La
gente que cree en el chavismo así como en el castrocomunismo, viven en una
prisión ideológica, como la viven todos aquellos que tienen como norma de vida a
una ideología, ya que funciona como marco de referencia para sus pensamientos y
acciones, que ultimadamente todos, de alguna manera, estamos influenciados por
una o varias ideologías.
Tomamos
como definición de ideología, la de Coling J. Beck (2013), que me parece una de
las más sencillas para efectos de este artículo, y que dice : “Ideología… es un sistema de múltiples
creencias, ideas, valores, principios, ética, moral, objetivos y otros… que
articula… respuestas a los problemas que requieren una acción social.”
Tal
sistema corresponde y nace de un grupo que identifica unos intereses, por lo
general de carácter político (aunque también pueden ser religiosos o
económicos), y que por medio de una acción colectiva intenta conquistarlos, el
creer en esa ideología hace a todos los miembros de ese grupo, partícipes de
una comunidad cerrada y que se maneja de manera independiente entre otros
sistemas ideológicos con los cuales compite.
Cuando
el objetivo es el poder, la ideología que lo conquista por lo general trata de
imponer su sistema sobre el resto como hegemónico.
En el
caso de las ideologías totalitarias que buscan el control absoluto del
individuo y de la sociedad para sus fines, uno de sus principales objetivos es
instaurar una sola visión del mundo, estructurada, orgánica, sin contradicciones,
para ello debe hacer uso de un lenguaje particular donde las palabras tengan
significados unívocos, que designen de manera estricta el mundo que pretenden
cambiar.
Ya
dijo Orwell en la Europa de su tiempo, cuando vio nacer al fascismo, el
comunismo y el nazismo, que la primera víctima del totalitarismo, es la verdad;
en su novela 1984, nos describió cómo funcionaba el newspeak, la neolengua, confeccionada con el propósito de desmontar
la coherencia y la crítica en los individuos y dejarlos a merced de la
propaganda, la guerra es paz, la violencia es amor… ¿Les recuerda a alguien?
Ganar
unas elecciones por un caudal de votos que nunca existieron, producto
únicamente de la manipulación mediática, dar discursos enfrente de 200 personas
y tratar de hacer creer que se trata de cientos de miles, declarar que durante
la jornada electoral no hubo violencia por parte de los cuerpos de seguridad a
sabiendas que hubo una masacre de por lo menos 15 ciudadanos asesinados por
militares, entre ellos francotiradores que dispararon y ejecutaron a civiles
desarmados, clamar que estamos a punto de un milagro económico cuando todos
saben que estamos irremediablemente arruinados, son apenas algunas
contradicciones que la ideología construye para el consumo de la gente, para
que la población crea algo muy diferente a la verdad.
Desde
que Chávez llegó al poder hemos tenido nuestra sobredosis de mentiras no sólo
sobre las acciones del gobierno, sino sobre los rasgos personales de muchos de
sus líderes, no solamente nos los pintaban como militares heroicos, patriotas
dispuestos a la defensa de la patria, filósofos que desarrollaron un
pensamiento que convirtieron en legado, y que nunca pasó de lamentables y
pobrísimos refritos, de ideas robadas a otros panfletistas de la izquierda
radical mundial.
Nada
era original todo era una copia mala de otras gestas, de otras revoluciones,
que en un escenario de cartón piedra y pantalla gigantes, acompañado por una música
de muy baja calidad y consignas del partido, impusieron al público venezolano
casi las 24 horas del día por todos los medios que el gobierno pudo robar y
comprar.
La
revolución bolivariana no se entiende si se obvia el elemento mediático, fue un
gobierno hecho para la televisión y en televisión, Chávez y su sucesor, el
colombiano Nicolás Maduro, gobernaban desde un estudio de televisión, hacían
sus reuniones de trabajo con ministros y directores para beneficio de las
cámaras, las giras internacionales del presidente, su participación en los
foros multilaterales, sus apariciones ante la masa de admiradores comunistas en
grandes estadios, era todo un montaje-espectáculo, puestas en escenas donde se
decían mentiras a granel, para el consumo local y para el asombrado público
internacional, hasta un network televisivo llamado TeleSur, crearon para
distribuir en el mundo aquellos bodrios populistas que recordaban las mejores
épocas del peronismo con Evita, la política como un show donde se cantaba, se
bailaba, se lloraba con los testimonios de la gente humilde que era
reivindicada con dádivas de los gobiernos benefactores y socialistas.
Nicolás
Maduro no tenía la presencia ni la habilidad de presentador de televisión de
Chávez, pero trataba, lo mal copiaba, hacía el intento de parecerse a su mentor
y líder, bailaba, tocaba congas, hacía “olas” con su público en las galerías,
utilizaba binóculos para ver hasta donde llegaba el mar de gente que
supuestamente acudía gozosa a estas tenidas, donde se bebía el licor parejo y
se indoctrinaba a dos manos, cientos de autobuses acudía de todas partes con su
cargamento de fans en un estado etílico de euforia incontenida, esperando el
pago que recibirían en el viaje de vuelta.
Esto,
hasta que se acabó el dinero, porque llegó el momento en que tanto fue la
corrupción, el robo y los desfalcos, que el tesoro nacional quedó en la inopia,
y el ánimo de la gente con la revolución se fue enfriando.
Pero
quedaba la mentira, las trampas electorales, un CNE sumiso y cómplice de todos los
trucos para ganar perdiendo, un manual escrito por esa inefable técnico
electoral, sociólogo y mercader de los votos, Tibisay Lucena, quien será
recordada como la pirata del voto automatizado, también estaban todos esos
programas pútridos de la televisión oficial,
donde se destilaba el odio de clase, el antimperialismo ramplón, la
grosería y los insultos, de una serie de presentadores de televisión que se
distinguieron por su fanatismo a la irracionalidad y a la inmoralidad.
Pero
ya sin dinero y sin popularidad sostener aquel edificio de mentiras y promesas
era más que imposible, ya no bastaba una prensa amordazada, unas radios
autocensuradas, unas televisoras sumisas al poder y unos sitios en internet que
colapsaban por falta de mantenimiento, todo aquel imperio mediático al servicio
del gobierno chavista empezó a crujir.
Las
multas y medidas punitivas de CONATEL no bastaban para mantener a raya a la
información libre, los ataques a los periodistas, sus encarcelamientos,
torturas y amenazas ya no surtían efecto, los medios sociales digitales
crecieron y se hicieron fuertes ante la censura, era imposible ocultar la
verdad.
Y
para ser justo, fue gracia a la torpeza del régimen, principalmente a la escaza
inteligencia que distingue a Nicolás Maduro, éste hizo lo imposible porque el
mundo entero se interesara en nuestro país, tomando una serie de medidas y
acciones que a todas luces aparentaban un grave desquiciamiento de su salud
mental.
Empezó
a masacrar al pueblo de Venezuela, se enredó en una serie de desafortunados
comentarios en contra de los EEUU y su nuevo presidente, comprometiendo en el
ínterin a otras potencias mundiales como Rusia y China en asuntos que
concernían la seguridad de los norteamericanos en el área, se descubrieron sus
lazos con el terrorismo y el narcotráfico, al punto que su propia familia se
vio involucrada en un publicitado affaire con la justicia de aquel país.
Sus
más allegados colaboradores resultaron ser personas asociadas con carteles del
crimen internacional, su negativa en atender la enorme crisis humanitaria que
crecía en Venezuela, preocupó a muchos países de la región que empezaron a
sufrir sus efectos, sonados casos de corrupción internacional y el
descubrimiento de enormes cuentas secretas en paraísos fiscales, encendieron
las alarmas.
Venezuela
empezó a ser vista como un problema para la seguridad hemisférica, eso es lo
peor que pudiera ocurrir para tratar de pasar inadvertido en medio de una
crisis económica, muy pronto se vio con mucha preocupación los lazos y vínculos
del gobierno venezolano en una red internacional que incluía a Irak, Siria,
Palestina, Corea del Norte, España, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Cuba,
Colombia, Rusia, China, en una extraña movida que incluía una carrera
armamentista, contrabando de minerales estratégicos (de valor para la industria
nuclear), uso de pasaportes venezolanos por terroristas, presencia de personal
militar en de estos países en Venezuela, concesiones de territorio para fines
de explotación energética, zona de alivio para la guerrilla colombiana,
financiamiento para campañas electorales en otros países y otros asuntos
obscuros y peligrosos.
Pero
fue indudablemente la fuerte represión que el gobierno aplicó al pueblo de
Venezuela, que protestaba pacíficamente por la carencia de alimentos,
medicinas, seguridad y servicios básicos la que definitivamente le dieron
razones al mundo para que empezara a mover sus fichas en contra del gobierno de
Nicolás Maduro, la prisión de sus principales líderes políticos, la detención
de periodistas internacionales, la inmensa campaña de lobby a que se dieron
diplomáticos venezolanos entre países de la OEA, CARICOM, ONU, MERCOSUR y otros,
sobre todo utilizando la amenaza con retirarles la ayuda petrolera que
recibían, creó un clima que no le convenía al narco gobierno.
La
verdad es que todo este show mediático que Maduro y su régimen dio al mundo
para demostrar que era uno de los chicos malos no benefició a ninguno de sus
allegados, todas las luces del escenario estaban sobre Maduro y este lo que
hacía era agarrar unos “berrinches” porque no le respetaban su soberanía de
hacer lo que le daba la gana.
Entonces
vino lo peor, la Constituyente comunal, la aplicación de la receta de gobierno
de Cuba en Venezuela, que traducido en términos para que todos entendamos,
propuso destruir la democracia en Venezuela ante los ojos del planeta, como si se
tratara de otro show mediático, sólo que esta vez el orden internacional en
occidente, no se la iba dejar pasar.
No se
quienes son los asesores de Maduro, pero la ruta que estaba siguiendo era el de
un suicida y nadie le dijo nada, o se hizo el chino.
El
asunto fue que publicitó el evento electoral como los circos anuncian el triple
salto mortal de sus acróbatas sin malla de seguridad, todo el mundo le advirtió
que no lo hiciera, que sería un desastre, pero el hombre obcecado con su
protagonismo mediático, figurando en las principales páginas de los periódicos
y de los noticieros del orbe, decidió cometer un superfraude, le dijo a Tibisay
Lucena que le sacara los votos de sus mágicas máquinas y efectivamente, el
presidente con más baja aceptación del electorado en la Venezuela
contemporánea, sacó la más alta votación que presidente alguno, incluso Chávez
había logrado en la historia, 8 millones y dele de votos salieron de la nada,
luego de una jornada desierta de votantes en los centros electorales.
Una
vez más la mentira había triunfado, pero presionó su suerte demasiado, lo hizo
delante de un público escéptico que le vieron las costuras a su mal truco, lo
tomaron como una burla, y ahora tenemos a Maduro arrinconado por su propia
ineptitud, señalado como tramposo y mentiroso, como asesino y torturador, como
anti demócrata y narcotraficante, ya le están lloviendo a él y a su gobierno,
una serie de sanciones y castigos en el peor momento posible, con el país en su
contra, con la comunidad internacional escandalizada y horrorizada por su
proceder, un país en medio de una crisis económica de magnitudes bíblicas, en
fin, la tormenta perfecta.
Pero
aún así, en la locura que sufre, aprieta la represión, vuelve a enviar a
prisión a Leopoldo López y al Alcalde de Caracas Antonio Ledesma, los presos
políticos más visibles del país, no se guarda insultos y amenazas contra sus
enemigos y abre la temporada de caza en contra de sus adversarios políticos.
Vuelven
los militares a masacrar al pueblo desarmado y en resistencia, los tribunales
militares no se dan abasto para procesar a civiles por protestar, en sus
expedientes se les agregan delitos graves para dejarlos fuera de circulación,
los jóvenes son los más afectados, menores de 16 años son víctimas de
ejecuciones sumarias en el medio de la calle, niñas adolecentes son violadas
por la policía cuando las apresan en las manifestaciones, hospitales son
atacados por las fuerzas militares y sus instalaciones gaseadas en contra de
los más elementales derechos humanitarios, no hay instancias a las cuales
acudir para pedir protección, esto no ocurre en la lejana Alepo, en Siria, está
sucediendo a dos horas en vuelo desde Miami y a escazas cuatro horas de New
York.
Pues
bien ¿Cuál es el plan de Maduro? Según mis fuentes, Maduro pretende
internacionalizar el conflicto, ya ha enviado despachos a las FARC y al ELN en
la frontera con Colombia para que se integren en la defensa de la revolución,
ya Evo Morales, presidente de Bolivia ha enviado un contingente de mercenarios
a la orden del narco estado venezolano, igual con Nicaragua, Cuba ya tiene sus
tropas en el país, por la frontera de Brasil están llegando elementos
palestinos y sirios, el partido PODEMOS de España está organizando una campaña
de apoyo para el gobierno de Maduro y apoyo al negociante del régimen, José
Manuel Zapatero, para que sea su fórmula negociadora la carta que triunfe en
esta delicada situación, una negociación con el narcotráfico, sería la primera
vez que la comunidad internacional le de beligerancia y legitimidad a un narco gobierno,
cosa que algunos consideran altamente delicado.
Maduro
está tentando a Rusia y China con jugosas propuestas si apoyan su régimen, les
asegura que los EEUU no tienen la voluntad ni el interés de impedir tales
asociaciones en nuestro país, y como primera señal de buena voluntad les está
pidiendo renovar el armamento militar y recursos para sostener las operaciones
de aseguramiento de ciertas plazas e instalaciones consideradas como
estratégicas.
Definitivamente
el estamento militar está en control del gobierno y lo está utilizando como le
conviene, se están preparando para una lucha en dos frentes, uno interno en
contra de la población y uno externo, pues saben que la intervención militar de
una coalición de países, es cuestión de tiempo.
Desde
mi punto de vista se hace necesario una inmediata respuesta del gobierno de
Trump en contra del gobierno de Maduro para frenar este intento de soliviantar
la paz de la región, una respuesta lo suficientemente clara y contundente para
que el desquiciado de Maduro y su entorno de militares corruptos y criminales,
entiendan que llegaron al límite permitido, y que de aquí en adelante lo que
viene es un square dance. -
saulgodoy@gmail.com
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