Los que se dicen marxistas, o están locos o son unos embaucadores, como no los he visto en actos de coprofagia, tal como hacen los locos, asumo que son unos estafadores cuyas víctimas son por lo general los que menos tienen, lo que los hace aún más despreciables.
Una buena
parte del pueblo de Venezuela ha sido timado en
su buena fe por estos socialistas rojos
rojitos que les prometieron soluciones a sus problemas y lo que le han dado es más miseria y muerte, los medios de
comunicación del Estado, que los marxistas
tienen secuestrados para vender su
mentira, sigue enseñando a hombres y mujeres que apoyan el ideario del máximo
líder de la revolución, siempre eufóricos
y contentos de participar en el circo de la revolución, esas personas reciben dinero y prebendas por lo que hacen, cuando
no están obligados para no perder sus puestos de trabajo en la administración
pública, en cualquier caso están siendo pagados por hacer propaganda, algunos de ellos, los más altos funcionarios,
viviendo como sátrapas orientales en medio de la
miseria colectiva, explotando al pueblo.
Chávez trabajó muy duro para tener a las Fuerzas
Armadas de su lado, todos esos oficiales
y jóvenes de la tropa que hoy actúan como carceleros y torturadores de su
propio pueblo es producto de la gran mascarada del socialismo del siglo XXI,
mientras sus familias viven en la
ignominiosa realidad, en los barrios y pueblos donde impera la ley del hampa y
donde la escasez es la norma de vida, ellos, nuestros soldados viven de la
ilusión y la promesa de riquezas y poder si obedecen ciegamente al líder revolucionario.
Luis Racionero, el
filósofo catalán, se preguntaba al constatar que
la visión marxista del mundo era de las más primitivas y desubicadas doctrinas
políticas: “¿Cómo se puede ser
materialista cuándo la teoría cuántica a desmaterializado la materia? Su psicología es prefreudiana, su teoría
económica es ricardiana y por lo mismo
superada después por Keynes. Su lógica es hegeliana,
superada por el positivismo lógico, por Russell y Wittgenstein. Por último, Marx proclamó que la
dictadura del proletariado sería una
etapa conducente a la sociedad sin clases. Véase
Rusia.”
Los marxistas, estudiosos y científicos como se pretenden, están royendo el hueso de una entelequia hace mucho superada. Se dicen progresistas y que son los grandes constructores del futuro, pero arrastran un bagaje muerto y equivocado concebido en el siglo XIX, que los obliga a constantemente a estar reescribiendo la historia, tal como lo hacían los bolcheviques, eliminando personajes y hechos, desapareciendo estatuas y fotografías, quemando documentos y archivos, cambiando nombres, cambiando los nombres de ciudades e instituciones.
Al comunista le encanta adivinar el futuro
utilizando las cartas marcadas que
heredaron del viejo Marx, con el truco de la dialéctica y el historicismo, creen que la dinámica social y la
historia son
esclavas de una lucha de clases que solo existe en sus fantasías onanistas, donde ricos y pobres se traban en sangrientas batallas para finalmente, de todos los tipos humanos que existen, sea el obrero el triunfador, el que proclamará la igualdad, la fraternidad y finalmente abolirá al Estado e impondrá el comunismo como forma de vida para que todos seamos felices por siempre… pura
basura.
esclavas de una lucha de clases que solo existe en sus fantasías onanistas, donde ricos y pobres se traban en sangrientas batallas para finalmente, de todos los tipos humanos que existen, sea el obrero el triunfador, el que proclamará la igualdad, la fraternidad y finalmente abolirá al Estado e impondrá el comunismo como forma de vida para que todos seamos felices por siempre… pura
basura.
El corazón de la mentira marxista radica en su
errada concepción del hombre, de
profundas raíces rousseaunianas, Rousseau creía que la razón corrompía al
hombre, que la cultura, la tecnología, la producción de la riqueza, la
consecución de los lujos y los placeres engendraba el egocentrismo, la
civilización estaba hecha para poner al hombre a competir en la obtención de
estos placeres, la cultura, las artes y las ciencias no eran sino cadenas que
le robaban su verdadera naturaleza, que era esencialmente compasiva,
colaboradora, el estado original del hombre era el de un ser simple, autónomo,
autosuficiente, la civilización lo que trajo fue corrupción.
Según Rousseau el hombre debe, por medio de la revolución
rescatar, en lo posible ese estado de gracia natural que lo constituye, y es la
pasión, no la razón, la que debe determinar la dirección de sus impulsos, que
conjuntamente con la creencia religiosa, debe apuntar hacia el colectivismo y
la voluntad general, que era según Rousseau, la única manera de anular los
apetitos egoístas del individualismo.
Juan Jacobo Rousseau |
No había que permitirle al corruptor egoísmo expresarse en el
nuevo estado, el que no estuviera en línea con la voluntad general debía
obligarlo el estado: “Quien se negara a
obedecer a la voluntad general será forzado a hacerlo por todo el cuerpo
social, lo que significa será forzado a ser libre” y bajo esta premisa, si
los líderes de la sociedad deciden que uno debe morir, así se hará.
No en vano las ideas de Rousseau fueron claves en el
movimiento jacobino de la Revolución Francesa, sobre todo cuando se tornó más
sangriento.
Pero es la ejecutoria económica, en el trabajo productivo
donde las ideas de Rousseau se hacen absolutamente socialistas, trabajar,
producir para el cuerpo social debe brotar como una iniciativa natural del
hombre, y su único emolumento debería ser el deber cumplido, lo que se traduce
en la falta de un incentivo para la vida, según la prédica marxista
todos deben producir de acuerdo a sus habilidades y recibir de acuerdo a sus necesidades, pero entonces nos
hacemos la pregunta ¿Para qué
esforzarnos? Si ya tenemos todas nuestras necesidades atendidas por el Estado ¿Para qué cumplir con el horario?
La puja
tradicional del socialismo es por transformar al
hombre, cambiar la sociedad de modo de
erradicar todo egoísmo e intereses individuales, reemplazar los incentivos materiales por los morales, entre ellos
“trabajar por amor”, obedecer al Estado por
“conciencia revolucionaria”.
Y cuando todo esto falla, la práctica marxista aconseja el
terror, la violencia y la represión.
Ya desde hace mucho tiempo autores como Tchernykeaky
y Kropotkin anunciaron que el egoísmo o la consecución del placer es el verdadero impulso de nuestros actos
¿Por qué torcer la naturaleza humana en
aras de una solidaridad obligada?
Los comunistas no dudan un instante en aplicar sus leyes e
ideología utilizando la fuerza o cualquier medio coactivo a su disposición, el
gobierno de Nicolás Maduro está utilizando el hambre del pueblo como
herramienta política; por medio de organizaciones que se desprenden de las
comunas, canalizan los alimentos, los productos de la dieta básica sólo son
vendidos a aquellas personas que se dobleguen a su dominio, o firmas
apoyándolos, o no comes, esa es la ley de hierro en Venezuela, y lo hacen sin
medias tintas y a la vista de todos.
Venezuela como país y cultura, fue demolido en 17 años por
las fuerzas del marxismo y llevado a la barbarie que hoy en día exhibe por la
propaganda comunista como si se tratara de un logro, prevalecen las nociones de
haber sido “liberado”, de que existe patria, así estén ausentes los elementos
más básicos de la civilización humana, el hombre y la mujer venezolanos han
sido reducidos a la categoría de bestias de carga, se ha esclavizado a todo un
pueblo en aras de una visión humana totalmente equivocada y cruel.
La gran pregunta es ¿Cómo es posible que una nación, en
democracia y con una constitución que presume de ser la mejor del mundo, haya
permitido tal degradación? ¿Cómo pudo una comunidad de naciones, presuntamente
libertarias y con espíritu humanista haber permitido, o peor aún, coadyuvado a
tal degradación?
El marxismo es una ideología que solo prospera en la ignorancia de los pueblos, Venezuela ha demostrado con creces que lo que necesita son luces, educación y ética del trabajo, una carencia que tenemos 200 largos años tratando de corregir pero que, por culpa de algunos manganzones que llegan al poder, no les interesa que el pueblo vean con sus propios ojos ni ande con sus propios pies, esa es la historia que tenemos que cambiar. – saulgodoy@gmail.com
El marxismo es una ideología que solo prospera en la ignorancia de los pueblos, Venezuela ha demostrado con creces que lo que necesita son luces, educación y ética del trabajo, una carencia que tenemos 200 largos años tratando de corregir pero que, por culpa de algunos manganzones que llegan al poder, no les interesa que el pueblo vean con sus propios ojos ni ande con sus propios pies, esa es la historia que tenemos que cambiar. – saulgodoy@gmail.com
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