El socialismo venezolano es un mundo con mil aldeas,
todas diferentes, algunas apenas en contacto desde sus localidades en el
interior del país, y otras cosmopolitas, representadas en foros internacionales;
unas lejanas apenas conocidas gracias a algún profesor que con sus charlas y
artículos hablan de la utopía marxista, otras en manos de batalladores
políticos sempiternos invitados a los programas de opinión en televisión y que
discuten acaloradamente sobre el Brexit o sobre el control de cambio en
Argentina, todos unidos por la fe que tienen en un estado todo poderoso y
benefactor, que interviene en los asuntos del país para imponer su visión de
Justicia Social y solidaridad, incluso los que hablan de libre empresa y
propiedad privada lo hacen siempre defendiendo otras formas de propiedad y
sobre las bondades de las comunas y el poder popular como formas legítimas de
organización social.
Hay un socialismo que pretende hacerse pasar por
ilustrado y otro, el sector más amplio, los que repiten como un catecismo
aprendido de memoria, las bondades del colectivismo primitivo y el
comunitarismo de las catumbas romanas, es la versión más básica de esta visión
del mundo.
Como buena ideología política tiene vocación por el
poder, pretende constituirse en gobierno para instaurar según ellos, el
verdadero socialismo, no el socialismo utópico, no el de las comunas de París,
menos aún el de Lenin y Stalin en Rusia ni el de las comunas chinas, no el de
Fidel en Cuba, ni el de Chávez en Venezuela, los nuevos socialistas venezolanos:
los Ramos Allup, los juanes Guaidos, los Leopoldo López de hoy, quieren la
oportunidad de gobernar el país para, ahora sí, después de siglos
experimentando y poniendo la torta en el asunto de gobernar a los pueblos,
ahora sí, con un Plan País a la medida de las necesidades de la Venezuela actual.
¿Alguien ha leído el Plan País? Lo único que se consigue
son unos resúmenes esquemáticos que dice de que se trata, algunas opiniones de
personas que parecen habérselo leído, algunos comentarios de representantes de
instituciones y grupos de interés que afirman haber contribuido en su hechura
pero sin mayores detalles en cómo se va articular aquella cantidad de buenos
deseos y peticiones al próximo presidente, pero nadie que yo conozca lo conoce
en su integridad, y según informaciones de sus promotores, allí está metido
todo el mundo con propuestas, unas más brillantes que las otras, para sacar al
país de su postración, gracias al socialismo chavista que por estos veinte años
nos ha impuesto su yugo, y que, los nuevos socialistas conformado por el equipo
de Juan Guaido, para demostrar que son tan tolerantes y amplios, los incluyeron,
para que dieran también sus aportes.
De modo que no es por allí que podemos averiguar de qué
trata la nueva alternativa socialista encabezada por Guaidó, López y Borges,
ahora todos investidos como figurones de un gobierno de transición, que no ha
podido ejecutar el mandato del pueblo de superar la usurpación de Nicolás
Maduro y su régimen chavista, aunque si vemos quienes poco a poco hacen su
aparición en el escenario de este gobierno en ciernes: la gente de Acción
Democrática, de Un Nuevo Tiempo, de Copey, y algunas más, que se comentan, irán
apareciendo, caemos en cuenta entonces, que el llamado a la unidad, que aquel
cacareado slogan de “en la unidad está la fuerza” era en realidad el llamado de
los socialistas a conformarse en una gran manada, en la gran jauría socialista
que va tras los despojos de Maduro.
La gran vocación socialista, estatista, autoritaria y con
un sustrato moral cristiano otorgado por un apoyo abierto de la iglesia,
parecen ir en la dirección correcta, ser solidario con los que menos tienen,
los que más sufren y los menos ilustrados, es decir la gran masa de
venezolanos, esa gran mayoría proletaria que son los que deciden en una
elecciones generales quienes serán los próximos gobernantes.
Y es que la estrategia no está equivocada, en principio,
es la misma estrategia adeca y copeyana de los últimos años de la democracia,
apostar al pobre, plantearle programas populistas para sacarlo de su miseria,
pero dejarlo allí subsistiendo, en precariedad pero alimentando su esperanza,
de mano de un estado paternalista, dueño de todos los medios importantes de
producción y administrador de esos fondos sociales para la ayuda de las más
desfavorecidos, pero ahora con un “plus”, porque Chávez y Maduro se han
esforzado de manera importante en arruinarlos y embrutecerlos aún más, han
cultivado al “hombre nuevo” a la justa medida de sus necesidades políticas.
Esa nueva clase social que se han empeñado en crear, ese
nuevo venezolano, fue cuidadosamente moldeado en los últimos veinte años en
medio de una gran ignorancia, no en vano todos los ministros de educación del
régimen rojo rojito se esmeraron en destruir las instituciones educativas de la
democracia, desde la escuela hasta la universidad, ya no había necesidad de
asesinar, como lo hizo Pol Pot en Camboya, a la gente que sabía leer y
escribir, ahora se les crea nuevas escuelas y universidades que les extirpan a
cada alumno de manera efectiva y continua, cualquier oportunidad para
desarrollar su inteligencia.
Ahora, que la gran mayoría de los maestros y profesores
han abandonado el país buscando no morirse de hambre, en su lugar los están
sustituyéndolos por jóvenes previamente adoctrinados en el comunismo, sin
ninguna experiencia docente ni conocimientos sobre las materias a enseñar, con
un año escolar con menos días de clase, haciéndole a la familia venezolana cada
día más difícil que envíen a sus hijos a escuela, sin desayuno, sin transporte,
sin vestimenta digna, ya no hay necesidad de poner policías en las escuelas
porque están abandonadas.
El otro gran aporte del chavismo a la nueva sociedad de
venezolanos es que han cultivado el “parasitismo”, una nueva forma de vida
donde le han borrado todo rastro de individualidad y le han desmotado su vida
interna, para hacerla una persona dependiente exclusivamente del estado, que es
el partido único socialista, por medio de misiones, becas, de ayudas, de las
cajas CLAP, de las pensiones y bonos, de las “chambas juveniles”, de los
premios a las niñas que salgan embarazadas, y otros medios aún más siniestros,
con los que se les niega el sentido de independencia y de libertad económica.
No podemos dejar de mencionar un tercer elemento en este
proceso de creación inhumana de este nuevo ser, ya no un venezolano sino un
socialista, y es toda esa narrativa patriotera, de historia de héroes que parte
de nuestros caciques indios que según, se resistieron a la conquista, de los
revolucionarios criollos que pelearon por la liberación de América detrás de
los pasos de gigantes como Simón Bolívar, Martí, Sandino, Fidel, Ché Guevara y
todo ese panteón de valientes de la subversión armada latinoamericana.
Ese discurso voluntarista, de raza superior, de los
elegidos por la providencia, es el que explica el como, unos obreros
sindicalistas no ven las dificultades en tomar bajo su control y operar las
industrias en que trabajan hasta llevarlas a la quiebra, o como unos militares
mal entrenados y desnutridos se proponen acabar con el ejército mejor entrenado
del mundo, y como unos muchachos ignorantes, luego de recibir indoctrinación
comunista, se creen capaces de operar cerebros y trasplantar pulmones.
Lo que ha hecho el chavismo por el socialismo mundial, es
crear una gran ilusión para los más ineptos, mientras sus líderes se ocupan de
la alta política, de los negocios serios y de gran calado del país, sus
operadores políticos asesorados por cubanos, se entretienen experimentando con
la organización social del pueblo.
El chavismo hizo lo que Acción Democrática no se atrevió
a hacer, pero sin duda deseaba, crear a su propio Juan Bimba, un venezolano de
acuerdo a su visión del mundo, y ahora Ramos Allup, el viejo zorro de la
política venezolana, lanza a sus jóvenes lobos a quitarle de las fauces del
chavismo decadente, el poder gobernar una Venezuela hecha para el socialismo.
Los partidos políticos de Primero Justicia y Voluntad
Popular son las nuevas armas del socialismo venezolano, una generación de
jóvenes que nació tutelado por lo peor del socialismo del siglo XX, con todo el
bagaje de componendas, trampas e hipocresía pero llevadas a su máxima
expresión, lo que hemos visto y escuchado de estos jóvenes ponen los pelos de
punta, por la sangre fría con que actúan, por lo absurdo de sus propuestas, aún
a sabiendas que cientos, miles de vidas, se ponen en peligro, que la gente
muere por sus actuaciones y omisiones, lo que les gusta en realidad es
“negociar” porque para ellos, eso es política, pero negociar para sus
intereses, para sus grupos, sus metas son materialistas, es el poder absoluto
sobre el país.
Y es que no es para menos, vieron a un par de incapaces,
buenos para nada ejercer la más alta magistratura del país, todos esos
negociados que hicieron con total impunidad, las prebendas y los privilegios
del poder de los que han disfrutado, la gran pregunta ¿Por qué a ellos no?,
ellos que han trabajado en sus centros de estudiantes, que han marchado en
contra del régimen, que fueron puestos presos, que se han desgañitado en
fogosos discursos ante las masas ¿No les corresponde su turno para dirigir los
destinos de esta gran nación?
Por esa oportunidad serían capaces de cualquier cosa,
hasta de matar si fuera necesario… y porque tienen un ansia de poder
inocultable, porque ven que no han sido capaces de hacer bien las cosas y se
les descubre el hambre, cometen los errores que cometen.
De modo, que luego de todos estos años de propaganda y
desinformación, de este intento abominable de manipular las estructuras
ideológicas de nuestro pueblo, tratando de destruir sus tradiciones y cambiando
su historia, manipulando su lenguaje cambiándole no sólo el sentido de las
palabras sino cambiando la sintaxis y la semiótica necesarias para la formación
del pensamiento, construyendo un país virtual y vendiéndolo como si fuera la
realidad, un país socialista que sólo funciona en la mente enferma de sus
líderes, allá en el futuro, como una Venezuela potencia, envidia en
productividad y felicidad, con una economía solidaria y de justicia social,
como una república democrática y participativa donde impera la paz y el amor.
Dicen por allí que en nuestro país existen más de un
centenar de organizaciones políticas, la mayoría socialistas, pero un socialismo
muy mal entendido que significa explotar el país para que la clase gobernante
sea la única que viva bien, y hasta opulentamente, y cuando esto sucede,
entonces sus causantes tratan desesperadamente de perpetuarse en el poder, para
no ser investigados y responder ante la justicia, y para seguir en el disfrute
de los negociados, y para hacerlo posible, destruyen los vínculos democráticos,
modifican las constituciones, cambian los poderes públicos, alargan los
periodos de ejercicio de los cargos públicos, deniegan la justicia y detienen y
torturan a quienes se opongan.
Juan Guaidó y su combo se huelen que los días de Maduro
están contados, que muy pronto las circunstancias los pondrán a ellos en la
mesa y ya se están organizando para no dejar pasar esa oportunidad, les importa
un carajo la crisis humanitaria y la transición, solo quieren las elecciones
para aprovechar ese legado del chavismo, un pueblo dócil y engañado.
Pero les tengo una mala noticia, los venezolanos hemos
cambiado mucho más de lo que los planificadores y analistas suponen, el pueblo
que ahora está en las calles indignado porque no puede vivir decentemente, esos
trabajadores que se les convierte en sal y agua sus sueldos, esos jóvenes
rebeldes que salen a enfrentarse a los asesinos en uniforme a riesgo de sus
vidas, todas esas familias a quienes les han quitado un ser querido a causa de
la violencia, los que hemos perdido padres y abuelos en clínicas por falta de
medicinas, los que hemos tenido que ir a despedir a nuestros seres queridos
porque se van del país, todos aquellos que son humillados por los funcionarios
del estado que sólo quieren “martillarlos”, son personas que ya no creen en
cuentos y de dan cuenta de lo que está sucediendo.
El cambio ha sido tan profundo que hay mucha gente que
clama a los cielos “nunca más” y que presienten el peligro que corre el país
con la dupla Guaidó-López, lo ven en los noticieros, en la calle lo comentan
¿Qué es lo que pretenden los medios de comunicación, los “influencers” en nómina por el partido VP, los piratas de las redes
sociales que cree que el único hombre que le está “echando bolas”, haciendo
algo por el país, es Juan Guaidó, ignorando a más de 20 millones de venezolanos
que luchamos día a día en contra de un régimen que nos quiere esclavos o
muertos?
Hay un ligero cambio en el programa, los venezolanos decentes
y democráticos no estamos derrotados, y no vamos a bajar al infierno callados
las bocas, nuestro grito de guerra tiene que ser NUNCA MÁS. -
saulgodoy@gmail.com
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