No
hay termino más amplio que el concepto de realidad, tiene tantos
puntos de vistas como diversos son los intereses que pretenden abarcarlo, por
ejemplo, una cosa es la realidad política del momento, o la realidad histórica
si estamos hablando de ciencias sociales, otra es la realidad del individuo en
su concepto cosmológico o evolutivo (biológico), o su realidad psicológica si
vamos a plantearnos circunstancias mentales o de personalidad, o cual es la
realidad metafísica si nos adentramos en los planos de transcendencia y
espirituales, pero aún tratando de racionalizar sus aspectos físicos, hablar de
realidad se nos hace cuesta arriba sino hacemos el esfuerzo de trazar ciertos
límites y estructuras, pues el término se nos disipa en contradicciones
flagrantes, incluso dentro de las llamadas ciencias “duras”.
Hay
conceptos discutibles, que admiten argumentación en contrario, que sus
postulados no son definitivos, y el termino realidad es uno de ellos, tomemos
el caso de la física clásica, el de los empiricistas, que dicen que sólo
aquello que puede ser medido existe, en el lado contrario se encuentra los
llamados anti-realista, que fueron muchos de los fundadores de la Mecánica
Cuántica, que hablaban de una realidad “local” y otra global muy diferente
ambas, de una realidad observable y otra totalmente extraña que nadie ve, de
una realidad presente y otra que está en el futuro, completamente distintas
aunque tratándose de los mismos objetos o sujetos.
Dos
de los principios fundamentales de la física clásica, por un lado, el Principio
de Contradicción, elaborado por Aristóteles, que dice, que el mismo atributo no
puede, al mismo tiempo, pertenecer y no pertenecer al mismo sujeto y en el mismo
respecto. Y la Ley del Medio Excluido
que reza: que entre un pronunciamiento P,
y su negación ¬P no hay nada en el
medio, en el mundo cuántico ambas quedan derogadas.
Hasta
el mismo principio de la independencia de la realidad que postula que la misma
está allá afuera, independiente de nosotros, sin importar si la describimos o
no, queda pendiente de lo que hace el observador; todo sistema para describir
la realidad se hace incompleto o dependiente de variables inesperadas,
cualquier formulación matemática del mundo o sus partes, al igual que cualquier
expresión semántica que usemos para describir fenómenos quedan siempre cortos y
no se corresponden con la totalidad de la realidad.
El
filósofo Ben G. Yabobi profesor investigador del Imperial College de Londres y
de la Universidad de Harvard, nos resume nuestra paradoja existencial de manera
brillante, lo tomamos de artículo El
Dilema Humano, la vida entre la ilusión y la realidad (2013):
La mente humana se esfuerza por asir la
realidad, pero en términos prácticos sólo puede generar varios conceptos y
teorías que tienen sus limitaciones. Identificar los límites sus límites de
aplicación es primordial. Si estas fronteras y límites no están bien definidas,
los conceptos y teorías se pueden convertir en dogmas y a uno sólo le queda la
ilusión de un entendimiento. Los conceptos y teorías no pueden describir la
realidad última debido a que no tenemos acceso a todos los elementos de la
realidad emergente, y debido al desconocimiento inherente de todos los elementos
residuales que no podemos descubrir ni entender. Por lo tanto hay una
desconexión inevitable con la realidad. El problema fundamental con las
ilusiones es que toman posesión de la consciencia individual resultando en un
rechazo de ver las cosas como son sin las ilusiones de por medio.
La realidad mental existe sólo en la mente del
observador y siempre es una interpretación del mundo nunca es la realidad
última, la construimos de los diversos estímulos que recibimos por nuestros
sentidos y es todo un mosaico de informaciones procesadas por nuestros sistema
nervioso, no tiene una dimensión espacial y su existencia depende sólo del
observador, no todo el mundo está claro que la versión de la realidad que
tienen en su mente, no es la misma que la realidad exterior, uno de los grandes
problemas que tenemos los humanos es que
a estas alturas de la civilización no sabemos si la realidad última existe del
todo.
Una de las ventajas de aceptar este misterio de la
realidad es que podemos detectar cuando estamos viviendo de ilusiones, que
terminan siendo engaños, falsos escenarios construidos por la fe, las
creencias, la propaganda, las ideologías, las teorías, los trucos del lenguaje
y de la retórica, de allí la importancia de estar cotejando continuamente estas
diversas propuestas de realidades entre ellas, comparando visiones,
descripciones, investigaciones y propuestas, todos sabemos de lo fácil que nos
resulta torcer la realidad para que se acomode a nuestros intereses, sobre todo
en política.
La percepción del mundo para los humanos está
construida a fuerza de lenguaje, y no hay nada más limitado e impreciso que el
lenguaje, por ello es que en el curso de nuestras vidas es necesario navegarla
utilizando varios mapas de la realidad, mapas que sabemos incompletos, aún los
más detallados siempre resultan incompletos, y continuamente se van rehaciendo
a medida que descubrimos los secretos del universo.
Los humanos tenemos la necesidad imperiosa de darle
un orden al caos que es la vida y para ello construimos estructuras, sistemas,
teorías que nos permitan darle significado a los eventos, nuestra mente no es
capaz de aceptar sucesos sin sentido y el sentido lo ponemos nosotros, por ello
es que vivimos inmersos en la cultura, en los sistemas simbólicos que nos permiten
vivir con cierta coherencia, y si son creencias equivocadas, ilusiones falsas,
podría hacernos la vida miserable.
El profesor Gerd Ch. Krizek, de la Universidad de
Viena nos habla de una de las posiciones más interesantes de la filosofía de la
ciencia y es el punto de vista del llamado realismo metafísico, del cual el
profesor H. Putman nos describe la perspectiva realista, dice Putman:
Una de estas perspectivas es la del
realismo metafísico. En esta perspectiva, el mundo consiste de una totalidad
fija de objetos independientes de la mente. Alude a que existe una descripción
completa, exacta y verdadera del mundo tal cual es. La verdad involucra una
relación de correspondencia entre las palabras y el pensamiento por medio de
signos con el conjunto de cosas. Yo llamo a esto la perspectiva externalista,
ya que favorece en punto de vista del ojo de Dios.
El problema que quiero dejarles en mente es que la
Mecánica Cuántica alega que los constituyentes básicos de la materia a nivel
submolecular, funcionan con leyes muy diferentes al del mundo de la física
clásica, pero estos elementos constitutivos de la materia influyen de manera
determinante en su comportamiento como objetos y sujetos en el mundo, ignorar
esto, significa tener una versión incompleta de la realidad, nos hacemos la
pregunta, ¿Cuantas realidades distintas funcionan en el mundo que todavía no
hemos descubierto?
Se acaba de realizar un exitoso experimento
utilizando una computadora cuántica revirtiendo el tiempo al pasado en un
segundo, se rompe con la Segunda Ley de la Termodinámica que entre otras cosas
dictaba que la flecha del tiempo sólo se podía direccionar del pasado al
presente, es por ahora un paso muy pequeño en descubrir mecanismos ocultos en
la realidad, pero las posibilidades están allí y cambiará nuestra noción del
universo.
Ni la vida ni la muerte son hoy lo mismo que antes,
la realidad es elusiva y no hay quien pueda describirla… todavía. -
saulgodoy@gmail.com
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