En
nuestro anterior artículo veíamos como nuestro planeta afronta serios problemas
y como hay personas y o rganizaciones preocupadas por la situación, que están
trabajando en brindar soluciones igualmente globales.
Las
soluciones individuales de cada país, con los compromisos nacionales que se
adoptan en las cumbres mundiales es que dichas soluciones son fragmentadas,
muchas no se cumplen o se ejecutan a medias, a veces sin coordinación y cuando
los esfuerzos no son unitarios y completos, los problemas permanecen, algunos
pudieran complicarse.
Tratar
de salvar la Amazonía, por ejemplo, detener su deterioro, requiere la acción
directa de los países que son los responsables directos de los espacios que
conforman parte de sus territorios, pero la deforestación, la desaparición de
las especies, la contaminación de los cursos de agua, los procesos de
desertización y por ende el impacto que representa la reducción de ese pulmón
vegetal en esa parte del mundo, afecta a todo el planeta, los cambios
climáticos, la distorsión en los patrones de lluvias, el intercambio de gases
atmosféricos, las variaciones de temperatura nos afectan a todos por igual.
Lo
que sucede con la Amazonia tiene repercusiones importantes en las corrientes
del Golfo de México, las descargas de agua dulce en los océanos afectan la
acidificación de las aguas en el Atlántico, los patrones de vientos hacia la
antártica cambian, las temperaturas globales sufren variaciones que a su vez
afectan las corrientes del Pacífico, los patrones climáticos de la faja
ecuatorial cambian incluso al otro lado del mundo, afectando los monzones en la
India…
Lo
que quiero ilustrar es que el sistema de vida del planeta Tierra está todo
interrelacionado, la teoría del caos está presente, una mariposa bate sus alas
en Manaos, Brasil y la cadena de eventos puede provocar fieros incendios
forestales en Australia.
Para
una persona individualizada, el mundo lo componen vastos espacios, los cielos
abiertos y los paisajes imponentes tienen un efecto engañoso en nuestra
percepción, desde una playa o una montaña es difícil concebir los extenso de
los recursos del planeta, pero el mundo en realidad se nos hace cada vez más
pequeño, no solo producto de los rápidos sistemas de transporte que nos
conectan, sino de la proliferación de ciudades, pueblos y aldeas, cada vez
somos más habitantes en este mundo.
Cada
vez que regresan las misiones espaciales a la Tierra nos traen evidencia, sobre
todo en imágenes, que vivimos en uno de los planetas medianos del Sistema
Solar, y en uno pequeño de la galaxia, al ingresar a la atmosfera a alta
velocidad estas naves nos muestran como en cuestión de segundos ya no vemos la
curvatura de la tierra, los continentes se reducen a regiones, las regiones a
estados, los estados a departamentos o condados hasta que vemos la pista de
aterrizaje.
La
naturaleza no reconoce los límites artificiales impuestos por el hombre para
dividir sus países, para las fuerzas activas del planeta no hay fronteras ni
aduanas, los Tsunamis no piden permiso y cuando las manchas solares irradian a
la Tierra con tormentas magnéticas no les importa a que gobiernos afectan.
Desde
hace ya unas décadas diferentes grupos de interés, ONG’s, gobiernos y empresas
se han estado reuniendo para analizar el problema de la sostenibilidad del
planeta para que permita la continuación de la civilización humana, es claro
que al menos que se tomen medidas de carácter global, muy pronto nos
encontraremos con escasez de alimento, agua, energía, biodiversidad y otros
recursos críticos que a su vez desencadenarán enormes crisis humanitarias.
La
misma interconectividad que existe actualmente en el planeta entre diferentes
sociedades, sistemas económicos y culturales, lo que nos ha convertido en una
colmena global de mutuas interdependencias, es la misma red que deberá usarse
para plantear y ejecutar las estrategias necesarias.
El
objetivo es muy claro, debemos proteger los sistemas naturales del planeta que
soportan la vida, debemos erradicar la pobreza al mismo tiempo que mantener la
paz, reduciendo los conflictos sobre los recursos naturales, suena sencillo
pero es complicado.
El
sistema de vida que hasta el momento hemos desarrollado ya no está funcionando,
no podemos seguir alentando el consumo sin límites que supone el desarrollo, al
mismo tiempo que la población del mundo crece sin medida teniendo a ese
desarrollo como meta.
A
partir de este momento la sustentabilidad global debe ser la nueva meta,
debemos hacer de este objetivo la idea que mueva a todos los hombres y mujeres
de La Tierra.
Para
lograr estas metas ya se ha determinado, se necesita una dirección global sobre
los asuntos de cambios ambientales, el mundo debe caer en cuenta que es
necesario una sola autoridad con un plan muy claro sobre cómo manejar, de
manera rápida y eficiente, las diferentes crisis que enfrentamos.
Esta
autoridad global en asuntos ambientales debe estar soportada por una red de
organizaciones, de regiones, de países y locales, asociadas con factores de gobierno y de la
sociedad civil trabajando conjuntamente que permitan evaluar, poner en práctica
medidas de protección ambiental, medir sus impactos, ajustar y rectificar si
fuere el caso, sustituir a esa autoridad global donde no pudiera actuar, es lo
que los expertos llaman una aproximación policéntrica a una gobernanza mundial
ambiental.
Esto
va a requerir varias cosas, entre ellas, nuevas responsabilidades y controles
para los gobiernos que se integren bajo esta autoridad global, nuevas metas
para alcanzar el desarrollo sustentable, hay que elaborar nuevos indicadores de
bienestar y desarrollo que de alguna manera se mueva lejos del concepto de
ingreso que hemos tenido hasta ahora, indudablemente combatir la pobreza
individual que es causante de conflictos sociales y empobrecimiento de los
ecosistemas.
En
esta nueva fase de control global de los cambios ambientales la ciencia jugará
un papel importante, pero para ello debe haber fluidez en los intercambios,
conocimientos objetivos de las situaciones locales, regionales y globales basados
en evidencias científicas, esto para asegurar recursos y ayudas, para saber el
grado de urgencia dentro del plan global y a qué nivel se encuentran las
esfuerzos para resolverlos.
Como
el lector se puede percatar no es nada fácil abarcar estas soluciones, dependen
de muchas voluntades y el elemento político estará jugando un papel importante,
en un próximo artículo en vías de la celebración del Día de La Tierra
abarcaremos este espinoso tema. - saulgodoy@gmail.com
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