Tal
cual la falla de San Andrés en el estado de California u otras fallas
geológicas que marcan definitivamente los grandes bloques de la costra
terrestre, igual en la filosofía, usted va a cualquier universidad y revisa el
programa de filosofía y muy pronto encontrará que la dividen en dos grandes
parcelas, los estudios analíticos y los continentales, divididos por una gran
falla que muchas veces pasa por ser mera metodología, pero pronto se entera que
abarca temas y hasta puntos de vista, maneras diferentes de ver el mundo.
Hay
universidades que pretenden dividir la filosofía en otro tolete, separando los
estudios del marxismo de la filosofía continental, de modo que presentan un
menú de tres opciones, la analítica, la continental y la marxista, pero muy
pronto se dará cuenta que es una división meramente artificial, no se puede
entender la filosofía llamada continental sin el marxismo.
No
nos caigamos a embustes, esta división de la filosofía tiene un fuerte rasgo
eurocentrista, propios de los pueblos blancos del centro-norte europeo, razón
por la cual la filosofía desarrollada en otras partes del mundo caen bajo
denominaciones exóticas como filosofía oriental, post-colonialistas, feministas,
etc. Que si a ver vamos, todas, de alguna manera, tienen su correspondencia con
la filosofía occidental que sin duda, ha sido la dominante en el conjunto de
sistemas filosóficos.
Veamos
entonces en qué consisten las diferencias entre la filosofía analítica y la
continental, aunque hay verdaderos tratados que abordan el asunto voy a
mantener mi explicación a niveles muy básicos con fines meramente ilustrativos.
Primeramente,
se trata de una característica que corresponde a la filosofía “moderna”, que
para unos empieza con Descartes y para otros con Hegel, con toda una gama de
filósofos intermedios propuestos como padres de la modernidad, el asunto
todavía no se ha resuelto.
Para
el caso de todos los filósofos anteriores a la modernidad se les aplica la
clasificación de “Clásicos” y se les subdivide por épocas, períodos históricos,
países o simplemente por sus nombres, y en esto, hay una disciplina que se
llama la Historia de la Filosofía que se encuentra en plena confrontación sobre
la naturaleza de su propio conocimiento, sobre cómo sus diferentes autores
llegaron a esas clasificaciones, e incluso, sobre la legitimidad del metarelato
que tratan de vender, una discusión interesantísima.
Según el Diccionario Oxford de Filosofía el término
de Filosofía Continental nace luego de la Segunda Guerra Mundial para reconocer
la profunda diferencia del pensamiento continental europeo, del mundo
filosófico de habla anglófona que incluía a Inglaterra y los EEUU.
La filosofía continental se caracteriza por una
preferencia por la metafísica idealista, por las manifestaciones
espiritualistas y el historicismo, este sistema filosófico está muy marcado por
el existencialismo y la fenomenología, y tiene ramificaciones importantes con
el marxismo y el psicoanálisis freudiano, su metodología y dirección le dio por
el desarrollo del estructuralismo y del radical deconstruccionismo, elaborado
por Derrida, igualmente se vio fuertemente marcado por el movimiento ontológico
explorado por Heidegger, lo “social” tiene una importancia inusitada en sus
propuestas, sobre todo en el campo del lenguaje.
Por su parte los anglosajones se atrincheraron en la
llamada filosofía analítica que le debe un montón a la lógica matemática y
simbólica, casi todos sus cultores tenían que ver con algún desarrollo de
carácter científico, hay una identificación con la racionalidad positivista que
se deriva del método científico, Wittgestein, Moore y Russell fueron figuras
impulsadoras, heredaron las posiciones más radicales del positivismo lógico del
Círculo de Viena, los ingleses desde el principio combatieron la idea de que la
realidad era unitaria, indivisible y con contenido espiritual, desarrollaron un
verdadero cuerpo lingüístico donde más importante era el uso que se le daba al
lenguaje, su evolución, que lo que las palabras significaban.
Como
bien lo resume el profesor Nelson Maldonado-Torres en su ensayo Post-continental
Philosophy: Its Definition, Contours, and Fundamental Sources (2006):
Por
varias décadas los contornos de la filosofía reconocida los han dibujado los
que defienden las llamadas filosofía analítica y la filosofía continental. La
filosofía analítica está referida como un estilo de pensamiento centrado en la
cuestión de la verdad de algo, en vez de la filosofía continental, que se ocupa
de los múltiples factores que constituyen el significado. La filosofía analítica, se dice, está más
cerca de las ciencias, mientras que la filosofía continental tiene más afinidad
con las humanidades. Una de las razones
de ésta diferencia es que la filosofía analítica tiende a ignorar a la historia
de sus reflexiones, en cambio la filosofía continental enfatiza la relevancia
del tiempo, tradición, experiencias vividas y/o el contexto social.
En
los EEUU la filosofía analítica se enraíza con el pragmatismo de Pierce de
James y Dewey, y se desarrolla contemporáneamente con Putnam, Rorty y Nozick.
El profesor Larry Hickman de la Universidad de Texas, señala en una entrevista para
la publicación EUROPEAN JOURNAL OF PRAGMATISM AND AMERICAN PHILOSOPHY (2009), la
importancia que tiene John Dewey para el tema de la tecnología, como ejemplo de
cómo se inserta el llamado Pragmatismo norteamericano en los temas de discusión
entre las filosofías analíticas y continental en Europa, dice Hickman:
En
ese momento yo estaba activo en la Sociedad para la Filosofía y la Tecnología. Me di cuenta que era importante introducir a
Dewey en aquellas discusiones porque para ese tiempo eran principalmente
Heidegger y Jaques Ellul con sus ideas de la tecnología autónoma; también la
Escuela de Frankfurt con su crítica a la racionalidad instrumental, todas unas
posiciones muy negativas, aproximaciones que eran anti-tecnología. Pero Dewey venía escribiendo acerca de la
tecnología desde mucho antes que ellos, y era muy positivo acerca de la promesa
de la tecnología. Para los europeos, la
tecnología era un problema. Para Dewey
la tecnología nunca fue un problema por la manera como él pensaba que nosotros
los humanos habitábamos el mundo resolviendo problemas usando herramientas,
para poder adaptarnos a las circunstancias cambiantes.
Pero
entonces, investigando sobre el asunto que llamó mi atención, me encuentro con
una serie de pensadores donde se ubica el mismo Larry Hickman entre muchos
otros, que critican estas categorías de dividir la filosofía en campos como el
analítico, el continental e incluso el pragmatismo, que lo que hacen es
complicar innecesariamente las supuestas diferencias sobre las aproximaciones a
los principales problemas de la filosofía, levantando cercas motivados
principalmente por sentimientos chauvinistas, como aquella diferencia entre las
escuelas de Inglaterra y las de Francia y Alemania y posteriormente la de USA,
cuando en la práctica, los estudios y las investigaciones era un continuo fluir
entre los diferentes temas, métodos y direcciones sin importar si uno era más
próximo a un tipo de lenguaje que el otro, en este sentido nos continua
diciendo Hickman:
Cuando
estaba estudiando la historia de la lógica, leí bastante sobre filosofía
analítica, y me ayudó mucho. Leí y aprecié con agradecimiento la obra de
Wittgenstein, Ryle, Austin, Russell, Frege. Pero como había leído igualmente
mucho a Dewey me di cuenta que éste había resuelto muchos de los problemas que
los filósofos analíticos todavía estaban tratando de entender… La continua
búsqueda por la certidumbre, por ejemplo.
Phillip Kitcher sugirió que deberíamos dar marcha atrás con el viejo
paradigma, de que sea la lógica y la epistemología los que provean con
principales problemas filosóficos, y que campos como la ética y la estética
permanezcan en la periferia, creo que está en lo correcto. La lógica y la epistemología
son herramientas con las que debemos trabajar en los asuntos claves que son los
asuntos éticos, estéticos y de política en la filosofía… Como experto en la
obra de Dewey he tenido la oportunidad de viajar a China para trabajar con
grupos neo-confucianos… en Japón trabajé con la escuela budista Nicheren, hemos
colaborado en el tema educativo con autores como Daisaku Ikeda líder espiritual
de 13 millones de budistas… con Tsunesaburo Makiguchi sobre la educación para
Japón en el siglo XXI.
El
profesor Simon Glendinning de la
Universidad de Edimburgo y editor de varias compilaciones, entre ellas una
sobre Filosofía Continental, nos aclara en su trabajo La Idea de la Filosofía Continental (2003) que uno de sus expertos
en fenomenología y desconstrucción Simon Critchley concluyó para la
enciclopedia que:
Lo que se incluye dentro de la filosofía
continental comprende… una serie muy ecléctica y disparatada de corrientes
intelectuales que muy difícilmente pueden llegar a una tradición unificada, y
todavía más importante, concluía, no hay simplemente una categoría que pueda
pretender cubrir la diversidad de trabajos que metodológicamente y
temáticamente tan opuestos como Hegel y Kierkegaard, Freud y Buber, Heidegger y
Adorno, o Lacan y Deleuze.
Pero lo que es peor, dentro de la filosofía
analítica y la continental hay vasos comunicantes que se solapan en intereses
comunes, investigaciones que abarcan ambos mundos, investigadores continentales
que tienen a la ciencia como sujeto de sus elucubraciones, y lógicas simbólicas
y parcelas de la filosofía matemática que abarcan especulaciones metafísicas.
Estas demarcaciones totalmente artificiales en la
filosofía, que se han tratado de mantener siguiendo unos usos desactualizados,
hacen más mal que bien, aún dentro de los aspectos estrictamente educativos y
apegados a meros pensum de estudios, estas diferencias son tan absurdas que
provocan risas, concluye Critchley: “La Filosofía Continental es una invención,
o más exactamente, una proyección de la academia Anglo-Americana hacia la de la
Europa Continental que no reconoce la legitimidad de tal apelativo- sería algo
así como pedir un desayuno continental en París.” -
saulgodoy@gmail.com
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