Antes
de entrar en las consideraciones que me ocupan sobre el tema de hoy, quiero
dejar por sentado que soy un demócrata como el que más, que me complazco de
tener una cultura cívica y que me ocupo constantemente de enriquecerla y
adelantarla hacia estadios superiores, porque creo que un ciudadano formado y
consciente es la mejor garantía para que las libertades y el proyecto
republicano se mantengan en rumbo y sin peligro de descarrilarse, pienso y lo
he expuesto en varios artículos y foros, que la ignorancia es la principal
causa de perdición de la democracia y que, como dijo Samuel Johnson: “El camino hacia el infierno está empedrado
de buenas intenciones”.
Estoy
viendo que todas estas maniobras de negociaciones con el régimen de Maduro y
las declaraciones de altos personeros de la MUD-FrenteAmplio-G-4- y el Comando
de Campaña de Juan Guaidó, nos están conduciendo hacia un escenario de
elecciones adelantadas, sin que el país, ni los partidos políticos, ni las instituciones
responsables de este evento estén preparados para ello, los personajes
electoreros, al servicio de esa estrategia, tienen una fe ciega en que, sin
importar cuáles sean las circunstancias que rodeen esas elecciones, ellos van a
resultar triunfadores; dan por sentado una victoria arrolladora y, en el peor
de los casos, un avance de sus posiciones por el control del estado.
Incluso,
noto con preocupación que los principales actores internacionales, que se han
aliado a nuestra causa por un retorno a la democracia, están apostando de
manera ciega hacia unas elecciones inmediatas, en la creencia de que es la
solución mágica a los problemas del continente y, especial, de Venezuela; no
les importa medir el grado de intervencionismo y manipulación a la que tienen
sometido al pueblo, al soberano, que se encuentra en estado de “shock”,
producto de tanto sufrimiento, tensión y crisis, y cuya capacidad de respuesta,
lo he venido advirtiendo, está muy disminuida.
Hay
incluso unos irresponsables a los que ni siquiera les importa las resultas de
estas elecciones; “salga sapo o salga rana”, gane de nuevo el chavismo o
triunfe la oposición, no importa, lo importante son las elecciones, que el
pueblo decida su futuro en la peor situación posible, obvian el peligro de que
los venezolanos, de forma individual y colectiva, no está en sus cabales, no
somos un país normal… veinte años de mentiras, de desinformación, de guerra
psicológica, de terror y estado de excepción, donde nuestros derechos más
fundamentales fueron pisoteados a mansalva, nuestras vidas, propiedades,
familia, salud, medios de vida, nuestra intimidad ha sido salvajemente
penetrada, una y otra vez, todos los días, por veinte años… se dice fácil, pero
las cicatrices se llevan en el alma.
El
país entero ha estado en un constante viaje en una montaña rusa, subiendo y
bajando entre esperanzas y decepciones, saltando de expectativas a
frustraciones, dejando en el camino a nuestros muertos, a nuestros hijos en el
exilio, a nuestros enfermos en la impotencia de verlos sufrir sin poder hacer
nada, mortificados por el hambre, amenazados por la violencia y la escasez… ha
sido un verdadero milagro que llegáramos a estos tiempos sin haber enloquecido.
¿Cuál
es mi temor? Los cubanos siguen aquí, manejando el gobierno, son expertos en el
manejo de la ingeniería social, en la aplicación de biopolíticas, son maestros
en la manipulación mental, en la fabricación de ollas podridas, tienen
laboratorios de guerra sucia trabajando las 24 horas del día, preparando
trampas, maniobras, falsos positivos, fake
news, tienen el control sobre el 95% de los medios de comunicación del
país, sobre todo en el interior, y al 5% restante le han abierto expedientes
para extorsionar a sus dueños y amenazar sus vidas y la de sus seres queridos;
recuerden, estamos enfrentando a mafias, a carteles del crimen organizado que
no se van a parar ante nada para obtener sus beneficios, que tienen el dinero
acumulado durante el gigantesco desfalco que le hicieron a la nación, y cuentan
con en respaldo al comunismo internacional, una organización mundial de
gobiernos, instituciones y expertos en cualquier técnica que necesiten para
lograr su propósitos, desde lo legal hasta lo criminal.
Estoy
seguro que una de las condiciones en que la oposición liderada por Guaidó
tendrá que ceder para ir a unas elecciones, y no tengo la menor duda moverá
cielo e infierno para conseguirlo es que le suspendan las sanciones al gobierno
de Maduro, va a ser muy difícil que lo consiga, es un punto que afecta la
seguridad interna de varias naciones y son medidas difíciles de levantar, que
van a requerir de actos administrativos que toman tiempo y participación de
otros poderes públicos en el seno de esos países, pero si lo consiguiera, no
quiero ni pensar lo que estos delincuentes harían para reanudar sus crímenes de
corruptelas, lavado de dinero, narcotráfico, injerencia en asuntos de otras
naciones, exportación de la violencia…
Tendría
Guaidó ponernos a todos los venezolanos a garantizar la buena conducta de estos
violadores de derechos humanos, convertirnos en fiadores de la buena fe de
estos vagabundos que lo que quieren es vernos rogando por nuestras vidas, todo
para complacer la sed de poder de unos cuantos y hacer unas elecciones donde los
chavistas llevarán la ventaja de ser los usurpadores del poder del estado.
Contamos
con la esperanza y la promesa de unas elecciones vigiladas, con observación
internacional, con el apoyo de nuestros aliados para garantizar su pulcritud…
las mismas promesas que nos han hecho todos los organismos internacionales que
nos han visitado, ocultado y levantado sendos informes sobre nuestra perversa
realidad, incluso, mientras estuvo en el país recientemente el alto comisionado
de la ONU para la protección de los DDHH, los demonios estaban matando a palos
a prisioneros políticos… con esto quiero decir que nadie garantiza la limpieza
del proceso; pero mi peor temor no es la trampa, sino el desmontaje que
pudieran hacer de lo queda de nuestro equilibrio mental.
Imaginémonos
esta campaña: escándalos tras escándalos de nuestros principales candidatos
(los 40 de Abrams) o del candidato único (la estrella mediática, J. Guaidó),
secretos o mentiras que salen a la luz, amantes, cuentas secretas,
enfermedades, vicios, errores del pasado, familiares con problemas… estamos
hablando que los mejores aparatos de inteligencia del mundo, los que pusieron
en jaque a los mismos norteamericanos cuando intervinieron en sus campañas
electorales, van a estar a la orden del vampiro de Miraflores… si van al ataque
van por la yugular, los van a obligar a renunciar a mitad de camino o a
exponerlos al desprecio colectivo, a pactar derrotas como ya han hecho, y nuestros
políticos que no son ángeles caídos del cielo, son hombres y mujeres de carne y
hueso, no lo que ellos nos quieren hacer creer que son, impolutos espíritus, si
hay algo en sus pasados que quieran esconder, un soborno, una estafa, por
pequeña que sea, un engaño…eso lo van a encontrar y van a asestar la puñalada
en el momento que menos se lo esperen… lo que quiero decir es que nuestro
electorado opositor, esa gran mayoría que quiere cambio y una mejor vida, si
vuelve a ser traicionada, si descubren que todo ha sido una puesta en escena,
puede hacer cualquier cosa, incluso lo inesperado.
Yo
siempre he defendido la tesis de que al chavismo hay que ilegalizarlo como
organización política, luego de tanto desplante en contra de la democracia no
veo porque se merecen el derecho de competir legítimamente en un proceso
electoral, hasta el día de hoy nos siguen aplicando el alicate de las
inhabilitaciones, políticas ¿Porqué ellos no pueden ser inhabilitados?, han
cosechado todos los méritos para pegarles una patada en el trasero y cerrar
para siempre ese desagradable capítulo del socialismo bolivariano, pero supongo
que como los venezolanos somos más demócratas que en tiempos de la Grecia de
Pericles, debemos darle una lección al mundo de una tolerancia a prueba de
cualquier resquemor, para eso quedamos.
Pero
también está la trampa, la manipulación mediática, las operaciones
psicológicas, la propaganda, los votantes fantasmas, electrónicos o de
papeletas, la compra de conciencias, “plomo o plata”, las promesas y los shows,
los supuestos cambios de rumbos y promesas increíbles… la única manera de que
no hagan trampa es que la oposición tuviera su propio Plan República con los
Marines cuidando cada centro electoral, pero si los vamos a tener aquí para
resguardar el proceso electoral ¿Qué justificación tiene, entonces, hacer unas elecciones
atropelladas y sin sentido?
Repito
lo que dije al principio, soy demócrata y, entre los artículos de fe creo en
unas elecciones libres, universales, limpias y secretas, como deben ser, en las
que mi voto sea respetado y elija, no que me utilicen para perpetuar al
chavismo criminal, en cualquiera de sus formas, ni para ser estafado por más de
lo mismo.
Vean
lo que sucedió hace unos pocos meses con el Brexit, en Inglaterra: unas elecciones,
que supuestamente sucedieron luego de una discusión abierta y democrática,
sobre la conveniencia o no de que Inglaterra permaneciera en el seno de la
Unión Europea; hace un par de años atrás, nadie en Inglaterra pensaba en
salirse de la UE, la gran mayoría de los británicos estaban satisfechos sobre
cómo iban las cosas, pero entonces un grupo de empresarios de la comunicación,
un grupo de industriales insatisfechos, junto a unos oportunistas políticos
dentro de los partidos, unidos a grupos radicales de eurofóbicos, y todos
juntos no representaban ni el 10% del electorado, empezaron a discutir en la
opinión pública los problemas de pertenecer a esa nueva forma de asociación
continental; se unió a la protesta otro 10% de los moderadamente descontentos,
un grupo de ciudadanos volubles en su tendencia política, una especie de NINI,
que siempre iban a estar insatisfechos, pero se encontraron con esta oportunidad
de vocear sus reclamos… ya, con el 20%, conformaron una masa crítica que empujó
a otro 17%, estimulado por los discursos y los falsos alegatos de los
perjuicios de estar en la unión.
Una
de las estrategias más exitosas de aquella campaña fue convencer a los
británicos de que las malas políticas, que resultaron de aquella compleja
relación con el mercado común, no era culpa de los políticos ingleses sino de
los burócratas en Bruselas; en su subconsciente, eran los europeos
continentales quienes querían hacerles daño, robarles su soberanía y controlar
su economía; en eso sirvió de catalizador el esquema primitivo y rígido del
voto en Inglaterra, que jugó un importante papel para que ese 37% se
convirtiera en un 52% y, en una sola y única votación, se selló su destino.
Las pérdidas
económicas han sido estratosféricas, sólo Londres ha reportado la cancelación de
1 trillón de euros en negocios, desde que se conocieron los resultados, y los
británicos andan de cabeza; la economía recibió un castigo importante: peligran
puestos de trabajo, la calidad de vida no es la misma y la gente anda arrepentida
de una pésima decisión, y si eso le pasó a los ingleses un pueblo próspero,
civilizado sin mayores sobresaltos en su cotidianidad, imaginen lo que no nos
puede suceder a nosotros, atormentados residentes en este enorme campo de
concentración comunista.
Ya
nos sucedió a los venezolanos una situación similar cuando elegimos a Chávez, el
pueblo votó de mala manera y las consecuencias la estamos pagando, y ahora todo
parece indicar (al menos que nos opongamos radicalmente) que vamos por una
segunda vuelta, y dadas las condiciones que se están negociando, pudiera ser la
segunda desgracia histórica para nuestro país, quizás la que termine de
enterrarnos.
Mi
palabra de advertencia: el desespero es mala compañía, sobre todo al momento de
tomar decisiones tan importantes; estamos en las manos de políticos hambrientos,
que no han visto ni degustado del poder hace mucho, pero mucho tiempo, por lo
que están perturbados y dispuestos a echarnos a los lobos para satisfacer sus
apetitos. ¡Mosca con unas elecciones mal cazadas!, ya anda los grupies de Guaidó diciendo que si hay
elecciones hay que votar, de nuevo nos ponen en una disyuntiva diabólica, otra
vez caímos en su trampa sólo caza bobos que tanto les encanta, Guaidó anda como
frenético en su papel de candidato, y lo peor es que no está viendo los
peligros que nos acechan como país. -
saulgodoy@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario