Alberto
Federico Ravell uno de los periodistas y empresario de las comunicaciones que
más admiro, ha aceptado ser el nuevo encargado de las comunicaciones del
gobierno de transición del presidente socialista Juan Guaidó, hecho que me hizo
pensar sobre el papel de los comunicadores sociales en asuntos políticos,
porque los que se encuentran en esas posiciones se convierten en políticos, no
hay manera de negarlo ni impedirlo, pero lo que me llama la atención es que un
hombre que fue perseguido por el socialismo, que como un profesional de las
comunicaciones y dueño de medios fue atacado, censurado, insultado, robado,
sancionado y amenazado por uno de los más conspicuos promotores de la “justicia
social”, acepte ahora convertirse en el zar de las comunicaciones de los
socialistas “buenos”.
Entiendo
que el Sr. Ravell tiene sus intereses e ideología política, sabemos de sus
simpatías con ciertas organizaciones políticas, de su compromiso con la
democracia, con la libertad, con el mercado, con el respeto por la ley, por la
libre competencia y por sobre todo, con la libertad de expresión y el acceso a
la información, pero que ahora se preste para ser vocero y multiplicador de
esta particular ideología y a favor de un representante del partido Voluntad
Popular y su fundador el abogado Leopoldo López, lo están marcando como ficha
importante del socialismo en Venezuela, lo que probablemente era, y ahora tiene
su oportunidad de demostrarlo.
La
única manera que tengo de entender esta jugada es que el Sr. Ravell es un
socialista convencido, cosa que ni es extraña y que tiene explicaciones, pero
que no deja de sorprenderme, pues quien haya
recibido tanto palo como él, de parte de los seguidores de una filosofía
de vida tan contradictoria y enemiga del desarrollo individual, de la empresa y
a favor de un estado fuerte e interventor, lo menos que debería sentir es
simpatía por la misma, y menos todavía, convertirse en su vocero, lo cual dice
mucho sobre su persona.
Pero
vamos por partes, en una democracia cada persona es libre de pensar y creer en
lo que quiera, de expresarlo y hasta dedicar su vida a ello, hay empresarios y
comunicadores socialistas, lo más probable es el Sr. Ravel considere que el
socialismo del siglo XXI no es el verdadero socialismo tal y como lo ha
expresado Guaidó, que hay socialistas buenos y malos, y “ellos” son los
socialistas buenos.
Así
lo siente el Dr. Leopoldo López, el preso político venezolano más famoso del
socialismo revolucionario, jefe de Juan Guaidó, y lo predica en su pensamiento
sobre la continuación de un estado fuerte, empresario, dueño de los recursos
naturales, de los principales medios de producción, de un estado centralizado y
planificador, benefactor, repartidor de dádivas, de distribuidor de la riqueza
nacional, de grandes programas sociales financiados por el erario público,
interventor y regulador de la actividad privada.
Voluntad
Popular es un partido político socialista, se desprende de su acta constitutiva
y de sus principios doctrinales, está asociado a la organización de la Internacional
Socialista, está vinculado a los principales partidos socialistas del mundo de
quienes ha recibido ayudas, apoyo y solidaridad, tiene especiales relaciones
con la iglesia comunista del Papa Francisco, sus principales oficiales son
rabiosamente colectivistas y defensores del igualitarismo, sus integrantes han
sido recipientes de importantes premios de organizaciones socialistas, lo que
significa que son favoritos de esa poderosa organización mundial para la
implantación del comunismo en el mundo.
El
problema fundamental de esta red de organizaciones socialistas y comunistas en
el mundo es que parten de una ideología común, de un sentimiento fraternal que
los eleva como moralmente superiores a cualquier otra manifestación política
debido a lo humanitario de sus propósitos para con los desposeídos, unas ideas
y una doctrina equivocadas en mi opinión (mis argumentos han sido publicados en
mi blog El Tambor del Hortador de manera profusa y continua); todos los países,
regímenes, líderes, partidos, religiones, facciones y activistas están
hermanados, pertenecen a una comunidad global marxista leninista muy fuerte,
donde a pesar de las diferencias de métodos y vías para lograr la llamada
Justicia Social, todos son capaces de asociarse, de negociar y llegar a
términos sobre los intereses comunes de la llamada izquierda internacional, que
funciona como una mafia y canalizan recursos y apoyos de manera abierta y
subterránea.
Es
por ello que a pesar de la virulencia como algunos regímenes revolucionarios
tratan a sus pares socialistas de otras organizaciones, tal y como el chavismo
ha tratado a los otros partidos de izquierda en Venezuela, como ha sido el caso
del Dr. López y el Sr. Ravell, con quienes el chavismo ha sido particularmente
crueles, aún con eso, estos venezolanos sostienen márgenes de tolerancia y deseos
de cohabitación con estas formas de socialismo militarista y violento, razón
por la que el partido Voluntad Popular está dispuesto a llegar a asociaciones con
grupos de poder del chavismo en el área de las empresas petrolera y de
otorgarles perdones y permitirles que permanezcan activos políticamente.
Pero
también hay otra interpretación, Ravell es un capitalista salvaje, se escuda
detrás de la excusa de algunos profesionales, entre ellos, abogados penalistas,
que esgrimen el argumento que están obligados por la ley a proporcionarle
servicios de asesoría legal aún a aquellos criminales confesos y que a su
disgusto se lo soliciten; bajo el mismo principio, éste comunicador se siente
compelido a darle sus servicios de comunicaciones a un socialismo que a la
larga, será tan nefasto y maligno como el chavismo que le hizo la vida
imposible, porque el socialismo no tiene otra meta que el totalitarismo, es lo
que la historia nos ha enseñado, la experiencia lo demuestra.
Es
probable que el Sr. Ravell utilice el argumento de que Guaidó representa la
posibilidad de cambio para el país, nuestra única oportunidad de salir de
Maduro, de llegar a términos con una transición, pero la impresión que tiene la
gran mayoría de venezolanos es que la conformación de este Centro Nacional de
Comunicaciones está siendo contratado para anular a las voces opositoras de la
oposición, para contraatacar a los llamados “guerreros del teclado”, para
homogeneizar la opinión pública, aplanarla, y hacerla uniforme a favor del
interés, no del Parlamento, sino del partido Voluntad Popular, destinado a
convertirse en el nuevo PSUV, y al Dr. López, como el nuevo líder mesiánico del
nuevo socialismo, el auténtico, el de verdad.
Tengo
la impresión que unas de las tareas fundamentales del señor Ravell será la de
llamar a esa unidad impracticable por general, a ese unitarismo sin sentido por
ciego, torpe y no consensuado que quieren imponerle estos socialistas sobre los
venezolanos, para apoyar proyectos y personajes sacados de un jardín de
infancia, entubarnos y obligarnos al suicidio pareciera ser la consigna.
Lo
cierto es que hay una necesidad real de una mejor comunicación, tanto para el
parlamento, como para el presidente interino como para el partido Voluntad
Popular, y que Ravel pudiera solucionarle varios de esos problemas que les
impiden un mejor flujo de la información, y según lo que estoy viendo, la
incorporación del Sr. Ravell en esta organización, es un engranaje más para la
toma del poder, vía elecciones, por parte de ese partido político, ojo, que
está en todo su derecho de hacerlo, pero sería competencia desleal si lo hacen
con dineros de la nación y muy poco ético si se están aprovechando de esta
crisis humanitaria, tomando ventaja en medio de este desastre sociopolítico que
sufre la nación venezolana para adelantar sus intereses.
Sea
cual fuere la razón, va a ser un verdadero placer y un honor medirme con el Sr.
Ravel en el plano de la opinión pública para defender la verdad y los
principios de la democracia, principalmente porque al aceptar el cargo de comunicador
del Sr. Guaidó, se convierte en un vendedor más del socialismo, lo que implica,
así no lo quiera, engañar y embaucar a la gente, ofrecer una ideología basura. -
saulgodoy@gmail.com
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