporte necesitamos necesariamente buenos puertos y
aeropuertos, con todas las facilidades de carga y descarga, de hotelería de
primera, de servicios de aduana del primer mundo, con espacios para almacenajes
en frío, en seco, con servicios de transporte interno, de distribución
automatizada de carga, con parques industriales anexos que permitan maquila de
algunos productos para su reenvío, estamos hablando de convertir a Maracaibo,
Falcón, Valencia, La Guaira, Puerto Cabello y Cumaná e una línea coordinada de
multi aeropuertos y puertos trabajando en red y al servicio del comercio
mundial.
¿Imposible?
Soy de los que cree que lo que se imagina se puede, y que además es tremendo
negocio y a una escala, que solo esta actividad nos pondría en el ranking de
los pesos pesados de los países en desarrollo, lo importante es empezar.
Pero
hay otro aspecto de las comunicaciones que apenas hemos descubierto el pasado
siglo, somos un país muy especial para las producciones audiovisuales, de
nuevo, nuestro clima y escenarios naturales son tan variados que se pueden
escenificar decenas de países para producciones cinematográficas y de
televisión.
Tuvimos
una breve experiencia en la producción de telenovelas para la exportación que
fue un gran negocio, tenemos un material humano (técnico) y talento artístico
que de manera natural se ha venido desarrollando, buenos actores y actrices,
modelos, músicos, escritores, productores, a la gente le gusta venir a trabajar
a nuestro país, a montar conciertos, eventos de toda naturaleza y desde aquí
pueden llevarlo a cualquier lugar del mundo, incluso hay quienes han
desarrollado algunas técnicas de animación y efectos especiales, contamos con
una buena cantidad de equipos de primera línea, habría que mejorar nuestra
capacidad de estudios y salas de edición, pero la materia prima la tenemos y
las comunicaciones, el negocio del entretenimiento son un excelente negocio.
Aprovechemos
que estamos saliendo de todas esas lacras y criminales socialistas, para ir
buscando nuestro camino hacia el futuro, yo en lo personal estoy muy esperanzado,
hay tanto por hacer. –
saulgodoy@gmail.com
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