Sólo como ejercicio imaginativo, vamos a estructurar un
pacto que siguiendo con la tendencia casi unánime de la oposición
colaboracionista y cobarde, pudiera
darse con el chavismo en el poder, en un supuesto diálogo con la actual tiranía
narcotraficante y terrorista, que tiene usurpado el poder.
La situación es un tanto absurda, se trata de obligar a
unos asesinos a que desistan de un secuestro en el entendido, que tanto las
autoridades como los secuestrados, se van hacer de la idea que nada ha
sucedido, que el secuestro por veinte largos años nunca ocurrió, y que todos
podemos resumir nuestra vidas como si nada.
El pacto sería con el fin de que Nicolás Maduro Moros
desaloje voluntariamente la presidencia de la república, renuncie a todos sus
fueros y se entregue a la justicia en nuestro país, y con él, el Alto Mando
militar y otros funcionarios de alta jerarquía con responsabilidades penales y
administrativas, sobre todo en lo concerniente a la violación masiva de derechos
humanos.
Parte de esta “negociación” consistiría en que estos
criminales podrán cohabitar con sus ex secuestrados, es decir, gobernar en
conjunto el país, permitirles que dispongan de sus bienes mal habidos y quizás
aplicarles unas penas simbólicas, mínimas, gozarían de una especie de inmunidad
o perdón por sus crímenes y seguirían gozando de todos sus derechos.
La torcida lógica detrás de ésta negociación es que el
país podría celebrar nuevas elecciones, elegir un gobierno legítimo, y ellos,
simplemente se quedarían con los brazos cruzados, gozando del botín acumulado
por el expolio y esperando que se les levante las sanciones internacionales en
su contra para poder ir de shopping a Miami.
Y son justamente las sanciones de la comunidad
internacional las que les han hecho la vida más difícil, se encuentran
atrapados y sin poder maniobrar pero con las armas en la mano y dispuestos a
vender caras sus vidas (dicen ellos).
Noruega, el Vaticano, la CE y algunos países
Latinoamericanos, son los principales promotores de una salida pacífica y
constitucional, ya México le ha dado refugio a algunos de estos pillos, ninguno
de ellos aparentemente se quiere ir para Cuba, Rusia pareciera no estar
dispuestos a tenerlos en su territorio por el hedor que despiden, España pareciera
ser el sueño de casi todos estos torturadores, los EEUU no los quiere, de hecho
está expulsando a los que consigue, y muchos de ellos están en la lista de los
criminales más buscados, pero la verdad es que no hay nada claro, pareciera que
la opción que enfrentan es quedarse en Venezuela y hacer de tripas corazón.
Estas negociaciones parecieran tener un solo fin, nuevas
elecciones, en la firme creencia que como si se tratara de un conjuro mágico,
estos trogloditas van a respetarlas, y la oposición llamada democrática está
tan enferma de la cabeza, que piensan permitirles que participen en ellas,
confiados en que ganarán por abrumadora mayoría y que no hay manera que hagan
trampa.
Visto de esta manera estamos ante un absurdo de marca
mayor, por lo que me he permitido hacer un ejercicio de imaginación y elaborar
un pacto en el que dejo sentado algunos puntos para equilibrar la balanza en
tal desaguisado.
Para empezar he leído y estudiado con mucho detenimiento
los diálogos de paz de Colombia, entre las FARC y el gobierno de Manuel Santos,
que tiene sus propios bemoles y partitura, que en nada se parece al problema
venezolano, por un lado en nuestro país no hay conflicto bélico en Venezuela,
las fuerzas revolucionarias son y han sido gobierno por largos veinte años, por
lo que han tenido la oportunidad de realizar un proyecto país de acuerdo a sus
aspiraciones e ideología, son ellos el poder dominante, son ellos los que
propician las actividades ilícitas como el narcotráfico, la minería ilegal, el
tráfico y la trata de humanos, la corrupción sin control.
Venezuela no tiene un problema de “tierras” propiamente
dicho, aquí el campesino no es un sector mayoritario, su actividad productiva
es mínima, el problema territorial del uso y abuso del subsuelo y de las
riquezas naturales es un problema del gobierno revolucionario que ha explotado
el recurso como le ha dado la gana y desplazado no solo a los productores sino
a las etnias indígenas a las que ha masacrado.
La Fuerzas Armadas ha estado bajo su control, de hecho,
se trata de un gobierno militarista, los grandes medios de comunicación han
estado al servicio de los revolucionarios no sólo promocionando su ideología y
obra de manera agresiva y hegemónica, sino desinformando al país sobre su
verdadera situación, la violencia en el país ha sido generada principalmente
desde el mismo gobierno con su tenor fascista, ha sido el gobierno quien le ha
dado una patada a las distintas mesas de negociaciones, de modo que visto en perspectiva,
la situación venezolana es diametralmente opuesta a la situación colombiana por
lo que esa experiencia, tiene muy poca utilidad en nuestro caso.
Empezaría por limitar el cupo de quienes pudieran
acogerse a este pacto que propongo, exigiría que únicamente 60 ex funcionarios
del régimen podrán ser parte del pacto, que se hace como única salida posible
negociada al conflicto político que hoy sufre el país, y se abstrae de toda la
legislación vigente, para darle oportunidad a la nación de conseguir la paz y
que vuelva a la normalidad.
Esto no quiere decir que el resto del chavismo quedará
impune, no, los que no se encuentren dentro del pacto serán juzgados por
tribunales ordinarios y de acuerdo a los crímenes cometidos.
La cualidad de extraordinario que tiene este pacto es que
se trata de una excepción al estado de derecho, pero sin descuidar los fines de
justicia y reparación de los daños perpetrados en contra del país, por un lado
tiene la ventaja para los imputados, que sus casos serán ventilados en
Venezuela por venezolanos, por el otro, los reos conservarán todos sus derechos
legales a la defensa y un justo proceso, con la ventaja adicional de que sus
penas tendrán un máximo de cinco (5) años de prisión, seguidos de cinco (5)
años en período de prueba, durante los cuales tendrán casa por cárcel y todos
sus derechos políticos suspendidos, al final de este período podrán salir en
plena libertad.
Con lo que quiero decir que la pena moral, el desprecio y
el rechazo de sus compatriotas, los perseguirán por el resto de sus vidas, si
desean vivir en Venezuela lo harán a sabiendas de que sus acciones u omisiones
durante el gobierno del que fueron parte, los perseguirán hasta el fin de sus
días, pero ese es un problema entre el pueblo y ellos.
Sólo podrán conservar el 10% de su patrimonio adquirido
de forma ilegal con la única condición que entreguen a la tesorería nacional el
resto de sus bienes obtenidos de manera irregular, donde quiera que estos se
encuentren y de la forma en que se encuentren, el incumplimiento de esta
declaratoria de bienes mal habidos, o descubrir que mintieron en su declaración,
implicaría un aumento de su tiempo de reclusión en cinco (5) años de prisión,
aún en el caso de que hubieren alcanzado su libertad plena.
El reintegro de los montos sustraídos del erario público será
utilizado para las reparaciones y atender demandas productos de los crímenes
cometidos, deben poner todo su empeño en repatriar esos capitales en el menor
tiempo posible, en el caso de que se trate de propiedades las mismas será
entregada a un fondo especial que se encargará de venderlas.
Se construirá una cárcel de alta seguridad en un lugar
previamente designado, para que albergue exclusivamente a los indiciados en
estos procesos, la misma contará con los servicios y el equipamiento necesario
para la vigilancia de los reos las 24 horas los 365 días al año, se le
respetaran todos sus derechos humanos y podrán recibir visitas programadas de
sus familiares y allegados.
Aquellos reos que hayan cumplido sus penas con apego a
este pacto, no se le podrán extraditar a ningún país extranjero bajo ninguna
circunstancia mientras residan en el país y cumplan con lo pactado.
Los procesos aunque no serán públicos, serán grabados en
su totalidad para los archivos de la nación y serán hechos públicos a los diez
años del deceso del indiciado.
Una vez en libertad plena, los indiciados no podrán ser
sujetos de nuevas demandas o acusaciones por crímenes cometidos durante su
ejercicio como funcionarios, todas las acusaciones y señalamientos deben ser
tratadas en el proceso inicial, que será público.
No serán admisible los cargos por traición a la patria ni
terrorismo.
Los juicios se harán a puerta cerrada con una declaración
del juez titular sobre incidencias en el proceso al final de la jornada para
los periodistas.
La justicia venezolana ni ningún organismo del estado
intervendrán en la suspensión o variación de las sanciones que otros países y
organismos internacionales hayan puesto en vigor en contra de los indiciados a
este proceso, en caso que los pactantes salgan del país o se radiquen en otra
nación, estarán a su cuenta y riesgo.
Los cargos más graves como etnocidios, exterminios
masivos, ejecuciones sumarias, torturas, negación de asistencia sanitaria y
demás violaciones graves y generalizadas de derechos humanos aunque serán
mencionados en el expediente y constarán en las sentencias, sus penas no podrán
exceder de los montos y períodos establecidos en este pacto.
Solo se les permitirá a los familiares de los indiciados
el cambio de su nombre a partir de la segunda generación de sus miembros vivos,
no tendrán ninguna protección o medida de seguridad especial por parte de las
autoridades, ninguno de los pactantes conservará privilegios u reconocimientos honoríficos
de ningún tipo, ni remuneraciones, ni prestaciones sociales,, ni podrá
reclamarle al estado o a ninguna empresa privada remuneraciones a consecuencia
de sus gestiones cuando eran parte del gobierno.
Deberán prestar declaraciones de su patrimonio
anualmente, señalando cuáles son sus inversiones, les está terminante prohibido
invertir en empresas de seguridad, medios de comunicación, instituciones
financieras, bodegones y tiendas por departamentos.
Solo se les podrá demandar judicialmente luego de
recuperada su libertad plena, si firmaren este pacto y se ausentaran del país,
sus juicios continuarán en ausencia y sus sentencias se cumplirán una vez
capturados o cuando retornen al país.
El fiscal podrá escuchar y decidir sobre aminorar las
penas si el reo colabora con información valiosa sobre asociados, valores
escondidos, organizaciones o personas que de alguna manera hayan colaborado con
delitos graves en prejuicio de la nación o de violaciones masivas de derechos
humanos, la misma constará en los expedientes del juicio.
Si las familias o el reo decidieran cambiar de domicilio
en el país, una vez terminado el juicio, están obligados a informar a las
comunidades y a las autoridades de su nueva residencia.
Mientras dure el juicio los pactantes estarán bajo
custodia del estado venezolano, y el tiempo que tarde el proceso no se imputará
como parte de las penas a cumplir.
El chavismo como doctrina política y las organizaciones
políticas dependientes y afiliadas al PSUV sus registros, símbolos y locales,
quedarán proscritos de la vida política del país, serán ilegalizadas y su
promoción considerada un delito.
Durante el juicio queda terminante prohibido el contacto
de la prensa y medios de comunicación con los indiciados, igual quedarán
prohibidos publicaciones o producciones de biografías, memorias o panfletos en
contra o a favor de los reos.
Estas son apenas algunas ideas sobre un pacto con el
chavismo para que abandonen el poder y se sometan a la justicia, si esto fuera
posible, me gustaría leer algunas de sus opiniones, sé que una gran mayoría
esperan unas sentencias mucho más largas y rigurosas, pero creo que no hay
mejor pena para estos sujetos que sentir el rechazo de sus connacionales y el
de una sociedad, a la que han maltratado, mirándolos con lastima y haciendo un
esfuerzo por perdonarlos.
Muchos de ellos están en la mitad de sus vidas, diez años
de pena van a pesar sobre cuerpos y conciencias, si se quedan en el país entre
nosotros, no será para darse la gran vida, sino para que sufran viendo su
tenebrosa obra, y les sea reclamado por sus víctimas sus acciones y omisiones
hasta el fin de sus días. -
saulgodoy@gmail.com
Mi artículo El Pacto, del día de ayer suscitó una serie de reacciones interesantes, la mayor parte de los emails que recibí fueron belicosos, en franco desacuerdo con mi idea de otorgar una pena de máxima de cinco años hasta para los crímenes más horrendos, mi posición de permitirle a los jerarcas chavistas conservar el 10% del monto de sus robos, fue considerado como un exabrupto, mucha gente pasó por alto que se trataba de un ejercicio sobre una situación ficticia sobre la que he expresado mi rechazo y condena reiteradamente.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo con negociar con el chavismo por la principal razón que estaríamos pactando con el crimen organizado y aceptando de hecho la intervención cubana en nuestro país con una actitud acomodaticia, que entre otras cosas, significaría la continuidad en el tiempo de la nefasta influencia de este grupo del castrocomunismo militarista en nuestro país.
Quienes han promovido el dialogo con estos asesinos y secuestradores son unos cobardes colaboracionistas, dicho esto, mi artículo provocó una respuesta general de un grupo de venezolanos que le están otorgando a la oposición, supuestamente democrática, que nos representa en la figura de Guaidó y su equipo, la esperanza ciega y suicida de que ese señor va a encontrar la solución más equilibrada al dilema que ellos plantearon como una usurpación.
Lo que más me sorprendió del rechazo a mi escrito es que mientras yo pido cinco años de pena efectiva en prisión, para los 60 indiciados que serían escogidos de la alta jerarquía chavista, incluyendo a Maduro, los que apoyan a Guaidó le están dando carta blanca para que sus negociantes pongan sobre la mesa unas inmunidades selectivas, que impedirían que muchos de estos criminales sean parte de procesos judiciales, inmunidades que les daría el derecho de seguir ejerciendo la política como si fueran unas vírgenes vestales.
Permitirles conservar ese porcentaje de sus botines los obligaría a entregar el resto y a quedar bajo observación sobre sus estilos de vida e inversiones, a esa gente lo que le interesa es el dinero por sobre la dignidad, con mi hipotética solución le daríamos poco del primero y nada del segundo, obligados a quedarse en el país, esos capitales se reintegrarían a la economía nacional.
Creo que los venezolanos deberíamos exigirle a Guaidó y su grupo, explicarle al país cuales serían los términos básicos de esas negociaciones, sus límites y alcances, porque eso de sentarse en una mesa de negociación con poderes absolutos y sin limitaciones en lo que lo que van a negociar, nos puede salir muy caro, sobre todo viendo la intención de muchos de sus voceros de saltar a la cama con el chavismo y tener un revolcón, y a los países acompañantes y propiciadores de estas negociaciones, se les ve ávidos de una victoria para enseñarle al mundo y vender sus métodos como remedios efectivos para los conflictos.
Aun cuando fue un ejercicio de imaginación, creo que mi posición es mucho más seria y con posibilidades de éxito que las nebulosas fórmulas ensayadas hasta el momento.