“Al conformar un
gobierno que va administrar a los hombres por otros hombres, la mayor
dificultad deviene en esto: lo primero que hay que hacer es que el gobierno
controle a los gobernados; y el próximo paso es obligar al gobierno a que se
controle a sí mismo.”
Madison, The
Federalist, No. 51
Estimado Sr. Mike. R. Pompeo, Secretario de Estado, del
Departamento de Estado de los Estados Unidos de América.
Permítame antes de entrar en materia, expresarle un afectuoso
saludo de parte de los millones de venezolanos que todavía, pesar de las
difíciles circunstancia que atraviesa nuestro país, en cuanto a la pérdida de
su democracia y su estado de derecho, creemos en los valores de la libertad y
la justicia, y en los vínculos que nuestros pueblos hermanos hemos podido
construir durante todo este tiempo de relaciones amistosas y de mutuos
intereses, que han prevalecido a pesar de situaciones difíciles y desencuentros
marcados en la historia de nuestras relaciones, que sin ninguna duda resumo,
como fructíferas y beneficiosas para nuestros pueblos.
Igualmente debo darle las gracias por adelantado por todo
el interés y el esfuerzo que el gobierno del presidente de su país, el Sr.
Donald Trump, por medio de esa respetable institución que usted dirige, el
Departamento de Estado, ha mantenido y sigue empeñado en sostener como aliados
de nuestra causa por recuperar nuestro rumbo democrático y devolverle al país
su talante republicano, y su lugar dentro de los países civilizados del mundo.
Considero que no es el momento para ponernos a revisar
las causas y las razones por la que Venezuela, mi país, se encuentre en esta
situación tan lamentable, creo que ya habrá tiempo para hacerlo y a
profundidad, siempre he expresado mi opinión en diversos artículos y escenarios
que Venezuela es un interesante caso de estudio para la comunidad
internacional, entre otras cosas porque se están ensayando una serie de tesis y
prácticas políticas que están dictando curso en los acontecimientos de éste
mundo postmodernista, cargado de tantas incógnitas en cuanto a su futuro
inmediato.
Lo que si me gustaría es llamarle su atención es sobre un punto de
vista interno, de lo que muchos venezolanos de la oposición democrática
consideramos de vital importancia que sus expertos y técnicos, en el organismo
que dignamente preside, no pasen por alto al momento de la toma de decisiones
que conciernan a nuestro destino.
Yo, como muchos Latinoamericanos, estamos absolutamente
conscientes que los EEUU tiene una palabra de peso en lo concerniente a nuestra
situación, entre otras circunstancias, por la cercanía y nuestra inclusión en
su área de intereses, nuestra proximidad geográfica y de influencia en la
región que compartimos; ubicados en el mismo continente, con intereses
geopolíticos comunes, que entre otras cosas, incluye nuestras reservas
estratégicas de energía, que siempre han gravitado en nuestras relaciones.
Con la llegada del comunismo al gobierno de mi país, de
la mano de Cuba y del comunismo internacional, entendido este como un una
comunidad de naciones unidos en esta ideología y con fuertes vínculos políticos,
económicos y militares; nuestras relaciones con el mundo se han visto seriamente
afectadas, al punto, que nuestros vínculos diplomáticos y empresariales con los
EEUU se han reducido al mínimo posible, debido a que el chavismo considera como
enemigo al gobierno de Washington.
Las relaciones entre EEUU y Venezuela se han vuelto
agrias y hostiles, los gobiernos de Chávez y Maduro se han convertido en claros
agresores tanto de los intereses como de la seguridad de su país, esto en un
variado abanico de actividades que van desde la descalificación a su cultura y
modo de vida, pasando por el narcotráfico y el lavado de dinero a lo interno en
su país, interviniendo políticamente en contra de sus intereses en la región,
desestabilizando los gobiernos de socios y aliados, dándole beligerancia a sus
enemigos, principalmente con la ayuda y la protección al terrorismo internacional
y las fuerzas subversivas del orden y la paz.
En más de una ocasión quedó claro que este movimiento no
se detendría si no era derrotado militarmente, ha demostrado ser resiliente y
que se adapta a las circunstancias, tiene una enorme capacidad mimética y de
camuflaje, pero no se detiene en su afán de control y de abarcar todo a su
alcance, como buenos comunistas, su vocación es coloniaje y la conquista
territorial, que primero logran contaminando las mentes con su ideología y luego aseguran con las armas y la opresión.
Ha despreciado todas las oportunidades de acuerdo y
convivencia, se ha burlado de instituciones y países que han servido de
facilitadores para las negociaciones, su discurso es ofensivo, siempre
adelantando la idea de su control y fuerza sobre la sociedad venezolana y su
entorno Latinoamericano, retrocediendo regularmente a posiciones humanistas y
conciliadoras que resultan solo estrategias falsas, para ganar tiempo y
terreno.
Los EEUU ha ocupado la mayor parte del siglo XX en cruentos
enfrentamientos con el comunismo y sabe mejor que nadie el precio que deben
pagar quienes bajan la guardia o ceden ante su avance, no voy a cometer la
osadía ni la falta de respeto de indicarles un curso de acción a los herederos
de una tradición de excelencia en las artes de la diplomacia, ni es mi
intención en pretender utilizarlos para satisfacer una necesidad, que nosotros
los venezolanos, no hemos podido solventar por nuestra cuenta, pero si quisiera
ilustrarlos en algunos aspectos de lo que sucede puertas adentro de Venezuela,
con la intención de que tomen las mejores iniciativas.
El mundo está atravesando una situación difícil con la
actual pandemia del coronavirus que nos tiene a todos en vilo, la situación
para los EEUU no se presenta muy favorable en las próximas semanas y otro
cúmulo de asuntos urgentes llaman la atención de los líderes e instituciones de
esa gran nación, incluyendo una campaña electoral donde está en juego la
presidencia, y aun así nos han prestado toda la atención posible, cosa que
agradecemos desde el alma.
Esta pandemia mundial va a tener unas repercusiones de
orden económico y social que van a afectar la manera como se venían conduciendo
los procesos de globalización y el intercambio mundial de personas, bienes y
servicios, su gobierno Mr. Pompeo, ya prevé importantes afectaciones en la
manera como se venían conduciendo tanto la producción como la distribución y
destino final de las distintas mercaderías en el mundo, incluyendo rubros
estratégicos como medicinas y alimentos, energía y tecnologías, bienes de
capital, información y entretenimiento por señalar de los más relevantes.
Vendrán cambios importantes en los procesos de
conformación de comunidades de naciones, regionalización de mercados y veremos
un vuelco en el papel de las organizaciones multilaterales, sobre todo en sus
intervenciones en la búsqueda de soluciones a los conflictos y la consecución
de nuevas formas de convivencia, tan necesarias para el control de las
migraciones y de la movilización de refugiados debido a las guerras, escasez de
recursos básicos y eventos naturales catastróficos.
Justamente en ese contexto es que se ubica el “problema
Venezuela” un país reducido a ruinas por un sistema político terriblemente
injusto, en manos de una mafia criminal con ramificaciones internacionales y
que están ejerciendo sus actividades
ilícitas y destructivas en una red de países que abarcan varios continentes, el
resultado ha sido un estado fallido.
Lo que el mundo ve de Venezuela se asemeja en mucho a los
problemas políticos “normales” de los países, de abuso de poder, de
autoritarismo, segregacionismo, violencia y conflicto entre facciones internas
en la lucha por el poder, el problema, si sólo es visto como falta de
gobernabilidad, deficiencia democrática, enfrentamiento entre clases o
insuficiencia de participación, no está reconociendo las verdaderas causas de
nuestros problemas.
Venezuela es un frente de guerra híbrida psicológica y
política, que está siendo llevada a cabo por un frente de narcoterrorismo que
ya ha sido identificado, que es operado desde un país extranjero, que es Cuba,
que también ha sido descubierto, y que a
su vez, responde como un nodo de una red internacional que es el comunismo
internacional, soportado por las economías y el aparato militar y tecnológico
de Rusia y China, protegido por una estructura política internacional que se
está armando en las organizaciones multilaterales que ya han sido infiltradas,
entre ellas instituciones que se ocupan de la protección de los derechos
humanos y las que actúan en la resolución de los conflictos (controladas por
gobiernos socialistas), sobre estas últimas hay una resistencia enorme en ser
desenmascaradas, pero la tendencia y los resultados de las mismas confirman una
y otra vez que existe esa amenaza al orden mundial.
La fórmula que se ha propuesto de unas elecciones
supuestamente libres, con observación internacional y con auxilios para el
rescate de las instituciones, incluso con una fase de reconciliación y perdón
no va a funcionar en Venezuela porque el verdadero enemigo no lo han tocado, el
chavismo ha tenido suficiente tiempo para corromper la mayor parte del sistema
de partidos políticos, intervenir con su hegemonía comunicacional a los medios
y doblegarlos a sus fines, adulterar la data electoral y sembrar ignorancia y
terror entre la población votante.
Luego de la Segunda Guerra Mundial estos mecanismos de
intervenciones, ayudas y soluciones para los conflictos han sido muy exitosos utilizando
las fórmulas de la negociación, sentando a las partes entre árbitros o
facilitadores y procediendo paso a paso en la búsqueda de soluciones,
invariablemente estos esfuerzos terminaban en procesos de pacificación y
desarme, finalmente en elecciones, y han funcionado en condiciones muy
adversas, a tal punto que hay una corriente académica y profesional que han
desarrollado un pensamiento y una metodología que hacen de estos procedimientos
una panacea universal.
Seth Kaplan, un funcionario del Centro de Recursos para
la Construcción de la Paz de Noruega explica en su escrito Contratos Sociales y Convenios Sociales en Transiciones (2014):
Estados
que son estructuralmente frágiles están plagados por problemas sociopolíticos e
institucionales profundos y entramados. Contienen una formidable cantidad de
obstáculos para la estabilidad, desarrollo y democracia. Muchas veces, los
esfuerzos internacionales que ayudan en lograr estas transiciones fracasan por
el énfasis que le dan a las relaciones verticales estado-sociedad evoluciona y
su contrato social ignorando por completo la dinámica horizontal y sus factores
que determinan las relaciones estado-sociedad y si hacen posible la creación de
tal contrato.
En Venezuela hasta que no se resuelva el predominio de
las armas sobre la libre discusión de ideas y el consenso parlamentario, no hay
manera de que se instaure ni un contrato ni un convenio, el chavismo lo que
hace es imponer, doblegar, extorsionar y corromper, mientras no sean derrotados
militarmente y desarmados, la democracia no tiene la menor oportunidad.
Pero hay otro nivel de existencia política, uno
subterráneo que no muestra su cara sino es en una inmersión profunda, donde las
reglas son otras y estas herramientas de resolución de conflictos quedan
obsoletas, pues los enemigos de las sociedades abiertas han aprendido a
utilizarlas para el avance de sus propios intereses que es el dominio mundial,
suena a una teoría de la conspiración pero es real, y en estos tiempos
distópicos, serían un error no considerar, aunque sea la posibilidad, de que
haya surgido un tipo de política que se mimetice en las mesas de negociación, a
procesos de desarmes y pacificación
concurran a elecciones y todavía siga avanzando en sus planes de dominio
opresivo montados sobre estos procesos de paz (tengo la impresión que es lo que
está ocurriendo en Colombia luego de los procesos de paz con la insurgencia).
Se entiende que en estos momentos de crisis económica
mundial los EEUU tienda a la priorización de sus metas y objetivos, a una
adecuación y ajuste de sus recursos y atención a sus propios problemas, es
comprensible que en el caso de Venezuela se tienda a las soluciones más
expeditas y en compartir con otras naciones la carga en la solución del
problema, de allí el interés de que participe la UE y las organizaciones
multilaterales de la región como en el caso del Grupo de Lima, entre otros.
El Departamento de Estado en principio, tiene toda la
razón en requerir de un amplio consenso y participación con las medidas a tomar
en Venezuela como garantes de soluciones a largo plazo, el problema que estoy
viendo es que el origen del conflicto no está resuelto y que están construyendo
una salida negociada entre partes en conflicto, pero internamente siguen
latentes unos desequilibrios de fuerza que anularían cualquier resultado por
consenso; hay una tesis dominante que percibe el problema fundamental, en la
presencia activa de las figuras de los líderes del chavismo, en especial de Nicolás
Maduro Moros, y que apartando a estas cabezas del escenario, el movimiento
bolivariano desaparecería o cuando menos remitiría su influencia, suficiente
como para iniciar un proceso de paz.
Todos sabemos que el problema es más profundo, el
chavismo está imbricado en el estamento militar venezolano; en veinte años el
castrocomunismo ha logrado conformar unas FAN a su imagen y semejanza, en
Venezuela lograron llevar la filosofía insurgente, de liberación de los pueblos
aun nivel superior que el de las guerrillas y ahora cuentan con un brazo armado
e institucional al servicio de la revolución, como es en Cuba, Nicaragua y
pronto lo será en México.
No se puede pretender montar una plataforma política
civil libre del influjo ideológico chavista si se deja sin tocar a las FAN,
pues en su seno es donde se perpetúa el ADN de esta herencia de narcoterrorismo
cívico-militar; no hay elecciones que resistan un cambio hacia la democracia si
la institución militar sigue conectada a estos flujos de odio y lucha en contra
del imperialismo, el capitalismo y por ende, la democracia; ese “Marco para la transición democrática en
Venezuela” que usted propone, Sr. Pompeo, basada únicamente en la
negociación sin una intervención militar humanitaria, significaría posponer la
verdadera solución y la consolidación de los enemigos de los EEUU en la región.
En cuanto a los aspectos políticos de su plan, difiero en
algunos aspectos, entre ellos su valoración de Juan Guaidó, los principales
partidos políticos en Venezuela fueron los causantes de nuestra particular
situación de “pretorianismo”, según lo entendía el politólogo Samuel
Huntington, quienes permitieron que militares, curia, empresarios y
trabajadores se ocuparan de “hacer política” cuando le correspondía a ellos,
como grupo especializado en atender las necesidades políticas del pueblo,
satisfacer estas necesidades y canales de participación, pero es un asunto que
los venezolanos podremos dilucidar en condiciones de igualdad y transparencia
una vez destrancado el juego democrático.
Permítame para terminar una última observación, de poco va
a servir cortarle una cabeza a la hidra y sustituirla por una figura de
transición, si no derrota al monstruo que sostiene a las otras cabezas, en
especial a la que tiene los dientes más afilados y escupe fuego por la boca,
pero lo más nefasto es que el enemigo se está modificando continuamente,
creciendo y sembrando clones por todo el continente y actuando como si tuvieran
un único sistema nervioso.
Viene ahora, de parte de ustedes, una etapa de vigilancia
y control sobre actividades del narcotráfico en el área del Caribe y sobre la
región que controla la guerrilla colombiana y el chavismo en Venezuela, espero
que sea el preámbulo de la solución que todos hemos esperado, nuestros pueblos
están con ustedes, sólo necesitamos una oportunidad.
Espero que mis argumentos lleguen a quienes puedan
entenderlos, disculpe lo largo de la misiva pero el asunto es complicado.
Quedo de usted, atentamente
SGG
saulgodoy@gmail.com
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