Todo buen mago sabe, que para que un truco funcione, debe dirigir la atención de su público hacia otro punto que no sea donde se desarrolla el acto de magia, esto, para que no se dé cuenta de la sustitución, aparición o cualquier otra manipulación que el ejecutante necesite para sorprender a su espectador con la ilusión de que hizo algo imposible, si lo logra, el truco tiene su efecto.
Este
acto de ilusión tiene su centro en una maniobra distractora cuyo fin es que no
se enteren de lo que tu otra mano hace.
El
chavismo se ha caracterizado desde su nacimiento en este montaje del engaño,
desde que Chávez y su socialismo del siglo XXI hicieron su aparición no han
dejado de mostrar un show para que la gente no se dé cuenta de sus verdaderas
intenciones.
Chávez
montó su carpa de circo en torno a un movimiento justiciero, populista y
socialista que atrajo a mucho animal de uña, principalmente corruptos,
negociantes inescrupulosos, que bajo la apariencia de emergencias nacionales,
aparecieran como contratistas para hacer “negociados” que le permitieran montar
una fachada de un gobierno supuestamente democrático ocupándose de resolver los
graves problemas de una nación.
Pero
la verdad era otra muy distinta, la creación de un presupuesto paralelo, de una
economía subterránea e ilegal, de una inmensa lavadora de dinero sucio que le
permitiera no solo financiar movimientos subversivos en la región, sino comprar
políticos, pagar campañas electorales, fundar partidos que replicaran este
movimiento revolucionario en otras tierras, comprar alianzas, abrir puertas,
pagar ejércitos guerrilleros, armarlos, proteger a sus líderes, financiar sus
operaciones.
Venezuela
en muy poco tiempo se convirtió en el centro de operaciones de muchos de los
movimientos terroristas del mundo, en estos últimos 17 años, toda organización
que tuviera como misión la destrucción de la manera de vida de los
norteamericanos, de la seguridad y la estabilidad de los EEUU y occidente,
tenía en nuestro país una base de operaciones, amigos y dinero para la
continuación de sus propósitos, y de esto hay un largo y muy documentado
historial.
Este
despropósito tenía un estratega y un jefe y su nombre era Fidel Castro, y Fidel
contaba con un operativo que prestó su imagen y su país a la causa
revolucionaria, ese hombre era Hugo Rafael Chávez Frías, quien en muy poco
tiempo se convirtió en una figura mundial y cometió el error (entre otros
muchos) de competir como el sucesor de Fidel.
Este
protagonismo de Chávez molestó de tal manera a La Habana, que planificaron y
ejecutaron su muerte, esto lo llevaron a cabo gracias a la cercanía y la
confianza que tenían en su corte, además Cuba disponía de adelantos importantes
en la medicina aplicada a la guerra, sobre todo a la bacteriológica y de enfermedades
altamente agresivas, como parte del legado que le dejó la KGB al G-2 cubano.
El
plan era conceptualmente sencillo, el de un mago, eliminamos a Chávez encubiertos
por una enfermedad mortal y ponemos a Maduro, un indocumentado fanático de los
intereses de la revolución cubana, todo bajo el disfraz de una transición
democrática con elecciones y todo lo demás. Fidel pensó- nos traemos al
Comandante a la isla para “terminarlo” y dejamos a nuestro agente Nicolás
Maduro en Venezuela, para que acelere la penetración del narcotráfico, destruya
a sus FFAA y anarquice el país con represión, hambre y miseria, como el
petróleo fue neutralizado como principal proveedor de recursos, había que
sustituirlo por otra fuente.
Uno
de los inconvenientes de convertir a Venezuela en una plataforma mundial del
terrorismo y la subversión, era que igualmente atraía a uno de sus negocios
subsidiarios y quizás el elemento más peligroso en la ecuación del crimen, el
narcotráfico.
El
narcotráfico entra en el país vía las FARC y el ELN del cual se sustentan para
generar recursos financieros, se hacen los contactos con los demás carteles de
la droga en el continente y en muy poco tiempo Venezuela se convierte en el
centro distribuidor más grande del mundo, esto no hubiera sido posible sin el
concursos de nuestras FFAA a quienes los carteles asimilaron como asociados en
el negocio, y fue de esta manera, como el veneno del dinero fácil y en dólares,
minó las resistencias morales de la alta cúpula militar y se convirtieron en
protectores del tráfico de la droga.
Por
supuesto, con los más altos militares involucrados en posiciones importantes
del gobierno, no era de extrañar que la droga y el dinero sucio que generaba el
tráfico, contaminaran incluso la presidencia de la república, y es por ello que
tenemos el triste espectáculo de los “narcosobrinos”, que no es sino la prueba
más palpable de que la corrupción hizo metástasis en el gobierno de Maduro.
Que
no le quepa la menor duda al pueblo de Venezuela, el gobierno de Maduro es el
gobierno del narcotráfico, tenemos a unas FFAA trabajando y haciéndole el
trabajo sucio a los grandes carteles de la droga mundial, a falta de los
dólares petroleros, buenos son los dólares de la droga para alimentar la
inmensa corrupción que han generado en el país a nivel continental.
Y en
este proceso de destrucción de nuestra democracia debo llamar la atención sobre
las acciones del gobierno del presidente Obama, quien de manera calculada y muy
consciente, prefirió sacrificar a los venezolanos a favor de su supuesto legado,
donde dejaba los puentes tendidos con Cuba, su archienemigo por tantas décadas,
como vitrina de una política exterior que quiere hacerse pasar por exitosa,
pacífica y ecuménica, dejando activada la bomba de Venezuela y el sufrimiento
de 30 millones de ciudadanos que confiamos en el buen juicio del Sr. Obama.
Pero
ha quedado demostrado que Raúl Castro se comporta como el gallo de
Latinoamérica, y quiere hacerle ver a los norteamericanos que sin su concurso
la región podría volver al caos y está chantajeando a Obama, especialmente con
Venezuela, donde está generando una situación de orden regional grave para la
seguridad de los EEUU, sobre todo porque toda la ramificación operativa,
financiera y de narcotráfico se encuentra intacta en nuestro país, pero ahora
convertida en gobierno.
Venezuela
en un barril de C-4 a punto de estallar y con resultados que van a salpicar
incluso a Europa, sumida como está en graves problemas existenciales.
Cuba
no ha dejado de ser el más grave problema de seguridad regional de los EEUU, al
contrario, esta apertura hacia la isla por parte de Washington los ha
envalentonado para hacer su comportamiento aún más agresivo, mientras exista
esa relación parasitaria entre Cuba y Venezuela no habrá paz en nuestro
continente.
Maduro,
producto de su propia incompetencia y de la inviabilidad de su proyecto de
gobierno, ha llevado al país al borde de una grave crisis humanitaria, con sus
últimas medidas de gobierno, desconociendo a la Asamblea Nacional, al voto
popular, declarándose dictador por medio de un decreto de emergencia donde se
suspenden todas las garantías, procediendo con las FFAA al control de la
población con el uso de las armas de guerra en operativos y movilizaciones, poniendo
a la población al borde de una hambruna.
Maduro
se ha colocado fuera del orden internacional y si no hay una respuesta efectiva
y coordinada de las naciones del área, incluyendo la de los EEUU, Venezuela
podría convertirse en el sueño de Chávez, un nuevo Vietnam de los tiempos de Ho
Chi Minh, con lo cual, todo el futuro de América del Sur se iría por el drenaje
y los EEUU, tendría que construir el muro que tanto desea Trump, para aislar a
su país del resto del mundo. - saulgodoy@gmail.com
Un análisis certero. Lamentablemente, la prensa internacional y, lo que es más grave, las cancillerías internacionales, se niegan a reconocer lo obvio y actuar en consecuencia. Y, hoy en día, no hay petrodólares que lo expliquen.
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