Creo
que ya mucha gente se ha dado cuenta que nuestra imagen-país ya no sirve, que
el gran meta relato sobre quiénes somos y de dónde venimos está agotado, que
nuestro ideal nacional no existe, aparte de algunos lugares comunes sobre el
progreso y alcanzar la independencia como país soberano, hay muchas palabras
huecas que se siguen utilizando y que ya nada significan, Patria, es una de
ellas.
La
entrada del chavismo en la vida de la república, llevado de la mano por el
“pueblo” ignorante, interesado y deslumbrado por las charreteras militares, lo
que ha hecho es terminar de fracturar lo poco que quedaba y unía a una sociedad
en un sueño democrático, que partidos políticos y líderes de esos partidos se
encargaron de enterrar.
El
secuestro de la memoria bolivariana, de la épica venezolana, esa historia
tejida de héroes y sagas a lo largo y ancho de un continente, esa
historiografía militarista e imperialista a su manera, terminaron por intoxicar
el alma del venezolano común, creyéndose heredero de un relato interesado y
hasta perverso.
Obviaron,
los gobiernos autoritarios de manera deliberada, la gran gesta de civilidad y
de construcción de una nación por parte del genio ciudadano apegado a la ley,
trabajador, estudioso, respetuoso de la ley y el orden, amante de la paz, con
apego a la familia y las tradiciones.
De
manera sibilina los gobiernos
prefirieron destacar a los caudillos y jefes, que al hombre común, ese que se
levanta y labora de sol a sol y que es el verdadero constructor de la
nacionalidad, ese venezolano que con su sudor y paciencia construye patria, que
sufre y ama, que entrega lo mejor de sí tanto en las fábricas como en las
oficinas, en las trincheras como en la política.
El
comunismo fascista y expoliador se encargó de entregarnos el acta de defunción
de lo que una vez fue la gran Venezuela, la Venezuela ciudadana y emprendedora,
destruyendo hasta la ruina a las instituciones, principios y valores que unos
hombres de la primera mitad del siglo XX, héroes civiles de la democracia que
se atrevieron a soñar con un país distinto, ese proyecto que pudo ser realidad
si se hubiera renovado, si las generaciones subsiguientes lo hubieran asimilado
para los cambios y la evolución que exigía la historia, otra hubiera sido la
historia, pero eso ya no es posible.
Todavía
ronda sobre nuestros restos los buitres del socialismo, de ese ideal de
colectivizar justamente lo que no se puede colectivizar, de socializar y hacer
una tarea de grupo lo que debe hacer cada uno de nosotros, los partidos
políticos que todavía existen son malas copias de lo que ya es pasado, pero
como no conocen, como son incapaces de admitir su ignorancia política,
persisten con la idea de que es por el estado y con el estado, que se puede levantar
de nuevo un país, son nuestros jóvenes burócratas conducidos por unos viejos
carcamales que se niegan a desaparecer, el modelo, el plan que estos jóvenes
tienen en las manos es inviable, de modé,
absolutamente atrasado y sin sintonía con las mayorías y las minorías.
Tenemos
enfrente dos alternativas, o inventamos o nos equivocamos (¿Suena conocido?),
si nos equivocamos, lo que fue Venezuela desaparecerá, diluido por facciones y
con un territorio balcanizado, absorbido por otras naciones, si inventamos,
mejor hagámoslo bien, arriesgándolo todo
por un ideal construido por nosotros, soñado por nosotros, planificado por
nosotros, no por personas que ya son historia y están enterradas, la Venezuela
y el mundo que ellos conocieron no se les parece ni por aproximación a la
Venezuela y el mundo que hoy enfrentamos.
Somos
la generación actual los encargados de echarnos esta responsabilidad sobre los
hombros y hacer camino, pero no con esos modelos híbridos como el mentado
“estado socialista de mercado” que trata de complacer y arrancar aplausos de la
galería en un absurdo que no tiene ni pies ni cabeza, tampoco podemos hacer
país mirando hacia atrás, con modelos que ya no funcionan y que sabemos, son
equivocados.
¿Qué
nos dice la experiencia de otros países en el mundo? Que el capitalismo es la
fórmula más exitosa para vencer la miseria, salir del atraso y fortalecer la
democracia, es un hecho, no es retórica, que tiene problemas… ¿Quién o qué no
los tiene? Pero es un sistema económico que con ejemplos concretos nos
demuestra, que proporciona una economía robusta, una mejor calidad de vida para
el mayor número de personas, que puede organizar la sociedad de manera
eficiente y ofrecer futuro para las nuevas generaciones, ¿No es eso en parte,
lo que queremos?
En
cambio, si seguimos experimentando con el país, introduciendo modelos como el
de los países escandinavos, donde algunos de nuestros socialistas endógenos
pretenden encontrar un aliviadero a su intoxicación ideológica, si insistimos
en el estado benefactor centralista, en el presidencialismo a ultranza, en el
clientelismo partidista, en el estado capitalista y dueño de los recursos e
industrias principales, estamos fritos.
Partidos
como Primero Justicia, El Radar de los Barrios, AD, Voluntad Popular y otras
organizaciones cripto-socialistas, que abundan en nuestro cementerio de
opciones políticas, no son solución para nuestra búsqueda de salvación, todo lo
contrario, van a agravar nuestra delicada situación.
Lo
único que está medianamente organizado en nuestro país es el mundo empresarial,
ha resistido los embates del chavismo y se encuentra en estado de sobrevivencia
pero está allí, resistiendo y produciendo contra viento y marea, manteniendo a
su plantilla de trabajadores y empleados en medio de una economía de guerra.
Yo
creo que el país debe depositar su confianza en FEDECAMARAS como organismo
rector de la actividad económica privada y darle la oportunidad en que tenga la
primera opción en la reorganización del país tan pronto el chavismo sea eyectado.
No me
mal entiendan, no estoy diciendo que FEDECAMARAS se comporte ni tenga las
responsabilidades de una partido político, ya eso es pasado, los partidos
políticos fueron sobrevalorados y fueron sobrevendidos, sus ideas y programas
no sirvieron y nos condujeron a la situación actual, debemos cambiar de
paradigma.
He
estado promoviendo la idea que Venezuela debería pasar en directo hacia un
estado mercado, que es la fórmula que está funcionando en el mundo capitalista
y globalizado, hasta China está jugando con este modelo vía Hong Kong y Shanghái,
Rusia está desarrollándose en ese sentido, buena parte de Asia y Europa están
avanzando hacia ese modelo, en ese modelo el estado es mínimo, dependiente de
la sociedad civil y de las empresas, al servicio de ellas y no al revés como
nos tienen acostumbrados los socialistas.
En el
estado mercado, según la fórmula de Nozick, al estado lo contratan las empresas
y los productores, primero para que los defienda, segundo para que impartan
justicia imparcial y oportuna, y para que se ocupe de administrar lo que la
empresa privada no quiere o no puede encargarse, todo lo demás, incluyendo la
educación y la salud, lo maneja la empresa privada.
Sería
tan sencillo como que FEDECAMARAS sería la encargada de contratar al gobierno,
imponiéndole un programa y unos objetivos, limitando su accionar y defendiendo
sus intereses, es decir, lo que es importante para FEDECAMARAS es importante
para el país, porque ellos son los que producen y más ahora, que nuestra
industria petrolera fue destruida.
La
prioridad para FEDECAMARAS a partir de este momento sería mantener a raya la
política, que no los afecte en su tarea productiva y de servir de semillero
para otras múltiples iniciativas y emprendimientos, la idea es hacer de
Venezuela un mercado, no un partido político.
¿Suena
loco? Para gente que venimos de los socialismos más retardatarios quizás, pero
está sucediendo en el mundo y nos estamos quedando atrás, y con la amenaza
sobre nuestras cabezas de que podemos desparecer si seguimos apostando a que
sólo con un estado fuerte, centralista y socialista podremos tener futuro, es
una necesidad que cambiemos de punto de vista.
FEDECAMARAS
jugaría un papel de organizador y administrador del nuevo juego, nuestros
empresarios son los más aptos para decidir lo que el país necesita, son una
élite preparada, fogueada en el mundo real de los centavos, los costos, las
deudas, el personal, las ganancias, la innovación, la seguridad… Me pregunto,
¿No es mejor que sean los empresarios que manejen al país que los militares
torturadores, o los políticos corruptos y “negociadores”, o una clase obrera
decrépita, o unos colectivos donde la responsabilidad se diluye?
Vuelvo
a mi argumento inicial, más de dos millones de venezolanos se nos han ido del
país, no hay nada que los ate a la “patria”, otros cientos de miles están en
espera en las fronteras para poner tierra de por medio del infierno que la
política barata ha producido.
¿Cuántos
no estamos escépticos con lo que los partidos políticos nos ofrecen? La nacionalidad
venezolana se ha convertido en humo, son solo canciones románticas que hablan
de paisajes, de bellas mujeres, de ricas comidas, puro sentimentalismo, pero el
país no produce, no puede auto sostenerse, no puede ni siquiera defender sus
fronteras.
Para
el historiador británico Eric Hobsbawm (1991), las naciones son construcciones
artificiales, «utopías compensatorias» instrumentalizadas al servicio de
fines políticos y explica en varias de sus obras como en Europa, el nazismo se
aprovechó de ese instrumento de poder
…gobiernos
interesados en bloquear los derroteros igualitarios e incluso socializantes
hacia los que se encaminaba el liberalismo democrático. Y la nación se
estrechó, como correspondía a la mentalidad y los intereses de sus defensores.
Su definición se vio entonces dominada por elementos raciales o lingüísticos, y
en su defensa se distinguieron caudillos populistas que excitaron a las nuevas
masas urbanas con sentimientos xenófobos, antiobreros y antisemitas. Las calles
de las principales ciudades europeas se vieron inundadas por muchedumbres
enfervorizadas que jaleaban a gobiernos enzarzados en una histérica competición
por dominar imperialmente el mundo, y que aceptaban crédulamente cualquier
calumnia sobre los extranjeros o sobre sus «enemigos interiores», es decir, sus
minorías culturales. Todo lo cual llevaría a las dos guerras mundiales y a los
fascismos. A la vez, frente a los nacionalismos estatales surgieron los
nacionalismos alternativos o secesionistas, que en su pugna por crear su propio
espacio político acentuaron la cerrazón cultural frente al exterior y, por
consiguiente, la intolerancia y una particular mezquindad provinciana.
Las
nacionalidades son constructos imaginarios que dependen de discursos, de
creencias y de mitos, el chavismo en nombre del castrocomunismo se dispuso
abusar de la narrativa que sostenían la nacionalidad venezolana, y a fuerza de
manipulación y de servirse de las ideas bolivarianas, no solo intentó
transformar esa narrativa, sino que con la participación de los militares
venezolanos, muchos de ellos subnormales profundos, ignorantes de siete suelas,
los cubanos, expertos en manipulación ideológica, lograron cambiarle los cables
y hacerles creer que Fidel, Chávez y Bolívar tenían algo en común.
De
alguna manera, nos quisieron hacer creer que nuestra nacionalidad bendecía el
narcotráfico, la corrupción y el contrabando, como actividades que Bolívar
vería con beneplácito y bendeciría, que aquellos criminales que trabajaran para
el gobierno chavista y que fueran sancionados con medidas judiciales por la
comunidad internacional, eran verdaderos prohombres de la venezolanidad y que
merecerían una réplica de la espada libertadora de Bolívar.
Que
quienes torturaban, asesinaban, mentían, robaban y destruían la república eran
los hombres nuevos de la patria, los verdaderos patriotas, y que el resto de
los venezolanos o se arrodillaban ante los nuevos amos, o eran sacrificados por
la revolución.
Para
resumir, el chavismo es la expresión exacerbada, perversa, profundamente desviada
del ideal socialista, y que en el momento en que los venezolanos decentes y
probos salieran de esa pesadilla, los partidos políticos socialistas
democráticos estaban dispuestos a conducirlos de nuevo al paraíso, ante esta
perspectiva creo que el estado mercado es nuestra mejor apuesta. -
saulgodoy@gmail.com
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