Hoy
voy a tratar de explicarles en qué consistieron los errores de comunicación fundamentales
de la MUD, con el objeto de que la próxima organización que represente los
verdaderos intereses de la oposición, no cometa los mismos errores.
La
Mesa de la Unidad Democrática o MUD, debería ser suplantada por una
organización, más en el espíritu de una Coordinadora Democrática, si es que vamos
a persistir en funcionar bajo la Constitución de 1999, que de inmediato se construya una nueva
organización que represente verdaderamente la unidad opositora de Venezuela,
sacando del juego a estos partidos políticos que se dejaron manipular y a esos
líderes que se vendieron; va a ser muy fácil identificarlos, porque son los que
proponen una cohabitación con el gobierno.
Yo
soy de la opinión que ya es hora no de buscarle un reemplazo a la MUD, sino de
hacer un nuevo gobierno, de conformarnos como Poder Constituyente y empezar
desde cero, lo que Maduro tiene entre manos ya no es gobierno, es un engendro
peligroso y armado, pero no es un gobierno.
Hay
que hacer una revisión de todas estas contradicciones que nos han llevado no
sólo a cometer tantos errores sino a perder un tiempo precioso, separar las
instituciones que pertenecen realmente a la oposición, de acuerdo a sus
mandatos e intereses de esa gran mayoría que representa al pueblo de Venezuela,
respetando la multiplicidad de actores que componen la oposición venezolana y asimilándolas
en una nueva estructura cuyo objetivo debe ser la independencia del país y la
instauración de un gobierno democrático.
Los antecedentes.
Como
todos sabemos, la MUD estaba constreñida a unas limitadas posibilidades de
comunicación, tanto internas como externas; esto debido, principalmente, a sus
severas limitaciones presupuestarias, de acceso a los medios, de calidad del
discurso, debido a su estructura organizacional, y a la naturaleza y posición
de sus voceros.
La
MUD fue una organización nacional y, por
lo tanto, tenía importantes vínculos con el exterior, donde se le tomaba como
vocería de la oposición política venezolana, que no era así, la MUD solamente
representaba cierto intereses partidistas, y sostenía una agenda de intereses
pragmáticos que sólo favorecía a un pequeño grupo de poder.
Esta
organización siempre se comportó como dueña de las iniciativas de un gran movimiento nacional de oposición
política, contrario al gobierno chavista, pero en la práctica no era así, sus
actores tenían un discurso integrador y unitario, pero en la práctica hacían lo
que les convenía en aras de unos intereses electorales que les eran muy
propios, y entre las cosas que hacían, que contradecían esta imagen de unidad
política, estaba la posibilidad de negociar en nuestro nombre con el gobierno,
a nuestras espaldas, en secreto, sin rendir cuentas, igual, se atribuía esas
condiciones de representatividad sin dar mayores explicaciones.
Fue
de esta manera como la MUD cayó en contradicciones insalvables convirtiéndose
en salvadora de la integridad del gobierno chavista, dándole oxígeno cuando
estaba en problemas, prestándole reconocimiento y hasta defendiéndolo de
medidas que gobiernos extranjeros quisieron aplicarle sancionando su
comportamiento irregular.

No
hay dudas de que con la MUD se consiguieron algunos logros importantes, la
mayor parte de ellos de carácter electoral, el triunfo de conquistar una
mayoría en la Asamblea Nacional fue sin dudas un importante paso, pero que se
ha visto minimizado y torpedeado por inexplicables comportamientos de sus
actores políticos, permitiéndole al chavismo ponerle trabas y revirtiendo
algunos de estos logros en nuestra contra.
Cuando
la MUD expresaba una opinión, lo hacía en nombre de un universo mucho más
grande que las entidades que la componían, que eran algunas de las
organizaciones políticas registradas en su acta fundacional; desde que la MUD hizo
su aparición en la palestra pública, tomó para sí una vocería que no le
correspondía y presumía de hablar en nombre de todos los venezolanos opuestos
al gobierno dictatorial del indocumentado usurpador Nicolás Maduro; aunque se
tratara de una coalición de los principales partidos políticos opositores al
régimen, no comprendían a todo el universo de la oposición y, de acuerdo a algunas
mediciones, ni siquiera se aproximaba a la mitad de esa oposición, aunque
definitivamente era el grupo organizado más grande.
De
modo que, en términos de su representación efectiva, no creo que pasó nunca de
más del 20% del electorado opositor venezolano registrado en alguno de sus
partidos como militantes, aunque asume la vocería de aquellos votantes que
apoyan la unidad (que era otra cosa), y con los que pudo llevar a varios de sus
candidatos a ocupar puestos de representación popular; cuando hablaban,
pretendían hablar por toda la oposición política venezolana y ya esto les creaba
un problema de credibilidad, y no pocas veces de rechazo.
De
todas maneras, era la única vocería activa de ese tamaño, que confundía, las
más de las veces, sus intereses propios (de sus partidos, funcionarios públicos
en ejercicio, candidatos, etc.) con los de la colectividad, mucho más grande y
no afiliada, que decían representar.
Cómo funcionaba la MUD
No
voy a entrar en mucho detalle sobre sus políticas de comunicación internas, las
cuales desconozco, pero presumo que estaban diseñadas de manera jerárquica y de
acuerdo a los organigramas de cada uno de los partidos y de la MUD, y que
funcionaba con base en un principio de autoridad y disciplina partidista, los
flujos de información eran esencialmente verticales, más que horizontales, informativos, más que deliberativos.
Las decisiones
se tomaban tipo “cogollo”, es decir, un pequeño grupo burocrático de gran poder
ordenaba las actividades de la estructura; simplemente, bajaban la información
por medio de reuniones internas, utilizando los medios disponibles de correos,
telefonía o mensajería electrónica, igualmente, el “feed back” que obtenía el
cogollo “subía” de las organizaciones base, o funcionarios locales.
Eran
poco dados a las Asambleas Generales, a discusiones abiertas de los temas. Los
cogollos, por lo general, tienen un grupo de asesores o personas de confianza,
con quienes analizan los problemas y las situaciones y hacen llegar sus opiniones
al cogollo central, quien a su vez recoge estos puntos de vista y, con sus
asesores, llega a una conclusión que “baja” a sus estructuras. Simple, no es
muy complicado y, hasta ahora, funcionaba.
El
problema se complicaba cuando operaban en esa dimensión que se llama “opinión
pública”, donde ya no tenían control sobre la estructura comunicacional, ni
sobre la efectividad de sus comunicaciones, ni sobre el dominio de su audiencia,
menos aún de su relación con el gobierno.
Como
partidos políticos que eran, tenían contactos diversos con sus electores en sus
comunidades, estos contactos eran importantes, porque es allí donde organizaban
y movilizaban a sus simpatizantes, colaboradores y amigos; esos contactos era
la fuente primordial de sus votos y, en esta modalidad, utilizaban las formas
de asambleas, foros, mítines, recorridos por los barrios, debates, caravanas,
vigilias, marchas, conciertos, bailoterapias, etc. Éste era el contacto directo con las
comunidades y la manera más efectiva de hacer llegar su mensaje, conocer los
problemas de la colectividad y enterarse las prioridades y carencias de la
sociedad.
Los
líderes de los partidos eran los protagonistas de estos eventos donde presentaban
planes, candidatos, se hacía contraloría social; sus principales medios de comunicación
consistían en la entrega de material informativo y de propaganda; su principal
valor radicaba en la presencia personal de los políticos en sus jurisdicciones,
en este sentido y en estas circunstancias, no tenían mayores problemas, excepto,
la frecuencia y los sitios de reunión.
Pero
era mínimo el universo de electores y simpatizantes que podían contactar de
esta manera, el grueso de la comunicación de la MUD se hacía a través de los
medios de comunicación masiva.
Y es
aquí donde empezaba el dolor de cabeza de la MUD, y los desaciertos que les
enredó la vida.
Empecemos
con los espacios de televisión, que eran muy pocos y preciosos. Debido a la
hegemonía comunicacional del gobierno sobre los canales comerciales y los manejados
por el estado, estos espacios estaban reservados sólo a los líderes
principales, al cogollo, que utilizaban lamentablemente para dejar un mensaje
tibio, una actitud políticamente correcta y una posición institucional; había
muy poca confrontación, casi ninguna denuncia, eran espacios desperdiciados en
complacer a los moderadores de los mismos, y/o en refrescar el ego de los que
manejaban el poder político de la llamada oposición.
Ya en
la radio y la prensa escrita, el panorama se ampliaba un poco más, siempre
limitado, pero ya tenían acceso a él otros factores de la MUD que no eran sus
cogollos, cuya tendencia natural es acaparar estos espacios para ellos, y aquí
incluyo la cobertura de los eventos públicos que se propician entre el gobierno
y la llamada oposición, siempre representada por la MUD.

¿Es esto
bueno o malo? Yo creo que era negativo, era querer mezclar el aceite con el
agua, cada uno debió estar defendiendo lo que le correspondía y diferenciando
sus funciones; pudieron haber abarcado mucho más, empezando porque en cualquier
problema que surgiera en la AN o en la MUD, habrían tenido un adecuado control
de daños sin que la situación afectara a ambos simultáneamente. Habrían evitado
que la crisis los envolviera a ambos si hubieran mantenido sus campos de acción
y jurisdicciones aparte.
Cuando
veíamos a Ramos Allup, a Borges, a Guevara y a tantos otros políticos con dos
sombreros, simultáneamente, es difícil imaginar cuál era su verdadera función; por
ejemplo, tomemos el caso de un diputado “saltando la talanquera” en la AN, cambiando
de bando y afectando el balance de poder en la AN, los efectos sobre la
credibilidad de ese partido ¿alcanzarían a sus representantes en la MUD?
Probablemente, si no se habían separado institucionalmente. Además, así es como
actúa el PSUV con su representación en la AN, ¿Por qué imitarlos?
En el
caso de Jesús Torrealba, quien es el actual
Secretario General de la MUD y, aparentemente, su vocero autorizado, se la pasa
mencionando a su organización El Radar de los Barrios, la que, a pesar de no
ser un partido político (no sé, a lo mejor sí lo es), porque tiene incluso una
representante en la AN, se la pasaba diciendo que él no tiene interés en
ninguna candidatura ni puesto político, aunque actuaba y sonaba como un
político, imponiendo sus principios éticos y morales, como si fueran los de la
MUD, o peor, los de toda la oposición. Había allí una confusión de la visión
personal de este caballero y los fines de la MUD, así como de los intereses de
la oposición.
Había
contradicciones fundamentales entre los programas y planes de la MUD y las
agendas de la oposición; recordemos que en la MUD solamente están representados
algunos de los partidos políticos, no todos, y que la gran mayoría de las ONG’s,
las otras asociaciones con fines políticos, los grupos de opinión, los think tanks, las minorías organizadas y
otras organizaciones que actúan en la política nacional, no tenían
participación en las decisiones de la MUD; sin embargo ésta se atribuía su
representación cuando las integraba en esta “unidad” a la que decían servir.
Esta
contradicción se profundizaba cuando la MUD hacía llamados a movilizaciones generales, actividades
electorales o de defensa de derechos colectivos, y la gran masa opositora
respondía y era manejada como si fuera parte de su organización electoral, esperando
que los opositores independientes respondieran a sus lineamientos sin ninguna
resistencia, incluso de desmovilizarlos a voluntad, suspendiendo actividades
programadas y publicitadas como de la oposición, utilizando la presencia de
estas personas como si se tratara de convocatorias de sus adeptos, atreviéndose
a contabilizarlas como parte de su fuerza electoral.
Son
ejemplos de esa manera de proceder el haber congelado las movilizaciones hacia
Miraflores, o la suspensión del juicio político a Maduro por parte de la
Asamblea Nacional, dándole beligerancia a un factor externo, como la
intervención del Nuncio Apostólico, el enviado del Vaticano. Con eso mataron a
la MUD.
Lo que viene.
Para
nosotros los venezolanos, quedó muy claro que la MUD había sido infiltrada por
intereses del gobierno de Maduro, que habían factores de la MUD que le estaban
haciendo el juego al gobierno, que personas como Timoteo Zambrano, Henry
Falcón, Julio Borges, Ramos Allup y el mismo Capriles, quedaban como caballos de
Troya dentro de la MUD. Aquella paralización de planes, aquel frenazo
inexplicable a una serie de acciones que venían logrando éxitos contra el
régimen, fueron una clarísima muestra de que, efectivamente, la MUD ya no le
pertenecía a la oposición.
Debido
a estas contradicciones, a cambios de último minuto, a discrepancias en las
estrategias y prevalencia de intereses particulares de los partidos, se ha afectado
la credibilidad de la MUD, ha sufrido un descalabro su poder de convocatoria. Para
todos los efectos, la MUD está agonizando.
No
nos preocupemos por los tiempos y lapsos que el gobierno quiere imponernos, no
podemos ni debemos ajustarnos a la agenda que nos quiere imponer, la nuestra
debe funcionar con tiempos propios; somos la mayoría, tenemos la soberanía y la
vamos a ejercer, el gobierno es el que debe ajustarse a nuestros tiempos porque
somos el poder originario y nos estamos constituyendo.

La MUD
pretende seguirle el juego al gobierno reconociéndolo como legítimo y
brindándole su sumisión, de hecho ya se está hablando abiertamente de una
cohabitación con el gobierno, en aras de salvarlo de su naufragio
institucional, allá ellos.
Que
nadie derrame una lágrima por la MUD; fue una experiencia y un ejercicio de
poder que tuvo sus frutos. Ahora hay que hacer un control de daños y estar
seguros con quiénes contamos de nuestro lado. Dejemos que los partidos que nos
traicionaron se vayan con el enemigo; en esta ocasión sí vamos a saber quiénes
somos y dónde estamos parados.
Es
hora de hacer un deslinde de los intereses, acciones y grupos que conforman la
oposición. Una vez definidas las diferentes entidades, hay que coordinarlas,
con planes coherentes, donde las partes se den apoyo y complementen; lo
importante es acabar con esta merienda de negros, donde no hay dirección y todo
resulta en improvisaciones, traiciones y componendas.
Espero
que estas observaciones se tome en cuenta para corregir algunos de estos fallos
que acabaron con ese ideal de la unidad, que era tenido por Santo Grial, pero
no hay mal que por bien no venga, ya hemos madurado en estas casi dos décadas
de resistencia en contra del militarismo comunista que se ha tratado de imponer
en Venezuela, contamos con suficientes recursos humanos para armar un gobierno
paralelo que se ocupe de la transición y le dé la cara al mundo por nuestro
país, permitir que sea la MUD la que continúe dando la cara por nosotros sería
un error, tenemos que conformar gobierno, ese es un compromiso impostergable. -
saulgodoy@gmail.com
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