Pareciera
que esa es la preg unta de honor para el chavismo, ya que cada vez que alguien
formula la pregunta, los funcionarios del gobierno de Maduro se retuercen y
echan espuma por la boca como si se estuviera invocando a un nefasto demonio y
los pobres sufrieran de los síntomas de la posesión.
Y
como en toda argumentación chavista se van a los extremos con ejemplos de
países en guerra, con poblaciones desplazadas y grandes números de refugiados,
ciudades destruidas, economías en ruinas y sufrimiento por doquier, con
espantosas imágenes de niños, mujeres y ancianos muriendo de mengua y
campamentos donde se reparte a la multitud hambreada raciones de granos y agua
potable para que no mueran de inanición.
Paradójicamente
el chavismo tiene muy en mente las imágenes del canal de noticias CNN sobre
crisis humanitarias que efectivamente suceden en escenarios bélicos en Siria,
Somalia, el Kurdistán, Palestina, pero obvian de la manera más cobarde e
irresponsable la enorme crisis que han creado en nuestro país.
Esto lo hacen no porque se dejen influenciar
por los conceptos, memes y situaciones que se recrean en los grandes centros de
noticias de los medios de comunicación imperiales, no, lo hacen para no tener
que aceptar que lo que sucede en Venezuela es creación de ellos y quitando
algunos detalles nuestra crisis, es tan humanitaria como la de la pobre gente
en Alepo o la que padecen los pueblos sub-saharianos del cuerno de África.
Lo
que sucede es que el gobierno de Maduro tiene al país sometido a un black out informativo tanto interno como
externo, no quieren que nada malo salga sobre el país, más de lo que ya existe,
y que hable de manera negativa del gobierno revolucionario socialista, que
hasta hace muy poco, se posicionaba a sí mismo como ejemplo de desarrollo
humanista para el mundo.
Es
por ello que hay una guerra silenciosa, de baja intensidad en contra de los
medios de comunicación libres e independientes, ataques a periodistas, robos de
equipos, encarcelamientos y juicios express
en contra de editores y dueños de medios, racionamiento de papel para los
medios impresos, tomas ilegales de estaciones de radio, amenazas de suspensión
de permisos y licencias para la televisión, saboteos continuos a la plataforma
tecnológica que hace posible el servicio de internet, y para los medios
extranjeros, restricciones en la entrada al país de sus equipos y personal,
seguimientos, acoso, secuestros y violencia inducida en los sitios donde tratan
de obtener información, espionaje, intimidación utilizando a los grupos
colectivos violentos al servicio del régimen, demandas legales y una avalancha
de contra información, que produce el enorme aparato mediático del que dispone
el estado dentro y fuera del país.
Siempre
he dicho y repito que este es un gobierno absolutamente mediático, quítele
usted su capacidad de emitir propaganda y el régimen se descalabra en cuestión
de horas, es puro aire, no tiene sustancia, sólo palabras e imágenes para
mentir y tergiversar la realidad.
Pero
a pesar de estos obstáculos, de todas las intervenciones de funcionarios del
gobierno chavista alrededor del mundo desmintiendo la crisis humanitaria que
sufrimos, a pesar de las declaraciones de sinvergüenzas como el presidente de
Bolivia Evo Morales, de Correa en el Ecuador, del presidente de Nicaragua y
otros mercenarios de la opinión pública que les pagan por emitir opiniones
favorables al gobierno, a pesar de esos informes manipulados y llenos de
mentiras que el gobierno envía constantemente a los organismos multilaterales,
falseando las estadísticas del país y maquillándolas para parecer otra cosa, a
pesar de todo este esfuerzo por ocultar el “bojote”, se les nota.
Y eso
los lleva por la calle de la amargura pues son unos pésimos actores, el
discurso va por un lado y sus acciones por otro, su imaginario está preñado de
buenas intenciones y maravillosas utopías, pero su desempeño y trabajo es de
una pobreza tal, que el país iría muchísimo mejor si no hicieran nada sino
rascarse las gónadas.
Pero
se creen políticos, planificadores, líderes sociales, empresarios, técnicos,
expertos, economistas, financistas, estrategas… y la verdad es que, en el caso
de Maduro, me sentiría muy asustado si supiera que él iba a ser el chofer del
metro bus que me llevara a mi destino, o sentiría una gran pena si me enterara
que Aristóbulo fuera el maestro de mis hijos, o
aterrado si Jorge Rodríguez fuera el psiquiatra de mi mujer.
Cada
uno en su estilo, vistan o no uniforme, son el sumun de la mediocridad, el chavismo tuvo la virtud o la maldición,
usted escoja, de haberlos convocados a todos, a los más ineptos e ignorantes
para que formaran parte del gobierno que ha manejado el país por los últimos 18
años.
Por
ello, no es de extrañar que a estas personalidades tan llanas, absolutamente
superficiales y melifluas, les sea extremadamente importante la manera como son
percibidos por el mundo.
Quieren
aparentar ser unos adelantados y no saben comer con cubiertos, les gusta hablar
y elaborar sobre ideas profundas pero desconocen que “todos y todas” está mal
dicho, quieren marcarle la pauta a la economía del planeta pero ignoran que el
salario de un trabajador depende de su productividad y que la inflación sí
afecta los precios de los productos.
Total,
condujeron al país como si se tratara de un “carrito chocón” en una feria de
amenidades y ahora que la gente se les muere de hambre, que en los hospitales
los pacientes fallecen de infecciones y mengua, que los niños perecen como
gusarapos después de la lluvia en las maternidades, que las epidemias de
enfermedades endógenas como la malaria están de vuelta y enfermando a un
gentío, que la población lo que recibe en sus hogares es agua podrida, que la
luz se va como si fuera un deseo y todavía seguimos con el miedo de no
encontrar mañana ni siquiera papel toilette, según ellos, aquí no hay crisis
humanitaria.
Si hay desplazados hacia Colombia y exiliados en otros países |
¿Qué
es lo que quieren? ¿Muertos y plomo? Tenemos tanto de los dos, que nos ganamos
el premio del país más violento del mundo, si tomáramos las estadísticas de
muertos por hechos de violencia de cualquier fin de semana, estoy seguro que
tenemos muchos más muertos que lo que produce Isis en un mes o el grupo
terrorista Boko Haran en seis meses, que no estamos en guerra, pero tenemos
heridos de balas, decapitados, desmembrados y colgando de puentes a cadáveres
al por mayor en cualquiera de nuestras grandes ciudades, las morgues están
colapsadas, las emergencias no se dan abasto, los cementerios están desbordados
de entierros.
Porque
no permiten que ingresen los medios extranjeros con toda libertad y les permitan
fotografiar a la gente que se alimenta de desperdicios y basura en la calle,
que vean las salas de espera de nuestros hospitales, que vean a nuestros
supermercados y farmacias con las enormes colas que han tratado de ocultar por
todos los medios, que registren con sus cámaras el estado en que se encuentra
el transporte público poniendo en riesgo la vida de tantos venezolanos.
El
país está colapsado, la gente huye por las fronteras, se desplaza en números
cada vez mayores hacia países vecinos buscando comida y medicinas, ya nos
estamos convirtiendo en una seria amenaza de seguridad en la región y el
gobierno lo que hace es negarlo todo, mentir, falsear, señalar que todo es una
campaña en contra del gobierno, que es parte de la guerra económica.
Los
chavistas me recuerdan a esas viejas prostitutas alucinadas por las drogas y el
alcohol, que creen que todavía son bellas y deseables, se visten con sus
mejores galas, se ponen sus enormes joyas y se bañan en pachulí, y acuden a
esos bares de mala muerte para vender unos encantos que ya no están allí, ni
siquiera con fajas, afeites y pelucas pueden ocultar su deteriorada imagen.
Son
expertos en falsificar información, como las estadísticas policiales sobre la
incidencia del crimen, como los números sobre la deserción escolar, como los
que de manera desvergonzada hace la Ministra de la Salud con respecto a las
medicinas que escasean en el país, o las declaraciones insólitas de ministros y
vicepresidentes sobre la ingesta diaria de comida de los venezolanos, la verdadera
foto del país, el gobierno no la quiere enseñar porque lo dejaría en evidencia,
han fracasado de manera imperdonable en su gestión, no cumplieron con las
expectativas que le sembraron a sus electores y ahora, para poder seguir
medrando de los bienes y los privilegios que les otorga el estado, mienten
descaradamente.
Pero
esto tiene un límite, ninguna sociedad es una isla y una mentira tiene patas
cortas, estamos presenciando un desenmascaramiento en cámara lenta, ya la ONU
se pronunció, la OEA ha insistido en llamar la atención sobre nuestro caso, los
principales países de occidente ya están denunciando la crisis humanitaria que
el gobierno trata de ocultar a un coste en vidas enorme, perdiendo un tiempo
irrecuperable.
La ONU reconoce la existencia de la crisis humanitaria |
Quizás
el daño mayor que el país acusará del chavismo, cuando podamos sacar las
cuentas, sin duda va a estar en este período de querer aparentar lo que no es, de
esta inhumana actitud que debe ser penada por la justicia internacional, de
unos funcionarios que se dieron a la tarea de desinformar al mundo sobre lo que
verdaderamente ocurría en Venezuela, de su esfuerzo por ocultarlo, de prolongar
innecesariamente el sufrimiento y la violación masiva de derechos humanos
fundamentales.
Es
otra razón más que tenemos para que todos estemos presentes el primero de
septiembre, en la calle, diciéndole al gobierno que queremos terminar con esta
pesadilla, ya! - saulgodoy@gmail.com
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