Me
gusta desarrollar escenarios en el futuro, entre otras cosas porque el futuro
no existe, todavía, no hay manera de poder saber si los eventos tomarán las
direcciones dibujadas, como ejercicio de planificación me da cierta libertad
imaginativa llevado por las tendencias y condiciones generales del presente, por
aquello de si se mantienen estas circunstancias podría darse estos resultados,
o si introducimos esta variante podríamos contar con… de esta manera, se pueden
trazar ciertas líneas gruesas en esa pizarra de lo posible.
El
siguiente ejercicio no pretende ser una agenda pero sí una guía de lo que
pudiéramos hacer para no ahogarnos en nuestras circunstancias, lo que viene es
duro y el país debe estar dispuesto a sacrificios y compromisos de gran calado,
hay que hacer un trabajo y avanzar en un
proyecto que todavía no está definido, pero el sólo hecho de deshacernos del
chavismo y de la utopía socialista es ya una recompensa.
Venezuela
se nos ha ido de la mano, nunca pensé que el país fuera a llegar a las
condiciones actuales, el chavismo militarista ha durado demasiado, nos ha
saqueado sin misericordia, dejándonos en las peores condiciones posibles para
la sobrevivencia.
Pero
haciendo de tripas, corazón-como decimos- vamos a trabajar sobre el peor
escenario posible y ver si podemos salir de nuestra postración, esto no significa
que vamos a empezar desde cero, no, Venezuela entera tiene un bagaje de
historia, los venezolanos tenemos una experiencia que debemos poner a valer en
este nuevo comienzo del país, porque dentro de las cosas malas que nos ha
traído esta crisis, también nos da la oportunidad de reinventarnos.
Imaginemos
que el chavismo es eyectado del poder, poco importa cómo, si abandona
voluntariamente el poder o si hay una intervención, si se produce un golpe o
hay un colapso general de la gobernabilidad, nuestro problema existencial se
presentará el día después, lo único que rechazo como escenario posible es una
negociación, por aquello que con los criminales no se negocia, termina uno
siempre embarrado y sirviendo a los intereses de las mafias y la corrupción.
Lo ideal
es que hubiéramos estado preparados, que como personas inteligentes y
precavidas tuviéramos un plan, o dos, para enfrentar las adversidades, como por
ejemplo contar con un gobierno de emergencia listo para asumir la conducción
del estado en caso del abandono chavista, con un programa más o menos elaborado
de los pasos que tenemos que dar con miras a enfrentar nuestra crisis, pero
vamos incluso a obviar esa previsión, supongamos que nadie contesta el teléfono
en Miraflores, no hay quien responda por el país ¿Qué hacemos?
Lo
más probable es que algunos “vivos” traten de hacer fiesta en medio del
desconcierto, que los partidos políticos tradicionales se adelanten a recoger
el guante y haya una pugna por el liderazgo, el escenario más probable es que
la Asamblea Nacional, entendida como club de los partidos políticos y no como
representación de los ciudadanos demócratas y libres de Venezuela, intenten
convertirse en las “autoridades” legítimas en ese vacío.
Pero supongamos
que el parlamento, la única institución que todavía conserva algún dejo de
legitimidad funcionara correctamente, tuviera un gesto de racionalidad y
pundonor, y contuviera las apetencias personales de ciertos burócratas que lo
que buscan es la figuración y los negocios desde el poder, sólo por un instante
imaginemos que la Asamblea Nacional, en un acto de cordura, nombrara una Junta
de Gobierno entre personas honorables que no pertenecen a los partidos
políticos, personas preparadas, en condiciones óptimas para asumir tal
responsabilidad, y por medio de un acto excepción, sin consulta y de manera
impositiva, cosa que no es descabellada y de la que se viene hablando desde
hace ya un tiempo, le diera vida a un poder ejecutivo provisional para que
actúe en nombre de la república.
Supongamos
que esa Junta sea aceptada por todos dada su necesidad, su temporalidad, su
tipo de mandato y la supervigilancia que tendría su gestión, digamos que sea un
año su vigencia, quizás sea lo recomendable, prorrogable por otro año antes de
convocar a unas elecciones generales, con la prohibición expresa que sus
miembros se presenten para ser elegidos a cargos públicos en los próximos diez
(10) años.
Esa
Junta estaría conformada por personas que no debe importarle el costo político
de sus gestiones, muchas de las decisiones que van a tener que tomar serán muy
cuestionadas, algunas con consecuencias legales, unas de sus funciones será la
de hacer de pararrayos del descontento popular, pero deben estar dispuestos a
llevar a términos medidas extraordinarias que pudieran costar vidas,
reputaciones y paz espiritual, el trabajo que deben hacer no será fácil pero si
necesario, van a tratar de salvar al país y darle viabilidad a un proyecto que
todavía no existe, van a exigir sacrificios y tienen que generar confianza, y
es la razón fundamental por la que deben ser personas sin rabos de paja ni
historiales cuestionados por acción u omisión.
La
principal tarea de esta Junta de Gobierno será el manejo de la crisis, reducir
el desastre y prevenir el conflicto, es decir, debe coordinar distintas
instancias nacionales e internacionales para ir desarrollando tanto los planes
como las inversiones y ayudas al país, hacer los puentes necesarios de las
distintas ONG’s y el gobierno, establecer los indicadores de avance y metas de
los distintos programas, y prever los plazos de ejecución de los mismos, y al
mismo tiempo, seguir gobernando, que el país funcione.
Contener hemorragias y abrir
llaves de paso.
Esta
Junta de Gobierno, que no es otra cosa que un poder ejecutivo colegiado,
trabajará conjuntamente con la Asamblea Nacional en condiciones de emergencia
nacional, para restituir la Constitución vigente y conformar los poderes
públicos del nuevo gobierno, tenemos la inmensa fortuna de no tener un
conflicto bélico en curso, tenemos problemas graves de seguridad, de grupos
violentos y extranjeros operando en partes del territorio de manera autónoma,
pero no estamos en guerra.
Una
de las grandes ventajas del país es, que aunque no disponemos del recurso
financiero inmediato y a la mano, para costear nuestra reconstrucción, si
tenemos reservas energéticas y minerales importantes que nos van a servir de
respaldo, pudiéramos contar en corto plazo con importantes sumas provenientes
de la recuperación de capitales robados a la nación, congelados o rescatados de
la corrupción.
Pudiéramos
contar con entradas provenientes de las privatizaciones ya que hay que
desmontar al estado empresario, que malamente han instaurado los
revolucionarios, una infinidad de empresas quebradas e ineficientes que
deberían estar en manos privadas, y con suficientes garantías y generando la
confianza necesaria, podríamos obtener el financiamiento necesario para un
rápida recuperación, contando siempre con que el país actuará de manera
inteligente, responsable y transparente.
Hay
importantes sectores financieros que ven en nuestra reconstrucción una
oportunidad para nuevos negocios, la banca multilateral y los organismos de
desarrollo regionales ya han dado su visto bueno para un plan de reconstrucción
del país si se dan las condiciones y el ambiente adecuados, tenemos socios,
aliados y bloques de países amigos dispuestos a contener la crisis de Venezuela
y explorar vías para que retomemos nuestro desarrollo y reincorporación a la
comunidad de naciones civilizadas y democráticas, lo que tenemos que hacer es
ponernos de acuerdo y establecer nuestras prioridades.
Las
tres patas de una exitosa atención a la crisis y reconstrucción del país son,
un gobierno eficiente, un sector privado fuerte y una sociedad civil dispuesta
al trabajo, y si no están en condiciones como lo sería el caso venezolano, hay
que procurar que en el menor tiempo posible podamos llevarlos a niveles
operativos suficientes, para estabilizar nuestra economía y reactivar nuestro
aparato productivo.
Supongamos
también que podamos contar con una parte, aunque sea mínima, de nuestras FFAA
que esté dispuesta a someterse al mandato de esa Junta y contribuir al
establecimiento del orden, uno de los trabajos principales en materia de
soberanía y seguridad será la de ir recuperando esos territorios que se
encuentran en manos de fuerzas irregulares y obedeciendo directrices desde
países extranjeros.
Es
imposible ganar la confianza de inversionistas y agencias internacionales para
el desarrollo si no tenemos ley y orden en el país, lo que va implicar aceptar
la ayuda de la comunidad internacional para potenciar nuestras capacidades
tanto militares como policiales.
Todas
las autoridades civiles en ejercicio que llegaron a sus cargos por procesos
electorales legítimos, deberían ser reconocidas excepto las que provengan del
chavismo, que serán destituidas y sus reemplazos nombrados por la Junta, y aquí
hago una pausa para expresar mi opinión sobre este asunto que me parece vital,
el chavismo como corriente y pensamiento político debe ser ilegalizado, sus
organizaciones y alianzas internacionales deben prohibírseles operar en el
país, sus símbolos, consignas y manifestaciones de propaganda y promoción deben
ser recogidas y destruidas, el chavismo debe ser considerado como una ideología
anti venezolana.
Todas
estas autoridades en ejercicio, están en la obligación de hacer de inmediato un
control de daños de sus entidades, evaluarán en sus territorios de competencia
las necesidades más urgentes de su población, los recursos con que cuentan, que
funciona y que no, que producen y cuanto, el grado de organización y respuesta
de sus comunidades, amenazas y peligros, ventajas y oportunidades para su
reactivación, mucho de este trabajo ya está bien adelantado afortunadamente.
Las mínimas
funciones que debe tener una nación para poder funcionar en medio de una crisis
son: tener una mínima capacidad de defensa, de poder aplicar la ley y mantener
el orden, tiene que defender los derechos de propiedad a toda costa, debe
manejar los indicadores macroeconícos, sobre todo con el ánimo de controlar la
inflación, que es el elemento más corrosivo que actúa sobre nuestra sociedad, atender
la salud pública, sobre todo las necesidades de prevención de epidemias y
enfermedades contagiosas, el rescate de los centros de atención, primarios y
hospitales, el abastecimiento de medicinas a la red de farmacias.
Una
de las informaciones fundamentales a presentar, es donde está ubicada la
población más vulnerable, la que se encuentre en peligro, alimentario, sanitario,
y de servicios, debemos ubicarlas y georeferenciarlas en mapas confiables, para
que la atención humanitaria, por parte de organizaciones multilaterales, puedan
preparar planes de contingencias que partan del nivel local (parroquias y
municipios) hasta integrarlas en un plan estadal y si es posible, regional.
Deben
detectar cuales territorios se encuentran sin posibilidades de comunicación y
transporte y enviar esa información urgente a Caracas, deben nombrar equipos de
enlace con las organizaciones multilaterales, preparar centros de control, de
información, de atención a las comunidades y tener listos los equipos de
personas y/o instituciones que puedan ayudar en la distribución de las ayudas
humanitarias y de las donaciones bilaterales, entre otras actividades deben
escoger centros de acopio, de atención a las personas, preparar con cuidado
censos e inventarios, sitios para campamentos de refugiados y para el personal
que es parte de las operaciones, hay que tener rutas de acceso y salida, rutas
alternas.
Con la atención de la crisis
parte el proceso de reconstrucción.
Esta
es una oportunidad de oro para las organizaciones políticas, principalmente los
partidos que tienen presencia nacional para ellos ponerse al frente de este
esfuerzo de coordinación de la ayuda, y hacer de esta campaña un todo orgánico
y funcional que reduzca el tiempo de la intervención humanitaria.
De
las prioridades en la resolución de la crisis no hay que perder de vista la
producción de alimentos en base a los tiempos de cosechas, ciclos de siembras,
disponibilidad de silos, almacenes, frigoríficos, se debe levantar un
inventario de necesidades urgentes de repuestos para maquinarias, transporte,
semillas, fertilizantes, vacunas, alimentos concentrados, pesticidas, registro
del agua disponible para el riego, estados de las vías, mataderos, mercados y
agroindustria.
Uno
de los grandes peligros de las ayudas humanitarias es acostumbrar al país a la
asistencia extranjera, anulando las iniciativas para auto proveerse de bienes y
servicios, se crean vínculos de dependencia fatales que terminan cuando la
ayuda se agota, hay que entender que la asistencia humanitaria tiene un límite
y un propósito, y mientras dure, hay que aprovecharla para poder producir, y
sustituir esa ayuda por producción nacional.
Es de
importancia estratégica levantar el control cambiario y el establecimiento de
una paridad única, iniciar los esfuerzos por una estabilización macroeconómica,
consolidar la deuda pública, la deuda externa, tener información al día de
vencimientos de obligaciones, contar con información diaria sobre demandas en
curso, procesos y contrataciones realizadas por el régimen chavista de manera
irregular.
Es
necesario simplificar y hacer efectiva la recaudación de impuestos, el estado
necesita de esos recursos para su funcionamiento, y la población debe seguir
pagando sus tributos a cambio de buen gobierno, en este caso, de que alguien se
ocupe de resolver la emergencia y cuando esta se supere, los impuestos darán
representación política y derecho a reclamar eficiencia en la gestión.
El
manejo de la crisis es fundamental para la reconstrucción del país, más que
actores políticos necesitamos son gerentes confiables y eficientes, la
recuperación de la infraestructura física del país, carreteras, sistemas
eléctricos, acueductos, embalses y otros, darán un empleo necesario en las
regiones; todas las ayudas militares, policiales y de inteligencia, deben
aprovecharse para proyectar sobre los territorios bajo ayuda humanitaria, un
paraguas de defensa y seguridad, procesando y compartiendo información con la
ciudadanía.
La ayuda
puntual a centros neurálgicos como puertos, aeropuertos, aduanas y alcabalas
fronterizas, nos permitirán tomar medidas contra el contrabando, restringir la
flujo migratorio por un tiempo prudencial, imposición de toques de queda donde
sea necesario, información constante a la población sobre lo que deben hacer y
lo que se está haciendo, donde acudir, a quien llamar y cuáles son los centros
de emergencia.
La
reestructuración judicial, es una necesidad perentoria y hay que hacerla de
manera acelerada, el Tribunal Supremo en el exilio debe retornar al país y
asumir inmediatamente sus funciones dentro de la resolución de esta crisis,
debe brindarle seguridades y coherencia
a las relaciones sociales, dentro y fuera del país, debe hacer valer la letra
de la constitución vigente y aplicar la justicia de manera inmediata y
procesando a culpables y estableciendo castigos ejemplarizantes a quienes son
responsables de delitos capitales.
Con
la ayuda de la Asamblea Nacional, el TSJ legítimo, se debe avocar al
nombramiento de jueces, fiscales, y demás funcionarios que puedan resolver los
problemas de aplicación de la justicia ordinaria para el ciudadano común,
justamente para evitar enfrentamientos innecesarios y exceso de violencia.
Insisto,
este gobierno de emergencia es para estabilizar y pacificar al país, con el
llamado a elecciones generales habrá un verdadero cambio de gobierno, que será
el inicio de la reconstrucción del país, esos primeros cien días del manejo de
la crisis venezolana marcarán el rumbo de lo que vendrá que no es otra cosa que
enfrentar nuestro destino. - saulgodoy@gmail.com

No hay comentarios:
Publicar un comentario