El socialismo tiene un problema (entre otros muchos), y es que se trata de una red internacional de gobiernos y organizaciones que son socialistas, y por esta unidad ideológica trabajan todos en el sostenimiento de los regímenes socialistas, lo que crea vínculos extra nacionales con estos gobiernos y organizaciones, a los que les está permitido inmiscuirse en los asuntos internos de estos países en nombre de la unidad socialista.
Es por ello que Cuba, por ejemplo, o Brasil, o China, o Rusia, o Nicaragua, tienen de alguna manera el “derecho” de intervenir en los asuntos de seguridad de nuestro país y se les permite tener oficinas para su personal de inteligencia en las instalaciones militares y de gobierno.
Pero ojo! Todo esto es inconstitucional e ilegal, el gobierno no quiere que los ciudadanos venezolanos nos enteremos de que nuestros servicios de inteligencia están siendo dirigidos por extranjeros ya que va en contra del “orgullo” nacional, de hecho, en el resto del mundo se permite cierta cooperación en asuntos de inteligencia, pero jamás que otros países operen estos servicios como propios, y la razón es muy simple, siguen otras agendas que no es la seguridad y la defensa de nuestro país, prevalecen sus intereses, no los nuestros.
Por estas conveniencias ideológicas es que tenemos a oficiales de la inteligencia cubana espiando sobre nuestros militares, haciéndole seguimiento a los civiles desde los registros públicos (una vergüenza nacional), controlando las aduanas, los puertos y aeropuertos, la lista sigue y es larga.
Como prueba irrefutable de este colaboracionismo
con regímenes anti-occidentales y que nuestros órganos de identificación y
extranjería están al servicio de intereses extranjeros, el hecho de tanto
pasaporte diplomático en manos de terroristas, narcotraficantes, guerrilleros,
lavadores de dinero, traficantes de armas y violadores de derechos humanos
habla por sí solo.
Pero lo que más preocupa desde el punto de vista de nuestra soberanía y posibilidad de sobrevivencia como estado-nacional hacia el futuro, es lo que está sucediendo con nuestra industria petrolera, de la cual depende el país, a una serie de corporaciones de gobiernos extranjeros aliados al chavismo, en base a convenios estratégicos, les han entregado territorio venezolano y recursos energéticos donde ya no tenemos ni control ni parte en lo que allí se realice.
Toda nuestra economía (lo que queda de ella) está comprometida en los manejos de estos factores que dependen de otros centros de poder y que tienen a sus servicios de inteligencia ya instalados en casa, vigilando y asegurándose que sus intereses sean prioritarios y que perduren en el tiempo.
Pero lo que más preocupa desde el punto de vista de nuestra soberanía y posibilidad de sobrevivencia como estado-nacional hacia el futuro, es lo que está sucediendo con nuestra industria petrolera, de la cual depende el país, a una serie de corporaciones de gobiernos extranjeros aliados al chavismo, en base a convenios estratégicos, les han entregado territorio venezolano y recursos energéticos donde ya no tenemos ni control ni parte en lo que allí se realice.
Toda nuestra economía (lo que queda de ella) está comprometida en los manejos de estos factores que dependen de otros centros de poder y que tienen a sus servicios de inteligencia ya instalados en casa, vigilando y asegurándose que sus intereses sean prioritarios y que perduren en el tiempo.
La errada política energética de Venezuela, su
pésimo desempeño petrolero son las principales causas de que la actual baja de
precios del petróleo nos haya afectado de la manera que lo ha hecho, el
gobierno socialista bolivariano ha descubierto que su cálculo de una continua
alza de los precios era un error, quedamos al descubierto porque justamente no
teníamos la inteligencia adecuada que nos advirtiera de estos peligros.
Los agentes del espionaje extranjeros que prestan sus servicios al gobierno chavista sólo están para
asegurarles la continuidad en el
gobierno, suministrándole no solo financiamiento, tecnología sino apoyo en el
diseño de planes y políticas de seguridad interna, haciendo de la oposición, de
nuestros líderes y organizaciones, su
blanco en esta tenebrosa guerra subterránea,
donde el principal enemigo no son los Estados Unidos de Norteamérica y sus
aliados en el mundo occidental, sino
nosotros, simples ciudadanos venezolanos.
El que a estas alturas todavía tengamos al informante y agente cubano Mario Silva con sendos programas de opinión en los medios de comunicación, quien era, luego del presidente Chávez, el principal vocero del gobierno, es apenas una muestra de lo comprometido que está nuestro país con estas fuerzas extranjeras y las formas que tienen de actuar, al margen de toda consideración legal y con la complicidad de las instituciones fundamentales del estado.
El que a estas alturas todavía tengamos al informante y agente cubano Mario Silva con sendos programas de opinión en los medios de comunicación, quien era, luego del presidente Chávez, el principal vocero del gobierno, es apenas una muestra de lo comprometido que está nuestro país con estas fuerzas extranjeras y las formas que tienen de actuar, al margen de toda consideración legal y con la complicidad de las instituciones fundamentales del estado.
Todo esto nos deja muy en claro que nuestros
servicios de inteligencia civiles quedaron solo para detener, torturar y
desparecer ciudadanos inocentes, opositores al régimen, para perseguir a la
prensa libre e independiente, para armar y dirigir ataques de grupos
delincuenciales, para proteger y ocultar evidencia incriminatoria de las mafias
del crimen y para conformar empresas
fantasmas para quitarnos los dólares que tanta falta hacen.
Como es conocido por los estudiosos sobre el tema, los servicios de inteligencia son el fiel reflejo de la calidad y del tamaño del compromiso de los gobiernos con la soberanía y el nacionalismo de ese país, en nuestro caso, lo que damos es grima.
Como es conocido por los estudiosos sobre el tema, los servicios de inteligencia son el fiel reflejo de la calidad y del tamaño del compromiso de los gobiernos con la soberanía y el nacionalismo de ese país, en nuestro caso, lo que damos es grima.
Veamos ahora el caso de la inteligencia militar,
como todos sabemos penetradas por los carteles del narcotráfico internacional y
el comunismo, en su más alto nivel tenemos a un grupo de políticos armados
vistiendo uniforme, protegiendo sus parcelas de negocios, tráfico de armas,
contrabando de combustible, medicinas y alimentos, saqueo de minerales
preciosos, maderas, lavado de dinero y tráfico ilícito de cuanta cosa ilegal
exista sobre la faz de la tierra, pero a pesar del dinero que manejan, no
cuentan con el aparato de inteligencia necesario para proteger sus
actividades, sus ingenierías financieras
para ocultar los movimientos del dinero sucio son un fracaso, ahora, si la
inteligencia es nula, la contrainteligencia es una broma de mal gusto.
Las autoridades militares de Venezuela se han
jactado públicamente y en varias ocasiones de contar con un una cobertura de
radares antiaéreos de alta sofisticación, todavía no sabemos si a este sistema
se le suma la cobertura satelital en tiempo real, el asunto es que, vista la
alta vulnerabilidad de ésta cobertura por vuelos del narcotráfico
internacional, se teme, que el alto mando militar esté involucrado en permitir
que estas rutas crucen o se originen en nuestro territorio por un cobro en
dólares, lo que indicaría el grado de descomposición de la institución militar
ante los negocios ilícitos que supuestamente deben combatir.
La contrainteligencia supuestamente existe para
proteger nuestros secretos de estado, nuestras comunicaciones, documentos e
información vital, nada de eso existe, lo único en lo que han sido exitosos es
en promover esos blackout
informativos para que los venezolanos no nos enteremos de lo que el resto del
mundo conoce.
La cantidad de cuentas bancarias, negocios
turbios, empresas fantasmas, redes de distribución, cargamentos, y contactos
que les descubren a diario dice mucho de su capacidad de manejar inteligencia, que
es nula, pero están aprendiendo. En
conjunto con otros servicios de inteligencia foráneos, que sí están en el
negocio de la información secreta, están montando su nueva infraestructura
justamente cuando el pueblo les retiró la confianza.
Maduro acaba de aprobar grandes partidas de
dinero para los militares, millones de dólares para que actualicen sus equipos
de espionaje electrónico, para que aseguren sus comunicaciones, para que eleven
sus niveles de encriptación, para intervenir comunicaciones protegidas de sus
enemigos (la DEA, el MOSAD, el MI6, la CIA y otros) para brindarles mejor
cobertura a sus vuelos clandestinos y rutas navieras, han recibido tanto palo
que están contratando expertos en seguridad de todo el mundo socialista
asiático y árabe, para que los ayuden en la seguridad de sus operaciones
secretas.
El que los militares tengan ahora su propia PDVSA
y ya sean operadores de sus propias empresas de minería y gas sólo indica que
se ha formalizado con el gobierno de Nicolás Maduro esta situación altamente
irregular, inconstitucional y peligrosa para el futuro inmediato de nuestra
soberanía. Surgen las preguntas ¿Quién va hacer negocio de petróleo, oro o
minerales estratégicos con unos militares salpicados por los continuos escándalos
de narcotráfico, torturas, corrupción, lavado de dinero y las peores prácticas
antidemocráticas del continente? Lo que
va a lograr ésta medida es distraer aún más a las fuerzas armadas de su papel
de garante de la seguridad y defensa del país, lo más seguro es que atraigan
negocios cada vez más turbios, con personajes y grupos terroristas, con dineros
sucios, que en vez de fortalecer su situación institucional, la va a empeorar.
Todo esto apunta a que en muy poco tiempo la
República Bolivariana de Venezuela estará en capacidad de ofrecerle a los
principales carteles de la droga del mundo, a los diferentes grupos
fundamentalistas antioccidentales, que aquí es seguro hacer negocios, que
pueden confiar en un sistema de inteligencia a prueba de todo, que aquí ya se
acabaron los cantantes de ópera cuando los agarra la DEA, los escándalos
bancarios con abultadas cuentas secretas, las capturas de sobrinos, hijos,
secretarios de funcionarios descuidados, entramos en otra era, la del verdadero
secreto, el secreto militar. – saulgodoy@gmail.com
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