Vamos a ver si logro explicarme, la razón puede ser entendida como una herramienta, como un sistema, utilizarla pareciera ser cuestión de una elección, si la uso o no, la razón para algunas personas pudiera ser un modo, un estado del ser.
Cuando nos despertamos lo hacemos automáticamente con la
razón encendida; estar consciente, inevitablemente solo es posible con la razón
en ON, estar inconsciente es no tener
razón.
Por ejemplo, esos pacientes de hospitales en coma, que
sienten pero no están conscientes, que se quejan de dolores pero siguen
ausentess, son personas que no están en posesión de su razón, igual pasa con
los enfermos mentales, están afectados en la razón, si bien pueden estar
conscientes de sí, lo hacen de una manera incoherente, fragmentada, lo hacen en
base a estímulos y respuestas inadecuados con la posibilidad de su propia
sobrevivencia o su relación con los demás.
Pero la razón tiene grados, hay diferentes tipos, hay por
ejemplo, un tipo de razón que me dice que no debo acercar mi mano al fuego
porque me puedo quemar, o no atravesar la avenida con el semáforo en verde
porque me pueden atropellar, hay una razón básica que me dice que si quiero
progresar en la vida debo hacer un esfuerzo por llevármelo bien con los demás,
aquel individuo que sale de su casa y no para en tener conflictos con sus
semejantes debe tener un problema con la razón, que le impide llegar a buen
términos con la sociedad.
Esa es la misma razón que nos hace comprender porque, dos
más dos son cuatro y no siete, la que nos dice que matar es malo y hacer el
bien es correcto, esa es una razón que es muy básica, que se trata de un cúmulo
de conocimientos y de valores con los que podemos lidiar con el mundo.
La razón tiende a conservar nuestra integridad para la
vida, aquellos que vemos que se hacen daño, que llevan una vida sin control y
con vicios, pensamos, no tienen razón, igual sucede con ciertos iluminados por
ideas religiosas, o los convencidos por una ideología, son creencias, normas,
visiones del mundo que sustituyen de manera absoluta la capacidad de la razón
individual a hacerse una ideo u opinión de la realidad.
Dependiendo de la educación, de las oportunidades de
acceso a la cultura, a un entorno familiar y social estable, a condiciones
socio-económicas, físicas y de calidad de vida, los sujetos pueden tener acceso
a grados superiores de razón, de modo que la razón de un graduado universitario
es distinta a la de un analfabeto, una persona de mayor cultura tiene una razón
que es mucho más compleja y diversa.
Lo común es que las personas se vayan cultivando,
educando la razón, que está en capacidad de remontar niveles de abstracciones
insospechadas, capaces de darle significados al mundo de una alta sofisticación
y de gran contenido moral.
Ustedes, como yo, lamentamos las desigualdades que
existen en la naturaleza y la sociedad, lo injusto que puede resultar que haya
personas con un nivel de razón que raya en lo animal, y que sea la pobreza uno
de los limitantes al desarrollo de la razón, aunque conocemos de ejemplos
extraordinarios de personas que se han levantado a pesar de sus circunstancias
desfavorables, lo que sí es claro es que si las personas carecen de
oportunidades no podrán desarrollar una razón adecuadamente.
De esa realidad ni usted ni yo tenemos la culpa (en lo
personal creo que es inevitable debido a la paradoja de la diversidad), pero fíjense
que interesante lo que descubrió Baruch Spinoza, el dijo que lo mejor que puede
hacer un hombre por otro es ayudarlo a razonar, a explicarle el mundo, porque
al final, el hombre tiende a la perfección y ésta, no se logra en soledad, la
mayor causa de felicidad de un hombre es estar entre gente que puede
intercambiar a la par que uno, si la sociedad tiene un fin, este debe ser el
elevar la condición humana y una de esas condiciones es que los otros aumenten
su poder de razonamiento.
Personas como las de nuestra generación, como la del
grupo del San Ignacio de Loyola de la que provengo, que ha logrado que cada uno
de nosotros alcanzara no solo una profesión, sino una manera de razonar única,
que hace posible intercambios como éste, que me dio la oportunidad de cultivar
mi razón y yo la de ustedes, se trata de un intercambio necesario y moralmente
correcto.
Y uno no debe tener pena por tener razón, la humildad no
consiste en dejar que la sin razón triunfe, o se haga dueña de una situación,
lo que una persona razonable debe hacer es tratar de eliminar las
incertidumbres, o reconocerlas cuando se las encuentra, pero lo que no es
razonable es que me haga cómplice de una mentira o de un error cuando lo veo,
si se me presenta una duda o me enfrento a lo desconocido, me aguanto hasta
tener mejor información, no la explico con supuestos, al menos que este
ejercitando la imaginación.
Estoy de acuerdo, la razón es limitada, no tiene todas
las explicaciones a todas las preguntas, y preguntas como, el porqué de la
muerte o de la vida, son las preguntas
y no sé sus respuestas a cabalidad, pero intento explicármelas razonablemente.
La razón puede tener manifestaciones todavía más
asombrosas, rayanas en la experiencia mística como bien lo explicaba Elemire
Zolla en su interesante libro Los
Arquetipos (1981): “El estado de
vigilia es como un destello de discretas cantidades de conciencia, y sus
intervalos, sus lapsos, están hechos con la sustancia del dormir. Exactamente
como en los conciertos, el clímax del silencio esta hecho de la misma sustancia
que las miríadas de pausas dentro de la textura de la música, el dormir no es
sino el clímax de la discontinuidad esencial del estado de vigilia… ¿Dónde está
uno cuando no está mentalmente presente? Pero uno no deja de ser lúcido y
eficiente, más allá de la capacidad de atención, durante los momentos de mayor
actividad, cuando la conciencia de sí cesa. Mientras más despierto se está, uno
está más dormido. A veces se suspira felizmente: He perdido toda idea del
tiempo y del espacio, un lugar común entre los amantes, los luchadores, los
artistas y entre todos aquellos que están profundamente embebidos en una tarea
tan absorbente que no saben que están dormidos. ”
Y volvemos al principio de mi artículo, cuando nos
despertamos lo hacemos con la razón encendida, una razón que nos separa y nos
une al universo.
En su extraordinario libro, Etica para Alicia (2014), Lluis Racionero nos explica: “Lo racional es instrumental. Manipular la
realidad no es entenderla, ni aceptarla, ni tiene nada que ver con las
emociones, los sentimientos, el arte, la creatividad o la intuición. Todo eso
queda fuera de lo racional. Solo los científicos mediocres creen que con la
razón se debe solucionar todo; los competentes saben hasta dónde puede llegar
la razón y no intentan aplicarla a todo, ni pretenden que lo que no es racional
no existe… pero la realidad
no es lineal, es interrelacionada o matricial u holográfica,
y en ella una parte refleja el todo y todo está en todo; todo influye en todo,
está interactuando y no por relaciones descritas con ecuaciones lineales sino
en ecuaciones de segundo, de tercer grado y sus derivadas, en ecuaciones
diferenciales de segundo, tercer, enésimo grado. Con el pensamiento lineal de
la lógica y el lenguaje lineal de la gramática intentan representar una
realidad que no es lineal, sino multidimensional e interrelacionada. Lo primero
es distinguir dónde llega lo racional y dónde no debe ser aplicado... Hay
que usar la razón unas horas al día para ganarse la vida y comunicarse con los
demás en las cuestiones de tipo práctico. Luego hay que poner la mente racional
en stand-by para entrar en estados de
contemplación, intuición, duermevela, emoción y creación. Para oír música o
disfrutar un poema, usar el pensamiento racional es contraproducente porque es
destructor: los conceptos anulan la emoción.”
Racionero, que aboga por una
mejor comprensión de la filosofía y práctica del budismo como alternativa a la
razón, admite de alguna manera que este tipo de sabiduría, de iluminación, que
se logra con estados mentales desconectados de la razón, parten sin duda de una
decisión racional, es mi razón la que decide pasar el interruptor y permitirme
operar en otros estados de conciencia, de hecho, como propone Zolla, hay
estados de conciencia donde la razón y estos estados alterados de conciencia
coexisten y trabajan juntos, como serían esos estados de intuición tan
necesarios para la toma de decisiones complejas en un ambiente de caos.
En fin, eran algunos
pensamientos que me daban vuelta desde hace algún tiempo y que ponerlos por
escrito me ayudan a ordenarlos, espero que igualmente hayan esclarecido los
suyos. -
saulgodoy@gmail.com
Muy interesante, lo comparto
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