domingo, 14 de julio de 2019

Las elecciones, un arma de doble filo



Antes de entrar en las consideraciones que me ocupan sobre el tema de hoy, quiero dejar por sentado que soy un demócrata como el que más, que me complazco de tener una cultura cívica y que me ocupo constantemente de enriquecerla y adelantarla hacia estadios superiores, porque creo que un ciudadano formado y consciente es la mejor garantía para que las libertades y el proyecto republicano se mantengan en rumbo y sin peligro de descarrilarse, pienso y lo he expuesto en varios artículos y foros, que la ignorancia es la principal causa de perdición de la democracia y que, como dijo Samuel Johnson: “El camino hacia el infierno está empedrado de buenas intenciones”.
Estoy viendo que todas estas maniobras de negociaciones con el régimen de Maduro y las declaraciones de altos personeros de la MUD-FrenteAmplio-G-4- y el Comando de Campaña de Juan Guaidó, nos están conduciendo hacia un escenario de elecciones adelantadas, sin que el país, ni los partidos políticos, ni las instituciones responsables de este evento estén preparados para ello, los personajes electoreros, al servicio de esa estrategia, tienen una fe ciega en que, sin importar cuáles sean las circunstancias que rodeen esas elecciones, ellos van a resultar triunfadores; dan por sentado una victoria arrolladora y, en el peor de los casos, un avance de sus posiciones por el control del estado.
Incluso, noto con preocupación que los principales actores internacionales, que se han aliado a nuestra causa por un retorno a la democracia, están apostando de manera ciega hacia unas elecciones inmediatas, en la creencia de que es la solución mágica a los problemas del continente y, especial, de Venezuela; no les importa medir el grado de intervencionismo y manipulación a la que tienen sometido al pueblo, al soberano, que se encuentra en estado de “shock”, producto de tanto sufrimiento, tensión y crisis, y cuya capacidad de respuesta, lo he venido advirtiendo, está muy disminuida.
Hay incluso unos irresponsables a los que ni siquiera les importa las resultas de estas elecciones; “salga sapo o salga rana”, gane de nuevo el chavismo o triunfe la oposición, no importa, lo importante son las elecciones, que el pueblo decida su futuro en la peor situación posible, obvian el peligro de que los venezolanos, de forma individual y colectiva, no está en sus cabales, no somos un país normal… veinte años de mentiras, de desinformación, de guerra psicológica, de terror y estado de excepción, donde nuestros derechos más fundamentales fueron pisoteados a mansalva, nuestras vidas, propiedades, familia, salud, medios de vida, nuestra intimidad ha sido salvajemente penetrada, una y otra vez, todos los días, por veinte años… se dice fácil, pero las cicatrices se llevan en el alma.
El país entero ha estado en un constante viaje en una montaña rusa, subiendo y bajando entre esperanzas y decepciones, saltando de expectativas a frustraciones, dejando en el camino a nuestros muertos, a nuestros hijos en el exilio, a nuestros enfermos en la impotencia de verlos sufrir sin poder hacer nada, mortificados por el hambre, amenazados por la violencia y la escasez… ha sido un verdadero milagro que llegáramos a estos tiempos sin haber enloquecido.
¿Cuál es mi temor? Los cubanos siguen aquí, manejando el gobierno, son expertos en el manejo de la ingeniería social, en la aplicación de biopolíticas, son maestros en la manipulación mental, en la fabricación de ollas podridas, tienen laboratorios de guerra sucia trabajando las 24 horas del día, preparando trampas, maniobras, falsos positivos, fake news, tienen el control sobre el 95% de los medios de comunicación del país, sobre todo en el interior, y al 5% restante le han abierto expedientes para extorsionar a sus dueños y amenazar sus vidas y la de sus seres queridos; recuerden, estamos enfrentando a mafias, a carteles del crimen organizado que no se van a parar ante nada para obtener sus beneficios, que tienen el dinero acumulado durante el gigantesco desfalco que le hicieron a la nación, y cuentan con en respaldo al comunismo internacional, una organización mundial de gobiernos, instituciones y expertos en cualquier técnica que necesiten para lograr su propósitos, desde lo legal hasta lo criminal.
Estoy seguro que una de las condiciones en que la oposición liderada por Guaidó tendrá que ceder para ir a unas elecciones, y no tengo la menor duda moverá cielo e infierno para conseguirlo es que le suspendan las sanciones al gobierno de Maduro, va a ser muy difícil que lo consiga, es un punto que afecta la seguridad interna de varias naciones y son medidas difíciles de levantar, que van a requerir de actos administrativos que toman tiempo y participación de otros poderes públicos en el seno de esos países, pero si lo consiguiera, no quiero ni pensar lo que estos delincuentes harían para reanudar sus crímenes de corruptelas, lavado de dinero, narcotráfico, injerencia en asuntos de otras naciones, exportación de la violencia…
Tendría Guaidó ponernos a todos los venezolanos a garantizar la buena conducta de estos violadores de derechos humanos, convertirnos en fiadores de la buena fe de estos vagabundos que lo que quieren es vernos rogando por nuestras vidas, todo para complacer la sed de poder de unos cuantos y hacer unas elecciones donde los chavistas llevarán la ventaja de ser los usurpadores del poder del estado.
Contamos con la esperanza y la promesa de unas elecciones vigiladas, con observación internacional, con el apoyo de nuestros aliados para garantizar su pulcritud… las mismas promesas que nos han hecho todos los organismos internacionales que nos han visitado, ocultado y levantado sendos informes sobre nuestra perversa realidad, incluso, mientras estuvo en el país recientemente el alto comisionado de la ONU para la protección de los DDHH, los demonios estaban matando a palos a prisioneros políticos… con esto quiero decir que nadie garantiza la limpieza del proceso; pero mi peor temor no es la trampa, sino el desmontaje que pudieran hacer de lo queda de nuestro equilibrio mental.
Imaginémonos esta campaña: escándalos tras escándalos de nuestros principales candidatos (los 40 de Abrams) o del candidato único (la estrella mediática, J. Guaidó), secretos o mentiras que salen a la luz, amantes, cuentas secretas, enfermedades, vicios, errores del pasado, familiares con problemas… estamos hablando que los mejores aparatos de inteligencia del mundo, los que pusieron en jaque a los mismos norteamericanos cuando intervinieron en sus campañas electorales, van a estar a la orden del vampiro de Miraflores… si van al ataque van por la yugular, los van a obligar a renunciar a mitad de camino o a exponerlos al desprecio colectivo, a pactar derrotas como ya han hecho, y nuestros políticos que no son ángeles caídos del cielo, son hombres y mujeres de carne y hueso, no lo que ellos nos quieren hacer creer que son, impolutos espíritus, si hay algo en sus pasados que quieran esconder, un soborno, una estafa, por pequeña que sea, un engaño…eso lo van a encontrar y van a asestar la puñalada en el momento que menos se lo esperen… lo que quiero decir es que nuestro electorado opositor, esa gran mayoría que quiere cambio y una mejor vida, si vuelve a ser traicionada, si descubren que todo ha sido una puesta en escena, puede hacer cualquier cosa, incluso lo inesperado.
Yo siempre he defendido la tesis de que al chavismo hay que ilegalizarlo como organización política, luego de tanto desplante en contra de la democracia no veo porque se merecen el derecho de competir legítimamente en un proceso electoral, hasta el día de hoy nos siguen aplicando el alicate de las inhabilitaciones, políticas ¿Porqué ellos no pueden ser inhabilitados?, han cosechado todos los méritos para pegarles una patada en el trasero y cerrar para siempre ese desagradable capítulo del socialismo bolivariano, pero supongo que como los venezolanos somos más demócratas que en tiempos de la Grecia de Pericles, debemos darle una lección al mundo de una tolerancia a prueba de cualquier resquemor, para eso quedamos.
Pero también está la trampa, la manipulación mediática, las operaciones psicológicas, la propaganda, los votantes fantasmas, electrónicos o de papeletas, la compra de conciencias, “plomo o plata”, las promesas y los shows, los supuestos cambios de rumbos y promesas increíbles… la única manera de que no hagan trampa es que la oposición tuviera su propio Plan República con los Marines cuidando cada centro electoral, pero si los vamos a tener aquí para resguardar el proceso electoral ¿Qué justificación tiene, entonces, hacer unas elecciones atropelladas y sin sentido?
Repito lo que dije al principio, soy demócrata y, entre los artículos de fe creo en unas elecciones libres, universales, limpias y secretas, como deben ser, en las que mi voto sea respetado y elija, no que me utilicen para perpetuar al chavismo criminal, en cualquiera de sus formas, ni para ser estafado por más de lo mismo.
Vean lo que sucedió hace unos pocos meses con el Brexit, en Inglaterra: unas elecciones, que supuestamente sucedieron luego de una discusión abierta y democrática, sobre la conveniencia o no de que Inglaterra permaneciera en el seno de la Unión Europea; hace un par de años atrás, nadie en Inglaterra pensaba en salirse de la UE, la gran mayoría de los británicos estaban satisfechos sobre cómo iban las cosas, pero entonces un grupo de empresarios de la comunicación, un grupo de industriales insatisfechos, junto a unos oportunistas políticos dentro de los partidos, unidos a grupos radicales de eurofóbicos, y todos juntos no representaban ni el 10% del electorado, empezaron a discutir en la opinión pública los problemas de pertenecer a esa nueva forma de asociación continental; se unió a la protesta otro 10% de los moderadamente descontentos, un grupo de ciudadanos volubles en su tendencia política, una especie de NINI, que siempre iban a estar insatisfechos, pero se encontraron con esta oportunidad de vocear sus reclamos… ya, con el 20%, conformaron una masa crítica que empujó a otro 17%, estimulado por los discursos y los falsos alegatos de los perjuicios de estar en la unión.
Una de las estrategias más exitosas de aquella campaña fue convencer a los británicos de que las malas políticas, que resultaron de aquella compleja relación con el mercado común, no era culpa de los políticos ingleses sino de los burócratas en Bruselas; en su subconsciente, eran los europeos continentales quienes querían hacerles daño, robarles su soberanía y controlar su economía; en eso sirvió de catalizador el esquema primitivo y rígido del voto en Inglaterra, que jugó un importante papel para que ese 37% se convirtiera en un 52% y, en una sola y única votación, se selló su destino.
Las pérdidas económicas han sido estratosféricas, sólo Londres ha reportado la cancelación de 1 trillón de euros en negocios, desde que se conocieron los resultados, y los británicos andan de cabeza; la economía recibió un castigo importante: peligran puestos de trabajo, la calidad de vida no es la misma y la gente anda arrepentida de una pésima decisión, y si eso le pasó a los ingleses un pueblo próspero, civilizado sin mayores sobresaltos en su cotidianidad, imaginen lo que no nos puede suceder a nosotros, atormentados residentes en este enorme campo de concentración comunista.
Ya nos sucedió a los venezolanos una situación similar cuando elegimos a Chávez, el pueblo votó de mala manera y las consecuencias la estamos pagando, y ahora todo parece indicar (al menos que nos opongamos radicalmente) que vamos por una segunda vuelta, y dadas las condiciones que se están negociando, pudiera ser la segunda desgracia histórica para nuestro país, quizás la que termine de enterrarnos.
Mi palabra de advertencia: el desespero es mala compañía, sobre todo al momento de tomar decisiones tan importantes; estamos en las manos de políticos hambrientos, que no han visto ni degustado del poder hace mucho, pero mucho tiempo, por lo que están perturbados y dispuestos a echarnos a los lobos para satisfacer sus apetitos. ¡Mosca con unas elecciones mal cazadas!, ya anda los grupies de Guaidó diciendo que si hay elecciones hay que votar, de nuevo nos ponen en una disyuntiva diabólica, otra vez caímos en su trampa sólo caza bobos que tanto les encanta, Guaidó anda como frenético en su papel de candidato, y lo peor es que no está viendo los peligros que nos acechan como país.   -   saulgodoy@gmail.com






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