De nuevo nos encontramos en una falsa disyuntiva, producto del formalismo y la legalidad a ultranza, la Asamblea Nacional (AN) y los partidos políticos allí representados parecieran no tener clara la salida del laberinto que Maduro, en su locura inocultable, le ha creado al liderazgo del país, esto lo digo porque Maduro descubrió, ya desde hace algún tiempo, que una de las debilidades de la oposición política es su riguroso acatamiento a las formas y usos constitucionales.
La
oposición no ve a la constitución como un instrumento legal para favorecer la
vida institucional de un país, la ve más bien como si fueran los mandamientos de
Dios estregados en tablas de piedra en el monte Sinaí, han hecho de la
constitución no una herramienta que facilita la vida social y la concordia en
las relaciones humanas en la república, por medio de unas reglas claras de
convivencia y respeto mutuo, sino en oscuro objeto del fetichismo más enfermizo
e irracional que un hombre de leyes pueda darle a las normas.
Y lo
digo de una vez, uno de nuestros errores fundamentales ha sido, anteponer la
constitución por encima de nuestro derecho a existir, eso, conjugado al
pacifismo a ultranza y anteponiendo las agendas políticas de los partidos, a
nuestro interés como nación, nos ha hecho aún más largo y penoso este espinado
camino hacia la libertad.
Esta
rigurosidad constitucional le han restado imaginación y audacia a nuestras
posibilidades de lucha en contra de la tiranía, no hay margen para el
pragmatismo ni para una visión holística de nuestra situación, cada norma
regula las únicas posibilidades de enfrentar un problema, y el legislador, que
nunca enfrentó la posibilidad de una rebelión popular en contra de la tiranía,
no escribió la constitución como manual de lucha, resistencia y victoria sobre
el opresor, que es justamente el gobierno que ésta constitución blinda y
protege de toda intervención, aún la del soberano.
La
situación de opresión en Venezuela debe terminar de una vez por todas, darle
largas al asunto sólo contribuirá a debilitar la resistencia del pueblo y que
la transición y la reconstrucción del país se hagan cuesta arriba, pero
pareciera que nuestros políticos no se deciden sobre la forma y el momento de
darle el puntillazo final al régimen.
Uno
se da cuenta claramente en las opiniones de los líderes de la oposición, todas
son posiciones principistas, generalidades sobre el deber ser, hay una marcada
posición a respetar las reglas que los gobiernos chavistas nos impusieron, y
esa vocación de hacer del pueblo unos mártires de la democracia, lo que denota
una gran confusión y una falta de claridad tanto de objetivos como de medios
para dar término a esta situación, que claramente es una calle ciega para el
chavismo.
Este
cretinismo de los líderes políticos de la oposición, se ve fielmente reflejado
en el hecho de que no parecen darse cuenta del inmenso poder que tienen en sus
manos, la AN tiene los recursos necesarios para hacerle frente a un poder
ejecutivo desviado y a un poder judicial corrupto, pero por alguna extraña
razón que todavía no me explico, sus directivas actúan con miedo, siempre
dándole ventajas a los enemigos de la democracia y a veces, en complicidad con
ellos.
La
política, si nos atenemos a unos de esos memes populares, es el arte de lo
posible, tanto en la negociación como en la guerra, bajo un régimen
constitucional como en un estado de excepción, en la normalidad del quehacer
cívico como en las crisis, la política es el flujo constante del poder
encausado por ideologías, en nuestro caso por la democracia liberal, la
constitución es una guía que no debe ser confundida con nuestro destino, y
menos aún cuando nuestra forma de vida está bajo ataque por el totalitarismo
militarista.
Nos
explica la filósofa española Joan-Carles Mèlich en su obra Lógica de la Crueldad (2014) lo siguiente:
Los
humanos no podemos prescindir de la moral ni de la ética, no podemos vivir sin reglas,
leyes, imperativos y normas, pero tampoco podemos vivir humanamente solo con
reglas, leyes, imperativos y normas. No existe, no puede existir, porque no es
antropológicamente posible, un ser humano sin moral, porque somos finitos y
nuestra vida es demasiado breve, porque no podemos innovar absolutamente y a
voluntad, porque no es posible vivir sin una cultura, sin espacio y sin tiempo,
sin historia, porque nacemos en un mundo y no comenzamos de cero, porque en el
mundo que heredamos habita —de forma más o menos explícita— una gramática moral
configurada sobre la base de una lógica que (demasiadas veces) acabamos dando
por supuesta, porque necesitamos puntos
de referencia, aunque sean provisionales, que nos orienten en las noches de
tormenta. Pero tampoco podemos existir sin la ética, porque siempre nos
encontramos viviendo a salto de mata, siempre estamos sometidos a situaciones
imprevisibles, a demandas extrañas, siempre nos movemos en encrucijadas que no
sabemos ni podemos resolver acudiendo a manuales o a códigos deontológicos.
Mientras que la moral nos dice qué
debemos hacer, pensar, decir o responder, la ética nos dice que tenemos
que responder a una situación sin saber a ciencia cierta qué debemos
responder.
Cada
día, cada hora que pasa con Nicolás Maduro en el poder, es un riesgo inmenso
para nuestra subsistencia, para la integridad de la república, a este gobierno
chavista no hay que darle respiro ni por un segundo, pues aprovecha cualquier
oportunidad para cobrar más víctimas y hacernos la vida, cada vez más miserable.
El
proyecto de una constituyente totalitarista como la que plantea Maduro es sin
lugar a dudas un peligro enorme para la vida de la república y para la
existencia humana digna y en libertad, es claro que esta amenaza real, actual y
que no va a dar marcha atrás, sólo se puede neutralizar, por un lado,
eliminando la amenaza de raíz, y para ello ofrezco 11 vías para desactivar al
motor de esta propuesta que viene de Cuba y su promotor es el indocumentado
Nicolás Maduro, quien se ha convertido en el enemigo número uno de nuestra
existencia como nación, la otra, es desarticular al CNE, que es el órgano
operativo de esta iniciativa, ambos actores están desacreditados en el mundo de
la racionalidad y los principios democráticos, no tienen la legitimidad necesaria
y están violando todas las normas de convivencia posibles, es decir se han
puesto y están operando fuera de la ley.
Lo
que yo he escuchado en boca de nuestros líderes políticos, es mantener la
resistencia y las manifestaciones de calle, seguir ganando voluntades políticas
de gobiernos extranjeros, continuar con la presión en los organismos
multilaterales internacionales, degastar al gobierno y a sus fuerzas
represivas, ir desmontando las fuerzas chavistas que apoyan tal escenario, pero
nadie nos dice hasta cuando, ni cómo vamos a darle termino a este difícil
escenario.
Sin
duda la inexperiencia de nuestros políticos en este tipo de ambiente y
circunstancia cuenta, y a decir verdad, aparte de lo inédito del momento para
nuestras generaciones, el comportamiento errático, perverso y disociador del régimen
lo hace un adversario de cuidado, teniendo en cuenta en que todavía tiene
veneno en la ponzoña y puede hacer mucho daño.
Pero
soy de la opinión que mucho más harían nuestros parlamentarios redactando y
aprobando leyes, haciendo pronunciamientos, buscando contactos en el exterior,
llevando la palabra de Venezuela a otros parlamentos, negociando apoyos y
ayuda, investigando los innumerables sucesos que como cascada caen diariamente
sobre nuestras cabezas, que estar en las barricadas, liderando las marchas,
organizando concentraciones en contra del gobierno.
Maduro
y sus huestes no tiene ese respeto y cuidado por la norma jurídica, a la
constitución la tiene como papel sanitario para limpiarse el rabo cuando se ensucia,
sus interpretaciones, usos y creaciones legales demuestran el desprecio que
sienten hacia el orden establecido y la racionalidad de la cultura occidental,
su intención es clara: destruir el orden social para reinar sobre sus ruinas, y
como buenos comunistas, se valen justamente de los valores culturales burgueses,
de esa superestructura que constituye el ordenamiento legal.
Lo
que está claro es que la oposición política democrática no tiene idea de cómo
salir de este desastre, excepto, porque exige que la salida sea constitucional.
Bien,
vamos a ver si podemos ayudarlos un poco a clarificar sus dudas e inseguridades
y podemos mostrarles un menú de opciones para destrancar el momento y poder
fluir hacia el futuro.
1- La primera opción para darle un
término al gobierno del impresentable Nicolás Maduro, sería declararlo no apto
mentalmente para el ejercicio del cargo, suficiente han sido las muestras de su
comportamiento enfermizo y contradictorio, innumerables sus incoherencias que
ponen en tela de juicio su estabilidad psíquica. Sería cuestión de nombrarle
una junta médica que lo examinara (no importa si no se obtiene su colaboración)
y que la AN lo declare incapaz para el ejercicio del cargo.
2- Como bien dice el analista
político, conocido por su nombre de guerra, El Dr. Político, en su programa de
radio en la emisora RCR, con quien tengo algunas diferencias de opinión sobre
algunas de sus interpretaciones constitucionales, pero en este punto le doy la
razón, hace ya mucho tiempo que la AN ha debido convocar un referéndum para que
el pueblo decida si queremos un gobierno y un estado socialista, esa sola
pregunta hecha a la población sin el concurso del CNE y del TSJ, bastarían para
desmontarle el perverso tinglado sobre el cual baila Maduro y sus huestes.
3- Seguirle un juicio por
corrupción, iniciar un proceso que podría ir pegado a las graves acusaciones
hechas en el Brasil por su participación personal en la entrega de dineros
públicos de forma ilícita para financiar la campaña del presidente Chávez, u
otros negociados como el de la empresa Oderbrecht en Venezuela, la asignación
de dólares preferenciales a una empresas de maletín manejadas en su entorno
íntimo, hay que obligarlo a rendir
declaración ante un juez sobre estas causas, que la AN lo suspenda del ejercicio
de sus funciones hasta tanto no se aclare su participación por hechos de
corrupción.
4- Aumentar la presión y exigir
recaudos sobre su verdadera nacionalidad, involucrar al gobierno de Colombia en
proporcionar documentación y elementos de juicio sobre sus delitos de utilizar
documentos de identidad falsos, perjurio, falsa atestación y fraude continuo,
dejar de asumir que porque es presidente en funciones. no importa el cómo, y
las circunstancias por las que llegó al poder, el hombre mintió, cometió fraude,
lo sigue cometiendo y no lo podemos seguir aceptando.
5- Comprobar su participación en
delitos de narcotráfico, los sobrinos que están sirviendo condena en los EEUU,
los vuelos de drogas que salen de la rampa presidencial, su cercanía a
representantes de carteles de la droga internacionales en cargos en su gabinete
(Diosdado, Tarek y Nestor son apenas tres joyitas que brillan con destellos
propios), esta cercanía es más que preocupante y constituye un problema de
seguridad de estado, indica claramente que ha permitido que el crimen
organizado tiene participación en su gobierno.
6- Iniciar juicios sobre su
responsabilidad directa en los asesinatos y torturas de jóvenes venezolanos,
que durante la protesta pacífica en contra de su gobierno, fueron víctimas directas
de sus órdenes y aplicación de la represión de cuerpos de seguridad del estado
por medio del Plan Zamora, Maduro no puede desde la presidencia estar violando
derechos humanos fundamentales ni violando la constitución cuando le venga en
gana.
7- Continuar presionando con las
gestiones que se adelantaron sobre el proceso por abandono de su cargo, avanzar
en ese camino hasta lograr su evicción de su responsabilidad como funcionario
público.
8- Iniciar investigaciones sobre su
participación en la decisión de ejecutar el asesinato del presidente Chávez en
Cuba, durante su enfermedad, desconectándolo de los sistemas de soporte de vida
y que condujeron a su muerte en la ciudad de La Habana, comprobar su
participación en el proceso de encubrimiento del magnicidio con lo cual él se
convirtió en el heredero de su legado y en el candidato presidencial, sucesor
de Chávez.
9- Maduro, por su accionar desde la
presidencia de la república se ha convertido no solo en un peligro para la
estabilidad democrática del país y sus instituciones republicanas, sino en una
perturbación continental y hasta mundial, debido a sus injerencias en el
sostenimiento y financiamiento de partidos políticos que comulgan con la línea
radical revolucionaria, grupos subversivos y terroristas, protección de los
intereses del narcotráfico, participación directa en algunas de sus operaciones
con participación de militares y/o personal diplomático de su gobierno.
10- Sus acendradas ideas comunistas y
colectivistas, lo han llevado a impulsar una serie de iniciativas evidentemente
anticonstitucionales, que cambiarían la estructura del estado establecido por
la Carta Magna, su desprecio a la soberanía popular y su renuencia a cumplir
con los compromisos electorales establecidos en la ley, lo llevaron a
declararse dictador, y esa declaratoria debe ser formalizada y hecha pública
por la AN para que no haya lugar a dudas sobre el carácter de su gobierno.
11- Se le debe seguir un juicio a
Maduro por traición a la patria, su cercanía y dependencia a Cuba y al gobierno
de Raúl Castro constituye una verdadera desgracia política para el país, que
obliga a pagar tributo colonial con una ayuda petrolera inmerecida e
injustificable, la presencia de elementos cubanos en puestos claves para la
seguridad del país, en especial en la industria petrolera, indican una
injerencia inaceptable; la manipulación cubana de nuestras FFAA es evidente y
continua, hay que iniciar todos los procedimientos de ley posibles, para
detener al traidor en su entrega de nuestro país al extranjero insolente.
Todas
estas acciones deberían activarse de manera simultánea, en una gran ofensiva en
contra del agente cubano que está atrincherado en Miraflores, sería un ataque masivo
para ir produciendo documentos oficiales, decretos, resoluciones y
declaraciones de la AN en contra de Maduro, para ir engrosando su expediente
hasta que de algún lado y en algún momento, se produzca una respuesta que sea
de superior poder que el que sostiene a su debilitado régimen.
Se
trata de construir un expediente que, intramuros y para su uso en organismo
multilaterales, sean lo suficientemente consistente para convencer a las instituciones
y gobiernos del mundo de la necesidad de terminar con este grave peligro.
Igualmente,
estas medidas de la AN contribuirán a demostrarles a las FFAA que están del
lado equivocado de la historia, les daríamos la excusa perfecta para que queden
sanos y con alguna vergüenza, puedan retornar al conjunto de la nación, y
dejemos al traidor solo, con sus bandas armadas y pranes, a la vista de todo el mundo, como patos en una laguna y en
la mira de verdaderos cazadores. - saulgodoy@gmail.com
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