Lo
que va a suceder el 30 de julio está cantado, de modo que no habrá sorpresas;
una minoría de venezolanos, protegida por la Guardia Nacional, va a tratar de
imponerle a la gran mayoría un bozal y una cadena, para dejarnos en condición
de esclavos de unos corruptos y asesinos.
El
mundo entero ya lo sabe y han advertido que no lo hagan, todas las medidas para
impedir el acto de destrucción de una de las democracias más importantes de
Latinoamérica fueron tomadas e ignoradas, el régimen que encabeza Nicolás
Maduro está dispuesto a destruir al país y en esto el dictador Raúl Castro de
Cuba tiene una gravísima responsabilidad que en algún momento tiene que
responder por ello, de hecho, todo apunta a que su próximo objetivo es
desestabilizar Colombia ya con las FARC convertida en partido político.
Olvídense
de otra interpretación, aquí ya no se trata de que una parte de la sociedad va
a expresar sus ideas políticas en democracia, que habrá un debate, que se
consultará al “pueblo”, que será un proceso inclusivo, que será la expresión de
la democracia popular… toda Venezuela sabe que esos 500 y tantos diputados no son
sino unos zombis al servicio del muerto viviente mayor, Nicolás Maduro, que ese
proceso electoral está viciado hasta la médula, que se van a valer de un
gigantesco fraude electoral, en un intento por salvar el pellejo de unos
cuantos multimillonarios del narcotráfico, la corrupción y del contrabando, que
nos han robado hasta la comida.
Quienes
piensen todavía que se trata de ciudadanos que piensan diferente, de ese “otro”
que tiene derecho a expresarse en las urnas, emitiendo su voto, cuando en
realidad lo hace para convertir nuestro país en un campo de concentración,
simplemente está loco, ha perdido todo el instinto de supervivencia, es un
suicida, igual para quienes crean que con pacifismo y tolerancia ante estos
criminales violentos vamos a llegar a algún resultado positivo, estos verdugos
no entienden de Mahatma Gandhi, ni de Martin Luther King Jr... Quien ahora permanezca
con los brazos cruzados mientras los zombis firman nuestra sentencia a muerte
no es ciudadano, es un galeote.
El 30
de julio una pequeña gavilla de fanáticos va a acudir al llamado del amo en un
intento por crucificar a 30 millones de venezolanos, para quitarnos hasta la
forma de caminar, y nos van a usar como rehenes y escudos humanos, para que
unos pocos salven el pellejo ante la justicia internacional, que cada día que
pasa les cierra el cerco.
Está
de parte de nosotros permitir o impedir que esto suceda. Después del 30, las
cosas no serán más fáciles para que estos facinerosos nos impongan su régimen
de terror, todo lo contrario lo único que nos queda es pelear, no dejarnos
matar.
Está
en nosotros decidir si simplemente vamos a levantar las manos y rendirnos, para
que hagan con nosotros lo que ellos quieran, dejarnos violar por esos comunistas
y trabajar para ellos a cambio de mendrugos de comida; o es que todo ese
sainete de amenazas, discursos, propaganda de guerra, muertos, prisioneros y
torturados no ha sido un constante insulto a nuestra dignidad. El simple hecho
de que en ambas partes, chavistas y demócratas estemos contando las horas para
ese fatídico encuentro con nuestro destino, es ya evidencia de lo que piensan
de nosotros, que somos su rebaño de corderos listos para el matadero… Esta
situación tiene que tener un parado desde ya.
Venezuela
es un país pequeño, todo el mundo se conoce, no hay manera de pasar
inadvertido, en cada barrio y urbanización, pueblo o ciudad hay amigos que
conocen a un amigo de fulanito, o tenemos primos que son vecinos de zutano, si
van a utilizar al país como concha o guarida eso será imposible, están rodeados
por el enemigo; y estamos claros, por más que estiren – o se desplieguen, para
usar una terminología de guerra - estas fuerzas armadas, incluyendo, sus
llamados colectivos violentos, no van a poder cubrir todo el territorio
nacional en una acción general en contra del golpe; la pregunta que todo el
mundo se hace y que deben buscar respuesta en su instinto y amor por el país es
¿Qué vamos hacer?
¿Vamos
a permitir que ese día se levante esa gente afilando sus cuchillos para cortarles
la garganta a nuestras familias? Creo que sería más humanitario detener a estos
infelices ahora, que permitir que el régimen pase un día más en el poder,
matándonos de hambre y enfermedades, dejándonos en manos del hampa y de los
cuerpos represores del estado.
Lo
que estamos presenciando ni es democracia ni es un acto legal, mucho menos
constitucional, es simplemente un linchamiento generalizado del malandro cobarde e incoherente que
tenemos en Miraflores, que nos ha condenado a la miseria y al miedo; cobardes y
criminales son también quienes lo acompañan en esta burla a nuestra
inteligencia.
Creo
que, a partir del día de hoy, se abre una temporada contrarevolucionaria ante
las huestes del horror, mucho más contundente y violenta de la que hasta el
momento hemos dado; la guerra que andan anunciando la van a encontrar, porque éste
es un pueblo que no nació para arrastrase ni lamer botas, porque ya hemos
sufrido demasiado y la opresión no se aguanta, porque es preferible morir
luchando que enterrados en un hueco sin ver nunca más el sol, porque nuestros
hijos valen la pena el sufrimiento y la lucha que estamos por dar, y la sangre
que pudiera derramarse, más de la que ya hemos derramado, será para limpiar el
honor de esta patria mancillada por unos criminales, estamos enfrente de un
acto de legítima defensa, donde por todos los medios disponibles y posibles vamos
a detener un peligro eminente, presente y real.
La
libertad y la dignidad no se negocian, no se negocia la familia, ni la vida
buena, entendida ésta en su mínima expresión, como vivir sin miedo; no se
negocia el poder pensar y decir lo que se piensa; no se negocia el hogar ni el
trabajo digno; no se negocia el producto de nuestro trabajo, ni la manera como
queremos vivir la vida…
Ellos
aparecen a cada instante en los medios de comunicación hablándonos de muerte,
amenazándonos con la guerra, mostrándonos sus armas (que son nuestras),
diciéndonos que si no hacemos lo que ellos dicen nos van a castigar, incluso a
masacrar ¿Qué o quién les da ese derecho? ¿Es que acaso somos unas bestias
brutas, y ellos piensan que les pertenecemos y pueden hacer con nosotros lo que
les da la gana? De vuelta al estado natural, donde la civilización, el respeto
a la norma y la vida del otro ya no valen, tenemos el mismo derecho que ellos
en destruirlos, así como asesinan a nuestros jóvenes que ni siquiera les han
dado la oportunidad de hacerse hombres, tenemos el deber de sobrevivir a costa
de sus vidas.
Unos
pocos hombres y mujeres, supuestamente venezolanos (lo dudo), están tan
enloquecidos que han prestado sus nombres y personas para hacernos daño por
medio de esa constituyente comunal, para robarnos lo poco de alegría que aún
tenemos… y, sin ningún tipo de temor y recato, se han lanzado en esta aventura
de hacer añicos a la familia venezolana, su objetivo es condenarnos a la esclavitud
de sus más bajos instintos… y si ellos se atrevieron a hacerlo es porque ya no
les importa un carajo si viven o mueren, se están jugado la carta del ahorcado.
Nosotros,
simplemente, nos vamos a defender de estos zombis al servicio del muerto mayor,
que es Nicolás Maduro, que junto a todos esos uniformados del abismo quieren
acabar con nuestras vidas, tomar posesión de nuestros bienes y robarnos
nuestros hijos. Creo que llegó el momento de darles una lección que nunca van a
olvidar.
Y para
cuando amanezca este domino 30 de julio, todos los venezolanos decentes y que
amen a su país deben estar en sus barricadas, dispuestos a vender muy caras su
vidas, porque nadie debería transitar el camino de la muerte en silencio y sin
defenderse, nadie debería permitir que se cierna la noche sin pelear… ningún
venezolano con corazón humano, debería dejarse sumergir en la oscuridad sin
oponerse, y todos tendríamos que llevarnos, por lo menos, a tres o cuatro
zombis con nosotros al otro lado (el único lugar donde, sin excepción, todos somos
iguales). - saulgodoy@gmail.com
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