A todos nuestros mártires por
esta segunda independencia de Venezuela
Raúl
Castro siguió la receta de los totalitarismos mundiales, la que indica que a
tus más cercanos colaboradores, aquellos que deben ensuciarse las manos por la
causa y hacer el trabajo sucio, hay que escogerlos no tanto por la lealtad al
proyecto de un mundo nuevo, sino por su rabo de paja.
Larga
ha sido la experiencia de monarcas, generales y líderes en todos los regímenes
políticos que necesitan del compromiso y lealtad de sus más cercanos oficiales,
con los que funciona mejor tenerles guardado un expediente por sus crímenes y
vicios, que todos los juramentos que hagan ante una bandera o los símbolos del
poder… funciona incluso mejor que un cofre lleno de dinero.
El
miedo a que se haga pública su condición de rata de albañal, a estar sometido
al desprecio público, a ser perseguido por los órganos de la justicia, a ser
buscado con un precio por su cabeza y apartado de los privilegios del poder,
son algunas de las consecuencias que una mera sospecha de traición o señal de
debilidad ante los requerimientos del tirano pudiera provocar de un momento a
otro. La historia está llena de abundantes ejemplos.
Cuando
Raúl Castro decidió nombrar al Alto Mando militar en Venezuela lo hizo a través
de sus agentes, el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías y, luego, el civil indocumentado
Nicolás Maduro, y muy sibilinamente recurrió a nombramientos de oficiales totalmente
ideologizados, al grado de fanatismo por la doctrina comunista, como es el caso
del General Padrino López, o con deudas pendientes con la justicia, como el
General Nestor Reverol; mientras más grande y notoria su falta, mejor, y a los
que tenían una hoja de servicio más o menos presentable había que manchársela,
o sea, ponerlos en posiciones donde pudieran verse comprometidos en asuntos
criminales, latrocinio, violación de derechos humanos, perpetradores de
masacres, etc., y se les documentaba las faltas para contar con ese expediente
de control.
Porque
lo que impera en el Alto Mando militar de Venezuela se llama extorsión, o haces
lo que dice tu jefe o te arruina la vida y la de tu familia, tan sencillo como
eso, y a mayor calibre de la falta cometida, más se exige de tu comportamiento.
A
todas luces, lo que impera en este mecanismo satánico de control es el miedo,
mientras pertenezcas al gobierno estás a salvo, haz lo que se te ordena y no
sólo tendrás poder y riquezas, sino un paraíso en donde vivir en total
impunidad y siempre con la perspectiva de ir ocupando mejores cargos.
Muchos
oficiales venezolanos, aún a sabiendas de este pacto diabólico, aceptaron
vender su alma; lo único que les importaba era las riquezas materiales… qué
carajo, después de todo, sino eran ellos, otros saltarían al ruedo para
complacer a los cubanos.
Por
ello es que tenemos un Alto Mando Militar lleno de personas requeridas por la
justicia internacional por delitos de narcotráfico, violación de derechos
humanos, crímenes contra la humanidad, corrupción, contrabando, lavado de
dinero, tráfico de armas, ayuda a la subversión, falsa atestación y
falsificación de documentos de identidad, asesinato, robo, secuestro, masacres
y pare usted de contar.
Bajo
este esquema operativo, lo primero que se pierde es la moral, el honor; el
oficial deja de ser un soldado para convertirse en otra cosa, en un mercenario,
en una víctima de su propia ambición y errores, manejado por unos mafiosos que
controlan su vida; muchos han pensado en aprovecharse de la ocasión, amasar una
fortuna y huir, pero los cubanos tienen montado en nuestro país una red de
espionaje y control que hace casi imposible para estos hombres y mujeres huir
sin dejar rehenes en manos de sus extorsionadores, o son amenazados de entregar
los expedientes a las autoridades internacionales para que sean buscados, o el
mismo gobierno se encarga de hacer la denuncia y preparar las acusaciones, o
simplemente los persiguen y los asesinan, muchas veces simulando accidentes.
En
Venezuela todos los chavistas tiene un expediente, han permitido que los
cubanos se involucren de tal manera en sus vidas, hay tantos hilos que mueven
sus intereses, familias, fortunas mal habidas, que todos, absolutamente todos,
están integrados en un enorme banco de datos manejado en La Habana, se trate del
presidente de la República hasta el último de los suscritos de las bolsas de
comida CLAP, o los portadores de los Carnet de la Patria, o simplemente los
funcionarios públicos.
Todo
este dantesco cuadro se refleja con absoluta fidelidad en la actual situación
de seguridad en nuestro país, unas FFAA al servicio de los intereses de Cuba,
que son los de Nicolás Maduro, que son los del Alto Mando de las FFAA y que
están actuando en contra del pueblo de Venezuela y con una brutalidad tal, que
sólo se entiende por el miedo que sienten estos oficiales al saber que ni no
hacen lo que se les ordena caerán en desgracia.
Esto
último que está sucediendo al encausar a civiles, principalmente estudiantes,
que ejercen su derecho a la protesta pacífica, por medio de tribunales
militares, en procesos judiciales preparados para eliminar la disidencia, lo
que es un claro reflejo del grado de angustia colectiva que tiene atenazada a
la institución militar; los oficiales comprometidos con el régimen cubano, o
sea, con Nicolás Maduro, están aterrados de que esos expedientes, sus cuentas
secretas, sus bienes y sus vicios particulares, que de seguro están registrados
en sendos videos y conversaciones de audio hechos por el G-2 cubano, con fotos,
declaraciones, direcciones, testimonios de patriotas cooperantes ante quienes,
a “calzón quitao”, han desnudado su
lado bestial.
Todos
esos fiscales y jueces militares que están haciéndole el trabajo sucio a Cuba,
poniendo en cárceles a nuestros héroes de la calle en su lucha por la libertad
y la independencia, tienen que saber que sus acciones traidoras e inmorales van
a tener un altísimo costo, no pueden impunemente traicionar a la patria
sirviendo de carceleros al amo extranjero.
Amantes,
gustos sexuales, adicciones al alcohol o drogas, deudas de juego, episodios de
violencia doméstica, abuso a menores, venganzas sangrientas a enemigos, corrupción,
secretos que se han dejado pillar en estos últimos tiempos por los sapos del
régimen, aparecen en esos expedientes, eso y los paquetes de dólares del
narcotráfico que les entregan, es lo que los impulsa a violar el sagrado
juramento que una vez hicieron de defender a su patria.
Las
FFAA se dejaron entrampar por sus peores enemigos, actúan a control remoto y
contra su propio país, no les importa, obedecen al amo, con quien creen estar
seguros, por ello han permitido que grupos de civiles afectos al gobierno,
eufemísticamente llamados colectivos, una banda de delincuentes armados y en la
nómina de Miraflores, actúen protegidos por la Guardia Nacional, asesinando
venezolanos… ésta es la prueba indiscutible de que el Alto Mando militar se
encuentra operando para satisfacer los intereses cubanos, no se ocupan de
detener los envíos del petróleo a Cuba, ni de sacar a los invasores del país,
sino de reprimir a quienes esos “h.d.p.”
consideran sus enemigos, a nosotros, los venezolanos.
Bajo
estas circunstancias, las Fuerzas Armadas Nacionales, a menos que haya un
sector sano que pueda reaccionar y hacer una limpieza en casa, está
irremediablemente perdida para los intereses del país, aunque no dejan de
asegurarme personas que conocen el ambiente militar que una gran mayoría de la
institución no está de acuerdo con la delicada situación.
Se
habla de una resistencia a lo interno, donde se dan notificaciones del malestar
dentro de sus cuadros, y se siguen produciendo bajas en abundancia del personal
que no quiere verse comprometido en la traición, se han hecho amenazas anónimas
en contra de los jefes corruptos, la negativa en hacerse parte de la represión
en contra de la población civil, han hecho que los rumores de arrestos y
oficiales enviados a sus casas, sin mando, se multipliquen a diario, y que
pronto, me aseguran, algunos estarían dispuestos a entrar en una fase más
contundente de rechazo a este estado de cosas.
La
oposición debe tener esto muy en claro, no hay que engañarse, vean quienes
están ocupando los puestos de mando en las FFAA y se darán cuenta de que,
detrás de esos uniformes y la retórica patriótica, sólo hay mafiosos haciendo
negocios con nuestra miseria, protegiendo sus propios intereses, delincuentes
buscados por policías y tribunales de otros países, asustados de quedar al
descubierto y en manos de la justicia internacional, que van a hacer lo
imposible por sobrevivir y, si eso significa exterminarnos, lo harán.
Han
actuado con sangre fría, convenciendo a unos venezolanos, en los cuerpos de
seguridad del estado, para que actúen como monstruos asesinos de jóvenes, y el
Alto Mando militar está coordinando estas matanzas sistemáticas en las
protestas de los ciudadanos en la calle, por órdenes de La Habana.
El
Ministerio de la Defensa está actuando como perro de ataque de los cubanos, con
uniformes de nuestras fuerzas armadas, defendiendo los intereses de estos
extranjeros, a quienes sólo les interesan los 100.000 barriles de petróleo
diarios que les envían como tributo, y todos los negocios paralelos de
corrupción y narcotráfico que han desarrollado con esta alianza funesta, lo que
significa una injerencia directa en nuestros asuntos internos.
No
pueden negar la presencia de cubanos en los cuarteles, los espías en Fuerte
Tiuna, los oficiales dando órdenes en el Ministerio de la Defensa, las tropas
cubanas infiltradas en los cuadros regulares de las tropas, los expertos en
represión coordinando el lavado de cerebros en los cuarteles, designando
observadores y francotiradores en los edificios por donde pasan las marchas de
la ciudadanía desarmada…
Lo
que está haciendo Cuba con nuestro país es un acto de guerra; su presencia en
medio de los traidores venezolanos tiene el único propósito de cimentar su
poder intervencionista en el país, porque no quiere abandonar la suculenta
presa que le da tanto para la sobrevivencia del titánico régimen de Castro en
Cuba; si tiene que hacerle daño a nuestra población, si tiene que destruir lo
que queda de nuestra infraestructura económica, no le temblará el pulso.
Conociendo
el grado de intriga e inhumanidad del gobierno de Raúl Castro, de su habilidad
para esconder la mano del saboteador, no sorprende que dentro de sus planes esté
crear una situación tal de represión injustificada, para que el escenario desemboque
en una guerra civil… y Maduro está haciendo lo posible por ofrecérsela en
bandeja de plata.
Lo
que no me explico es porqué la Asamblea Nacional no ha introducido contra Cuba,
ante la OEA y La ONU, un pliego de denuncias de estas agresiones, justo contra
el país donde periódicamente acude el indocumentado Maduro a recibir
instrucciones y de donde salen los planes de guerra para someter al pueblo de
Venezuela; el gobierno de Raúl Castro, a todas luces, está agrediendo con
fuerzas militares la paz de la nación venezolana, manipulando las FFAA
venezolanas con instrucciones de exterminio de su población para garantizar el
suministro de petróleo, que es un compromiso, a espaldas del pueblo venezolano,
que el gobierno de Venezuela no puede darse, debido a la extremas
circunstancias de necesidad y emergencias que vive el país.
Cuba
ha estado utilizando de manera pública y notoria todo su poder diplomático, su
presencia en los foros internacionales, su habilidad aprendida durante la
guerra fría para avanzar en el oscuro mundo del espionaje y el montaje de
operaciones negras y psicológicas, para ensayar todo tipo de estrategias para
apuntalar al régimen de Maduro, política y mediáticamente, construyendo una
especie de cerca a la no intervención extranjera en el caso venezolano,
mientras ellos están instalados en el país haciendo lo que les da la gana, con
total impunidad.
El
gobierno de Venezuela debería declarar al embajador de Cuba en Venezuela como
persona non-grata y romper relaciones con estos piratas, exigir que nos se
devuelto el oro que tiene el gobierno cubano en sus bóvedas, que forma parte de
la reservas internas del país, que el presidente Chávez les dio para su
resguardo y que es propiedad de la República Venezolana, que se nos indemnice
por los incumplimientos de contratos en el suministro de equipos eléctricos, de
salud, alimentos y otros servicios estratégicos contratados entre ambos gobiernos,
deberíamos interrumpir el suministro de servicios de telefonía y data por el
cable submarino que Venezuela tiene con Cuba, mientras se investiga todas las
denuncias de injerencia contra nuestra seguridad e integridad nacional.
Debería
devolvernos nuestras aeronaves, naves y equipos, que nuestro gobierno les
suministró en calidad de préstamo, instándolos a cancelar de inmediato los
prestamos y otros instrumentos de crédito, garantías y comodato, incluyendo
bienes inmuebles en el exterior, instalaciones navieras, aeroportuarias, así
como el goce y disfrute de nuestras embajadas y consulados en el mundo, y las instalaciones
y bienes pertenecientes a PDVSA, CITGO y PETROCARIBE.
Es
urgente que se suspendan de inmediato firmas conjuntas de funcionarios cubanos
en cuentas venezolanas en el exterior y se cancelen de claves de acceso a
cuentas compartidas con el gobierno cubano. Todas las contrataciones conjuntas
de bienes y servicios con empresas extranjeras deberán revisarse y anular todos
los poderes y autorizaciones que comprometan al gobierno de Venezuela, signados
por funcionarios venezolanos con el gobierno de Cuba. Se deberá expulsar inmediatamente
a estos ciudadanos traídos de la isla para ocupar cargos en la administración
pública de nuestro país, y si hay personal militar, apresarlos, interrogarlos y
seguirles el proceso de ley, a ellos y a quienes son responsables por su
presencia en el país… esto, para comenzar.
Para
el orden internacional, sobre todo para los EEUU, país para el que
aparentemente no somos importantes en sus intereses de seguridad, advertirles
que la existencia de este foco podrido dentro de un ejército nacional del
tamaño y la posición geoestratégica que tienen las FFAA venezolanas, con los
sistemas de armas que tiene en su poder y su vinculación con el imperialismo
cubano, eternos enemigos de la libertad y la democracia, se constituye en
indicio suficiente para poner en alerta a las fuerzas de defensa regionales,
indica que el comunismo aúlla rabioso a las puertas de la principal potencia
del mundo y no se detendrá hasta causarle un daño real.
Se
está poniendo en peligro la paz y la convivencia regional, el ejército cubano y
el venezolano ya son dos cuerpos en armas, aparte de las fuerzas irregulares
que abundan en la zona, aupados por ambos países en esta estrategia de
subversión continental, que estarían dispuestos a unir sus componentes, con la
sola intención de imponer su dominio sobre territorios y contra los intereses
de Washington.
Se
está sembrando la semilla de los señores de la guerra tan populares en Somalía,
Siria, Pakistán y Afganistán, esos grupos son los colectivos armados que ya
están actuando con independencia del gobierno central y controlando con
violencia sus territorios y poblaciones.
¿Cuántos
ejércitos más, enemigos de los EEUU, se necesitan en la región para encender
las alarmas? ¿No es más sencillo neutralizar el peligro en sus inicios? El
Departamento de Estado tiene que estar claro y de acuerdo con que los países de
la región pudieran recaer en la fiebre de militarismos de izquierda, alentados
por el éxito del caso Venezuela, al que se le ha dejado progresar sin
resistencia ni oposición; este mal ejemplo pudiera afectar gravemente la
seguridad hemisférica, una infección altamente contagiosa, que Cuba, en éste
preciso momento, está fomentando desde las sombras… y eso es algo que los
cubanos saben hacer muy bien. - saulgodoy@gmail.com
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