Las
dos personalidades más conspicuas del régimen y de éste delicado momento que
vive el país son Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez, el mensaje que le envían a
la masa chavista, que al día de hoy se ha reducido al componente militar, a las
FANB, es que secuestrando al país, poniéndole una pistola a la cabeza y
exigiéndole al mundo los deje en paz y hacer lo que les da la gana, los podrá
mantener indefinidamente como dueños de la situación, esto es, el mundo y el
país se acostumbrarán a que gente como ellos también tienen un lugar bajo el
sol, quieren copiar lo que hicieron los Castro en Cuba.
¿Es
éste escenario posible? Ya estamos viendo que el gobierno se desliza
rápidamente hacia la dictadura, las instituciones están siendo desdibujada con
desespero, los decretos del gobierno pretenden hacer de Venezuela una nueva
Cuba, nos dan de comer lo que ellos quieren cuando quieren, al precio que
quieren, nos obligan a humillarnos en unas colas inhumanas, últimamente les ha
dado por convertir a los trabajadores en mano de obra esclava para trabajar en
zafras y otras actividades donde el estado necesita mano de obra sin costo.
Las
Fuerzas Armadas están en las calles evitando manifestaciones, amenazando la
protesta legítima y constitucional, mientras altos oficiales de sus mandos
están siendo imputados en el extranjero como traficantes de drogas, las
elecciones están siendo retrasadas sin ningún justificativo, es claro que el
régimen ya no se quiere contar, que la democracia ya no les sirve para sus
propósitos, que la soberanía del pueblo es ya un lastre para los intereses de
los revolucionarios y mafiosos, de allí que la represión va en aumento.
Y
mientras esto sucede el cepo económico se cierra sobre el país, no hay más
dinero, las fuentes de financiamiento se secaron, los socios dadivosos y
pacientes se acabaron, sólo queda el negocio de las armas por petróleo, lo que
queda de petróleo.
La
minería ilegal, en la que el gobierno tiene tantas esperanzas no parece tener
mucho futuro debido a su altísimo costo ambiental, persiste la posibilidad del
negocio del narcotráfico, pero el problema es que ya estamos identificados como
narco-estado, tenemos a traficantes buscados con recompensas sobre sus cabezas
ocupando cargos de alta responsabilidad en el gobierno, no es por menos, que la
vigilancia internacional sobre el país es cada día más intensa, por lo tanto más peligrosa la
actividad.
En
cuanto a seguir exprimiendo al pueblo por medio de impuestos, en una economía
nacional enferma de recesión, hiperinflación, desabastecimiento, contracción de
las fuentes de trabajo y de mega devaluaciones de la moneda, ya lo que queda
del venezolano es el huesero, y no soporta seguir financiando a un estado, ineficiente
y gigantesco.
Es
altísimo el grado de dependencia del país al suministro de bienes y servicios
del exterior, pero debido al desastre administrativo propiciado por el BCV, es
imposible garantizar casi ninguna operación de importación, excepto aquellas
que se encuentran en el margen de la legalidad, con alimentos y medicinas de
dudosa procedencia y calidad.
Sigue
el éxodo de nacionales fuera del país y en busca de oportunidades de vida en
otros países, lamentablemente nuestra mejor gente. Continúa el remate de lo que queda en la casa,
ya lo que le queda al gobierno es convertir a Venezuela en un gran burdel, en
un paraíso para las aventuras sexuales de los depravados del mundo… el problema
es la plaga de enfermedades contagiosas que asolan al país, la falta de
seguridad y la carencia de papel toilette, agua corriente y energía eléctrica
estable, aparte del aspecto lamentable de nuestras chicas y chicos desnutridos,
lo que es malo para el negocio.
Pero
por otro lado también contamos con una oposición de utilería que en vez de
estar organizando a la gente para la resistencia, construyendo un gobierno en
la sombra, tomando territorios para la libertad y la democracia, declarándose
en regiones autonómicas, preparando una verdadera defensa civil, haciendo el
llamado para la movilización general, preparándose para la toma activa del
poder de manos de estos delincuentes, lo que hace es esperar con paciencia, a lo
Gandhi, que los chavistas depongan, encima de ellos, una cantidad inmensurable
de excretas, suficientes para ahogarlos.
Yo no
entiendo, ¿Qué clase de oposición tenemos que permite este golpe de estado en
cámara lenta, que persiste en llamar democracia y gobierno a lo que tenemos,
que se aferra a una Constitución que es sólo letra muerta, que tiene
secuestrado al CNE, que nombran a un narcotraficante como el jefe de la
seguridad de la nación, que va a permitir que disuelvan al parlamento sin aviso
y sin protesto?
¿Por
qué no han salido al mundo a denunciar el definitivo rompimiento del orden
legal, porque no se declara al país en emergencia humanitaria, de
gobernabilidad, de seguridad? Venezuela
está siendo deconstruida pieza por pieza y la oposición sólo mira atenta a su
comportamiento políticamente correcto, ¿No es hora de gritar, fuego?
Jorge
Rodríguez y Diosdado Cabello pasarán a la historia como dos de los más paranoicos
y narcisistas de nuestro acervo de psicópatas, el daño que le están haciendo al país es ya
insoportable, el pueblo está a punto de ebullición y el mundo civilizado no les
va a permitir que burlen el orden internacional.
Lo que viene será
un enfrentamiento salvaje, espero que sea breve, serán eventos que entre la
locura y la libertad, marcarán nuestra consciencia colectiva por mucho tiempo, como
recordatorio que la opresión no tiene cabida en nuestra naturaleza.
Lo que les estoy
diciendo no me lo dicen ni las cartas ni los caracoles, está inscrito en el
miedo que reflejan en sus rostros y se está acumulando en odio en la gente allá
afuera de sus zonas de seguridad, es el resultado inevitable de sus acciones;
extrapoladas de manera lineal en una hoja de probabilidades, será simplemente
el resultado dialectico de acción-reacción.
Pero analicemos a
los personajes antes de saltar a conclusiones, en el caso de Jorge Rodríguez se
trata de un personaje que el madurismo estaba incubando como candidato
presidencial para suceder al indocumentado, tenía varios puntos a su favor, era
un hijo de un guerrillero y secuestrador, era un profesional con un verbo
encendido, era un resentido nato, había pasado por varios puestos políticos
importantes donde se ha distinguido por su ineptitud para el trabajo, pero muy
bueno para mantener en zozobra a la oposición política.
Pero tenía una vida
privada desordenada y extrema, no le gustaba recibir órdenes, se sentía
superior a sus compañeros, perdía el
auto control muy fácilmente y era propenso a la histeria, muy pronto demostró
ser una persona poco popular entre los adeptos a la revolución, su figura era
antipática y poco confiable, por lo que perdió rápidamente esa base política
que necesitaba para ser un buen candidato.
Uno de sus grandes
momentos fue el ocupar el cargo de presidente del Consejo Nacional Electoral, a
pesar de su definitiva e inocultable relación con el partido de gobierno, se
convierte en árbitro electoral en momentos que el partido lo necesitaba para
llevar a sus copartidarios a puestos ganadores, labor que hace con denuedo,
pero principalmente, deja dentro del CNE su impronta, en manera de funcionarios
fieles que le deben favores y rectoras que le son leales y que en su momento
harán lo que les diga.
Ante el escenario
de ser un pobre candidato, lo dejaron como agente provocador, dado sus
conocimientos sobre la naturaleza humana, del sistema electoral y utilizando
los mecanismos de manipulación que su carrera le proporcionaron, se ha
convertido en “el coco” que supuestamente la oposición debía temer.
Las denuncias,
acusaciones, amenazas que Jorge Rodríguez hace en contra de la oposición libre
y democrática se han hecho rutina, su descarado intervencionismo en el CNE da
pena ajena, su actual presidenta, Tibisay Lucena, ha demostrado y sigue
mostrándole al país que no calza las credenciales ni la disposición para ocupar
ese alto cargo, es claramente una persona manipulada, con intereses políticos
que favorece sin ningún recato, su posición es claramente parcial y actúa más
como militante del PSUV, que como árbitro electoral de los venezolanos, es una
manera muy triste de terminar una
carrera como funcionario público, se va con la marca del abuso y la trampa en
la frente.
Aparte de esta
interpretación en papeles menores, Rodríguez no tiene mayor poder político que
aquel que le asignan sus jefes, pero es sin duda una figura pública odiosa y
vocero de todas las trampas del gobierno, incluyendo la de dejar al estado
Amazonas sin sus diputados elegidos por la voluntad popular, declarando trampas
en sus elecciones.
Pero Diosdado es
alguien muy diferente, empezando por que se presume, es el hombre que dirige a los colectivos
armados y violentos del gobierno, en su entorno se entreteje toda una maraña de
sospechas, acusaciones, procesos en conexión con el crimen organizado
internacional, es un hombre con fama de “duro” y por la manera que ha
sobrevivido y conserva el poder, pareciera que no son simples especulaciones.
Dice la leyenda
urbana que tiene acumulado un inmenso capital mal habido, que tiene varios
“entierros”, montañas de dólares en efectivo, en diferentes lugares de
Venezuela para ser usados como dinero de emergencia para pagar mercenarios,
soplones y colaboradores.
Aparte, se supone
conserva influencia dentro de las FFAA como un oficial golpista y conspirador,
uno de los fundadores del movimiento revolucionario que acompañó a Chávez en su
“gesta” hacia Miraflores, muchos de sus compañeros de graduación son hoy
generales.
Pero su verdadera carta
ganadora hasta el momento, es el Tribunal Supremo de Justicia, una jugada
desesperada que hizo entre los cantos de gallos y la media noche, horas antes
de que terminara su gestión como Presidente de la Asamblea Nacional y que le
proporcionó con una de las armas más efectivas para mantener a raya a la
democracia y a la justicia.
Un Tribunal
constituido a su imagen y semejanza, lleno de presuntos pillos y gente de mal
vivir, algunos con prontuarios que dan miedo, colaboradores que él puso allí
contra viento y marea, personajes que de otra manera jamás hubieran llegado a
jueces, visten hoy la toga, y son absolutamente fieles a su voluntad.
Ese TSJ ni es del
país, ni pertenece al PSUV, ni le hace caso a Maduro, ese es un “poder público”
con nombre y apellido, y Diosdado lo maneja al viejo estilo, o esos magistrados
hacen lo que él dice, o se mueren, tan sencillo como eso.
Diosdado es un
hombre que tiene fichas para poder sentarse en la mesa a jugar, su opinión
tiene peso, pero como todos los chavistas, su debilidad principal es su
naturaleza criminal, y es que Diosdado Cabello es el hombre más buscado de
Latinoamérica por las autoridades norteamericanas y europeas, entre otros
delitos, se le acusa por supuestas violaciones de derechos humanos, narcotráfico,
lavado de dinero y otras actividades criminales.
Tal es su situación
que no puede salir del país, pues pesa sobre su cabeza diversas órdenes de captura
en el ámbito internacional. Diosdado no
tiene casa segura, ha tratado de negociar con los cubanos un santuario donde
retirase para vivir su vejez sin problemas y gozar de su fortuna, pero dado los
nuevos acuerdos que se están construyendo con los EEUU, no ha sido posible.
Brasil se les
esfumó como posibilidad luego de la debacle de Lula y Dilma, Argentina que era
otra alternativa, desapareció con el derrumbe del imperio de los Kirshner. Rusia y China serían muy complicadas y fuera
de la adaptabilidad de este espécimen criollo, Nicaragua podría ser una posibilidad
pero demasiada arriesgada.
El principal
problema de Diosdado como refugiado político es que sería una papa demasiado
caliente de manejar, traería demasiado problemas y conflictos con la justicia
internacional.
De modo que nuestro
“chico malo” se encuentra al descampado, su única posibilidad es su propio país
donde se encuentra cercado por una crisis que el mismo contribuyó a crear,
prácticamente se está sosteniendo a punta de amenazas y creándole un grave
problema al país, utilizando a su TSJ como perro de ataque, tratando de
contrarrestar a la Asamblea Nacional, evitando a toda costa lo que huela o se
le parezca a una elección.
Porque repito, el
TSJ es de Diosdado Cabello, y es él quien tiene el juego del referendo
trancado.
En reuniones que he
sostenido con otros analistas políticos se habla de un nuevo escenario que el
General Padrino quiere construir a raíz de la renuncia de Maduro a sus deberes
como Presidente del país, Nicolás Maduro está afectado por una grave enfermedad
que lo tiene incapacitado, de hecho, Maduro en los actuales momentos se
encuentra embargado por sentimientos y actitudes nihilistas que lo llevan hacia
comportamientos claramente suicidas, ese ciudadano indocumentado, está
incapacitado mentalmente para llevar adelante los destinos del país, se ha
convertido en un peligro para nuestra seguridad.
Y aunque Padrino
insiste en el legado de Chávez y en algunos aspectos de la ideología socialista
que sigue, estaría dispuesto a preparar el camino hacia una verdadera
transición política, lo que no quiere, es enfrentar a las FFAA con los
colectivos armados de Cabello, y hará lo posible porque eso no suceda, por lo
menos no de manera tan frontal.
Maduro es víctima
de la depresión, la ansiedad y la frustración, el caso de Cilia con los
narco-sobrinos se le fue de las manos y se está complicando peligrosamente, de
modo que, no tiene cabeza para los asuntos del país (en mi opinión, nunca la
tuvo), además de otros asuntos personales prioritarios que tiene que atender y
no puede.
El PSUV como
organización política está demasiado desacreditada para que tenga un futuro, su
aceptación entre los mismos chavistas está en el suelo, el mal sueño de unas
FFAA políticas se está retrayendo. Muchos uniformados en los cuarteles quieren
volver a la posición institucional (aunque hay un grupo de oficiales que
quieren pasar a retiro para convertirse en políticos).
La MUD, no tiene
mayores variaciones a su posición de jugar banco mientras ve desarrollándose
los acontecimientos, para ver donde más le conviene colocar sus fichas, para
ellos se trata de la política del menor esfuerzo y el riesgo mínimo, esperar y
jugar sobre seguro, esa es su estrategia.
Estamos ahora en
presencia de un perverso juego entre el CNE y el TSJ, de nuevo Jorge Rodríguez
y Diosdado Cabello enfrentan a sus organismos en una trama de demandas,
pronunciamientos y apertura de expedientes en contra de la MUD, de atacar la
validación del 1% del patrón electoral que nos dio la luz verde para colectar
el 20% de las firmas y activar el referendo, van a tratar de aplicar los frenos
al proceso, dos hombres en contra de la voluntad de 30 millones, sin duda un
reto a la desmesura y la imprudencia.
Todo indica, que hasta
que Diosdado no arregle su problema por una casa segura, el país no podrá
avanzar en solucionar sus problemas de hambre, inseguridad y salud, el único
imponderable es el pueblo, ¿Qué harán los venezolanos de a pié? ¿Dónde está el
límite de su aguante? ¿Es real la posibilidad de una reacción colectiva,
aplastante, violenta y definitiva? O por el contrario, Venezuela perdió su
capacidad de reacción y no es más que un cuerpo pasivo, inerte, manipulable
hasta el extremo... haga sus apuestas, el juego está servido. - saulgodoy@gmial.com
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