domingo, 23 de junio de 2019

Todos somos sumerios



El título de este breve ensayo se le atribuye a una expresión del experto sumerológo Samuel Noah Kramer, cuyo libro La Historia comienza en Sumer (1957) me ha acompañado por toda mi vida pues estaba en la biblioteca de mi hogar desde que era un niño (sí, efectivamente, fui un niño), en palabras de la investigadora Lucila Ocaña Jiménez, en su ensayo La Historia Comienza en Sumer, Una historia de Dioses. Termina con Guerras y Demonios (2001) nos recuerda:  

En palabras de sus sabios, Sumeria fue una civilización sagrada, planeada, diseñada y dirigida por los seres que vinieron del cielo, los nefilim. Ellos habitaron Mesopotamia desde antes de la creación del hombre. Estos seres o dioses contaban con todo el conocimiento para crear la civilización, de ahí que ésta fuera producto de un plan divino, no un grupo humano que gradualmente desarrolla su sociedad y su cultura, sino la aparición de criaturas humanas a las que los dioses han de dar todas las herramientas para sobrevivir y para satisfacer a sus creadores. Así se explican los sumerios la aparición de la agricultura, la ganadería, la minería, la irrigación, las artes y oficios y la organización política. 

Esta es una historia harto compleja sobre la creación del mundo, que nos llega por varias fuentes entre ellas por los relatos de  Atra-hasis y los de Gilgamesh, que son de los más antiguos del mundo y donde se habla de los Anunnakis, unos dioses menores, a quienes se les asigna un lugar para vivir en la Tierra y su labor era trabajar para los dioses superiores, pero los Anunnakis se relevaron en contra de esta explotación injusta y flagrante y fue de esta manera que nace la humanidad.
Se crea al ser humano para que trabaje como esclavo haciendo el trabajo que hacía los Anunnakis, según esta historia tomaron a un hombre salvaje que ya existía y lo moldearon con el barro primordial a la imagen y semejanza de los dioses, de hecho, sacrificaron a unos de sus dioses para que su carne y su sangre se mezclaran con el barro.
Para hacerles la historia corta, muy corta, esos humanos originarios eran rebeldes, parranderos y les encantaban las orgías, grandes bebedores de cerveza (la cerveza también nació en Sumer) armaban tremendos alborotos y lo peor,  se reproducían como conejos, tal fue el desorden y la superpoblación, que los dioses llegados del cielo decidieron eliminar semejante plaga, y les enviaron el primer gran diluvio.
Nos salvamos porque Enki, uno de los dioses, contactó al sabio Ziuzudra para que se pusiera a salvo con su familia construyendo un barco, alertado, este hombre que posteriormente conoceríamos como Noé, obedeció y fueron los únicos especímenes humanos que quedaron después de aquel chaparrón universal.
Todo esto y muchísimo más están contenido en tablillas escritas en lenguaje sumerio y acadio, la escritura más antigua que se conoce, de formas cuneiforme y que por alguna extraordinaria razón que desconozco, los EEUU se convierten en uno de los países en desarrollar escuelas e investigadores que se hacen expertos en estos remotos documentos, y cuando digo expertos es porque en algún momento de los años 70, sólo había un puñado de investigadores que podían leer estas tablillas, la mayoría de ellos eran norteamericanos.
Las raíces de los estudios bíblicos en el mundo están hundidas en estas arcanas historias, y tratan de cómo los creadores de la humanidad vinieron del cielo, de muy lejos, trayendo consigo las tecnologías y adelantos que hicieron de Mesopotamia la cuna de la civilización en nuestro planeta, todavía quedan monumentos y arte de aquella lejana época, que retrataron a unos extraños personajes y lo que podría ser sus naves (carrozas aladas).
Estas hipótesis de alienígenas ancestrales o de paleocontacto, nos hablan de que la vida tuvo un origen extraplanetario como lo reflejan diversas y remotas fuentes alrededor del mundo, incluyendo a nuestra América, el problema es que aún necesitan de confirmación científica, hay diversas teorías que se esmeran en presentar la idea de la contaminación sideral, que la vida tuvo su origen en el choque de meteoritos con la Tierra y que los elementos primordiales que desencadenaron nuestra creación vinieron de muy lejos, todo esto está en veremos, pues no hay pruebas contundentes, apenas contamos con algunos indicios.
Pero esto no impidió que se desarrollaran unas tendencias cuasi religiosas, otras, especulaciones y derivaciones conspirativas que terminaron confluyendo con las ideas de visitante alienígenas de reciente data, sobre todo con “los reptilianos” que tanto furor han despertado en el mundo.
La historia me parece apasionante ya que trata de un conflicto entre expertos lingüistas y que han creado todo un terremoto que ha sacudido tanto la escena académica, del espectáculo y de las conspiraciones, y de paso ha hecho millonarios a unos pocos.
Se las resumo para que puedan seguirla pues se encuentra en pleno desarrollo.
En primer lugar, su aspecto, las imágenes que nos llegan de estos dioses tenían el aspecto de cocodrilos, algunos de serpientes, de piel escamada y esos ojos de pupila oblonga y vertical, altos, algunos eran gigantes, a finales de los sesenta principios de los setenta empezó un movimiento que los involucraba con el fenómeno de los OVNIS, ya en esa época se hizo, por parte de NBC un programa que batió record de audiencias sobre el tema, con la conducción del archifamoso Rod Serling  por su aparición en la serie Dimensión Desconocida.
Pero fue con la publicación del libro El 12mo Planeta (1978), del autor Zecharia Sitchin, unos de esos pocos hombres que podían leer las tablillas, piedras y cilindros cuneiformes repartidos en los museos del mundo quien en una interpretación que hace de la historia de los Anannukis, introduce el planeta Nibiru, supuestamente un planeta que orbita dentro de nuestro sistema solar, y que tiene una órbita extraña que lo hace aparecer cada 3.600 años, en unos de esos pases, chocó y destruyó el planeta Tiamat, cuyos restos conforman hoy el cinturón de asteroides que están ubicados entre Marte y Júpiter.
Nibiru es el planeta donde reside originalmente los Anannuki, una forma de vida muy adelantada que vinieron por primera vez hace 400.000 años y que estuvieron haciendo trabajos en nuestro planeta y para facilitar las labores, por medio de la ingeniería genética, crearon a la raza humana.
Su historia electrizó al mundo, los creyentes en los extraterrestres comulgaron con estas ideas casi de inmediato, la historia encajaba perfectamente con todas las teorías de visitantes extraterrestres, de los monumentos, mensajes y obras que dejaron, de los avistamientos y abducciones, de sus apariciones entre nosotros… el único problema, era que no había manera de probarlo.
El History Channel vió la oportunidad de una lucrativa aventura en estas historias, y efectivamente, hicieron una serie de documentales, Alienígenas Ancestrales, que le dieron la vuelta al mundo con un éxito tremendo, Sitchin  se convirtió en un una estrella instantánea, la secuela de sus libros vendieron montones de ejemplares en todos los idiomas, pero las escuelas serias norteamericanas expertas en Sumer sacaron los trapos rojos, principalmente Pensilvania pero sobre todo la escuela de Chicago, en la figura del profesor  Michael S. Heiser, doctor y experto en Estudios Bíblicos y Lenguajes Semíticos Antiguos de la Universidad de Wisconsin-Madison.
Para el año 2003, en el mes de mayo.se había calculado que el famosos “planeta X” retornaría a la tierra en su viaje orbital más allá de Plutón y causaría los desastres y perturbaciones habituales a su paso, los creyentes en tal fenómeno se prepararon para recibirlo, aunque Sitchin no se hizo parte de esta comparsa, ni promovió la fecha del regreso de Nibiru, las diferentes sectas que sus ideas habían promovido, se había encargado de levantar las expectativas… nada sucedió.
Hubo una larga lista de autores que había, con el tiempo, trabajado el tema de estas visitas de los extraterrestres a nuestro planeta que transmutó con la historia propuesta por Sitchin entre los que se cuentan Erich von Däniken, Robert Temple, Iósif ShklovskiCarl Sagan, David Icke, Anton Parks, entre otros, quienes venían desarrollando sus propias teorías al respecto y que tenían un gran público cautivo (entre los que me cuento).
Pero fue el profesor Heiser quien apuntó sus cañones de la academia para demoler los pretensiones de la hipótesis de Sitchin, primero lo descalificó como supuesto ‘experto’ en la lengua Sumero-Acadian, demostrando sus  frágiles conocimientos del vocabulario, trayendo a colación los últimos diccionarios y estudios sobre esta complicada lengua (la Universidad de Chicago se enorgullece de contar con el enciclopédico diccionario The Chicago Assyrian Dictionary, considerado la obra de referencia obligada en estos menesteres de traducciones), pero sobre todo, indicando su falta de escrúpulos en el desciframiento del contenido del cilindro VA 243, en poder de un museo alemán, y donde supuestamente está todo lo relacionado con Nibiru, luego lo cuestiona en su conocimiento de la astronomía Babilónica y demuestra la inexistencia de indicios del 12do planeta, de algún rastro o cálculo de su órbita.
Para quienes quieran entrar en los detalles de esta controversia entre expertos de lenguas muertas, en Internet podrán darse banquete sobre todo con los textos alemanes, los grandes rivales de los norteamericanos en estos menesteres de traducción e interpretación de estos escritos antiguos.
El asunto que quiero resaltar es que este apasionante tema es que los Anunnakis es un claro ejemplo de cómo nace, se desarrolla y vive una teoría conspirativa, y que por más ataques que reciba de la academia y de los expertos, lo que hacen es avivarla.
La teoría que dice que estamos a punto de que se nos revele un gran secreto, de que los reptilianos han estado viviendo en nuestro planeta aún antes de que apareciéramos en escena (lo que significa que nunca fue nuestro planeta), y que por alguna trama secreta, hay gobiernos que han sostenido una relación de costos (han permitido y negociado que nos utilicen como conejillos de indias para sus experimentos, incluso, a sabiendas del sacrificio de vidas humanas) y beneficios (a cambio, los reptilianos nos han empoderado de una serie de tecnologías muy avanzadas que nos han servido para explorar el espacio exterior y desarrollarnos hacia una nueva especie).
Ese secreto tiene varias interpretaciones, la más radical es que los reptilianos nos tienen viviendo en una especie de Matrix, en un mundo virtual, que es la manera que tienen de controlarnos y explotarnos, tal y como lo hacían desde los tiempos de los primeros Anunnakis, nuestros verdaderos creadores, y que estamos a punto de una gran confrontación (ayudados por otros extraterrestres distintos a los reptilianos), y que hay servicios de inteligencia que andan, o bien cazando a personas que como yo, andan divulgando estos delicados secretos para silenciarnos, o que estamos en nómina de un poderoso conglomerado para andar repartiendo estas teorías conspirativas y mantener a la gente distraída de lo que verdaderamente les está sucediendo.
Por el otro extremo, que estamos a punto de entrar en una nueva época y evolucionaremos para conquistar las estrellas, que casi rompemos la crisálida para convertirnos en una super-raza capaz de viajar a los confines del universo… sea como fuere, nuestro gusto por las teorías conspirativas está más viva que nunca, y con estos engendros malignos del chavismo oprimiéndonos y expandiéndose en nuestro continente sin ninguna oposición efectiva, todavía más, es como tirarle leña al fuego, la fogata lo único que hace es crecer.  -   saulgodoy@gmail.com










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