El
título de este breve ensayo se le atribuye a una expresión del experto
sumerológo Samuel Noah Kramer, cuyo libro La
Historia comienza en Sumer (1957) me ha acompañado por toda mi vida pues
estaba en la biblioteca de mi hogar desde que era un niño (sí, efectivamente,
fui un niño), en palabras de la investigadora Lucila Ocaña Jiménez, en su
ensayo La Historia Comienza en Sumer,
Una historia de Dioses. Termina con Guerras y Demonios (2001) nos recuerda:
En palabras de sus sabios, Sumeria fue
una civilización sagrada, planeada, diseñada y dirigida por los seres que
vinieron del cielo, los nefilim. Ellos habitaron Mesopotamia desde antes de la
creación del hombre. Estos seres o dioses contaban con todo el conocimiento
para crear la civilización, de ahí que ésta fuera producto de un plan divino,
no un grupo humano que gradualmente desarrolla su sociedad y su cultura, sino
la aparición de criaturas humanas a las que los dioses han de dar todas las
herramientas para sobrevivir y para satisfacer a sus creadores. Así se explican
los sumerios la aparición de la agricultura, la ganadería, la minería, la
irrigación, las artes y oficios y la organización política.
Esta es una historia harto compleja sobre la
creación del mundo, que nos llega por varias fuentes entre ellas por los
relatos de Atra-hasis y los de Gilgamesh,
que son de los más antiguos del mundo y donde se habla de los Anunnakis, unos
dioses menores, a quienes se les asigna un lugar para vivir en la Tierra y su
labor era trabajar para los dioses superiores, pero los Anunnakis se relevaron
en contra de esta explotación injusta y flagrante y fue de esta manera que nace
la humanidad.
Se crea al ser humano para que trabaje como esclavo
haciendo el trabajo que hacía los Anunnakis, según esta historia tomaron a un
hombre salvaje que ya existía y lo moldearon con el barro primordial a la
imagen y semejanza de los dioses, de hecho, sacrificaron a unos de sus dioses
para que su carne y su sangre se mezclaran con el barro.
Para hacerles la historia corta, muy corta, esos
humanos originarios eran rebeldes, parranderos y les encantaban las orgías,
grandes bebedores de cerveza (la cerveza también nació en Sumer) armaban
tremendos alborotos y lo peor, se
reproducían como conejos, tal fue el desorden y la superpoblación, que los
dioses llegados del cielo decidieron eliminar semejante plaga, y les enviaron
el primer gran diluvio.
Nos salvamos porque Enki, uno de los dioses,
contactó al sabio Ziuzudra para que se pusiera a salvo con su familia
construyendo un barco, alertado, este hombre que posteriormente conoceríamos
como Noé, obedeció y fueron los únicos especímenes humanos que quedaron después
de aquel chaparrón universal.
Todo esto y muchísimo más están contenido en
tablillas escritas en lenguaje sumerio y acadio, la escritura más antigua que
se conoce, de formas cuneiforme y que por alguna extraordinaria razón que
desconozco, los EEUU se convierten en uno de los países en desarrollar escuelas
e investigadores que se hacen expertos en estos remotos documentos, y cuando
digo expertos es porque en algún momento de los años 70, sólo había un puñado
de investigadores que podían leer estas tablillas, la mayoría de ellos eran
norteamericanos.
Las raíces de los estudios bíblicos en el mundo
están hundidas en estas arcanas historias, y tratan de cómo los creadores de la
humanidad vinieron del cielo, de muy lejos, trayendo consigo las tecnologías y
adelantos que hicieron de Mesopotamia la cuna de la civilización en nuestro
planeta, todavía quedan monumentos y arte de aquella lejana época, que
retrataron a unos extraños personajes y lo que podría ser sus naves (carrozas
aladas).
Estas hipótesis de alienígenas ancestrales o de paleocontacto, nos
hablan de que la vida tuvo un origen extraplanetario como lo reflejan diversas
y remotas fuentes alrededor del mundo, incluyendo a nuestra América, el
problema es que aún necesitan de confirmación científica, hay diversas teorías
que se esmeran en presentar la idea de la contaminación sideral, que la vida
tuvo su origen en el choque de meteoritos con la Tierra y que los elementos
primordiales que desencadenaron nuestra creación vinieron de muy lejos, todo
esto está en veremos, pues no hay pruebas contundentes, apenas contamos con
algunos indicios.
Pero esto no impidió que se desarrollaran unas
tendencias cuasi religiosas, otras, especulaciones y derivaciones conspirativas
que terminaron confluyendo con las ideas de visitante alienígenas de reciente
data, sobre todo con “los reptilianos” que tanto furor han despertado en el
mundo.
La historia me parece apasionante ya que trata de
un conflicto entre expertos lingüistas y que han creado todo un terremoto que
ha sacudido tanto la escena académica, del espectáculo y de las conspiraciones,
y de paso ha hecho millonarios a unos pocos.
Se las resumo para que puedan seguirla pues se
encuentra en pleno desarrollo.
En primer lugar, su aspecto, las imágenes que nos
llegan de estos dioses tenían el aspecto de cocodrilos, algunos de serpientes,
de piel escamada y esos ojos de pupila oblonga y vertical, altos, algunos eran
gigantes, a finales de los sesenta principios de los setenta empezó un
movimiento que los involucraba con el fenómeno de los OVNIS, ya en esa época se
hizo, por parte de NBC un programa que batió record de audiencias sobre el tema,
con la conducción del archifamoso Rod Serling por su aparición en la serie Dimensión Desconocida.
Pero fue con la publicación del libro El 12mo
Planeta (1978), del autor Zecharia Sitchin, unos de esos pocos hombres que podían leer las tablillas,
piedras y cilindros cuneiformes repartidos en los museos del mundo quien en una
interpretación que hace de la historia de los Anannukis, introduce el planeta
Nibiru, supuestamente un planeta que orbita dentro de nuestro sistema solar, y
que tiene una órbita extraña que lo hace aparecer cada 3.600 años, en unos de esos pases, chocó y destruyó el planeta Tiamat, cuyos restos
conforman hoy el cinturón de asteroides que están ubicados entre Marte y
Júpiter.
Nibiru es el planeta donde reside originalmente
los Anannuki, una forma de vida muy adelantada que vinieron por primera vez
hace 400.000 años y que estuvieron haciendo trabajos en nuestro planeta y para
facilitar las labores, por medio de la ingeniería genética, crearon a la raza
humana.
Su historia electrizó al mundo, los creyentes en
los extraterrestres comulgaron con estas ideas casi de inmediato, la historia
encajaba perfectamente con todas las teorías de visitantes extraterrestres, de
los monumentos, mensajes y obras que dejaron, de los avistamientos y
abducciones, de sus apariciones entre nosotros… el único problema, era que no
había manera de probarlo.
El History
Channel vió la oportunidad de una lucrativa aventura en estas historias, y efectivamente,
hicieron una serie de documentales, Alienígenas Ancestrales, que le
dieron la vuelta al mundo con un éxito tremendo, Sitchin se convirtió en un una estrella instantánea,
la secuela de sus libros vendieron montones de ejemplares en todos los idiomas,
pero las escuelas serias norteamericanas expertas en Sumer sacaron los trapos
rojos, principalmente Pensilvania pero sobre todo la escuela de Chicago, en la
figura del profesor Michael S. Heiser,
doctor y experto en Estudios Bíblicos y Lenguajes Semíticos Antiguos de la
Universidad de Wisconsin-Madison.
Para el año 2003, en el mes de mayo.se había
calculado que el famosos “planeta X” retornaría a la tierra en su viaje orbital
más allá de Plutón y causaría los desastres y perturbaciones habituales a su
paso, los creyentes en tal fenómeno se prepararon para recibirlo, aunque
Sitchin no se hizo parte de esta comparsa, ni promovió la fecha del regreso de
Nibiru, las diferentes sectas que sus ideas habían promovido, se había
encargado de levantar las expectativas… nada sucedió.
Hubo una larga lista de autores que había, con el
tiempo, trabajado el tema de estas visitas de los extraterrestres a nuestro
planeta que transmutó con la historia propuesta por Sitchin entre los que se
cuentan Erich
von Däniken,
Robert Temple, Iósif Shklovski, Carl Sagan,
David Icke, Anton Parks, entre otros, quienes venían desarrollando sus propias
teorías al respecto y que tenían un gran público cautivo (entre los que me
cuento).
Pero fue el profesor Heiser quien apuntó sus
cañones de la academia para demoler los pretensiones de la hipótesis de
Sitchin, primero lo descalificó como supuesto ‘experto’ en la lengua
Sumero-Acadian, demostrando sus frágiles
conocimientos del vocabulario, trayendo a colación los últimos diccionarios y
estudios sobre esta complicada lengua (la Universidad de Chicago se enorgullece
de contar con el enciclopédico diccionario The Chicago Assyrian Dictionary,
considerado la obra de referencia obligada en estos menesteres de
traducciones), pero sobre todo, indicando su falta de escrúpulos en el
desciframiento del contenido del cilindro VA 243, en poder de un museo alemán,
y donde supuestamente está todo lo relacionado con Nibiru, luego lo cuestiona
en su conocimiento de la astronomía Babilónica y demuestra la inexistencia de
indicios del 12do planeta, de algún rastro o cálculo de su órbita.
Para quienes quieran entrar en los detalles de
esta controversia entre expertos de lenguas muertas, en Internet podrán darse
banquete sobre todo con los textos alemanes, los grandes rivales de los
norteamericanos en estos menesteres de traducción e interpretación de estos
escritos antiguos.
El asunto que quiero resaltar es que este
apasionante tema es que los Anunnakis es un claro ejemplo de cómo nace, se
desarrolla y vive una teoría conspirativa, y que por más ataques que reciba de
la academia y de los expertos, lo que hacen es avivarla.
La teoría que dice que estamos a punto de que se
nos revele un gran secreto, de que los reptilianos han estado viviendo en
nuestro planeta aún antes de que apareciéramos en escena (lo que significa que
nunca fue nuestro planeta), y que por alguna trama secreta, hay gobiernos que
han sostenido una relación de costos (han permitido y negociado que nos
utilicen como conejillos de indias para sus experimentos, incluso, a sabiendas
del sacrificio de vidas humanas) y beneficios (a cambio, los reptilianos nos
han empoderado de una serie de tecnologías muy avanzadas que nos han servido
para explorar el espacio exterior y desarrollarnos hacia una nueva especie).
Ese secreto tiene varias interpretaciones, la más
radical es que los reptilianos nos tienen viviendo en una especie de Matrix, en
un mundo virtual, que es la manera que tienen de controlarnos y explotarnos,
tal y como lo hacían desde los tiempos de los primeros Anunnakis, nuestros
verdaderos creadores, y que estamos a punto de una gran confrontación (ayudados
por otros extraterrestres distintos a los reptilianos), y que hay servicios de
inteligencia que andan, o bien cazando a personas que como yo, andan divulgando
estos delicados secretos para silenciarnos, o que estamos en nómina de un
poderoso conglomerado para andar repartiendo estas teorías conspirativas y
mantener a la gente distraída de lo que verdaderamente les está sucediendo.
Por el otro extremo, que estamos a punto de
entrar en una nueva época y evolucionaremos para conquistar las estrellas, que
casi rompemos la crisálida para convertirnos en una super-raza capaz de viajar
a los confines del universo… sea como fuere, nuestro gusto por las teorías
conspirativas está más viva que nunca, y con estos engendros malignos del
chavismo oprimiéndonos y expandiéndose en nuestro continente sin ninguna
oposición efectiva, todavía más, es como tirarle leña al fuego, la fogata lo
único que hace es crecer. - saulgodoy@gmail.com
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