Ya
están los socialistas de salón, predicando su particular manera de ver el
mundo, apuntando sólo a lo que los beneficia; según ellos, la crisis en la que
está sumida el país obliga a que un próximo gobierno en Venezuela se ocupe,
como prioridad número uno, de la crisis social que padecemos, de la atención a
los pobres (que ahora somos todos), de tomar las medidas heroicas (y
socialistas, por supuesto) de atender las necesidades urgentes que unos
gobiernos socialistas han creado, por ineptos, medidas que tienen que ver con
los pobres y las necesidades de la gente.
Quiero
alertar a mis lectores que el chavismo está todavía entre nosotros, disfrazado
de buen samaritano, predicando supuestos valores humanitarios, cuando por
detrás sólo tiene el propio interés, para seguir con este banquete de
pordioseros en que han convertido al país y aprovechar hasta los huesos lo que
estos regímenes de hambre han dejado a
su paso.
Ningún
gobierno en el mundo y en la historia, que haya ondeado el combate de la
pobreza como agenda única, ha logrado resultados; todo lo contrario, lo único que
han hecho es agravar la miseria, la atención exclusiva y principal al problema
de la pobreza es un canto de sirena para conseguir popularidad, votos,
ideologizar y, finalmente, oprimir.
Es
muy fácil establecer el combate de la pobreza como programa de gobierno, es un
asunto que toca inmediatamente sensibilidades, sentimientos, buena voluntad y se
hace casi imposible rechazarlo, sobre todo en las condiciones como el chavismo
ha dejado a nuestro país, con una economía arruinada, sin dinero, sin
producción, sin seguridad alimentaria y con una masa de gente hambrienta y
enferma.
La
ideología socialista asegura que, cuando una sociedad se encuentra en tal
estado de necesidad, un gobierno distributivo, centralizado, fuerte,
benefactor, tendrá como principal papel el de redistribuir la poca riqueza
nacional entre los pobres, es decir, quitarle a los que tienen para dárselo a
los que no, en un gesto de solidaridad obligada y, amparado por la emergencia
nacional, se verá en la imperiosa necesidad de aplicar nuevos y más rigurosos
controles, imponer su autoridad para “igualar” la desigualdad, de modo que
todos reciban del estado de acuerdo a sus necesidades.
Imagine
usted la pesadilla, salir de un Socialismo del Siglo XXI para caer en un
socialismo convencional, de personas que creen que gobernar es alimentar a los
pobres, por lo que no hay manera de que ese país salga de la espiral de la
miseria y el error.
Les diré lo que yo haría, si fuera a gobernar
la Venezuela post-chavista: la primera medida que tomaría sería tratar de
separar de la actividad de gobierno la enorme crisis humanitaria que enfrenta
el país; para ello crearía una especie de comisión ad-hoc, con plenos poderes
dentro de su área, para que maneje la asistencia humanitaria internacional,
para que canalice, recursos, ayuda profesional, medicinas, materiales,
instalaciones que lleguen al país, incluyendo partidas de dinero de ONG’s y organismos multilaterales, con fondos de
emergencias para atender este tipo de situaciones, y que se administre un gran
fondo para atender a la población más vulnerable.
Estamos
hablando de recursos y un tiempo limitado, que debe ser coordinado con el
gobierno para asegurar las cosechas de rubros fundamentales (arroz, azúcar,
maíz, leche, carne, etc.) con los tiempos de la ayuda, de modo de ir reduciendo
lo más pronto posible la dependencia del país de estos recursos internacionales
para atender la emergencia. Esta comisión debe hacer un estudio de quienes en
la población recibirán qué tipo de ayuda, porque habrá ayudas gratuitas, otras
a precios solidarios, y aún otras a precio de mercado… lo importante es que los
mercados sean abastecidos, que la población productiva tenga acceso a una buena
alimentación, y los que no, se les prepare para ir desconectándolos poco a poco
de esa asistencia de emergencia.
Eso
por el lado de la atención a la emergencia humanitaria, porque no se puede
gobernar teniendo esa presión sobre el aparato del estado y sobre la capacidad
de gobernar.
El
estado, con un nuevo gobierno, deberá ocuparse exclusivamente de poner a trabajar
el músculo productivo de la nación, primero en los rubros en que, sabemos,
tenemos un mercado interno importante, atendiendo el consumo nacional;
paralelamente se debe revisar y honrar los compromisos de la nación, buscar con
urgencia los equilibrios macroeconómicos, monetarios y financieros, y atender y
cuantificar su deuda externa.
Hay
que buscar nuevos financiamientos para reactivar el aparato productivo,
privatizar lo que le produce pérdidas al estado, hacerlo liviano, reducir su
tamaño y buscar nuevas inversiones.
Y
aquí abro un paréntesis para explicar algo que he pensado por mucho tiempo, y
con que sé que muchos políticos jamás estarían de acuerdo; no es un secreto
para nadie que he apoyado la intervención de Venezuela por parte de los EEUU y
un grupo de países amigos de la región, con el único propósito de desarmar a
las FFAA chavistas y poner bajo control a todas las bandas armadas que hacen
vida en el país, porque los demócratas venezolanos no tenemos la capacidad de
hacerlo, tenemos que requerirlo y negociarlo con nuestros aliados y permitir
que imponga la paz social, sin éste ingrediente jamás podremos reconstruir el
país, entre otras cosas porque Cuba y los chavistas tienen planes de resistir
su desalojo del poder a través de la subversión y las armas, eso ya lo han
dicho muy claramente.
La
intervención cubana que en los actuales momentos sufre Venezuela es
insoportable y debe ser calificada como un acto de guerra, el dictador Maduro a
permitido la penetración cubana hasta el punto que hay varias ciudades en
nuestro país tomadas por fuerzas militares cubanas con la orden de reducir a la
población en caso de rebelión, e incluso atacar a las FFAA si estas se pusieren
del lado de la rebelión, a esta operación se le conoce como “Bastión” y ha sido
permitida por el Alto Mando Militar subordinado a la Habana, recordemos que
unos 60.000 elementos cubanos, entre civiles y militares permanecen en nuestro
país y operando bajo las órdenes de Raúl Castro.
Para
que se produzca una intervención de manera civilizada y ordenada en Venezuela
por parte de países aliados a la democracia y en contra del narcogobierno, hay
que negociarla con anterioridad, porque esa intervención tiene un precio; yo
estaría dispuesto a entregarle a los EEUU todos los contratos e instalaciones
petroleras para que las ponga al día tecnológicamente y la operen por un tiempo
hasta saldar el costo de la operación, también tendríamos que negociar una base
militar norteamericana en nuestro territorio, y cuando digo negociarla es
donde, de que tipo, por cuanto tiempo, con que propósitos, Colombia negoció las
bases de los EEUU en su territorio dentro del llamado Plan Colombia, y la
experiencia ha sido muy positiva.
Esa
base militar garantizaría dos cosas: la primera es darle seguridad a las nuevas
inversiones, porque los venezolanos no hemos actuado responsablemente en lo que
respecta a nuestro destino, le entregamos el país a los comunistas y ahora no
podemos salir de ellos, y si alguien de afuera no los saca, siempre habrá el
peligro de que vuelvan; la única manera de asegurar que no regresen, ni se
perpetúen en una guerra de guerrillas, sería con una base militar respaldando
al gobierno (por lo menos hasta depurar completamente las FFAA, refundarlas, y
eso va a tomar un tiempo), sin la base tardaríamos mucho tiempo en generar la
confianza necesaria en otros países para que inviertan en el nuestro, si no
estaríamos siempre con la espada de Damocles sobre nuestro cuello pendientes de
que el chavismo haga de nuevo su aparición.
El segundo
punto es que sé del interés de los EEUU en desarrollar un espacio-puerto en
nuestro país para viajes al espacio exterior; aparentemente, nuestra
localización, tan cercana al Ecuador, es ideal para estos fines, la ruta es más
corta, se gasta menos en combustible y podemos recoger la naves de regreso en
el mar o que aterricen en la base; se trata de una gran inversión y hay
elementos de seguridad involucrados que se resolverían con una base militar, pero
nos impulsaría a desarrollar un mercado y una tecnología que de otra manera
sería inaccesible.
La
presencia de los EEUU en nuestro territorio nos permitiría superar en tiempo
record la crisis en que estamos sumidos, pero para ello se requiere visión y
voluntad, de las cuales carece nuestro establecimiento político (abundante en
patriotismo vano y vacío, en mucho nacionalismo para de telenovela barata y en
una sobre dosis de anti capitalismo que los imposibilita para construir
futuro).
Lo
que quiero señalar con estas breves líneas es que es muy fácil caer en la
tentación de anotarnos en otro socialismo devastador y jamás salir del hueco
donde estamos metidos. Si jugamos inteligentemente y hacemos un gobierno para
producir bienes y servicios, para incorporarnos al sistema de la globalización,
crear fuentes de empleos, incluir al mayor número posible de ciudadanos al
progreso, si apostamos el ingenio y el trabajo de los venezolanos, podríamos
salir de todos nuestros problemas en muy corto tiempo y con ayuda de nuestros
aliados. Visto de esta manera, la pobreza no sería el enemigo a vencer, sino
nuestra propia ceguera. - saulgodoy@gmail.com
Muy bueno su escrito, lamentablemente los traidores, complices disque "lideres" politicos tampoco leeran mucho menos entenderan lo que ud nos escribe. La Mud y los diputados de la AN, que fue elegida para otros fines por mas de 14 mm de vzlanos, hoy dia se rie de ellos y de los que no creimos nunca en esos traidores, apatridas...estamos funios!! como oia decir para no decir la mala palabra; a la final las "malas palabra" dichas por buenas personas no son tan malas!, saludos
ResponderEliminarLa historia es "larga" hacia el pasado, elnsocialismo ha estado vigenge no solo en lo ideologico sobp en medidas economicas, sociales, politicas en el marco legal y constitucional desde 1958. El fenomeno del socialismo fue radicalisándose hasta las granxes cambios constitucionales que impuso una secuencia politico ecpnonica y constitucional en el camino del modelo cubano, con las diferencias basi as en lo económico y político. El pais fue llevado a el maximo empobrecimiento, deade el momento en que el socialismo se apuró con AD (socialismo socialdemocrata, especie de camino en etapas y en COPEI la baae ideologica del socialismo socialcristiano, ambos desde 1973. El resto wsto del no muy largo camino, se aceleró con la estatizacion, conizcasele tambien como socialización. El uktimonpaso, absokutamente logico u predecible llegaria en el 1995 con la violen ia elwcta por votos de la cpnstruccion via cpnstitucional del paraiso soxialista. El modelo de empobrecimiento se llevó unas cinco a seis decadas que han sido la secuencia y camino hacia el socialiamo. Podra Venezuela ka inovar hacia el capiralismo ?.... bastane difici hoy cuando la claE media que trajo el socialismo pueda revertir hacia el socialismo, simplemente sin una clase mwdia inovadora y conocedora del capitalismo nos parece que la caminata será larga hacia la versión socialista africana, son esos los tiempos que prevalecen hoy en nuestra patria Venezuela.
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