Quien
perjudica a otro espere lo mismo
A
estas alturas del juego es muy claro que el interés de Nicolás Maduro no es
gobernar Venezuela, pareciera más bien que su intención es destruirla, de otra manera
no se entiende para nada su proceder, porque si su intención fuera conservarla
como guarida, como cueva de Alí Babá y sus cuarenta ladrones, tampoco tiene
sentido tratar de doblegar a la fuerza a 30 millones de personas, es una tarea enorme
y costosa, hablemos claro, imposible, para tan siquiera intentarlo.
Para
los que piensan que mantener un estado policial, de terror, es algo sencillo y
posible, se trata de una de las opciones políticas más costosas y que necesita
mayor dedicación en el tiempo, sobre todo para un territorio tan grande, en
cálculos que hemos sacados en un think tank privado, al gobierno le cuesta cada
uno de los integrantes de los colectivos armados que tiene a su disposición la
cantidad de doscientos mil bolívares (bs. 200.000,oo) diarios por cabeza, cada
uno de los motorizados que ustedes ven en las calles disparando, hiriendo a la
gente, atemorizando, acudiendo a los llamados de sus jefes en los ministerios,
en la Guardia Nacional, en las gobernaciones o en las alcaldías, reciben tal
cantidad en efectivo antes de la faena esto, sin contar con la protección que
reciben de los militares uniformados, de los sistemas de comunicación con los
que cuentan, las motos de alta cilindrada que se les ha dado, las armas y toda
la infraestructura de soporte que reciben, incluyendo la atención médica y la
impunidad.
Sacando
las cuentas de todo esto, cada colectivo viene saliendo por más de un millón de
bolívares diarios, mucho más de lo que les cuesta unos funcionarios uniformados
¿De dónde viene ese dinero? Parte viene del exiguo y cada vez más precario
presupuesto nacional, es decir, que usted y yo, estamos financiando con
nuestros impuestos, para que estos demonios encapuchados y sin identificación
nos hagan daño y maten y torturen a nuestros hijos, pero también tienen otro
financiamiento, el narcotráfico, estamos seguros deben existir partidas de
dinero sucio que están financiando estas operaciones “de paz y amor”, como le
gusta llamarlas Nicolás.
Pero
también tienen otras formas de mantener los costos bajos y es con la
utilización de penados, de presos que sacan de las cárceles, los disfrazan de
Guardias Nacionales y los ponen en las calles a causar destrozos y hacer lo que
saben hacer, la otra fórmula cada vez más común es el pillaje, permitir que
estas bandas de facinerosos operen con la promesa del botín, lo que roben es
suyo, e incluye violar a nuestras muchachas con total impunidad.
El
terror de estado en su configuración más barata es el ataque de unidades de
blindados y cuerpos especiales a edificios residenciales, donde se dedican a
destrozar apartamentos, asesinar mascotas indefensas, destruir los servicios,
dañarlos vehículos de las personas e incluso, antes de irse, prenderle fuego a
una que otra vivienda, todo esto lleva un mensaje velado, sólo si el gobierno
gana la constituyente comunal esta agresión se detendría.
Pero
sea la formula que usen, mantener a los colectivos y las tropas regulares en
las calles le cuesta al gobierno una millonada, dinero que no tienen y que deben
crear con la reproducción de dinero inorgánico por parte del BCV, ayudados por
la inflación y la devaluación constante y acelerada de la moneda, el asunto es
que este estado de cosas se los está comiendo vivos, distraen recursos para la
violencia que necesitan con urgencia para mantener otros rubros de importancia,
por ejemplo las cajas CLAP, o la campaña para promocionar sus diputados a la
constituyente comunal, la falta de recursos los tienen al borde de la histeria.
Todos
esos gastos que se hacen para mantener el estado policial en contra de la
población en modo de resistencia, los tienen locos, las bombas lacrimógenas se
acaban y hay un boicot en su contra por violadores de derechos humanos y por
mala paga para la adquisición de este material, las tanquetas nuevas y otros
equipos antimotines los están consiguiendo gracias a los chinos y los rusos con
los que ya tenían convenios, pero no son las ayudas que estos países quieren
ver publicitadas y dañando su imagen ante el mundo.
La
ayuda cubana es muy cara, mantener a esos bichos escondidos en el país no es
barato, y en estas circunstancias políticas, es casi que imposible contar con
nuevas inversiones petroleras, y para las nuevas industrias de extracción de
minerales estratégicos, venir al país e iniciar operaciones en estas condiciones
no es trabajo para miedosos, de modo que la riqueza del país sigue enterrada,
lo que sí han hecho es negociar concesiones, jugar con la promesa de que cuando
se estabilice el país, puedan venir la empresas y hacer lo suyo, aunque ya todo
el mundo sabe que con el chavismo esto no se estabiliza más nunca.
Las
promesas chavistas están devaluadas y el país está encendido por los cuatro
costados, por eso es que a medida que la situación apriete, veremos muchos más
cargamentos de drogas siendo capturados en el extranjero debido a la pobre
planificación; el desespero es mal consejero en tiempos de crisis y lo que
tiene el gobierno chavista sobre sus cabezas es una “mega crisis”.
Cada
día que pasa los compromisos petroleros se hacen imposible de cumplir, con el
estado de la industria en los actuales momentos, todos esos gobiernos del
Caribe, Suramérica y Centroamérica que dependen de estos envíos se las van a
ver negras, de hecho, las entregas han bajado sustancialmente, los votos que
estos barriles compraron para salvar al país de sanciones y medidas en los
foros internacionales, están en entredicho.
Las
instalaciones productivas están en el último estado y no hay cómo hacerles
mantenimiento, los procesos de extracción y transporte, igual, cada día se
abandonan un sin número de pozos productivos porque las máquinas dejan de
operar o no hay materiales ni productos claves para trabajar.
Pero
de las cosas que más preocupan tanto al gobierno como a la oposición es el
problema alimenticio, ningún gobierno se puede llamar gobierno si no garantiza
la seguridad de sus habitantes, ya el gobierno de Maduro revirtió la fórmula,
su gobierno se ocupa es de hacerle la vida infernal a sus gobernados, pero lo
más grave es lo que ya estamos sintiendo, la comida se acabó, lo que hay es lo
que ven en los expendios a precios prohibitivos, de modo que esta última fase
del cohete revolucionario está a punto de estallar, en un juego pirotécnico
nunca antes vivido en nuestro país.
El
bravucón de Maduro se jacta en público de querer llevar las consecuencias de su
mal querer con el país a una guerra, que será con las armas la manera de
imponer su revolución, un hombre que ya está enfermo, que no puede sostenerse
en pie por mucho tiempo, que le oculta sus graves dolencias al pueblo, no es el
hombre que se va a ir a las montañas en armas como lo hicieron Fidel y el Che,
a pasar trabajo, eso será tarea de otros, de los pendejos, él sólo lo dice,
pero sabe que sus días están contados.
El
resto de la jauría está en pánico, Diosdado y los demás capos de las mafias lo
que hacen es mostrar sus garras y colmillos orinando alrededor de sus fortunas
mal habidas, todos son unos cobardes que no resistirán el embate de la tormenta
que se cierne sobre ellos.
La
constituyente comunal que tanto pregonan y para la cual se han preparado de
manera tan tumultuosa y desordenada, no es más que un último gesto simbólico de
su simbólica bravuconería, un fraude imposible de ocultar, si la hacen, que lo
pongo en duda, será un espectáculo de mentiras y trampas tan obvio, que nacerá
deslegitimada, sin ninguna posibilidad de vida, sin oportunidad de que ese
emplasto sea un gobierno.
Los
ataques que han sostenido en contra de la Asamblea Nacional y los diputados
agredidos y detenidos, violando su inmunidad parlamentaria han sido las
acciones más torpes que Nicolás ha podido cometer, debería empalar a sus
asesores, pues lo están llevando a empujones al matadero, ese es el tipo de
pecado que los gobiernos de occidente no perdonan.
Lo
importante es que la gente está en la calle, que el pueblo sabe lo que tiene
que hacer y con quienes cuenta, a medida que se acerque el 30 de julio, la
furia arreciará, el hambre aprieta y la muerte ya no se ve tan fea, esa
maltrecha constituyente que Maduro quiere hacer ver como una oportunidad para
la paz, los venezolanos la sentimos como una amenaza a nuestras libertades, y
un insulto a nuestra dignidad. - saulgodoy@gmail.com
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